Freyre abraza al Tío y Delfor, pero sufre opositores del "estilo Scott"

El intendente José Freyre transita la época del enamoramiento con la ciudadanía, recibe invitaciones del gobernador Hermes Binner para escoltarlo en la Casa Rosada y acapara lisonjas del superministro Antonio Bonfatti en su reciente visita a la Intendencia (incluyendo el envío de “saludos a Roberto”). Además de disfrutar del capital aún intacto del 45 por ciento de los votos obtenidos cuatro meses atrás, Poroto se beneficia con las estremecedoras internas de los pueblo-socialistas y la guerra fría en la UCR, aunque también los scottistas sufren las suyas en el PJ, con la vianista Patricia Romero en el rol de opositora implacable.
En este marco, Freyre opera como lo haría cualquier otro líder político en su lugar, privilegiando el tendido de puentes con los opositores más confiables, como Delfor Hernández y Roberto Meier, a los que distinguió hace pocas semanas con el ofrecimiento de la presidencia del Concejo, relegando las ambiciones de los oficialistas Miguel Pedrola, Gustavo Giner y Bibiana Pieli. Delfor aceptó el convite y se quedó con el preciado cargo, en tanto que el Tío, rechazado por sus bases, hoy es el mimado del flamante mandatario municipal.
Para más datos, Delfor encarna el ala blanda del radicalismo, en las antípodas del secretario parlamentario de la Cámara Baja provincial, Lisandro Enrico, quien ya aclaró que esa tarea en el gobierno binnerista de ninguna manera lo alejará de la política local. En la transición de Pueblo al PS, el Tío cumple el mismo rol que Delfor, en tanto que Fabián Vernetti y Oscar Pieroni ya esbozaron sus pretensiones de ejercer una fiscalización más rigurosa. Asimismo, Meier y Delfor completarán -a fines de 2009- sus dos períodos consecutivos como concejales y es probable que ninguno vaya por la re-reelección. Al menos, el Tío ya admitió públicamente que no volverá a ser candidato en Venado, al mismo tiempo que aguarda un llamado de Hermes, antes de que expire enero, para ocupar un cargo provincial; además, para volver a postularse tendría que superar la dura interna que se le avecina en el seno del socialismo. Y Hernández no luce con expectativas de recuperación después del flojo rendimiento electoral en las generales, en sintonía con el fracaso del radicalismo antibinnerista en el orden provincial. Ni Meier ni Delfor, en estas condiciones, asoman como oponentes de riesgo para Freyre, que los contiene, los abraza y se ilusiona con tenerlos más veces de su lado, que en la vereda de enfrente.

Verdades a medias
Según el punto de vista oficialista, Delfor y Meier practican una oposición constructiva; en cambio, Vernetti, Pieroni y, sobre todo, Romero, que no escoltan con la misma frecuencia las iniciativas de la Intendencia, son feos, sucios y malos, y desde ya, ejercen una oposición destructiva. Es esperable que desde las dependencias de San Martín y Marconi se intente imponer esta versión de los acontecimientos, pero una observación desinteresada determina que la condición de oficialismo no presume necesariamente la portación de la verdad revelada ni, mucho menos, acredita la licencia para ordenar qué estilo de oposición debe ejercerse para el control de la Intendencia. En este mismo sentido, es oportuno recordar que no hay ningún concejal que -en el estilo- se asemeje tanto a Roberto Scott en el período 1993/95 como Patricia Romero. Es evidente, y el oficialismo debería tenerlo en cuenta, que no puede ser tan malo, ahora, lo que antes era tan bueno, porque lo ejecutaba Scott. Era más fácil el embate en aquel momento, claro está, porque el dematiísmo estaba en retirada, pero el estilo de oposición del Mago tiene muchos puntos en común con el que hoy tanto escandaliza porque lo ensaya Romero. En esa misma línea se inscribe el debutante Fito Vernetti, que a pesar de haber transitado sólo unas pocas semanas como legislador, ya mostró que está más cerca de la vehemencia del tres veces intendente Scott, que del sosiego de Meier y el ex concejal Claudio Natali.

Falsas alianzas
En este tiempo nuevo de la oposición también se destacó en los últimos días el sofisma de Pedrola, en el sentido de que se había conformado un nuevo bloque entre Romero, Vernetti y Pieroni. En rigor, la ruptura del bloque de Pueblo, que en esas enclenques condiciones se traslada al socialismo, liberó a Vernetti y Pieroni del yugo de votar siempre igual que Meier, por disciplina partidaria y para guardar las apariencias. Siempre se supo que el Tío haría cualquier cosa antes de votar en consonancia con Romero, simplemente porque el jefe de la agrupación “17 de Octubre” es el lucifuercista Jorge Viano. Más aún, los propios ex pueblenses confesaron más de una vez que desde el ingreso de Romero al Concejo se había pronunciado la scottización de Meier. Ahora, sin estos condicionamientos surgidos de odios personales del referente histórico del sector, Vernetti y Pieroni se expresan con más libertades, y nadie debería extrañarse si algunas veces votan con el oficialismo y otras a la par de la filosa espada vianista. En este sentido, sobran los antecedentes que auguran ese comportamiento pragmático. Uno de ellos, por ejemplo, recuerda que los mismos pueblenses y socialistas que formaron Unirce para embestir contra el vianismo en la Cooperativa Eléctrica, más adelante se aliaron con los Vecinos Venadenses y los propios lucifuercistas para impedir el desembarco scottista en la Cooperativa de Obras Sanitarias. Desde ya que esa actitud disgustó a Meier, como también la publicación de la polémica revista poblada de denuncias contra el gobierno scottista en la antesala de las últimas elecciones, de lo cual se desprenden dos acotaciones necesarias: 1) La dignidad del Tío para defender, de todos modos, los contenidos de dicha publicación; y 2) El olvido de Scott, que aún no cumplió con el compromiso ante la ciudadanía de presentar la revista en Tribunales para deslindar responsabilidades.
Contra la simplificada lectura de Pedrola, es más factible que los mismos dirigentes que coinciden en el estilo scottista de ejercer la oposición, como Romero y Vernetti, entren en pugna por sobresalir en ese ancho espacio -un 55 por ciento del electorado no votó al oficialismo-, aun cuando en ciertas ocasiones voten en idéntico sentido.
En principio, nadie tiene la verdad acerca de cuál es la metodología más eficiente para ejercitar el indispensable rol de la oposición. Sin embargo, ante el empecinamiento de sectores interesados en endiosar a unos y satanizar a otros, cabe recordar que la historia reciente de la ciudad, del ’83 a la fecha, sentencia que brillantes políticos que apostaron al co-gobierno desde sus bancas, tanto con De Mattía como con Scott, se fueron quedando uno tras otro a la vera del camino; y el mismísimo Scott, que invirtió todo el tiempo posible en una oposición despiadada, resultó premiado por la ciudadanía.

