Binneristas dieron el primer golpe por la "quinta banca"

En la pelea por la quinta banca venadense, suponiendo que las otras cuatro en juego quedarán en manos de los justicialistas Germán Mastri y Liliana Rostom, el radical Carlos Díaz Vélez y el socialista Roberto Meier, sobresalen dos mujeres en pugna: la vianista Patricia Romero, candidata a la reelección desde el tercer puesto de la lista del PJ, y la socialista Rosana Bellatti, número tres en la oferta del Frente Progresista, Cívico y Social en lugar de Oscar Pieroni, en virtud de la ley de cupo femenino, que obliga a intercalar al menos una mujer cada tres postulantes.
Las periodistas Romero y Bellatti, cuyos sectores reunieron algo menos de 4 mil votos en sus respectivas internas, partieron rumbo a las generales del 27 de septiembre con la misma incomodidad: buscar la banca precedidas en sus listas por candidatos que ellas no hubieran elegido como compañía. Así pues, los porotistas Mastri y Rostom no resultan en absoluto simpáticos para Patricia Romero, como tampoco las figuras de Díaz Vélez y Meier seducen a la fracción socialista liderada por los concejales Oscar Pieroni y Fabián Vernetti, y mucho menos atraen a la candidata Bellatti.
Superadas las primarias, el Frente Progresista, que aventajó por más de mil votos al conjunto peronista, dio el primer paso con la oportuna reunión de referentes de los cinco partidos políticos integrantes de la coalición -PS, UCR, PDP, ARI y SI-, que a pesar de sus ostensibles disidencias, priorizaron esta vez las coincidencias, en busca de ofrecer a los más de 50 mil electores una propuesta comprensiva de los intereses de todos los sectores, aun cuando se admite que el protagonismo de la campaña deberá asumirlo Carlos Díaz Vélez, una de las pocas caras nuevas en las recientes internas, aunque ya fue concejal entre 1983 y 1985.
Desde entonces, Rosana Bellatti no tiene tantos temores de que radicales y meieristas actúen a media máquina, o excesivamente relajados en la próxima campaña, porque para los líderes de la lista, que tienen prácticamente garantizado su acceso a las bancas, no es lo mismo ganar que perder ante el PJ. A partir de los auspiciosos resultados del 2 de agosto, Díaz Vélez y el Tío también piensan en 2011, una instancia a la que los binneristas venadenses podrían llegar en óptimas condiciones para la disputa del Sillón de Aufranc y dos concejalías, además de la senaduría provincial y una diputación provincial.
Estas proyecciones son un bálsamo para los nervios de Bellatti, aunque todavía no alcanzan para espantar los miedos a resignar votos por izquierda, a manos del debutante Proyecto Sur de Martín González, que -con picardía- ya salió a la caza de los votantes más radicalizados de un socialismo que, por falencias propias, cedió el liderazgo de la oferta binnerista a un referente boinablanca.
En cambio, a 20 días de la primaria, en el PJ aún no se llevó a cabo -ni siquiera se convocó- la insinuada cumbre entre las distintas corrientes internas, que despertaba un interés mayúsculo por el acercamiento que podía promover entre porotistas y vianistas. Si bien faltan seis semanas para volver a las urnas, también transcurrió un lapso considerable desde las internas, el suficiente como para sospechar que no habrá ninguna cumbre entre los grupos justicialistas que asientan sus bases en la Intendencia y el Sindicato de Luz y Fuerza. Tal vez, sin fotos ni cámaras de TV, puedan acordar un pacto de no agresión, para no concederle tantas ventajas a la más homogénea concertación binnerista. Pero no mucho más. En este sentido, Patricia Romero, aun cuando podría atenuar la intensidad de sus críticas al oficialismo en este tramo, ya manifestó públicamente que no está dispuesta a cambiar su discurso, ni a rendirse en la pugna por la quinta banca.
Mientras tanto, en San Martín y Marconi, cuando aún no se habían acallado los festejos por haberse asegurado la mayoría de cinco ediles para la segunda mitad del mandato, se abrió el debate acerca de cuánto esforzarse por el otro objetivo: ganar las elecciones generales, cosa que no hubiera generado ninguna vacilación si Romero ocupaba el segundo lugar y un porotista entraba tercero, pero con la vianista al filo de la cornisa, las especulaciones son inagotables. Tanto es así que se vislumbran posiciones antagónicas, y aún irresueltas, en el seno del grupo gobernante: poner todo para ganar, aunque con ello se faciliten la reelección de Romero, y no poner tanto, para, de una vez por todas, sacarse de encima a la enemiga “17 de Octubre-Lealtad”, aunque el costo sea una estruendosa derrota justicialista que el binnerismo vernáculo podría utilizar como demostración de que sus ambiciones de desembarcar en la Intendencia, en 2011, no son tan remotas como se suponía unos meses atrás.

