Boleto estudiantil: hábil movida de Freyre para neutralizar el jaque opositor

Bastó que la mayoría opositora del Concejo, integrada por dos socialistas, dos macristas, un radical y una peronista, coincidiera en la aprobación de sendos proyectos estratégicos impulsados por Fabián Vernetti y Liliana Rostom, para que el gobierno porotista se desperezara y decidiera achicar el margen de maniobra de sus adversarios de Sarmiento y Alem, que de pronto habían acertado con temáticas apropiadas para competir en mejores condiciones con el oficialismo, aun en el escenario de hegemonía política de José Freyre. Así lo hizo el binnerista Vernetti, desde el plano de lo simbólico, cuando desempolvó a la hora señalada una propuesta de Roberto Ledesma desde la Banca Ciudadana, y conquistó el apoyo unánime de sus pares para transformar la plaza Colón en plaza de la Democracia, en el oportuno marco de las actividades organizativas por el 36º aniversario del Golpe. Pero más indigesta aún para el oficialismo resultó la expeditiva aprobación del proyecto de Rostom -ante la pasividad de los porotistas-, que impuso por unanimidad en el Concejo el boleto gratuito para alumnos primarios y secundarios de escuelas públicas. Así, la Intendencia quedaba casi condenada a implementar una iniciativa promovida por la concejala que le había causado el mayor disgusto de los últimos tiempos con su salida del bloque que responde a las estrategias de San Martín y Marconi.
En rigor, Freyre tenía dos opciones para evitar tamaño traspié político: vetar la ordenanza del boleto estudiantil gratuito, asumiendo el costo de sepultar un servicio que muchos ya disfrutaban a cuenta; o doblar la apuesta, como hábilmente hicieron, alegando que el programa debía ser más amplio e inclusivo, y argumentando que faltaba agregar a estudiantes terciarios y universitarios, y que también había que incorporar a los alumnos de institutos privados para universalizar el acceso al transporte, como explicó el subsecretario de Relaciones Institucionales, Jorge Lagna. Asimismo, los porotistas sabían que, caída la ordenanza original, la inmediata oferta de una alternativa superadora impediría que los seis opositores hicieran valer su mayoría especial de dos tercios para insistir con aquélla, cosa que los colocaría en una situación de capricho y mezquindad política.
No obstante, un efecto colateral del contraataque oficialista fue la descolocación de sus tres alfiles legislativos, que votaron el proyecto Rostom, y luego acabaron desautorizados por la Intendencia.
Para disipar sospechas sobre presuntas actitudes especulativas de la Intendencia, el ex diputado provincial reutemista cuestionó la “premura” del Concejo para aprobar el proyecto sobre tablas -aunque el inicio de clases ameritaba el vértigo- y aseguró que el tema “ya estaba en la agenda del Departamento Ejecutivo”, aunque cuesta creer que Germán Mastri, Pedro Bustos y Norma Orlanda, siempre tan cercanos a los despachos municipales, hubieran apoyado la iniciativa de Rostom si en ese entonces se estaba elaborando una propuesta propia, que ellos no podían desconocer.
Con estos aciertos estratégicos, la oposición se demostró a sí misma que Freyre -ahora sin viento de cola- muestra ciertas flaquezas, y que pueden aprovecharlas con creatividad, perseverancia y, sobre todo, con acuerdos entre los distintos bloques; y con su respuesta rápida de reflejos, Freyre advirtió -con autoridad- que no facilitará que el Concejo asuma roles políticos protagónicos en la ciudad, ni que se luzcan sus adversarios más implacables. Mucho menos usará recursos -cada vez más escasos- para implementar iniciativas de gestión surgidas del entramado opositor. De todos modos, mientras deja crecer el Operativo Clamor para erigirse, por consenso y sin internas, en el nuevo jefe del PJ santafesino, Poroto vislumbra en el horizonte político local una porfía más exigente que la que sugiere la formidable paliza electoral que infligió meses atrás a sus rivales. Al mismo tiempo, contrasta que en la misma semana del aniversario del último Golpe de Estado, el boleto estudiantil, cuyo reclamo costó tantas vidas adolescentes en los ’70, ahora, en democracia, cuando casi todos lo reivindican, sea sujeto de absurdas manipulaciones.  

