Bustos y Scott sólo coinciden en politizar el enigmático secuestro


El 2006 a punto de concluir había comenzado con signos de intolerancia política desde que el intendente Roberto Scott amenazó con enjuiciar a toda la oposición legislativa por ordenar la suspensión de los pagos -considerados abusivos- a los abogados Albarracín. Luego, la convivencia entre los distintos sectores resultó condicionada por esas demandas de Scott y sus asesores esperancinos, que en las últimas semanas empezaron a desvanecerse en los tribunales locales. Como se recordará, la violencia verbal alcanzó su clímax a mediados de abril, con los escarceos de pugilato entre Scott y el edil radical Lisandro Enrico, al término de uno de los micros radiales -contratados con dineros públicos- que el primer mandatario municipal manipuló en reiteradas ocasiones para descalificar a rivales políticos, empresarios, sindicalistas y periodistas, entre otros.
El intendente venadense, que ya había sido demandado por amenazas a militantes de organismos de derechos humanos, se encontró otra vez, en el cierre del año, como protagonista de pleitos judiciales, aunque ya no en el rol de querellante, sino como uno de los sospechados por el militante kirchnerista Darío Bustos, todavía hospitalizado, luego de padecer torturas en su reciente cautiverio.
De una punta a la otra del año, el común denominador local fue la politización de los acontecimientos. El propio Bustos había politizado sus penurias aún antes de ocurrir, mencionando nada menos que a Scott y sus secretarios José Freyre y Juan Vidal como los eventuales agresores. También su madre, Nélida Caseri, había profundizado en esa línea de análisis durante la ausencia de Bustos. Como respuesta, Scott se afirma en la misma politización, salpicando a sus adversarios de la interna justicialista: “Alguien le tiene que haber pagado para que diga eso (…) esto está armado y alguien le pagó”, presumió el jefe del Departamento Ejecutivo, abonando, sin disimulos, la temeraria hipótesis de la autoflagelación. Sin embargo, se contradijo a poco de andar en declaraciones a una radio rosarina, señalando que “todo se trata de un ajuste de cuentas”, con lo cual la agresión no habría sido consentida, para recordar enseguida que Bustos fue denunciado en diversos juzgados por golpear a su ex mujer. Según Scott, “todo está armado para perjudicar políticamente” a Freyre, a quien nunca antes había mencionado tan enfáticamente como precandidato a intendente por la agrupación que lidera.
Paradójicamente, Roberto Scott y los dirigentes de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, de ideologías diametralmente opuestas, coinciden en restarle trascendencia a la militancia por los derechos humanos de Darío Bustos. De todos modos, estos últimos repudiaron la violencia ejercida sobre el vecino del barrio Güemes, en tanto que Scott lo trata de mentiroso y mercenario, sin apiadarse de él en ningún momento. “No está tan lastimado como dice”, arriesga, chocando de frente contra la interpretación del mismísimo secretario de Derechos Humanos del gobierno obeidista, Domingo Pochettino, para quien las lesiones que presenta Bustos son “gravísimas”.
Entre Bustos y los funcionarios municipales cuestionados emerge otro personaje clave de esta enigmática historia: Nélida Caseri, madre de la víctima, y militante peronista de los ’70, que no sólo marcó la cancha cargando contra el intendente Scott y sus más cercanos colaboradores, sino también sobre la policía, la ex nuera, el juez de la causa y las autoridades del Hospital Gutiérrez. Si bien en sus frecuentes diálogos con la prensa ventiló intimidades de la tortuosa relación de su hijo con la ex esposa, Caseri siempre insistió en el móvil político del secuestro, reforzando esa teoría tras la aparición de Bustos en tan lamentables condiciones físicas y psicológicas.
El furioso contraataque de Scott era esperable, porque para salvaguardar su imagen, y la de su gobierno, necesita que la sociedad descrea de la versión de Bustos, o bien que el Poder Judicial, a través de las pericias y las testimoniales, descubra cuanto antes que se trata de un impostor autoflagelado, o bien que los tormentos existieron, pero a causa de un “ajuste de cuentas” por motivos pasionales o de negocios. En tal caso, el militante correría el riesgo de que le suelten la mano los organismos de derechos humanos de fuerte influencia kirchnerista -como Abuelas de Plaza de Mayo- que hasta hoy lo contienen.
Más allá de Scott y de Bustos, no es un buen epílogo del año para los venadenses. No lo habíamos empezado bien, desde el punto de vista de la armonía política, y lo terminamos muy mal. Ya no se habla en los medios nacionales ni del “paraíso sojero”, ni de los shopings, ni de las inversiones millonarias de Soros; se habla de desapariciones, torturas, amenazas y “gatillo fácil”.
Que el 2007 sea mejor.

