Conclusiones de una elección que ratificó al oficialismo y legitimó a una nueva oposición

Con una caída de 7 mil votos, el intendente Scott podrá disfrutar de los favores de sus legisladores provinciales Spinozzi y Lagna, aunque éstos estarán más atentos a los pasos del Lole que a los del Mago. Freyre será el más observado de los ediles. Meier, el político que más creció, tendrá que fortalecer su estructura para enfrentar el nuevo eje de poder. La UCR, que se salvó de la debacle, festejó tanto la reelección de Enrico como la postergación de Meier.

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Pese a la previsible caída de su caudal electoral tras ocho desgastantes años de gobierno -perdió 7 mil votos-, Roberto Scott conservó el poder municipal con la ayuda de los ocho sublemas menores del peronismo (hasta el renunciante Carlos Tejerina colaboró con lo suyo), que le incorporaron el tercio de los votos del lema que el intendente requería para sostenerse en pie. También la ley de lemas era, en este turno, funcional a los intereses del candidato de Pueblo, Roberto Meier, que desde el vamos asomaba como el más fuerte de los cinco postulantes binneristas.
Como lo hizo Scott en sus tiempos de concejal, castigando al Banco Integrado Departamental y la obra de agua potable dematiísta ante el abroquelamiento del resto de la corporación política, ahora fue Meier el que actuó en ese sentido contra las autoridades de la Cooperativa Eléctrica, el nuevo BID de los venadenses. Como en aquella oportunidad, ante los embates de un concejal solitario, la corporación política volvió a resistir desde la trinchera, esta vez con el intendente Scott dentro de ella. En 1994, promediando el tercer mandato, y con Ernesto De Mattía con veleidades de gobernador, la gestión radical se caía a pedazos. Y los certeros golpes de Scott apuraron la entrega del gobierno municipal casi sin resistencias. Esta vez, en cambio, no le alcanzó al Tío con sus fuerzas aún en gestación para imitar aquél desembarco scottista, a pesar de haberse convertido en el político venadense de mayor crecimiento (duplicó su caudal electoral).
El “efecto arrastre” del Lole (perfeccionado con el acotamiento del número de sublemas binneristas y una “supersabana” poblada de apellidos Reutemann), junto con el asistencialismo municipal que mantiene en cautiverio a miles de venadenses y las conocidas alianzas con aceitados aparatos electorales sindicales, permitieron a Scott conservar la Intendencia venadense por cuatro años más. Por supuesto, el carisma y la experiencia del Mago, también influyeron en esta nueva victoria. Tampoco hay que menospreciar la injerencia de los restantes sublemas del PJ que, entre los ocho, contribuyeron con 5 mil decisivos votos al lema. En 1999, el scottismo le había ganado a la Alianza sin necesidad de apelar a los votos obtenidos por los otros sublemas.
Uno de los datos llamativos es que las dos listas promovidas por el scottismo (Hranuelli y Briñón) reunieron menos de 2 mil votos, que no le hubieran alcanzado a Scott para doblegar al lema socialista. En rigor, si no se presentaban los sublemas chipolonistas, el scottismo hubiera inventado otros propios, pero la fotografía electoral, ley de lemas mediante, indica que el firmatense José Chipoloni no solamente deberá ceder la senaduría por General López a Ricardo Spinozzi, sino que las listas venadenses que apadrinó ayudaron a consolidar la re-reelección de Scott.
Con 11 mil votos el intendente y 8 mil el concejal Meier -legitimado como el jefe opositor que faltaba desde la desaparición de Domingo Savino-, esta reciente elección erige a ambos en las figuras políticas más encumbradas de la ciudad, aunque desde el diciembre próximo se inscribirán en esa grilla de notables el scottista Ricardo Spinozzi y, en menor medida, Jorge Lagna -esta vez colgado de Scott y también del Lole-, electos senador provincial y diputado provincial, respectivamente.