(Publicado el lunes 31 de diciembre de 2007 en diario El Informe)

El inicio de la "era Freyre" y el final de Pueblo

El año en retirada será recordado en la política local por los sensibles cambios, comenzando por el gobierno municipal, con la elección de José Freyre como intendente, luego de un extenso mandato de 12 años de Roberto Scott. En el marco de una etapa de transición, el flamante mandatario ya dio muestras de sus pretensiones renovadoras en la gestión, aun cuando necesitó albergar en el gabinete a unos cuantos personajes que hubiera preferido sacarse de encima desde el vamos. Sin embargo, la fuerte influencia que conserva el veterano líder del sector y la falta de cuadros propios, precipitó las concesiones al viejo tronco scottista, aun cuando Freyre apeló a la estrategia de agrandar el gabinete para incorporar un nutrido grupo de Poroto ‘Boys, con el objetivo de foguearlo en el difícil arte de la función pública. Es posible que la era porotista químicamente pura recién arranque en 2009, con recambio de funcionarios y la formación de una lista de concejales integrada por candidatos de su entera confianza, teniendo en cuenta que se renuevan cinco bancas y el oficialismo ambiciona quedarse con tres de ellas. En tales condiciones, como solamente cede una, el porotismo podría encarar la segunda mitad del primer mandato con seis ediles propios, una situación de privilegio que ni los poderosos caciques Ernesto De Mattía y Roberto Scott disfrutaron jamás en sus largas administraciones.
Desde el comienzo mismo de la gestión, las esquirlas de las internas en el gremio municipal volaron hasta el corazón de San Martín y Marconi, como si quisieran poner a prueba los reflejos de los nuevos habitantes. El día después de la Navidad, un grupo de obreros ligado a la recolección de residuos golpeó donde más le duele a cualquier gobierno municipal, pues en esta Argentina de mayorías despolitizadas y divorciadas de los asuntos públicos, se puede aumentar los impuestos o agigantar el basural, casi sin pagar costos políticos, pero no se tolera que los residuos permanezcan más de un par de días frente a las casas. Así pues, la ausencia premeditada de los díscolos recolectores resintió el servicio y desató la protesta airada de los vecinos, obligando a las autoridades a tomar medidas de emergencia. Aun así, por razones de solidaridad, esos huecos no pudieron cubrirse con el personal del área y entonces debieron acudir a nuevas incorporaciones, recobrando la calma, pero con un pronóstico inestable.
Así como a Freyre le resultará cuesta arriba instrumentar la saludable decisión de la “tolerancia cero” en el tránsito urbano, por el carácter transgresor de los venadenses y tantos años de vista gorda de su predecesor en el Sillón de Aufranc, los mismos inconvenientes ya se le están presentando en una de las áreas más álgidas de la Municipalidad. “Hay una fuerte resistencia al cambio”, explica Poroto, aunque también es cierto que después de tanto descontrol en los últimos años, un mínimo ensayo de ordenamiento contribuyó a precipitar la rebelión tan temida.

Fractura y traspaso
También en la oposición se confirmaron importantes novedades en la recta final del año, como la decisión de las autoridades del Movimiento Pueblo de sumarse al convulsionado Partido Socialista venadense, con sus tres concejales y sus internas galopantes. Con este salto, en teoría, el bloque formado por Roberto Meier, Oscar Pieroni y Fabián Vernetti, adquirirá más poder político, en su carácter de referencia local del gobernador santafesino Hermes Binner. Sin embargo, para explotar esas potencialidades, los ex pueblenses tendrán que controlar, una vez en el campo socialista, las dificultades que arrastran para convivir en un mismo bloque. Mientras el Tío Meier insiste con sus planteos de cogobierno, el recién llegado Vernetti, con el apoyo de la mayoría de la militancia y el aprendizaje de la reciente frustración electoral, se inclina por una oposición más filosa y de estilo peronista, alternativa que también seduce a Pieroni, dispuesto a jugar un rol más protagónico en sus dos años finales de concejalía. Como quedó dicho el viernes pasado, los pueblenses se trasladan con sus internas y los socialistas los reciben con las suyas.
Sin el liderazgo indiscutido que ostentó durante más de 15 años en la centroizquierda venadense, Meier no aceptó la nueva relación de fuerzas y prefirió refugiarse, sin escándalos, en un monobloque, aunque está en duda si la más rígida estructura del partido de la rosa tolerará estas discrecionalidades que cualesquiera de los pueblenses se permitían cuando eran dueños de casa y no tenían que rendirle cuentas a nadie.
Mientras las autoridades partidarias convocaron a una asamblea general de afiliados para el miércoles 2 de enero con el objetivo de oficializar el traspaso, trascendió que el ex concejal Claudio Natali -ajeno a la conversión al PS y autoexcluido de Pueblo hace varios meses- intentará quedarse con el sello de la agrupación para refundarla y regresar a la política. Enterada de la versión en la tarde de ayer, una alta fuente de Pueblo vinculó el tema con una operación de prensa de un legislador oficialista -el mismo que se regodea denunciando la existencia de un nuevo bloque compuesto por Vernetti, Pieroni y la vianista Patricia Romero-, pero enseguida admitió que en la próxima asamblea podría tratarse la disolución del partido en una segunda instancia -deberían convocar a una nueva asamblea a tal efecto-, “para evitar que en las elecciones de 2009 se utilice el nombre de Pueblo con la pretensión de confundir al electorado…”.
Basados en los movimientos políticos, culturales y universitarios que se generaron en nuestra ciudad entre finales de la dictadura y albores de la democracia, la fulgurante irrupción de Meier y los suyos, no sólo quebró el bipartidismo, relegando a la UCR, sino que incluso se dio el lujo de neutralizar al ascendente socialismo, tanto es así que Juan Moscoso sólo consiguió acceder a una banca reemplazando al malogrado Domingo Savino. Ahora, con el masivo éxodo pueblense, el binnerismo local se erige en la principal fuerza de la oposición, aunque, al mismo tiempo, se convierte en un volcán en estado de latiente erupción.