(Publicado el viernes 29 de diciembre de 2006 en diario El Informe de Venado Tuerto)

La oposición venadense ofrece los primeros gestos de unidad


El candidato a gobernador del Frente Progresista, Cívico y Social, Hermes Binner, presidirá hoy una cena de despedida de año en el predio de la Sociedad Rural de nuestra ciudad, organizada por las seis fuerzas políticas que integrarán la versión local de la coalición: Partido Socialista, Unión Cívica Radical, Pueblo, ARI, PDP y Mate.
De esta manera, el ex intendente de Rosario empieza a cerrar el 2006 liderando cómodamente las encuestas, fortalecido por el paso al costado de Carlos Reutemann y beneficiado con las vacilaciones de un justicialismo que duda entre formalizar las internas, como pretende Agustín Rossi, o forzar un consenso, como prefieren el gobernador Jorge Obeid y Rafael Bielsa. Ni siquiera los conflictos con la UCR opacan la figura de Binner, el más reutemista de los socialistas, que con su estilo parco, demostró firmeza de carácter para limitar las ambiciones de sus socios en el armado del frente.
En la órbita venadense, los trabajosos acuerdos que empiezan a madurar -por ejemplo, con el acto de esta noche-, auguran una vigorosa polarización de las elecciones municipales del próximo septiembre entre el oficialismo peronista y la concertación opositora. “Las seis fuerzas venimos de sacar 21 mil votos en las legislativas del año pasado”, simplificó, optimista, uno de los organizadores de la cena binnerista. Esa foto conjunta del miércoles último en el diario, con la presencia sonriente de los cinco referentes frentistas (sólo faltaba el matista Martín González), no cayó nada bien entre los scottistas ilusionados con enfrentar un arco opositor disperso. Esa inquietud oficialista la confesó el presidente del Concejo, Miguel Pedrola -con mandato prorrogado hasta fin de febrero-, saliendo al cruce con una chicana previsible: “Eso es una bolsa de gatos”. Apelando al refranero popular, un militante radical replicó: “El muerto se asusta del degollado”, aun cuando, responsable, admitió en voz alta algunas prioridades políticas para el primer bimestre de 2007: consolidar una mesa de conducción del frente, establecer un programa de coincidencias básicas y conciliar -entre la UCR y Pueblo- el nuevo presidente del Concejo.
Como, a estas alturas, la posibilidad de pergeñar una lista de consenso está casi desechada, las fuerzas opositoras deberán apelar a la racionalidad política para acotar la intensidad del debate en las primarias. “Hay que ponerse de acuerdo para no hacerle el juego al PJ”, consignó una fuente pueblense entre los brindis anticipados de fin de año, conciente de que una interna sangrienta sólo beneficiaría a los intereses continuistas del oficialismo. “Las primarias definirán el candidato a intendente de la coalición, y escalonarán la lista de concejales, pero también establecerán cuáles son las fuerzas que merecen más espacios en el gobierno”, añadió, abriendo el juego a todos los sectores.
Mientras el socialista Juan Moscoso gana terreno para competir en la interna por la candidatura a senador provincial (nada menos que en la sábana de Binner) con el jefe comunal isabelense Juan Enrique Lombardi, hoy el más afligido de los boinablanca de Venado es el presidente del partido, Lisandro Enrico. En medio de una cruenta interna, el Pibe, que ya lanzó su precandidatura a jefe del Departamento Ejecutivo para medirse en julio con el pueblense Roberto Meier, sufre fuertes presiones, pues el dematiísmo, que conservará la banca de Delfor Hernández por dos años más, pretende imponer el primer precandidato a concejal de la UCR en las primarias, bajo el alegato de equilibrar la postulación de Enrico a la Intendencia. Si así fuera, aun perdiendo la interna, ese hombre podría erigirse en el segundo candidato de la coalición en las elecciones generales, con grandes chances de resultar electo concejal. Para salirse con la suya, los estrategas dematiístas amenazaron con presentar un precandidato paralelo al Sillón de Aufranc, que, dividiendo los votos radicales, desinflaría a Enrico en las primarias. En esta guerra fría hasta se deslizó la hipótesis de un regreso de Ernesto De Mattía como candidato, aunque el ex intendente -y él lo sabe- solo podría disponer de una nueva oportunidad después del retiro de Scott. Nunca antes del eclipse. En el denuesto sistemático del adversario que practica con tanta eficiencia, el actual intendente supo vulnerar a su antecesor. Por eso, un retorno anticipado de De Mattía, sólo beneficiaría a Scott.
Aunque tendría espacios en una administración provincial binnerista (siempre hay un área de Municipios y Comunas para retribuir a un venadense), Enrico reclama que el primer candidato a concejal debe corresponder a su sector. “Es la banca que él abandona después de ocho años, y además, no aceptaría de ninguna manera que el dematiísmo hegemonice la representación legislativa del partido”, bramó un allegado de Lisandro.
A pesar de que el de Roberto Scott no es un gobierno en retirada ni mucho menos, el Frente Progresista tendrá el año que viene una ocasión inmejorable para acceder al gobierno municipal. Una de las claves será la cintura política de los referentes para tejer alianzas. En este sentido, mientras el scottismo no muestra todavía ni un mínimo gesto hacia otros sectores del peronismo, los opositores, al menos, consiguieron sentarse a la misma mesa y unificar algunas líneas de acción para los próximos meses.