Freyre, el más observado
El ingreso al Concejo del subsecretario de Acción Social, José Luis Freyre, constituye uno de las notas sobresalientes del último domingo. Aunque se descontaba su designación, la particularidad es la coincidencia de todos los referentes scottistas en proyectarlo desde ahora como el “candidato natural” a reemplazar a un intendente que en diciembre comenzará el tercer mandato con la adhesión del 30 por ciento de los electores.
Lagna, y principalmente Spinozzi, que aún no asumieron como legisladores provinciales, ya sueñan con las chances que les podría deparar el lanzamiento de la candidatura presidencial de Carlos Reutemann o, en su defecto, la búsqueda de una tercera gobernación santafesina. En cambio, Freyre emerge como el más firme postulante para una próxima Intendencia, que no se empieza a disputar en la campaña electoral -como algunos creen-, sino muchos años antes. Tan bien lo sabe el intendente Scott que por nada del mundo acepta que “Poroto” se desvincule totalmente de la estratégica Acción Social, de enorme influencia electoral en una ciudad con miles de pobres que dependen del asistencialismo municipal. Asimismo, aas diferencias que separan a Meier, Moscoso y Natali del intendente Scott, agigantadas por los roces de la reciente campaña electoral, anuncian un Concejo menos idulgente que el conocido. También el nuevo radicalismo, que empieza a reconocer en Lisandro Enrico a su figura más encumbrada, amenaza con una marca a presión sobre las políticas oficiales.
En este sentido, una de las primeras definiciones políticas post-electorales trascendentes se dilucidará en diciembre, con la definición de la Presidencia del Concejo, que naturalmente debería seguir en manos scottistas durante el próximo período legislativo. Giner, Pedrola y el propio Freyre, son las alternativas para ocupar el segundo escalón del poder político venadense. No hay dudas de que la aparición de Freyre en la oferta legislativa oficialista contribuyó la cuota de racionalidad y pluralismo que, en general, le faltaron a esta administración. Pero ese inmenso capital que atesora “Poroto”, y que seduce incluso a sectores antagónicos al scottismo, podría deteriorarse con la fuerte exposición de una presidencia del Concejo o una jefatura de bloque. Ya sin el bajo perfil de una Subsecretaría, Freyre tendrá que demostrar a propios y extraños, en la tribuna legislativa, si es capaz de imponer el perfil que lo distinguió hasta ahora o si, por el contrario, se mimetiza con la vieja política.
Otra reaparición es la del ex secretario de Gobierno Gustavo Giner, un viejo conocido del intendente, que se ocupa de defender a capa y espada, y en donde sea, los intereses scottistas. El pragmático abogado, que fue uno de los grandes cuestionadores del negocio de la fibra óptica emprendido irregularmente por la Cooperativa Eléctrica, constituirá junto con Miguel Pedrola, el ala combativa del oficialismo. Y Freyre, con el mismo perfil que lo caracteriza en el Plan General y el Consejo Consultivo, buscará transformarse en el factor equilibrante.