(Publicado el miércoles 28 de marzo de 2012 en diario El Informe)

 






 


Villada, el pueblo de Santa Fe donde el ARI impone sus principios

La localidad de Villada es una de las tantas situadas sobre las márgenes de la ruta 33, en jurisdicción del departamento Caseros, pero muy vinculada a nuestro General López por su vecindad con Firmat; una de las tantas cuyo origen está ligado a una estación del ferrocarril; una de las tantas que debe su nombre a los afectos de sus fundadores, en este caso el inmigrante español Carlos Casado, que le dio el nombre de Villada en homenaje a su Villada natal, en la región de Palencia, y que también bautizó a Casilda, la ciudad más grande del departamento Caseros, con el nombre de su madre. Sin embargo, Villada no es una de las tantas desde el punto de vista del signo político gobernante, ya que, más allá de pertenecer al Frente Progresista, Cívico y Social, es la única Comuna de la provincia de Santa Fe en manos de un dirigente del ARI. Se trata de Ramiro Hernández, de 37 años de edad, que gobierna desde 2009, cuando destronó al Frente para la Victoria, para ratificar su predominio territorial en los comicios de 2011. Confirmando su condición de rara avis en la política santafesina, Hernández es licenciado en Ciencias Políticas, y satisface su fuerte vocación docente con las pocas horas de cátedra (nivel medio y terciario) que le permiten sus responsabilidades comunales. “Nunca me desprendí de Villada, ni siquiera en la época de estudios en Rosario, porque volvía todos los fines de semana”, evocó Hernández, que sin renegar de la antigua jefatura de Carrió en la Coalición Cívica, se entusiasma con la apertura de una nueva etapa en la agrupación: “Después de las elecciones del año pasado estamos haciendo sucesivas reuniones para procesar la derrota, superar los errores cometidos y reconstruir el ARI, con un perfil de centroizquierda, de la mano de Adrián Pérez a nivel nacional y otros referentes importantes en toda la Argentina, como Pablo Javkin en nuestra provincia”.
Sobre el presente de la Comuna de Villada, Hernández dijo que, a pesar de las dificultades económicas agigantadas en los últimos meses en los planos nacional y provincial, “nosotros venimos soportando el chubasco, con lo justo, sin que sobre nada, sobre la base de la honestidad, la transparencia y la decencia. Para nosotros, en política no vale todo, sino que la función pública se debe ejercer en forma austera, y así actuamos en la comisión comunal”, donde cuenta con el respaldo de radicales, socialistas e independientes que se referencian en el gobierno provincial liderado por Antonio Bonfatti.
“Estamos pagando los sueldos el último día hábil de cada mes desde el inicio de nuestra gestión”, subrayó Ramiro Hernández, aunque alertó que si se aprueba el reclamo de los trabajadores municipales en las paritarias salariales (29 por ciento de aumento, sin desdoblamiento), “habrá muchas comunas y municipalidades que no podrán cumplir con los compromisos, más allá de reconocer la legitimidad del pedido, porque la inflación nos afecta a todos. En ese caso, los que puedan pagar los sueldos, tendrán que olvidarse de hacer obra pública y de mejorar los servicios… así que tendrá que prevalecer la mesura de todas las partes en esta negociación”, planteó.
Una de las peculiaridades de Villada, además de cobijar a la siempre concurrida Fiesta del Salame, es el convenio de hermanamiento, al igual que Casilda, con la ciudad española de Villada, firmado en octubre de 1999. Y en junio próximo, en devolución de una visita de los europeos en enero de 2011, una delegación villadense de 40 personas, presidida por el jefe comunal Ramiro Hernández, viajará por tres semanas a la bella región de Palencia, en el marco de un intercambio cultural que se refuerza cada año.
Como buen exponente de los principios del ARI, la transparencia administrativa es una de las fortalezas de la gestión, hasta el punto tal que en la obra de cordón cuneta que ejecutan con fondos propios y un refuerzo aportado por Vialidad provincial, “creamos una cuenta especial en la Mutual, que se llama Fondo Comunal de Obra Pública, adonde se destinan todas las cuotas que abonan los frentistas. Con ese dinero, que no se desvía para ningún otro fin, vamos a seguir haciendo obra pública”, destacó.
Consultado por su relación política con el senador provincial por el departamento Caseros, Eduardo Rosconi, veterano caudillo del PJ, Hernández aseguró que “siempre que le pedimos alguna ayuda estuvo presente y en general mantenemos una relación cordial, a pesar de las diferencias partidarias; y con la Provincia conservamos una excelente sintonía, por ejemplo, en enero recibimos los recursos del Fondo de Obras Menores para gastos corrientes, y ahora adquirimos maquinarias (grúa multiuso, tractor para jardín, tanque regador, desmalezadora) con los fondos pendientes”.
“Y la gran obra pública que se viene es la planta de agua potable, que vamos a comprar con los 200 mil pesos que nos otorgó la Provincia, junto con 170 mil pesos que recibe la Comuna del Fondo de Obras Menores y que servirán para costear la perforación”, resumió el jefe comunal de Villada.