(Publicado el viernes 22 de diciembre de 2006 en diario El Informe de Venado Tuerto)

Un revitalizado Rossi desembarca en General López en busca de aliados


“Si fuese candidato, trataría de convencer al electorado y no esperar que nadie me ponga la mano en el hombro”, dijo Carlos Reutemann esta misma semana en un programa de TV de la localidad de Laguna Paiva -vecina a la capital santafesina-, frase que habrá sonado como música en los oídos de Agustín Rossi y, al mismo tiempo, como un estridente cachetazo para Rafael Bielsa, que desde su arribo a la provincia de Santa Fe sueña con ser el apuntado por el dedo índice del presidente Kirchner, a los fines de evitar las elecciones primarias en el justicialismo. Otro destinatario de las palabras del ex piloto de Fórmula Uno podría ser el intendente rafaelino Omar Perotti, que asomó con una tímida precandidatura a gobernador con la expectativa de que el reutemismo, ante la probable deserción del Lole, lo ungiera como su candidato. Asimismo, no habría que descartar que el mensaje también haya sido dirigido a la Casa Rosada para que sus moradores no se inmiscuyan más de la cuenta en la interna santafesina en ciernes.
Tan contundente fue el gesto de prescindencia de Reutemann que hasta opacó el hecho -no menor, por cierto- de que, por primera vez, negara su candidatura a una tercera gobernación, en vivo y en directo, con su voz y su imagen, sin intermediarios, sepultando las ilusiones de los reutemistas más incrédulos que se aferraban al milagro del regreso.
En el Comando “Rossi Gobernador” del departamento General López todos estaban exultantes con las recientes declaraciones del Lole. “La provincia está llena de operadores trabajando para que Bielsa sea el candidato del consenso, pero en este nuevo escenario, con el Lole que no promueve a nadie y además se declara prescindente, ponele la firma que habrá internas”, estimó un referente rossista del sur santafesino. “El concejal Giner quería saber si el Lole todavía respiraba… bueno, ahí tiene, también habló, y no fue precisamente a favor de Obeid y Bielsa, los referentes de su jefe Scott”, acotó con sorna el seguidor del fortalecido Chivo.
Dispuesto a dar una estocada fundacional en el armado de General López -el tercer departamento más populoso de la provincia-, el presidente del bloque de diputados nacionales del kirchnerismo, Agustín Rossi, presidirá hoy un encuentro en Teodelina, en busca de cosechar adhesiones de líderes peronistas del espectro político y sindical (ya cuenta con el respaldo de los influyentes Uatre y UPCN) de la región. Si bien numerosas figuras relevantes ya confirmaron su asistencia a esta convocatoria regional, surge con fuerza la pregunta del millón: ¿habrá reutemistas en Teodelina? Esta noche tal vez se devele el misterio, aunque las manifestaciones del Lole no hicieron más que ratificar la escasa simpatía de los reutemistas hacia Bielsa, más allá de los coqueteos con el senador provincial Ricardo Spinozzi ensayados por el ex canciller de la Nación en su erudita réplica al análisis político publicado en El Informe el viernes 1 del corriente. “En Teodelina habrá alguna sorpresa, pero no tan grande como la que se llevó el Pito Lagna cuando se le apareció Binner en la presentación del libro contra los socialistas”, auguró el rossista Oscar Barotto.
En tanto, allegados a Rossi admitieron que “hay contactos” con senadores provinciales reutemistas y hasta aventuraron que uno de ellos -afincado en el norte- podría ser candidato a vicegobernador. Desde ya que estas especulaciones influyen en Venado, volviendo a poner el desnudo la inestable relación política entre el bielsista intendente Roberto Scott -cada vez más cerca de la postulación para un cuarto mandato- y el Tino Spinozzi, cuyo objetivo inmediato sería retener la senaduría departamental en el marco de un alineamiento provincial aún indefinido.
Mientras tanto, el lucifuercismo, que en un principio se había alineado con el Chivo Rossi y después optó por desensillar hasta que aclare, estaría presente en Teodelina a través de su máximo referente, Jorge Viano. Con esta reincorporación, el rossismo adoptaría en Venado un marcado perfil anti-scottista, sin olvidar que los eléctricos también conservan una vieja enemistad con Spinozzi.
Además, estos reacomodamientos provinciales y departamentales podrían perturbar los intereses scottistas en la interna venadense, pues con ellos renacería la posibilidad -hasta ayer impensada- de que los lucifuercistas y el tercer sector (o una buena parte de él) consigan acordar una lista única de precandidatos locales para pelear en las primarias del oficialismo por la intendencia y las concejalías.