Meier, el opositor
Por el lado del progresismo, Roberto Meier tiene varios desafíos en los próximos dos años de gestión. Con Claudio Natali, un edil surgido de las entrañas de la militancia, el Tío tendrá mejor cubiertas las espaldas en el Concejo. Y podrá dedicar más tiempo a fortalecer su estructura partidaria -demasiado céntrica aún-, como así también a tejer políticas de alianzas que lo proyecten con independencia de la continuidad de la ley de lemas. Como el propio Meier lo admite, la relación que lo unió con los radicales en Venado fue forzada por las imposiciones provinciales, pero difícilmente vuelva a concretarse. Sin la contribución radical, la centroizquierda necesitará de un vigoroso y sostenido crecimiento para afirmar en 2007 sus ambiciones de poder en la Municipalidad. Meier no deberá actuar sobre la base ilusoria de los 14 mil votos de esta alianza electoral efímera, sino a partir de sus 8 mil votos genuinos (o los 10 mil que reúne con el socialista Juan Moscoso), cosechados sin asistencialismo y con presupuestos de campaña ínfimos.
Por su parte, Moscoso estuvo lejos de las expectativas depositadas en su postulación a intendente. Y ahora le espera la ardua tarea de relanzar el Partido Socialista en la ciudad, al mismo tiempo que deberá diseñar una estrategia de trabajo en bloque con Meier y Natali. Si durante la campaña hablaron de un cogobierno municipal en caso de accedder cualquiera de los dos a la Intendencia, sería imperdonable que no ratifiquen tamaño compromiso en el Concejo.
En la UCR, no solamente se lamenta la floja actuación de Ernesto De Mattía en su pugna por la senaduría provincial, sino también la mala elección de Delfor Hernández, por lejos el candidato a intendente con mayor inversión publicitaria en nuestra ciudad. La agonía del dematiísmo que administró a la ciudad entre 1983 y 1995 apenas fue compensada por la reelección de Lisandro Enrico como concejal. Y también por el triunfo scottista, que resultó mucho más digerible que una victoria meierista para los radicales venadenses.
Con acierto, la UCR había conciliado una lista única de concejales para impedir la catástrofe tan temida, en un acuerdo que incluyó una lista común para las legislativas de 2005, que seguramente encabezará Hernández, postergando así una proyección más resuelta de Enrico, pues con otro edil de su sector entre 2005 y 2007, habría fortalecido sus confesas aspiraciones de intendente.

(Publicado el viernes 12 de septiembre de 2003 en diario El Informe de Venado Tuerto)

Scott consiguió la re-reelección por muy ajustado margen ante la alianza opositora


Con la ayuda de los pequeños sublemas del PJ, el intendente Scott superaría por cinco puntos a la coalición de Pueblo, UCR y PS. Y coloca dos ediles. Meier, el nuevo jefe de la oposición, también incorpora un concejal. Enrico retiene la banca. Spinozzi es el nuevo senador provincial. Y Lagna ingresaría a la Cámara baja.

