La asistencia del intendente José Freyre a la inauguración del período anual de sesiones ordinarias del Concejo se inscribió en la misma línea políticamente correcta desarrollada en este primer trimestre de gobierno, con un diálogo directo con los ediles de la oposición, las cooperativas de servicios públicos y las entidades intermedias más influyentes de la ciudad. “Tiene que mejorar nuestra democracia”, dijo Freyre, admitiendo tácitamente que las críticas a la falta de institucionalidad de la gestión scottista no habían sido fruto del ensañamiento, sino de la objetiva descripción de los hechos. Tanto es así que el miércoles último, después de más de un lustro de desplantes, los venadenses recién volvían a tener la presencia de un intendente, como lo mandan la ley y las buenas costumbres, en el estreno formal de las actividades legislativas. Conciente de que la transparencia administrativa tampoco se ubicó entre las fortalezas del gobierno del cercano antecesor, Freyre ratificó su voluntad de someter las cuentas públicas, no sólo a la fiscalización del Concejo, sino también a un control ciudadano, que bien podría complementarse con la convocatoria de ONG’s especializadas en auditar municipios y comunas, como el propio mandatario deslizó tiempo atrás. Hoy mismo, es imposible conocer la cantidad de empleados municipales (desde la oposición estiman que, en total, orillan los 1.500), ni tampoco resulta fácil acceder a datos oficiales sobre el plantel completo de cargos políticos y sus haberes. En función del renovado compromiso público del intendente, estas informaciones deberían suministrarse a la brevedad para fortalecer el discurso.
Perfil negociador
En otra marcada diferencia con Scott, Freyre no calificó al síndico de la quiebra del BID, Juan Venturini, como uno de los miembros del “eje del mal”, sino que reveló su intención de reiniciar las negociaciones con los acreedores a partir de una estrategia acordada con el Concejo. Realista, el intendente entiende que la ciudad no podrá desarrollarse sin créditos (“las obras no se hacen con buenas intenciones, sino con plata”, subrayó), pero esa opción de financiamiento seguirá vedada mientras no se destrabe la millonaria deuda con el ex BID, que arrastró a la Municipalidad a la incómoda categoría de “insolvente” en los registros del Banco Central. Scott insultaba a Venturini; Freyre acepta que debe negociar, sobre todo cuando las obras y los inmuebles adquiridos con el dinero prestado están a la vista de todos, más allá de los valores prohibitivos de la pavimentación ejecutada en la gestión de Ernesto De Mattía. Asimismo, Freyre aludió a la necesidad de empezar a resolver los cuantiosos endeudamientos con el Fondo de Asistencia Educativa (FAE) y el Instituto de Previsión Social, que también se generaron entre los gobiernos de De Mattía y Scott.
Después de señalar que la Cooperativa de Obras Sanitarias podrá acelerar el ritmo de obras de agua potable y cloacas con la reciente actualización tarifaria del 30 por ciento en ambos servicios, ingresó en el delicado tema de la concesión eléctrica, con sugestivos tiros por elevación. “Nosotros vamos a poner todo el esfuerzo para lograrlo. Espero encontrar reciprocidad en las otras partes”, disparó el trajeado intendente, en referencia al Concejo y la Cooperativa Eléctrica. Es que así como en la Intendencia asumen que la oposición parlamentaria más encendida la ofrecerán, en este 2008, el ala dura del socialismo (Oscar Pieroni y Fabián Vernetti) y la vianista Patricia Romero, también son concientes de los costos políticos que ocasionaría otra negociación frustrada con la Eléctrica. Nadie olvida que por estos días se cumplen cinco años de la convocatoria a la Comisión Redactora del nuevo contrato de concesión; sin embargo, la comisión ni siquiera se completó y, obviamente, no se redactó ni un solo renglón. Para no volver a tropezar con la misma piedra, la primera estrategia porotista sería designar un negociador, con buenas aptitudes diplomáticas (alguna vez Scott convocó a José Elmir para destrabar “asuntos complicados”), y según se comentó en los corrillos previos al acto de apertura de las sesiones, el hombre en cuestión se erigiría en el delegado de la Municipalidad ante el Consejo de Administración de la Cooperativa Eléctrica. Cabe recordar que, para dicho rol, el Concejo designó a Miguel Pedrola en carácter de suplente, pero es la Intendencia quien debe nominar el representante del poder concedente.
Bendita obra pública
El caos del tránsito y la inseguridad reinante son un par de espadas de Damocles que penden, amenazantes, sobre la cabeza de Freyre. Sin vacilaciones, el intendente venadense asumió responsabilidades, incluyendo en el discurso ambos cometidos, aunque la experiencia dicta que no se trata de tareas de gobierno que vayan a fortalecer las simpatías de la gente con el oficialismo de turno. Por el contrario, son obligaciones indelegables del estadista que, por lo general, suelen convertirse en pesadas mochilas.
Por otra parte, entusiasmado con el súbito aumento de ingresos a las arcas municipales que le facilitó el Concejo (con el ajuste de tasas y tributos) y el gobierno provincial (mediante una mayor coparticipación), Freyre volvió a mencionar el lanzamiento de un plan sostenido de obras públicas, basado en la pavimentación, sin precisar todavía si apelará a la figura del fideicomiso, como ya lo hicieron los municipios de Río Cuarto y Paraná, entre otros.
Siempre en el ámbito de la obra pública, el mandatario renovó el compromiso de reanudar las gestiones por la erradicación del Basural que, desde ya, requiere en primer término una decisión política -urgente y realista- sobre la metodología de tratamiento y disposición final de los residuos sólidos domiciliarios. A estas alturas, no se engaña a nadie echando culpas a Obras Sanitarias por las postergaciones, como lo hacía Scott para justificar su inoperancia; hoy, la Intendencia y el Concejo, deben resolver cómo se supera esta rémora ambiental, y recién después debería convocarse a la Cooperativa de Obras Sanitarias para la gestión del servicio de saneamiento.
Mientras tanto, la ciudadanía venadense, que sólo se escandaliza cuando la rotación del viento le recuerda a domicilio la existencia de tanta inmundicia acumulada y en constante estado de descomposición, tendría que demostrar más inquietud por esta gravísima problemática. Es que el árbol no nos deja ver el bosque, como se verifica cuando los vecinos piden la cabeza del intendente porque el recolector olvidó las bolsitas la noche anterior, pero ni abren la boca para demandar explicaciones por la subsistencia de una bomba de tiempo que, día tras día, alimentamos entre todos, sin importarnos las consecuencias.
(Publicado el viernes 7 de marzo de 2008 en diario El Informe)
1 comentario:
En que quedamos Juan, tus colegas de la Guia Semanal publican una nota acá http://www.laguiasemanal.com.ar/2008-03-07/noticia_titulares.asp?id=590 donde el secretario de hacienda dice que no hay plata Obra Pública
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