(Publicado el viernes 28 de diciembre de 2007 en diario El Informe)

Se confirmó el éxodo pueblense a la tierra prometida del socialismo

Con el aval de Hermes Binner y la presencia del superministro Antonio Bonfatti, el viernes próximo se oficializará el desembarco de Pueblo en las filas del Partido Socialista. Desde 2008, el PS tendrá un bloque de tres ediles en el Concejo venadense. Los pueblenses se trasladan con sus internas, y los socialistas los reciben con las suyas.

- Hola, con alguien de Pueblo, por favor…
- No, en este momento no lo pueden atender.
- ¿Están en extraordinarias?
- No, están haciendo las valijas.
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- Buen día, ¿podría comunicarme con algún dirigente socialista?
- ¿Ahora? Imposible.
- ¿En reunión?
- No, se están pintando la cara.
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- ¿Hablo con Hermes?
- Sí, el mismo.
- ¿Suspendió la visita a Venado?
- Sí, me llamó Cristina… por el lanzamiento del Plan de Ahorro de Energía.
- A los suyos les convendría ahorrar energía… en internas… porque acá la van a necesitar para lidiar con los Poroto ‘Boys.
- No hay que alarmarse, el crecimiento también genera estas cosas.
- Sí, entre otras cosas, una interna bastante más grande.
- Ajá… y un bloque de tres concejales que antes no teníamos.
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Los diálogos telefónicos son ficticios, desde ya, pero ayudan a interpretar la situación de las dos agrupaciones que representan en nuestra ciudad al gobernador Hermes Binner: el Partido Socialista y el Movimiento Pueblo. Hoy, los dos sectores atraviesan fuertes sacudones internos, pues los tradicionales referentes de uno y otro grupo, Juan Moscoso y Roberto Meier, sufren la irrupción de nuevas corrientes que jaquean sus liderazgos. Moscoso, secretario general del partido de la rosa, tiene que vérselas con el aguerrido secretario adjunto Guillermo Morel; y Meier, el gran elector de los pueblenses, ya no es el jefe indiscutido de antaño.
En este marco, esas mismas tensiones prometen aumentar en los próximos días, a partir del éxodo masivo de la legión pueblense a las filas socialistas. Como se trata de una agrupación de orden municipal, varios integrantes de Pueblo estaban afiliados, al mismo tiempo, a distintos partidos políticos nacionales, como el ARI, el PJ y el PS. Hasta que, a principio de año, empezó a madurar el “Operativo Traspaso”, que consistía en dar un salto al binnerismo, dado que se habían modificado sustancialmente las condiciones políticas que, en 2002, decidieron a los meieristas a fundar el Movimiento Pueblo. Con el Frepaso fracturado, el repudio popular a los partidos tradicionales y una notoria ausencia de liderazgos, Meier y los suyos apostaron a la formación de una estructura local, aunque en la declaración de principios advertían que la definición adoptada “no significa aislarnos”, a la vez que establecían su voluntad de sintonizar con “políticas progresistas locales, provinciales y nacionales”. También es cierto que, en Venado, los pueblenses se identifican con Binner, tanto como los propios socialistas; prueba de ello es que el Tío Meier, en carácter de extrapartidario, integró en el ’91, como candidato a concejal, la lista de la alianza Honestidad, Trabajo y Eficiencia, impulsada por el socialismo.
El proceso de afiliación de los pueblenses al PS data de hace largos meses, pero se precipitó en las últimas semanas, en coincidencia con dos factores: 1) el cierre del plazo para participar en las internas de junio próximo; y 2) la definitoria bendición de Hermes Binner, que ya expresó su dicha por la generación espontánea de un bloque de tres concejales en una ciudad donde no tenía ni uno solo, después de la salida de Moscoso. Tanta es la trascendencia que la cúpula partidaria le otorga al desembarco, que el anuncio oficial lo hará el mismísimo superministro Antonio Bonfatti, durante su visita a Venado del viernes próximo.
Sin embargo, en el ala morelista del socialismo local reinan más prevenciones que alegrías con esta movida. Si bien consideran auspiciosa la incorporación de los tres ediles y de varias decenas de nuevos afiliados, con muchos de los cuales coinciden en distintos equipos de trabajo del binnerismo, estiman que el traslado de la interna pueblense podría perjudicarlos, más aún cuando ellos ya tienen la suya. En este sentido, también se especula con que los pueblenses (o ex pueblenses) respalden a Moscoso en esas internas para la continuidad en la jefatura del partido, postergando las ambiciones de Morel de adueñarse de ese espacio. Aunque la interna de Pueblo ya se manifiesta sin disimulos en los medios y en el Concejo, la mayoría de sus miembros coincidiría en el apoyo al pediatra, que en las recientes elecciones primarias se alineó con la nómina meierista desde su condición de precandidato a la senaduría provincial, en tanto que los morelistas se aliaron con el radical frentista Lisandro Enrico. También se recuerdan los acalorados debates entre Meier y Morel en las semanas previas a la asamblea general de delegados de la Cooperativa de Obras Sanitarias del año pasado. Asimismo, los memoriosos del mundillo político tendrán en cuenta que en el PS militan varios ex chachistas del Frente Grande, que a fines de los ’90 se fueron lanzando severas críticas contra el personalismo de Roberto Meier. En consecuencia, el ingreso de los pueblenses calará hondo en la interna socialista, sobre todo si se consuman las alianzas citadas, aun cuando el morelismo ya se pintó la cara, como lo atestiguan las numerosas afiliaciones acumuladas por el sector.
Desde el punto de vista de los pueblenses, este traspaso es más que oportuno, pues en el preciso momento en que se auguraba un cisma irremediable, se convirtieron en la representación institucional del gobernador en nuestra ciudad, a partir de lo cual tendrán que reestructurar la estrategia legislativa, sometiendo las decisiones a la conducción del reforzado socialismo venadense.
Aun cuando reconocen que el Tío Meier es, hasta ahora, el único dirigente del sector que cuenta con votos propios, ya hay unos cuantos pueblenses entusiasmados con el inicio de una nueva etapa, en busca de superar la inocultable “meierdependencia”, más aún ante la reiteración por parte del barbado concejal de ciertos gestos de excesiva complacencia con el gobierno porotista. En este sentido, consideran que desde el socialismo tendrán mayores posibilidades de lanzar esa refundación del progresismo vernáculo, como así también de impulsar un perfil decididamente opositor en el ámbito parlamentario. Con este salto al PS, los pueblenses del ala dura -enfrentados con el ala blanda meierista- pretenderían consolidarse, paradójicamente, en el ejercicio de una oposición de estilo peronista, más volcada a fiscalizar y marcar diferencias, que a cogobernar y mimetizarse con el oficialismo.