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En una apretada elección a intendente entre los lemas justicialista y socialista venadenses, Roberto Scott se adjudicó por tercera vez consecutiva el gobierno municipal, alcanzando el récord ostentado por su antecesor, Ernesto De Mattía, que administró la ciudad durante 12 años.
Como hace cuatro años, Scott prevaleció nítidamente en el lema peronista, aunque en esta ocasión necesitó de la ayuda de los restantes siete sublemas para imponerse a la coalición opositora (Pueblo, PS y UCR). De acuerdo a estos resultados aún frescos y provisorios, el concejal Roberto Meier emerge como el segundo “hombre fuerte” de la ciudad, por encima del relegado Ernesto De Mattía, y a la par del legitimado Tino Spinozzi.
En el Concejo Municipal, el intendente también sale fortalecido de este 7 de septiembre, pues coloca al subsecretario de Acción Social, José Luis Freyre, y al ex secretario de Gobierno, Gustavo Giner, en reemplazo del scottista Jorge Lagna y Alberto Turcato, que no siempre respondió a los intereses del oficialismo.
El Tío Meier, el otro gran triunfador de estos comicios, que hace dos años ingresó como concejal, continuará ahora como jefe de bloque en compañía de Claudio Natali, una de las nuevas figuras de Pueblo. En consecuencia, a partir de diciembre próximo, podría conformarse un bloque legislativo de centroizquierda con Meier, Natali y Juan Moscoso, que obtuvo el tercer puesto en la coalición opositora. Este escenario político es absolutamente novedoso para nuestra ciudad, que hace apenas dos años no tenía ni una sola banca ocupada por representantes de ese sector del arco ideológico.
Por su parte, el radicalismo consiguió retener una de las dos bancas que resignaba (las de Enrico y Stiepovich) en manos del propio Lisandro Enrico, como fruto de un inteligente acuerdo entre las tres corriente internas en respaldo de una lista conciliada de candidatos a concejal que salvó a la UCR de una segura debacle. El corte de votos también marcó un explícito apoyo a la gestión parlamentaria que Enrico completará en diciembre próximo.
Sin el verborrágico Jorge Lagna ni el experimentadísimo Esteban Stiepovich, es posible que el próximo Concejo no luzca tan fragmentado como hasta el presente, con siete bloques diferentes. José Freyre, Miguel Pedrola, Gustavo Giner y Noemí Rasello, serán el cuarteto scottista químicamente puro, en tanto que el trío de los nombrados Meier, Natali y Moscoso, se establecerá como el principal bloque opositor. El dematiísta Delfor Hernández -lejano escolta de Meier en el lema socialista- integrará junto a Enrico el tándem de la UCR, que a pesar de su condición minoritaria, mantendrá una posición estratégica para decidir en grandes temas de la ciudad.
Junto con su propia re-reelección, el intendente Scott también puede jactarse de la proyección regional del grupo político que lidera, de la mano del secretario general de la Gobernación, Ricardo Spinozzi, que fue electo senador provincial (superando a rivales de la talla de José Chipoloni y Ernesto De Mattía) y Jorge Lagna, que se habría adjudicado una banca en la Cámara de Diputados de Santa Fe. De esta manera, la ciudad de Venado Tuerto ostentará la senaduría tantas veces postergada, y el scottismo, aunque ya no exhibe la misma holgura sobre sus adversarios locales, cumple con su viejo anhelo de proyectarse políticamente en el siempre esquivo departamento General López. Ahora, desde esa fortaleza, las usinas scottistas tendrán que urdir las estrategias necesarias para acercarse al gobierno provincial de Jorge Obeid y al gobierno nacional de Néstor Kirchner, cuyos operadores actualmente no incluyen a Scott entre sus referentes territoriales.
La muy buena respuesta cosechada en sus excursiones barriales y una probada condición de liderazgo en el centro de la ciudad, ilusionó a Meier con alcanzar la línea del intendente Scott, pero el aparato estatal -exprimido al máximo durante las últimas semanas- fue demasiado para la embrionaria estructura partidaria del Tío, que tiene que estar conforme con este resultado aún distante del techo de sus potencialidades.
El re-reelecto intendente Scott admitió anoche que la lucha de Meier por la democratización de las cooperativas de servicios públicos fue clave para su crecimiento electoral y, con el mismo acierto, le advirtió al nuevo jefe de la oposición -cargo vacante desde el fallecimiento de Domingo Savino- que para continuar ascendiendo en la consideración pública debe ofrecer algo más a la ciudadanía. El desafío para Meier es más grande que nunca en estos próximos dos años. No solamente deberá definir cómo desempeñará el rol de principal oposición, sino también cómo consolidará su espacio político y qué alianzas anudará rumbo al próximo turno, en 2007. En ese entonces, con Spinozzi y Lagna afirmados como legisladores provinciales, y con Freyre afianzado en el roce cotidiano de la concejalía, la sucesión de Scott tendrá nuevas y poderosas ofertas. En conclusión, el scottismo, que pudo perder algo, se quedó con todo; el meierismo, que pudo ganar muchísimo, se quedó con bastante; y la UCR, que pudo perderlo todo, se quedó con algo. En la elección venadense casi todos festejaron, salvo el dismiuido dematiísmo y el peronismo no scottista, que ya deben estar pensando qué nuevos caminos recorrer ante esta nueva derrota frente al intendente.