(Publicado el viernes 21 de agosto de 2009 en El Informe)

Después de los festejos y "pases de factura", surgen tentativas de reconciliación

En apenas siete semanas estará concluyendo la campaña proselitista -próxima a lanzarse- con motivo de las elecciones generales del 27 de septiembre, donde cinco listas se disputarán las cinco concejalías que se renuevan en diciembre: el Partido Justicialista; el Frente Progresista; Proyecto Sur; PRO y el fantasmal Partido de Participación Popular, cuyos postulantes aún no dieron la cara en la ciudad.
Tras los bulliciosos festejos del porotismo y el radicalismo por sus holgados triunfos en las internas, los referentes partidarios de todos los sectores se dedicaron a reflexionar sobre el veredicto de las urnas; en este sentido, justicialistas y binneristas tienen las mayores responsabilidades, tanto por ser los más votados (se repartieron casi el 90 por ciento de los sufragios y tienen aseguradas dos bancas cada grupo), sino porque, en cada caso, sus antagónicas corrientes internas ya comparten una única lista por imperio del sistema electoral, pero, al menos hasta ahora, no por la voluntad coincidente de unir fuerzas. Cómo olvidar que en la noche del domingo, entre gritos y saltos, en cercanías de Chacabuco y Belgrano, había porotistas que, irónicamente, celebraban por adelantado el ingreso al Concejo de la socialista Rosana Bellatti, precisamente la candidata que podría pelear mano a mano la quinta banca con la vianista Patricia Romero (ambas ocupan el tercer puesto en sus listas). Eran momentos de desborde triunfalista, como también se dieron esos excesos en el bunker del radicalismo luego de la gran victoria de Carlos Díaz Vélez, con unos cuantos que hacían cola para tirar a la parrilla al socialista Roberto Meier, aunque el Tío sea indigesto para los boinablanca, desde que les arrebató el liderazgo opositor en los últimos ocho años.
En la apertura de un período de recomposiciones internas, previo a la nueva campaña, en el espacio peronista, el secretario general partidario, y a la vez intendente municipal, José Freyre, ofrendó el primer gesto con la promesa de convocar a todos los sectores para trabajar juntos rumbo a los comicios generales, en un llamado que incluía al vianismo. Es que, más allá de los viejos pleitos sin saldar, Freyre, tal vez, interprete que los casi 4 mil votos que controla el lucifuercismo, podrían -en el futuro- resultar decisivos para la continuidad del PJ en el poder municipal. Más aún después de haber perdido por más de mil votos el 2 de agosto. Y de la considerable merma de votos porotistas respecto de las primarias legislativas de 2007, que tiene atenuantes, pues en ese entonces Freyre traccionaba desde su candidatura, aunque también es cierto que en la reciente elección, el intendente venadense se metió de lleno en la campaña y salió a plebiscitar su gestión. En este marco, los fundamentalistas del porotismo dan la vida por sacar al vianismo del Concejo, en tanto que los más mesurados advierten sobre los eventuales costos políticos de la operación. Es que así como era posible estar con un pie en el reutemismo y otro en el rossismo K, el oficialismo no tiene margen para jugar a dos puntas en las generales. O juega fuerte, con tanto despliegue como en las primarias, para garantizar el triunfo del PJ y ayudar a la reelección de Romero; o trabaja a reglamento, como algunos internamente fogonean, para perjudicar a la vianista y favorecer a la socialista.
En principio, Patricia Romero, aun cuando se ocupó de subrayar sus discrepancias con el oficialismo -más allá del despegue de Freyre, quedó muy dolida por los mails difamatorios disparados desde las oficinas de la Intendencia-, admitió que “todos nos debemos una charla”, en coincidencia con la insinuación porotista. Sin embargo, el siempre influyente concejal Miguel Pedrola -¿será el próximo jefe del gabinete de Freyre?-, que pocas horas antes de la votación deslizó que la Cooperativa Eléctrica estaba frenando un aumento tarifario para no salpicar a la lista del vianismo, volvió a la carga con los resultados puestos, rescatando la figura de Romero y cuestionando al líder del sector, Jorge Viano, con el propósito de agrietar la mesa chica lucifuercista. Así como estas pesadas declaraciones del presidente del Concejo, y los citados correos electrónicos, conspiran contra cualquier acercamiento, otra cuestión que deberá definir José Freyre es si bendice o neutraliza las intenciones de una parte de su militancia de presentar listas en las próximas elecciones de delegados de la Cooperativa Eléctrica, cuya asamblea general controla el lucifuercismo.
Muchas son las decisiones a tomar en San Martín y Marconi en los próximos días, no sólo en función de los comicios de septiembre y la relación con el vianismo, sino también en orden al futuro de la administración municipal, pues el Frente Progresista demostró una recuperación en las internas, y eso obligará a José Freyre a cambiar el ritmo de la gestión. La casi segura asunción como concejales -en diciembre- de los actuales secretarios Germán Mastri y Liliana Rostom, impondrá esos reemplazos, pero los replanteos deberán ser más profundos, si es que el intendente aspira a una reelección sin sobresaltos, aun cuando una mayoría legislativa propia debería bastarle para tener todo bajo control.