(Publicado el viernes 21 de diciembre de 2007 en diario El Informe)

Los Poroto 'Boys tratan de hacerse fuertes desde el inicio de la gestión

Suele decirse que uno de los dramas de la política argentina es que los gobernantes no tienen tiempo para ejercer sus funciones, pues en los dos primeros años solamente se dedican a insultar a su antecesor, y en los dos siguientes a pergeñar la reelección. No es el caso de José Freyre en nuestra ciudad, que está imposibilitado de echar culpas a la larga gestión scottista, y que ni siquiera tendrá necesidad de invertir energías en especulaciones reeleccionistas, pues, salvo que medie una catástrofe, los venadenses acostumbran a designar jefes de gobierno, como mínimo, por dos o tres períodos consecutivos. Asimismo, este fenómeno, que hoy beneficia a Freyre, se potencia con las evidentes dificultades de la oposición para encontrar un discurso coherente y, además, un candidato atractivo para futuras porfías electorales.
La composición del gabinete, con un ensanchamiento de la estructura al estilo Binner, muestra a las claras cómo se las ingenió el flamante intendente para que el condicionamiento de mantener referentes del viejo tronco scottista, no obstaculizara el proyecto de afianzar a los debutantes Poroto ‘Boys, entre los que descuellan en la primera línea Hernán Roma, José Luis Aguirre, Germán Mastri, Raúl Debonis y Pedro Bustos, todos ellos próximos a los 40 años, a los que se incorporaría en breve el periodista Roberto Cassane, la figura más destacada de la mañana de FM 100, que esta vez daría el sí, después de haber rechazado otras ofertas.
Más allá de los nombres, el primer gran acierto de Freyre en la gestión fue el establecimiento de un gabinete social en el marco de la Supersecretaría de Promoción Comunitaria. En su momento, Poroto había sufrido como nadie las internas scottistas entre Acción Social y Salud, por ejemplo, y no estaba dispuesto a reiterar el mismo padecimiento, ahora que puede desarticular el organigrama burocrático e ineficiente que reinó en los sucesivos gobiernos de Roberto Scott. Además, colocó al frente de Promoción Comunitaria a un dirigente de bajo perfil, como Mastri, que jamás vacilará en cumplir al pie de la letra las instrucciones de Freyre. Se trata de una Supersecretaría, sí, pero sin un supersecretario consagrado, sino oficiando como nexo de las direcciones y subsecretarías, con el nuevo ocupante del Sillón de Aufranc, que desde la cúspide del poder municipal continuará manejando en forma personal las áreas clave de la gestión, a la usanza de los Kirchner con la economía nacional.
Hombres de prosapia porotista y de origen scottista convivirán, al menos, en el primer tramo de la administración, pero no les fue nada bien en este sentido a otros dirigentes venadenses de peso político, como el jefe del bloque de senadores provinciales del PJ, Ricardo Spinozzi; el diputado provincial Jorge Lagna; el referente rossista Julio Eggimann y el ex director de Comunas del gobierno obeidista, Alberto Turcato, que no recibieron ninguna contención en el gobierno local, salvo alguna excepción que confirma la regla.