(Publicado el martes 9 de septiembre de 2003 en diario El Informe de Venado Tuerto)




A ocho días del cierre de listas, hay más especulaciones que confirmaciones en el panorama político venadense

A una semana del cierre de los plazos para la presentación de candidaturas, una clima de incertidumbre sobrevuela en la mayoría de las agrupaciones políticas santafesinas. Estas indefiniciones no solamente son el esperable producto de una ley de lemas que obliga a los partidos políticos a dirimir sus internas en las elecciones generales, sino que en Santa Fe el sistema electoral se distorsionó aún más con las reformas introducidas por el oficialismo para impedir que los partidos de la oposición concurran a los comicios como distintos sublemas unificados en un superlema. Recién a principio de la próxima semana se conocerá la resolución del Tribunal Electoral de Santa Fe sobre el particular, aunque el dictamen del reutemista procurador general Jorge Bof prenuncia que el fallo será adverso para las estrategias de la oposición que el socialista Hermes Binner lidera, hasta ahora, en la torpedeada Confederación Encuentro Progresista.
Mientras tanto, en nuestra ciudad, el intendente Roberto Scott admitió esta semana la candidatura a la re-reelección que El Informe había adelantado hace más de seis meses. Los coqueteos del primer mandatario venadense con el kirchnerismo fueron sepultados apenas el reutemismo le ofreció candidatear a Ricardo Spinozzi (actual secretario general de la Gobernación) para la preciada senaduría provincial por General López. A pesar de presentarse como uno de los principales ideólogos de la promocionada Liga de Intendentes, mientras sus pares terminaron arreglando con Jorge Obeid, Scott dio un triple salto mortal y aceptó el convite de Reutemann para integrar sus listas.
En los corrillos scottistas todavía tienen esperanzas de que el Tino sea premiado con algún cargo expectante en la lista de candidatos a diputados nacionales. También especulan con un ministerio para el venadense, si el reutemista Alberto Hammerly fuera electo gobernador. Tanta es la confianza en que se concrete alguna de estas posibilidades que reina un desmesurado interés en las huestes scottistas por quedarse con la candidatura a la senaduría provincial suplente.
En tanto, el presidente del Concejo, Jorge Lagna, que en diciembre completa su mandato legislativo, estaba lanzado a recorrer las localidades de la región con la senaduría entre ceja y ceja, pero la candidatura de Spinozzi -con la bendición del Lole- lo marginó tempranamente de la carrera. Ahora, a los codazos, trata de adueñarse de una candidatura a diputado provincial. Y, en el último de los casos, colgarse del Tino para recalar en alguna influyente repartición del gobierno provincial.
La posible candidatura a concejal del subsecretario de Acción Social, José Luis Freyre, se presenta en los análisis previos como un contundente acierto del intendente Scott, que podría ofrecer al electorado un dirigente progresista y dialoguista para compensar su propio perfil vehemente y autoritario. Los restantes candidatos surgirán de una larga lista de postulantes que, entre otros, incluye a Gustavo Giner y María del Carmen Cibelli.
Por su parte, Gerardo “Poli” Barberis se constituyó en el segundo candidato a intendente proclamado en el PJ, con el padrinazgo político de Adolfo Rodríguez Saá, el alineamiento provincial con Jorge Obeid, y la mística barrial de Domingo Savino. El abogado y conductor televisivo anunció que todos sus candidatos a concejal serán dirigentes vecinalistas. Raúl Britos, del barrio Villa Casey y origen savinista, asoma como uno de los más firmes postulantes.
Otro que deshoja la margarita es Alberto Turcato que, como Lagna, concluye su período en diciembre, y todavía no cerró ningún alineamiento provincial. La agrupación Causa, que el abogado lidera en la ciudad, tampoco consiguió un candidato a intendente a la medida de sus expectativas. Y ahora es inminente el lanzamiento de Turcato como candidato a intendente. Además de los adolfistas Barberis y Turcato, los operadores menos discretos del scottismo advierten que el deseo del Mago es incorporar más sublemas justicialistas para el 7 de septiembre. “El hombre se tiene confianza, y por eso se presenta. Pero esta vez sabe que la mano será más difícil”, afirmó uno de sus escuderos. “Seguro que otra vez aparecerá un sublema de vecinalistas”, auguró la misma fuente.