(Publicado el viernes 15 de diciembre de 2006 en diario El Informe de Venado Tuerto)

Nada de bendiciones


Señor Juan Franco:

He leído, no puedo decir que con deleite, su hondo “Análisis”, publicado en El Informe, de fecha viernes 1° de diciembre de 2006, titulado “Obeid y Bielsa presionan a Scott para que sea candidato ‘a algo’”. Vamos a comenzar por la generosa y desinteresada (además de objetiva) caracterización que usted hace de mí: “el zigzagueante Rafael Bielsa”. No creo que usted desprecie a la Constitución Provincial, y por lo tanto -como en nada la agravia mi candidatura- no voy a pensar que el adjetivo se está refiriendo a alguna lesión a aquélla. “Zigzaguear” es una onomatopeya que deriva de “zigzag”, esto es, una línea quebrada formada por segmentos lineales que van alternativamente en un sentido y en otro. Como yo modifiqué mi decisión de competir por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la de hacerlo por la Gobernación de Sante Fe, sólo pasé de un rumbo de dirección a otro. Para “zigzaguear” me habría hecho falta reiterar esa conducta (“alternativamente en un sentido y en otro”), razón por la cual el adjetivo está mal empleado, cosa que es tan censurable a un periodista como la indecencia respecto de la cosa pública a un político. Dicho esto quiero recordarle que acaso el primer hombre público que defendió la presentación de la senadora Cristina Fernández en la arena bonaerense fui yo, y no me limité al aspecto jurídico de la cuestión. Ni ella ni yo dejamos nuestros lugares de nacimiento por voluntad, sino obligados. Nuestras vidas hubieran sido muy diferentes de no haberse desatado sobre la Argentina el Golpe de Estado de ‘76/’83. No estoy arrepintiéndome de las elecciones que hice en cada momento de mi vida, sino diciéndole que ni la senadora ni yo nos fuimos a vivir la bohemia a la “rive gauche” de París, sino una al exilio interior y el otro al exterior (Tarragona, España). Luego, en mi caso, jamás dejé de estar en la provincia. Tengo en Rosario a toda mi familia. Veo a mis padres y hermanos, y mis hijos a sus primas y primo, cada vez que podemos. Finalmente, muchos hombres mucho más ilustres que yo vinieron del extranjero a gobernar argentinos o comprovincianos: Sarmiento, Roque Sáenz Peña, Marcelo Torcuato de Alvear, Juan Perón, Las Heras, Carlos Tejedor. Luego, me parece que se aventura usted demasiado al decir que Jorge Obeid me ha “bendecido”. O se trata de una referencia curialesca que se me escapa por no conocer cuál es su formación académica, o se trata de un error. Ojalá fuese cierto; lo que lo es sin dudas es que durante toda mi vida mi modo de hacer política fue primero construir y luego esperar “bendiciones”, en la convicción de que si no se construye, no alcanza con el más beato de los frailes, y si se construye bien, no hace falta recurrir a la religión, que está para fines más altos: alcanza con el sentido común y alguna encuesta confiable. No sólo se aventura usted, sino que falta a la verdad cuando afirma que Obeid “oxigena” a Scott a cambio de que el respetado intendente “cierre” conmigo. Si así fuera, no sólo estaría denunciando usted una extorsión, lo que debería ser tomado desde ahora por un fiscal dado que se trata de un delito de acción pública, sino además revelando un absoluto desconocimiento de quienes son Obeid, Scott y Bielsa. Obeid, desde ya, no es un extorsionador; no consigo imaginarme a Scott sobre sus rodillas, gimiendo y moqueando como un angelito a la espera de “oxígeno” para la obra pública; y yo no he visitado en mi vida un juzgado para prestar una indagatoria como para -de viejo- ceder ante estos berenjenales. Lea, estudie, hable con los protagonistas, señor Franco: comprender es más difícil que faltar al respeto, pero más útil para los lectores. Es posible, más, es seguro que yo necesite captar votos en el sur-sur santafesino, pero la metodología que usted me atribuye no es la que empleo: prefiero establecer alianzas conversando como hombres de bien con actores de la política, que como si fuera un ranquel desenfrenado tomar a Scott de rehén para lograr un matrimonio a la fuerza. Tomo nota de que el senador de General López está enfrentado abiertamente con “el eje Obeid-Bielsa”: cada vez que hablé con el brillante legislador, se trató de un diálogo sosegado, respetuoso, enriquecedor -al menos para mí-. No sé si la connotación evidentemente bélica que tiene la expresión “el eje” habrá exasperado a Spinozzi, pero no veo en ese joven perspicaz los rasgos histéricos de quien por pertenecer a las “huestes del reutemismo sin Reutemann” piensan automáticamente que el resto del mundo es enemigo íntimo. Finalmente, retorna su pasión bíblica, señor Franco, cuando atribuye a Scott la esperanza de que Kirchner y Reutemann eviten las primarias y “me bendigan a dúo”, como una especie de Pimpinela o de Gardel y Razzano electorales. La esperanza es lo último que se pierde y muchas veces lo que jamás se confiesa; de hecho, a mí Scott no me ha confiado que la tenga, y yo, por mi parte, creo que la política es más compleja que caminos tan lineales como el que usted describe, un arte de imprevistos, y un terreno donde para escribir útilmente, hay que tener muy buena información y no tratar de imitar a Alexandre Dumas. Quien quiera aventuras, tiene “Los tres mosqueteros”. Se me ocurre que El Informe es uno de los mejores recursos que tienen a mano los venadenses para saber qué pasa, no qué podría pasar si Obeid fuera, por ejemplo, D’Artagnan, Scott fuese Athos, y Bielsa fuese Porthos o Aramis.

Rafael Bielsa
DNI 10.986.005

(Este "derecho a réplica" del ex canciller, actual diputado nacional y precandidato a gobernador por el PJ, fue publicado el lunes 4 de diciembre de 2006 en diario El Informe de Venado Tuerto)