Desafíos para la oposición
Las desavenencias internas en el Frente Progresista no son menos cruentas que en el PJ, tanto es así que mientras la coalición gobierna la provincia de Santa Fe con Hermes Binner, y también, en General López, la vecina ciudad de Firmat -con el liderazgo del radical Carlos Torres-, en Venado ni siquiera pudieron constituir una mesa ejecutiva para coordinar las acciones.
Sin embargo, si pretende despertar credibilidad entre el electorado, esta concertación que reúne a la UCR, el PS, el PDP, el ARI y el SI, más temprano que tarde, deberá acordar un núcleo de coincidencias y, como sugiere el secretario parlamentario Lisandro Enrico, conciliar discursos y metodologías que “contengan a todos los sectores”.
Deberían, todos, registrar los fenómenos políticos del domingo 2 de agosto: mientras los radicales mandaron al freezer sus sangrientas internas para ganar la elección, los socialistas, dispersos en tres fracciones, rifaron el liderazgo de la coalición y favorecieron la resurrección de la UCR, que de estar en riesgo de quedarse sin representación legislativa después de 26 años, ya baraja candidatos para sentar en el Sillón de Aufranc, e incluso para sustituir al jefe del PJ santafesino, Ricardo Spinozzi, que en 2011 no volvería a postularse para la senaduría provincial.
Es cierto que existen rivalidades históricas entre los radicales y el Tío Meier, y que los tres grupos socialistas están más distanciados ahora que antes de las primarias, culpándose unos a otros por las consecuencias de la derrota, que se vuelve más dolorosa cuando se les ocurre sumar los votos de Meier y Oscar Pieroni, cuyo resultado supera con creces la sorprendente cosecha de Díaz Vélez.
Como esos porotistas del domingo a la noche, también había meieristas que proyectaban moverse a media máquina -dando por descontada la re-reelección del Tío- para evitar el ingreso de Bellatti. Asimismo, algunos simpatizantes del meierismo y, sobre todo, del pieronismo, se preguntaban cómo hacían para militar el voto a una lista que si bien ellos mismos integran en distintos puestos, ofrece como máximo referente a un candidato que venían calificando como de “centro-derecha”, o representante del “capital”. Sobre estas vacilaciones podría cabalgar Martín González, postulante del debutante Proyecto Sur, el otro que sueña con la quinta banca, siempre que pueda quebrar la polarización. Para ello, el discípulo de Pino Solanas considera que su base electoral se ensanchará con votantes afines que en las primarias intervinieron en las internas del PJ o el FP, dado que Proyecto Sur concurrió con lista única. El joven huertero -ex Mate e Izquierda Unida- también se ilusiona con recibir el apoyo de muchos que ya no se sienten contenidos, en función de la composición definitiva de las listas mayoritarias.
Otro factor que influirá en septiembre, y desvela a los referentes políticos, es el incremento del caudal de electores, que crecería entre 10 y 13 puntos, respecto del 67 por ciento de las primarias.
Con estos antecedentes, el Frente Progresista necesitará elaborar las bases de un acuerdo político que priorice las coincidencias en las cuestiones locales -sin entrar en inoportunas honduras ideológicas-, no sólo para triunfar en la próxima elección, sino para encaramarse como una fuerza con vocación de poder, dispuesta a pelear por la Intendencia en 2011, sin resignarse a oficiar de partenaire de las expectativas políticas de José Freyre.

(Publicado el viernes 7 de agosto de 2009 en diario El Informe)