De Mattía, el protagonista
La Unión Cívica Radical venadense, que gobernó la ciudad entre 1983 y 1995, se debate en uno de sus peores momentos. Por si no fuera poco con el personalismo de Ernesto De Mattía, que marginó del partido a los más lúcidos dirigentes, en los últimos meses los radicales sufrieron la escandalosa e impune interna partidaria y, casi como un golpe de gracia, el castigo del electorado en los comicios nacionales de abril. Esta noche, en el marco de un plenario, el dematiísmo determinará sus candidatos a intendente y a concejal. En rigor, este encuentro es apenas un escenario montado para que el líder del sector informe a la militancia si se decidió a presentarse nuevamente como candidato después de la dolorosa derrota del ’99 ante Roberto Scott. Si De Mattía, como la mayoría supone, no es de la partida, los candidatos son el ex diputado provincial Marcelo Meardi y el concejal Delfor Hernández. Demasiado bajos los dos en los sondeos preliminares, algunos fogonean a Lisandro Enrico como candidato a intendente de todos los radicales. Sin un candidato a intendente que traccione eficazmente en favor de su reelección legislativa, Enrico estaría igualmente decidido a conservar su espacio político mediante la candidatura a la Intendencia. “Y si Lisandro es el candidato de todos los radicales, mucho mejor. Sabemos que, si no va De Mattía, la mayoría de esos votos quedan en la UCR”, estimó un enriquista de la primera hora.

Progresistas expectantes
En la centroizquierda del arco político venadense también hay gran expectativa por la decisión final de Ernesto De Mattía. En este sentido, el concejal pueblense Roberto Meier fue categórico: “Si De Mattía ocupa alguna candidatura en las listas del Encuentro Progresista, nosotros iremos por fuera, con nuestro intendente y nuestros concejales”. Esta intransigencia desbarató la ingeniería del socialismo provincial, que especulaba con traccionar votos para el binnerismo con las presencia de Meier y De Mattía en su boleta electoral. “O él o yo”, definió Meier. En consecuencia, si el líder radical decide presentarse, los socialistas tendrán que pronunciarse por uno de los dos. “Está bien que quieran pelear el gobierno provincial, pero no a cualquier precio. De Mattía es la vieja política y nos pondría un techo electoral. La candidatura de De Mattía es funcional a los intereses del scottismo y los grupos de poder de la ciudad”, disparó, casi sin respirar, uno de los fundadores de Pueblo. A pesar de las marchas y contramarchas, la militancia meierista confía en un final feliz, con el Tío y Juan Moscoso encabezando sendos sublemas como candidatos a intendente de la boleta oficial de Hermes Binner.

Las otras fuerzas
Acción Vecinal es una de las agrupaciones municipales que surgió con más fuerza en los últimos meses y adquirió notoriedad por fuertes pronunciamientos públicos, especialmente en favor de la democratización de la Cooperativa Eléctrica, en coincidencia con la dirigencia de Pueblo. Si bien los candidatos de este sector se definirán mañana por la tarde en el marco de una asamblea, hay fuertes versiones que sindican al ingeniero agrónomo Federico Gallo como el candidato a intendente, en tanto que Enrique Linares y Mario Temporini se anotarían entre los candidatos a concejal de la Acción Vecinal.
Por su parte, Afirmación por una República de Iguales (ARI) definirá esta noche en un plenario sus principales candidaturas locales, entre las cuales se destaca la posible postulación de Elizabet Seret a la Intendencia.
El Movimiento Federal Recrear, que tiene entre sus referentes locales al ex concejal demoprogresista Carlos Gómez Tomei, no presentaría candidatos en nuestra ciudad, ni a la Intendencia ni al Concejo. Pese a los prometedores resultados obtenidos en Venado Tuerto por Ricardo López Murphy el 27 de abril, el escribano Gómez Tomei considera que Recrear aún no consolidó los equipos de trabajo para aspirar a cargos ejecutivos o legislativos locales. Sin embargo, el dirigente está entusiasmado con la alternativa de una candidatura a legislador nacional o provincial.