El scottismo tendría nuevos aliados para retener la presidencia del Concejo

Apenas pasado el mediodía del próximo miércoles se conocerá el nombre del nuevo presidente del Concejo venadense. Los candidatos para ocupar el sillón mayor de Sarmiento y Alem son, hasta ahora, tres: el oficialista Miguel Pedrola, que pretende la reelección; el pueblense Claudio Natali y el radical Delfor Hernández. Sin embargo, el hombre clave en esta elección parece ser otro radical, Lisandro Enrico. Ratificando una vez más las fuertes disidencias internas en la UCR, bastó que trascendiera la posibilidad de que Enrico acompañara la candidatura de Natali, para que Hernández pateara el tablero anunciando su propia postulación.
En principio, los pueblenses habrían aceptado las exigencias de Lisandro para sellar el acuerdo: obtener el apoyo meierista para una presidencia radical a partir de diciembre de 2007 y establecer por consenso las políticas institucionales del Concejo desde la semana próxima. Además, el presidente de la UCR y los de Pueblo coinciden en que este pacto sería una demostración de fuerzas de la debilitada versión venadense del Frente Progresista.
Con su osada estrategia, Hernández condicionó a Enrico, forzándolo a la disyuntiva de apoyar un candidato de su propio partido -a pesar de los enfrentamientos internos- o apuntalar uno de la agrupación -Pueblo- con la que chocarán en las primarias de julio, salvo que se concilie una lista única.
Si Enrico opta por la segunda opción, la lógica indica que el presidente será Natali, salvo que el terceto scottista de concejales consiga el respaldo de la lucifuercista Patricia Romero y/o del dematiísta Hernández. Descartada la primera hipótesis, se impone indagar sobre la segunda: ¿Un dematiísta apoyando a un scottista? Poco probable desde el antagonismo de sus líderes, aunque en el indiscreto mundillo parlamentario bien se sabe del afecto mutuo que se profesan los médicos Hernández y Pedrola. En este sentido, las especulaciones se bifurcan: que Delfor arrime el cuarto voto a Pedrola, o -menos factible- que los oficialistas se vuelquen en apoyo del radical para emparejar la hipotética concertación de pueblenses y Enrico. En tal caso, Romero tendrá que sostener su propia candidatura para no avalar a los abanderados de los enemigos políticos del vianismo: Natali, el de Meier; o Pedrola, el de Scott.
En cambio, si Lisandro considera que no se justifica lesionar más aún las relaciones internas, tendrá que sintonizar las estrategias con Hernández, descartando a los pueblenses como socios. Entre ellas podría evaluarse desde formar junto con Romero el tercer grupo de tres ediles, hasta pactar con el oficialismo, dando lugar a otro interrogante: ¿Acordarán los radicales ahora con los mismos scottistas que enfrentarán en las generales de septiembre?
Impulsando un nombre propio para la presidencia, Pueblo comprometió en primer lugar a la UCR y, en cierta medida, al lucifuercismo, aunque ni unos ni otros olvidan que los meieristas arrastran el antecedente de haber respaldado por cinco años consecutivos a cuanto candidato apadrinó el intendente Scott. Asimismo, Roberto Meier empieza a pagar los costos de sus exacerbadas críticas a Ernesto De Mattía y Jorge Viano, referentes de Hernández y Romero, respectivamente.
Por esas extrañezas de la política, una vez que los pueblenses decidieron quitarle el apoyo al oficialismo, ahora podría ser un dematiísta el que garantice la continuidad scottista en la presidencia del Concejo.
En los últimos cinco años, a estas alturas de diciembre, ya se sabía que el oficialismo tenía todas las de ganar; esta vez, es posible que la incógnita se estire hasta último momento.

(Publicado el lunes 4 de diciembre de 2006 en diario El Informe de Venado Tuerto)

Obeid y Bielsa presionan a Scott para que sea candidato "a algo"