Freyre ratificó su liderazgo político y Díaz Vélez fue la gran sorpresa

En un clima de apatía exacerbado por los 31 días consecutivos de veda proselitista, que se reflejó en el magro 67 por ciento de votantes, se llevaron a cabo en nuestra ciudad las cinco internas abiertas y simultáneas para definir las listas que en las elecciones generales de septiembre disputarán las cinco concejalías que se renuevan.
Desde que el intendente José Freyre asumió el protagonismo de la campaña, el oficialismo municipal inició un vertiginoso ascenso, que ayer fue ratificado en las urnas, no sólo porque la oferta liderada por el secretario de Promoción Comunitaria, Germán Mastri, fue la más votada (10.009 sufragios) entre las 11 que compitieron en las cinco internas simultáneas, sino porque consiguió el objetivo de colocar a los dos primeros candidatos (Mastri y Liliana Rostom) en la lista del PJ que competirá por las concejalías en los comicios del 27 de septiembre. En tanto, la concejala vianista Patricia Romero (3.702 votos), que trabajó fuerte para obtener el segundo lugar, debió resignarse con el tercer escalón de la lista, desde el cual la agrupación justicialista “17 de Octubre-Lealtad” tendrá que desplegar otra vez una ardua tarea por la reelección, pues -aunque la general se realizará dentro de ocho semanas- todo hace presumir que el oficialismo ya tiene casi asegurado el ingreso de Mastri y Rostom al Concejo, consiguiendo así el propósito de transitar la segunda mitad del mandato con mayoría propia, pues en diciembre abandona su banca el presidente del cuerpo legislativo, Miguel Pedrola, pero siguen en las suyas Gustavo Giner, Norma Orlanda y Bibiana Pieli.
Para Freyre, la satisfacción es mayor aún, ya que pudo ratificar su liderazgo político -en la antesala de la elección de intendente- con sus propias figuras (encabezó su lista con tres secretarios municipales), sin depender de otros sectores internos, con los que anudó alianzas, pero no los incluyó en la nómina.

Regreso triunfal
Después de un efímero paso por el Concejo en los albores de la restauración democrática, el abogado Carlos Díaz Vélez -en alianza con el PDP- protagonizó un regreso triunfal como prenda de unidad del radicalismo, y se ganó el derecho de liderar (con 6.687 votos) la oferta del Frente Progresista venadense en las generales, además de erigirse en el segundo postulante más votado en las primarias, después del oficialista Mastri.
Mientras tanto, el concejal socialista Roberto Meier (4.815 votos) se adjudicó el segundo puesto de la lista, y el grupo liderado por Oscar Pieroni, el otro edil del PS, obtuvo el tercer espacio (3.672 votos), que por imperio de la ley de cupo femenino, asumirá la secretaria general del partido de la rosa, Rosana Bellatti. Así pues, con este escalonamiento, se descuenta que el binnerismo trabajará con todo su potencial en la próxima campaña, pues los tres grupos mayoritarios tienen las chances intactas de ganar una banca cada uno en septiembre.
Después de largo tiempo de predominio meierista sobre el radicalismo -primero con Pueblo y luego desde el PS-, en esta ocasión, los boinablanca, un poco en virtud de la unidad partidaria, y otro poco aprovechando la dispersión socialista en tres fracciones (Meier, Pieroni y Guillermo Morel), recobró el protagonismo de los ’80 y los ’90, con un Díaz Vélez que seguramente asumirá en diciembre la banca que abandonará el radical Delfor Hernández, y el secretario parlamentario Lisandro Enrico -uno de los principales impulsores de Díaz Vélez- transformado en el referente partidario más fortalecido rumbo a los desafíos electorales de 2011 en Venado y la región.
Mientras los radicales estallaban de júbilo por el domingo de resurrección, en el socialismo se pasaban las primeras facturas por la pérdida del liderazgo de la coalición, pues si bien reconocían la legitimidad de la victoria radical, recordaban con tristeza que entre sus tres listas, con más de 9 mil votos, habían superado la cosecha de Díaz Vélez. El Tío Meier, aunque acaricia la re-reelección, sufrió más de lo que suponía el alejamiento del ala pieronista, que ya tiene identidad propia, y buscará retener la banca a través de Bellatti.
Más allá de las diferentes lecturas de los resultados, los cuatro grupos coincidían en destacar el triunfo sobre el PJ, con 15.844 votos sobre 14.774, vengando la reciente derrota en el orden local en el marco de las legislativas del 28 de junio. Asimismo, se ilusionaban en mantener esa diferencia en septiembre, que posibilitaría a la oposición binnerista incorporar tres legisladores y así formar un bloque de cuatro.
Por su parte, a pesar de presentar listas únicas, que carecían del atractivo de la competencia interna, cumplieron un papel decoroso el Proyecto Sur de Martín González (2.153 votos), y, en menor medida, el PRO, con César Merino (1.387), que intentarán quebrar la polarización augurada por el escrutinio de la víspera, pues entre todas las listas del PJ y el Frente Progresista sumaron el 89 por ciento de los votos.
Si esa formidable concentración electoral se conservara, más de 50 mil venadenses arribarán a los comicios generales del 27 de septiembre con cuatro candidaturas abrochadas y un único enigma, pues con los números de las internas entrarían Germán Mastri, Liliana Rostom, Carlos Díaz Vélez y Roberto Meier; en tanto, la incógnita por develar sería la quinta banca, que disputarán las combativas Patricia Romero y Roxana Bellatti, cuyos sectores prácticamente conquistaron la misma cantidad de votos.

(Publicado el lunes 3 de agosto de 2009 en diario El Informe)