(Publicado el viernes 17 de julio de 2003 en diario El Informe de Venado Tuerto)

Entrevista a Julio Eggimann

“Kirchner y Scioli saben cómo hacer un país en serio”

El referente duhaldista de General López reivindicó las virtudes de la propuesta que encabeza el gobernador santacruceño y recordó que las gestiones de Roberto Lavagna y Daniel Scioli en el gobierno de transición son la más clara expresión del modelo productivista que se instrumentará en los próximos cuatro años.

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En su defensa de las condiciones de la fórmula integrada por Néstor Kirchner y Daniel Scioli, el dirigente justicialista Julio Eggimann destacó que “en la Argentina de los ‘90 todo era importado. Alimentos, ropa, autos, calzado, puertas y ventanas, muebles, maquinarias. ¿Cuánto más podía aguantar un país que solo consumía y no producía? Los años de neoliberalismo sin control, sin protección del trabajo argentino y de apertura indiscriminada, provocaron la quiebra de la industria nacional y su secuela inevitable: la desocupación. Y la miseria para millones de argentinos”.
“En cambio -agregó- un modelo de producción y trabajo exige articular inteligentemente y con sentido nacional, lo público y lo privado. Estado y mercado no deben confrontar, sino asociarse en la construcción de un país distinto, con un perfil productivo donde aprovechemos nuestras ventajas competitivas, como lo proponen nuestros candidatos”.
Con referencia a la obra pública, apreció que “es un formidable motor para revertir la pérdida de puestos de trabajo producto de años de recesión, desinversión y destrucción del empleo nacional”.
“En un país en serio, el Estado -cuidando el equilibrio fiscal- debe emprender obra pública para garantizar una infraestructura básica social y de reconversión económica (viviendas, caminos, red de agua potable, escuelas, hospitales). Así se reactiva la construcción, madre de todas las industrias, donde la creación de cada puesto de trabajo demanda una inversión relativamente menor a la que demandan otras actividades”.
En cuanto a la crisis de seguridad, remarcó Eggimann que no sólo es un problema social -miseria, marginalidad, desocupación- ni tampoco únicamente policial -legislación blanda, justicia lenta o corrupción de las fuerzas de seguridad-, y afirmó además que la polémica entre “garantistas” vs. “mano dura” no solo es estéril sino que también es incompleta. “Somos desde hace mucho tiempo una sociedad que carece de un sistema de premios y castigos. En la Argentina casi nadie quiere cumplir la ley y todos quieren escapar a las penas. Más de la mitad de los contribuyentes obligados a pagar impuestos no lo hacen. La sociedad percibe que solo va preso 'el ladrón de gallinas'. La ley penal debe alcanzar a todos los que delinquen", subrayó.
Por último, en materia impositiva, Eggimann dijo que Kirchner se dispone a cambiar la regresividad del actual sistema impositivo por uno de mayor progresividad, que no castigue el consumo y que apunte a la renta ociosa. "Esta es una deuda pendiente de las instituciones políticas argentinas con el valor equidad. La equidad impositiva no es sólo un valor social sino esencialmente moral, y como tal contribuye a la paz social. La sociedad debe percibir claramente que el esfuerzo que se demanda a cada uno de los ciudadanos es justo", redondeó el ex diputado provincial.

(Publicada el viernes 24 de abril de 2003 en diario El Informe de Venado Tuerto)

¿Elecciones... de qué... cuándo?