Con bombero y todo
En las comparaciones obligadas con el arranque del gobierno de Scott, en el ’95, Freyre no sólo colocó a un Aguirre (en aquel entonces había sido Fanny) en el comando de Acción Social, sino que también apeló a los bomberos para apagar el incendio. En ese momento, los hombres de Romos dictaminaron que había que cerrar el Centro Cultural, asestando un golpe de gracia más sobre la humanidad del dematiísmo. Hoy, Poroto transita en el mismo sentido, apostando a una figura destacada de la corporación bomberil, Daniel Virelaude, para hacerse cargo de la brasa caliente que significa el descontrolado tránsito vehicular en la ciudad. Más aún, como es tan fuerte la identidad de los bomberos venadenses, adquirida a fuerza de eficiencia y profesionalismo, es difícil que sus voluntarios se desprendan de la condición de tales, en cualquier función que desempeñen. Así pues, si, como se supone, la Dirección de Tránsito instrumenta una campaña de concientización que desemboque en la indispensable “mano dura”, no sufrirá tantos costos políticos el gobierno de Freyre, pues las anchas espaldas bomberiles amortiguarán el disgusto de los que se sientan damnificados por la decisión de hacer cumplir, sin concesiones, las normas de tránsito. Sin llegar al extremo de la tercerización, la medida, en la práctica, podría derivar en un fenómeno semejante, pero que podría resultar más auspicioso para los venadenses que la otra tercerización, la de Hacienda, que el propio Freyre, en un gesto digno de elogio, se comprometió a rescindir prontamente. No obstante, se enfrentará con la exigencia de abonar la cifra millonaria que demanda la empresa prestataria del servicio, con el agravante de que el Concejo no autorizó ese impresentable contrato que el scottismo suscribió mediante un decreto. Estas cuestiones serán las más incómodas para Freyre en el futuro inmediato, pues entrará en tensión el nuevo gobierno que lidera con el viejo gobierno que integró.

¿De qué juega Delfor?
En esta primera semana de actividades, también merece un párrafo laudatorio la reivindicación porotista de la función legislativa, tantas veces denostada por el mandatario saliente, aunque la decisión oficialista de respaldar al radical antibinnerista Delfor Hernández para la Presidencia del Concejo fortaleció las sospechas del mentado pacto scottista-dematiísta. Sabiendo que contaba con siete votos para imponer el presidente del cuerpo (los cuatro propios y los tres pueblenses), fue llamativa la resolución de apoyar a un opositor como Delfor, sobre todo porque el PJ siempre pugnó por ese espacio de privilegio, y solamente lo resignó por los votos o por el azar. Ahora, directamente entregaron sus votos, y alimentaron la desconfianza. Por un lado, se alude a la falta de consenso entre Giner y Pieli para definir internamente el postulante; por otro lado, crece la teoría del pacto. Dentro de unos meses, se sabrá si Delfor se transforma en el quinto voto de una hipotética mayoría automática oficialista en el Concejo, o si apenas se trató de una mera sumatoria de coincidencias. De consumarse la primera alternativa, enseguida perderá credibilidad el discurso parlamentarista de Freyre porque, más allá de la saludable apertura prometida, a la hora de los votos, siempre se impondrá la mayoría automática.
Estos sacudones también conmovieron el bloque pueblense, donde en estos días sobresalió un combativo Fabián Vernetti que, como el mismísimo Scott en el ’93, debutó en la banca con filosas definiciones, de esas que no resultan indiferentes para nadie, y ofrecen varios títulos tentadores para el periodismo gráfico. Mientras la inestable agrupación opositora, a pesar de todo, tiende puentes con el oficialismo, anticipando la compañía en determinados temas, la que asoma como una opositora implacable, también en este período, es la vianista Patricia Romero, que promete no dar tregua, ni al oficialismo, ni al resto de la oposición.

(Publicado el viernes 14 de diciembre de 2007 en diario El Informe)

La elección de Delfor selló la vigencia de un pacto y el fin de un liderazgo

Casi todos los análisis previos auguraban que el nuevo presidente del Concejo sería un oficialista, incluso así lo había deslizado el propio José Freyre semanas atrás. Descartado Miguel Pedrola por su distancia del entorno porotista, el nombre que más ruido hacía era el del scottista ortodoxo Gustavo Giner, a pesar de que no encajaba de ningún modo con el promocionado estilo Freyre. Un Giner auténtico en la presidencia del cuerpo legislativo hubiera sido una imitación del ex intendente Roberto Scott en el Sillón de Aufranc. Sin chances la recién llegada Norma Orlanda, durante el fin de semana habían crecido las posibilidades de la reelecta Bibiana Pieli. En este sentido, una versión que circuló en la mañana de la víspera, al mismo tiempo que se desarrollaba el plenario de concejales, fue que, a la postre, en San Martín y Marconi no hubo acuerdo en el nombre del presidente, y entonces optaron por transferirle la responsabilidad a los miembros del bloque para que diriman entre Giner y Pieli. Pero entre ellos tampoco hallaron el consenso tan deseado. En consecuencia, ante esta serie de desencuentros, decidieron confirmar la continuidad en el cargo del radical antibinnerista Delfor Hernández. Esta es la historia oficial, o la interpretación más edulcorada de las que circularon en el día de las asunciones, pero la versión no autorizada sentencia que, en rigor, se escribió un nuevo capítulo del pacto entre el scottismo y el dematiísmo -aunque suene extraño-, iniciado meses atrás con el apoyo oficialista a las ambiciones presidenciales de Delfor. Con esta ratificación, se consuma la paradoja de que un concejal supuestamente opositor retiene el cargo con el respaldo de la suma de los votos oficialistas.
En una determinación realista, el bloque pueblense había resuelto acompañar con el voto al postulante oficialista, cualquiera sea, dando por descontado que se trataría de un scottista; pero la comunicación al resto de los ediles, por parte de Pedrola, del sostén a Hernández, cayó como un mazazo, ante la perplejidad de Roberto Meier, Oscar Pieroni y el debutante Fabián Vernetti. Con ese planteo, el scottismo ofrecía dos definiciones políticas al mismo tiempo: 1) El pacto con Delfor goza de buena salud (¿será el quinto voto de la mayoría automática?); y 2) La decisión fortalece al más exacerbado dirigente antibinnerista de Venado que, a la vez, es el mayor enemigo del ahora secretario parlamentario de la Cámara Baja santafesina, Lisandro Enrico, un aliado de los pueblenses en los últimos comicios.
Sin embargo, indiferente a todas las prevenciones, Meier amenazó con votar a Delfor, en una actitud neutralizada a tiempo por sus pares Vernetti y Pieroni. Candidateado este último para guardar las formas, reunió los tres votos pueblenses; la vianista Patricia Romero se quedó con el suyo, y el opositor Delfor Hernández fue reelecto con la ayuda del cuarteto oficialista, que esta vez sí se puso de acuerdo. Según dicen las malas lenguas, en los próximos días, la mayoría automática intentará consagrar al delforista Daniel Lena en reemplazo de la ex funcionaria del Concejo y actual coordinadora porotista de Políticas Sociales, Mónica Boladeras, aunque ello demandaría una mayoría especial de dos tercios, es decir seis votos.
El resultado de la votación no solo desnudó la vigencia del pacto entre el oficialismo y el radical Hernández, sino también un episodio más de la crisis de identidad de Pueblo, que si bien no estaría tan cerca de romperse como predicen fuentes ligadas al gobierno municipal, ya no hay dudas de que Meier perdió el liderazgo del partido y comenzó a gestarse una etapa de transición. En este sentido, el suceso de ayer sirvió para reflejar ante la opinión pública una situación interna que estalló después de las elecciones generales del 2 de septiembre. No obstante, salvo que el gobernador Hermes Binner condene a Meier por estos gruesos errores políticos, se conservan las posibilidades de que el barbado legislador -con dos años más de mandato- sea promovido a un cargo provincial, en el marco de la regionalización, y en su lugar asuma a principios del año próximo, Daniel Sacco, un dirigente combativo -referente de Unirce- que tiene muchas afinidades con Vernetti y Pieroni.