Tan furiosas son las internas en el scottismo que en los últimos tiempos han eclipsado las confrontaciones con el lucifuercismo. Hasta el propio intendente y fundador del sector gobernante, Roberto Scott, admitió en declaraciones televisivas la existencia de enfrentamientos entre miembros de sus diversas líneas… algo así como la interna de la interna.
Hasta el segundo mandato -completado en diciembre de 2003-, al amparo del liderazgo indiscutido de Scott, las rispideces se resolvían más fácilmente, pero bastó que, promediando la tercera gestión, el intendente fuera un poco más allá con sus señales de no postularse por cuarta vez consecutiva, para que la interna se pusiera al rojo vivo. En estas batallas también está influyendo la interna provincial del PJ, que hoy tiene como mayores antagonistas al gobernador Jorge Obeid, con su bendecido Rafael Bielsa, y Carlos Reutemann, quien ya anunció que no será candidato, y aún se desconoce si terminará apadrinando a un hombre de su entorno para competir en las primarias de julio, o si acompañará al ya lanzado rafaelino Omar Perotti.
Casi a último momento, Roberto Scott se había bajado en 2003 de la Liga de Intendentes que lo contaba entre sus pioneros, para alinearse con Alberto Hammerly, el candidato impulsado por el gobernador saliente, Carlos Reutemann. Con esa voltereta, Scott desembocó en el mismo espacio de sus delfines Ricardo Spinozzi y Jorge Lagna, postulantes en esa misma elección a senador provincial y diputado provincial, respectivamente. Luego, aunque la elección provincial de Hammerly no fue de lo más feliz, en Venado y General López los scottistas demostraron largamente su poderío. Con este antecedente, Scott consiguió un acercamiento con el también triunfante Obeid, que hoy oxigena la asfixiada gestión municipal venadense con el financiamiento de importantes obras públicas. Sin embargo, el costo político de esas partidas que la Provincia dosificará hasta las oportunas inauguraciones del próximo año electoral, es que el scottismo cierre en la interna provincial con el rosarino Bielsa, candidato del actual gobernador. En este escenario, se complican las chances de que Scott y Spinozzi vuelvan a estar juntos, siendo que este último es un encumbrado referente del denominado cuarto espacio que representa al reutemismo, en oposición al esquema de poder urdido por Obeid.
Así pues, adquiere trascendencia otra resonante declaración del scottista Gustavo Giner, que a principio de semana promovió al intendente venadense como candidato a senador provincial, casualmente el cargo que hoy ocupa Spinozzi y que, en principio, trataría de retener hasta 2011. Ahora, los dichos de Giner, ¿se limitan a un ataque personal contra el Tino o se vinculan a una imperiosa necesidad política? Más de lo segundo que de lo primero. Es que Bielsa, para captar votos en el sur-sur santafesino, requerirá de un apellido atractivo a la derecha de la sábana. Y si el candidato a intendente es José Freyre, arguyen en San Martín y Marconi, porqué no colocar a Scott como aspirante a la senaduría.
Casi como un rehén político del obeidismo, a Scott no le será tan fácil esta vez saltar el cerco como lo hizo cuando militaba en la embrionaria Liga de Intendentes. Paradójicamente, el operador kirchnerista Juan Carlos Mazzón, y uno de los artífices de la creación de la Liga tres años atrás, hoy es otro de los acérrimos defensores de la candidatura del zigzagueante Rafael Bielsa, quien el 16 de junio último declaró a La Nación: “Voy a ser candidato a jefe de gobierno porteño” y un par de meses después dijo: “Tengo la convicción de que voy a ser candidato a gobernador de Santa Fe”.
En otro orden, subsisten interpretaciones contradictorias sobre la excesiva demora en la designación de Noemí Azcona como directora médica del Hospital Gutiérrez. La versión oficial señala que se está a la espera de la creación de un cargo en la Zona VII de Salud para compensar al desplazado scottista Carlos Trongé; y la versión alternativa sugiere que con el nombramiento del firmatense Ramiro Huber como interventor -sucediendo a Tomás Tibaldi- y el de Azcona como directora médica, el Gutiérrez se transformará en un hospital spinozzista, siendo que el scottismo trabajó a destajo en la Batalla del Samco y ahora prácticamente no obtendría beneficios con esta intervención directa de las autoridades provinciales en sintonía con las estrategias del senador de General López, hoy enfrentado abiertamente con el eje Obeid-Bielsa.
Las necesidades scottistas de alinearse con el eje y el crecimiento político de Spinozzi en las huestes del reutemismo sin Reutemann, colisionan frontalmente como nunca antes. A estas alturas, el intendente debe estar aferrado a la ilusión de que el presidente Kirchner y el senador nacional Carlos Reutemann, acuerden, al menos, evitar las primarias y bendecir, a dúo, a Bielsa. Sólo así, Scott podría conservar la precaria unidad interna por un tiempo más. Aunque se avecinan otros desafíos para el oficialismo, como el inicio de las negociaciones con el tercer sector del PJ por el segundo puesto de la lista de candidatos a concejal. Como el año próximo resigna dos bancas legislativas, el scottismo no estaría dispuesto a ceder el segundo puesto a un aliado, pero también sabe que dejando crecer a un tercer sector, corre serios riesgos de perder esa segunda banca en las primarias nada menos que a manos de sus enemigos lucifuercistas, como ya lo padeció hace un par de años.

(Publicado el viernes 1 de diciembre de 2006 en diario El Informe de Venado Tuerto)