A un mes y medio exactamente de las elecciones presidenciales, en nuestra ciudad la indiferencia golpea con igual o mayor intensidad que en las restantes poblaciones argentinas. No se percibe en estas semanas previas a los comicios del 27 de abril (valga la perogruyada) la excitación popular de 1973, cuando luego de 18 años de exilio las mayorías preparaban el regreso al poder del general Juan Perón. Ni tampoco se adivina el fervor democrático de 1983, cuando las urnas se desempolvaban por fin después de la larga noche dictatorial. En este naciente 2003, donde ni la primavera agrícola disimula la depresión de la masa asalariada, después de décadas de frustraciones, los argentinos ya no creen en las propuestas políticas, cualquiera sea su origen. O no se sienten seducidos por los programas electorales o, lo que es peor, ni siquiera los tienen en cuenta, seguros de que pronto serán olvidados, como siempre, y reemplazados por las recetas de los dueños del poder, esos mismos que en los últimos 20 años mandan en la Argentina, sin necesidad de botas ni de votos.
El fenómeno de vaciamiento ideológico de la política, que hoy se refleja en el desinterés de los ciudadanos por los asuntos públicos, comenzó a imponerse a sangre y fuego el 24 de marzo de 1976, continuó con la comodidad de depositar excesivas responsabilidades en manos de una clase dirigente estructuralmente corrupta, y luego con las esperanzas en consignas milagreras y el carisma salvador de ciertos candidatos prestos a la promesa de salidas fáciles. Hoy, no se cree en las ideas, y tampoco en los supuestos Mesías. Sin embargo, este inquietante dato de la realidad, el de la desconfianza en la dirigencia política (y en las otras también), podría transformarse en una luz esperanzadora, si los argentinos asumen que no hay hombres providenciales ni recetas mágicas, que, por el contrario, es el momento oportuno para comenzar de nuevo, desde los cimientos, y preguntarnos qué hacemos por modificar nuestro entorno, cuántos compromisos sociales asumimos, cuánto individualismo nos infecciona y cuánto más esperaremos a que otros hagan lo que nosotros dejamos de hacer.
Mientras tanto, una fuerte dispersión de ofertas electorales confirma la tantas veces augurada fragmentación de los dos partidos mayoritarios, con Menem, Rodríguez Saá y Kirchner, por el lado peronista, y Moreau, Carrió y López Murphy, con origen radical. Desunidas tanto la centroderecha como la centroizquierda, tal vez la primera vuelta reacomode las cosas, y en el segundo turno se encuentren, al estilo de las democracias europeas, dos candidatos de espectros ideológicos opuestos, que libren una batalla de contenidos y reduzcan los votos en blanco o nulos a su mínima expresión, para arrancar el mandato sin el fantasma de la “ingobernabilidad” que, de todos modos, muy posiblemente asuele al presidente de la transición que asumirá el 25 de mayo.
Aunque candidatos como Carlos Menem, brutalmente sinceros, prometen continuar con la devastación política, económica, cultural y social que arrastró al país a un caos que ni la Alianza ni el ramillete de presidentes que la sucedieron pudieron detener, hay otros dirigentes más modernizados que, al menos en sus discursos, advierten la inviabilidad de un desarrollo nacional autónomo y sustentable sin determinados controles sobre los focos estratégicos (fuentes de energía y servicios públicos), entre otras propuestas progresistas que el aluvión neoliberal de los años 90 había desterrado de la política argentina y resucitaron inesperadamente en esta campaña electoral.
En Venado Tuerto, muy esporádicamente las mesas de café o los recreos laborales incorporan a sus agendas la defensa de uno u otro candidato presidencial, y mucho menos se debaten las propuestas. Tanto es así que ni siquiera los referentes políticos locales se interesan en hacer públicos sus alineamientos. Solamente unos pocos dirigentes se arriesgan a erigirse enfáticamente en representantes de los candidatos que el mes entrante se expondrán ante el electorado argentino después de un año largo de administraciones provisionales e improvisadas. Hay otros políticos venadenses -la mayoría- que revelan tímidamente sus preferencias solo cuando el periodismo los requiere. Y también sobresale la actitud de la dirigencia scottista, que sigue especulando, agazapada, sin tomar posición, a la espera de las instrucciones de Carlos Reutemann, devenido amo todopoderoso del peronismo santafesino. Tal vez hayan salteado el párrafo de El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo, que advierte: “... el vencedor no quiere amigos sospechosos que no le ayuden en las adversidades, y el que pierde no te ampara si con las armas en la mano no has compartido su fortuna.”

(Publicado el miércoles 12 de marzo de 2003 en diario El Informe de Venado Tuerto)