"Tomatito y los angelitos negros", la opera prima del venadense Roberto Corvatta

El 19 del corriente comenzará en nuestra ciudad el rodaje del largometraje “Tomatito y los angelitos negros”, opera prima del guionista y director venadense Roberto Corvatta, radicado desde hace más de 20 años en la Capital Federal, donde estudió actuación en el Conservatorio Nacional de Teatro. También se filmará parte de la película en las ciudades bonaerenses de Luján y Chivilcoy. El personaje de “Tomatito” será encarnado por un actor porteño, en tanto que el resto del elenco se compone de actores venadenses y chivilcoyenses. Como corolario de una vasta trayectoria en el mundo del teatro, el cine, la televisión y la publicidad, el Nene Corvatta se encuentra ante la gran oportunidad de demostrar sus conocimientos, perfeccionados en cursos de dirección con maestros de la talla de Norman Brisky, Augusto Fernández y Julio Chávez, entre otros.
El pasado fin de semana, el cineasta supervisó los primeros ensayos con los actores venadenses, y relató que el filme, auspiciado por Betaplus Broadcasting, cuenta la historia de “Tomatito”, un joven treintañero, con capacidades diferentes, que al quedar desamparado ante la grave enfermedad de su madre, sale en busca de su hermano montado en la bicicleta y el carrito que usa para las tareas de jardinería. El muchacho emprende el viaje a Chivilcoy sin medir los riesgos, con la única compañía de sus fieles “angelitos negros”, que oficiarán como guías.
Según los planes del realizador, las primeras escenas de “Tomatito…” se rodarán entre el 19 y el 21 del corriente, y también en la última semana de enero, en tantos que en Chivilcoy se filmará en la primera quincena de febrero.
“El objetivo es terminar el rodaje en marzo o abril, y desde ya que la película se estrenará en Venado y Chivilcoy, al igual que en Luján, donde también se rodarán algunas escenas”, adelantó Corvatta, otro de los tantos egresados del Colegio Industrial que sobresale en otros ámbitos. “Lo más importante del Industrial -recuerda- es haber conocido a la gente que conocí. Sé que lo mismo dicen los músicos, actores, periodistas, políticos y otros ‘bichos raros’ que egresaron de esas inolvidables aulas”.
“Cuando vuelva para filmar las primeras escenas vamos a dar a conocer el plantel de actores de Venado”, prometió el ex integrante del grupo teatral Atelana. Casi como una premonición, en febrero de 2005, el Nene había expresado a El Informe: “Me encantaría dirigir una película acá, entre mi gente, es uno de mis grandes anhelos. Sé que tiempo atrás se hizo la película ‘Dar de nuevo’, con muy buenos resultados. También estoy charlando con un grupo de jóvenes actores locales para hacer una puesta teatral (…) Tengo mi familia y mis mejores amigos en Venado…”, destacó el protagonista de la recordada publicidad de Bayaspirina C.
Sobre su actividad profesional, Corvatta comentó que hace muchos años que se desenvuelve en el ambiente de la televisión, en cable y aire. “Trabajé en Canal 13, como autor, en distintos programas. En cine hice la dirección de actores de la película ‘Nevar en Buenos Aires’, y ahora estamos terminando ‘Ernesto Sábato, mi padre’, un documental de Mario Sábato. Ambos proyectos cuentan con el apoyo del Instituto Nacional de Cine. En el caso de ‘Tomatito…’, es un proyecto independiente apoyado por Betaplus Broadcasting, una productora porteña”, concluyó.

(Publicado en diario El Informe el martes 11 de diciembre de 2007)

En la Tecla despidió el año con una gran cena-show en La Rosada

El jueves último se sirvió en el restaurante La Rosada la cena de despedida de año del programa periodístico “En la Tecla”, que se transmite los viernes de 22 a 23.30 por Canal 12 de nuestra ciudad, con emisión en diferido los sábados a la noche en el Canal 6 de Firmat.
Los periodistas Gustavo Orellano, Carlos Barbarich, Mauro Dalmazzo y Juan Franco, compartieron una amena velada junto con medio centenar de anunciantes y colaboradores del ciclo que está próximo a completar el quinto año consecutivo en la pantalla chica de la región, sobresaliendo la presencia del intendente Roberto Scott y del intendente electo José Luis Freyre.
A los postres se presentó el show de Horacio “Ñoti” Martínez, con su inefable personaje de “Camaleón”, que no sólo intentó darles soluciones a los presidentes comunales de Carreras y Melincué para evitar la “guerra del agua”, sino que también ofreció sus “servicios” para organizar una colosal fiesta de despedida a Scott, quien lo aplaudió de buena gana, a pesar de ciertas críticas camaleónicas.
En el momento del brindis, los conductores de “En la Tecla” dedicaron palabras de agradecimiento a los directivos y personal de Canal 12 y TDC firmatense, como también a los auspiciantes que posibilitan la puesta en el aire de una propuesta que sintetiza el “verdadero periodismo regional”.
Asimismo, los periodistas prometieron que desde el primer viernes de marzo de 2008, ya sin los apremios de tantas campañas políticas, los televidentes de la zona podrán disfrutar de una mayor variedad de contenidos.

Freyre inaugura la transición y Enrico es el primero en saltar a la Provincia

Con la confirmación del gabinete -aún incompleto- sobre la hora de encaramarse en el Sillón de Aufranc, el intendente electo José Freyre refuerza la hipótesis de que el próximo lunes iniciará una etapa de transición, donde el novel porotismo compartirá espacios de poder con el viejo tronco scottista. En la primera línea, hasta mediados de semana subsistieron dudas acerca del futuro político del secretario de Gobierno, Juan Vidal, y la secretaria de Servicios Públicos, Liliana Roston, que fueron protagonistas de fuertes internas en el seno del gobierno. Sin embargo, ambos funcionarios resultaron ratificados por Freyre. Vidal conducirá la flamante Secretaría Legal y Técnica, creada a su medida, en tanto que Sergio Druetta, un venadense que viene de desempeñarse en el área de Seguridad Comunitaria del obeidismo, tendrá a su cargo las direcciones de Inspección Geenral, Tránsito y tribunal de Faltas, dentro de la Secretaría de Gobierno. Por su parte, Daniel Dabove, debutará en la Secretaría de Planeamiento y Gestión, aunque por el momento no se desembarazará de la escasamente atractiva Secretaría de Obras Públicas, de la que ninguno de los convocados aceptó hacerse cargo. Y Roston, que había sido elevada por Scott de subsecretaria a secretaria, recalará en Recursos Naturales, dejando después de largos años la neurálgica Secretaría de Servicios Públicos en manos del ex PDP, Raúl Debonis, dirigente de estrecha amistad con Freyre. En las otras dos secretarías clave, Poroto ya había confirmado a figuras de su máxima confianza, como Hernán Roma, su reemplazante en la jefatura de gabinete, y José Luis Aguirre, sustituyendo en Acción Social a la próxima concejala Norma Orlanda. Asimismo, una de las decisiones más sorpresivas de Freyre fue la designación de Germán Mastri, otro de sus escoltas, en el comando de la Supersecretaría de Promoción Comunitaria, que controlará nada menos que cinco áreas: Salud, Acción Social, Deportes, Educación y Cultura. Además, para dimensionar la trascendencia que Freyre le otorga al área, la ex “12 de Junio”, Mónica Boladeras, abandona la prosecretaría del Concejo para dedicarse a la Coordinación de Políticas Sociales.
Desde hace tiempo se conocía la llegada de Pedro Bustos en reemplazo de Víctor Barbieri en la Subsecretaría de Salud, y las ratificaciones de Guillermo Imbern (Hacienda); Darío Mascioli (Producción); Andrés Pieli (Cultura) y Mirta de Demarchi (Educación).
Aunque algunos analistas prefieren justificar la falta de renovación política en el desinterés de los profesionales por renunciar a los jugosos ingresos de la actividad privada, la verdad se acercaría más a la confluencia de dos factores: la aún enclenque estructura del porotismo químicamente puro y el poderío que todavía conserva Roberto Scott. En este sentido, un elemento más lo aportará la negociación por la presidencia del Concejo a realizarse el lunes próximo, tras la asunción de los nuevos ediles (Bibiana Pieli, Gustavo Giner, Norma Orlanda y Fabián Vernetti). En los corrillos oficialistas suenan los nombres de Gustavo Giner y Miguel Pedrola, sin descartarse otro pacto para la continuidad en el cargo del radical Delfor Hernández. En tanto, se descuenta que la concejala vianista Patricia Romero votará por sí misma, optando por la abstención en caso de eventuales paridades en la pugna.
En el campamento pueblense la decisión es apoyar el candidato impulsado por el oficialismo, salvo que se trate de Hernández. Como Freyre pretendería que el nuevo presidente sea fruto del consenso -al menos de ocho de los nueve ediles-, la continuidad de Delfor en la presidencia del Concejo pendería de un hilo, con lo cual debería volver a la banca, al mismo tiempo que su archienemigo Lisandro Enrico asume la Secretaría Parlamentaria de la Cámara de Diputados de la provincia. Nuevo revés para el referente dematiísta, que tiempo atrás se jactó de haber anticipado que el gobernador electo Hermes Binner no otorgaría ningún espacio político para sus representantes en la ciudad y la región.
Aunque se trata de la presidencia del Concejo, en Sarmiento y Alem se limitan a esperar las decisiones que se tomen en San Martín y Marconi. Si bien la cuestión es patrimonio de la mesa chica porotista, trascendió que Giner contaría con más chances, a partir de su enrolamiento en el viejo tronco scottista, en detrimento de Pedrola, más vinculado con el senador provincial Ricardo Spinozzi -flamante jefe del bloque opositor en la Cámara Alta-, que acaba de revelar sus intenciones de presentarse en la interna por la conducción del PJ santafesino, contra el revalidado presidente del bloque de diputados nacionales kirchneristas, Agustín Rossi.
Una vez ratificada la continuidad de Vidal en el gabinete porotista, la posible designación de Giner en el segundo sillón de la ciudad no haría más que consolidar la teoría del gobierno de transición que iniciará Freyre, rodeado de colaboradores de su propio riñón, pero también de dirigentes a los que supo enfrentar en sus ochos años de gestión en la Municipalidad. El futuro intendente local no sufre los padecimientos de Binner en la formación de las áreas del gobierno, en función de los compromisos con los partidos aliados (le costó la salida de un ministro antes de asumir), pero está obligado a ceder posiciones, o pactar, con figuras que, tal vez por razones de lealtad, siempre tendrán como máximo referente a Roberto Scott. En este sentido, hay que tener presente un dato sustancial de la política: para que un líder se refugie en el ostracismo no basta con tomar la decisión, también tiene que suceder que nadie golpee a la puerta ni llame por teléfono. Ni una cosa ni la otra ocurrirán, al menos en el corto plazo, con Scott. Cómo él mismo lo admite, la distancia del ejercicio del poder sólo la consigue cuando se trepa al motorhome y desanda centenares de kilómetros en las rutas. Genio y figura, en su última aparición en los micros de LT29, luego de un fantástico panegírico de su gestión, convocó -en tono de amenaza- a dirigentes opositores y periodistas críticos para que, desde la semana próxima, le reiteren los cuestionamientos, prometiendo recibirlos “como un ciudadano más”, ya despojado de la “prudencia” que le demandaba la investidura de intendente municipal.
Además de la designación del gobierno binnerista para el radical frentista Lisandro Enrico, habría no menos de una treintena de apellidos de la zona para cubrir puestos políticos en distintas dependencias provinciales. Sin embargo, en el marco de la reciente reforma de la Ley de Ministerios y el proyecto de regionalización del gobierno del Frente Progresista, esos nombramientos se demorarían semanas, e incluso algunos meses. En esa extensa lista están incluidos el concejal venadense Roberto Meier, el edil socialista Juan Moscoso y el saliente jefe comunal de Santa Isabel, Juan Enrique Lombardi, entre otros dirigentes políticos y reconocidos profesionales del derecho y la medicina.

(Publicado el viernes 7 de diciembre de 2007 en diario El Informe)

Aumento tributarios, recién en la era Freyre

A estas alturas de diciembre, ya no hay posibilidades de que el scottismo obtenga la aprobación del paquete de temas que el intendente electo José Freyre y sus más cercanos colaboradores presentaron días atrás ante el cuerpo legislativo. Entre ellos, el más delicado (y urgente) es el que solicita el acompañamiento para establecer un sensible incremento de tasas y derechos municipales, que en algunos casos se estiran hasta el 300 por ciento.
Recién en las próximas horas los concejales de la oposición se pronunciarían sobre el particular, aunque durante el último fin de semana trascendió que los binneristas (pueblenses y radicales frentistas) y la peronista Patricia Romero, no estarían dispuestos a compartir los costos políticos del ajuste, sobre todo después de que el oficialismo propagandizara el congelamiento como una de las fortalezas de la gestión. En este sentido, los más detallistas recuerdan que en la publicación oficial de la Municipalidad venadense, denominada “Noti Municipal”, se insistió durante largos meses con el siguiente eslogan: “12 años haciendo obras, sin aumentar impuestos”. “Cómo entender la urgencia por modificar un criterio que hasta hace un par de meses se presentaba como una virtud de esta misma gestión”, ironizó un edil del Frente Progresista desde la mesa de un café en el mediodía sabatino.
Además, los legisladores opositores temen que el aumento de los tributos acabe engrosando el caudal de dineros públicos que embolsa la empresa de la tercerización de impuestos, con el agravante de que jamás llegó al Concejo el cuestionado contrato que vincula a la Municipalidad -exclusivamente a través de la Intendencia- con la consultora sanlorencina.
En principio, el criterio progresista para la redefinición del monto de las tasas -por lejos, las más atrasadas y regresivas- que impulsa Freyre, sería del agrado de la mayor parte de la oposición, pero se presentan más objeciones ante el resto de los tributos, considerándose que se pretenden imponer “aumentos exagerados”. De acuerdo a esta descripción, y a pesar de los apurones, es casi un hecho que el nuevo gobierno tendrá que asumir el costo del ajuste, dado que a partir de la semana próxima tendrá cuatro ediles propios (Pieli, Giner, Orlanda y Pedrola), y el precioso quinto voto que le cedería el presidente del Concejo, Delfor Hernández.
Hasta el último instante de su gobierno, Roberto Scott culpará de las peripecias económicas y financieras a su archienemigo Ernesto De Mattía, pero Freyre no tendría ni margen ni ganas de caer en esas mismas excusas; al mismo tiempo, está a punto de hacerse cargo de un voluminoso paquete de deudas, a la par de las conocidas dificultades para costear las obligaciones salariales de fin de año.
El intendente Scott evitó el aumento antes de las elecciones, aunque un principio de responsabilidad administrativa lo demandaba; ahora, pasadas las elecciones, poca autoridad moral tendría el oficialismo para culpar a los concejales opositores de no aprobarles -contrarreloj- el ajuste, o impuestazo, según como se lo mire.

(Publicado el lunes 3 de diciembre de 2007 en diario El Informe)