Aunque sólo resta la formalidad de la aprobación legislativa después del visto bueno de la Intendencia y la Autoridad de Aplicación, la actualización del 30 por ciento para los servicios de agua potable y cloacas tranquilizó a la Cooperativa de Obras Sanitarias, que ya estaba sufriendo los efectos de un largo retraso de las tarifas, pues desde el comienzo de la concesión del agua potable -hace poco más de cinco años-, sólo le había sido reconocido un ajuste en el porcentaje de capitalización para el desarrollo de obras. Con el mismo criterio demagógico usado por el gobierno municipal para congelar los tributos en los últimos años, y sobre todo el pasado año electoral, a Obras Sanitarias también le habían negado esa posibilidad, complicando el ritmo de su plan de obras. Asimismo, algunos concejales continúan machacando con ciertos incumplimientos contractuales, olvidando que no es gas natural ni electricidad el fluido que se distribuye, sino agua potable, un alimento que -a pesar de su importancia vital- no es asumido como una prioridad por miles de venadenses, más aún cuando lo pueden obtener desde las napas subterráneas, claro está que al costo de una contaminación química y bacteriológica para los consumidores.
Como quedó dicho, con estas nuevas condiciones, la empresa podrá imprimir un ritmo más sostenido en el desarrollo del sistema de agua potable, como así también en el servicio cloacal. Además, en el marco de una relación más amigable con el poder político, es preciso fortalecer las gestiones para que la Cooperativa de Obras Sanitarias pueda acceder a subsidios nacionales o provinciales destinados a obras de saneamiento, a los efectos de que la ciudad, en el menor plazo posible, cuente en toda su geografía con ambos servicios tan vinculados a la calidad de vida.
Mientras la cooperativa lanza la batalla final por el despliegue de estos servicios, la Municipalidad tendrá que hacer lo suyo con una de sus tantas asignaturas pendientes: los residuos sólidos urbanos, en orden a su tratamiento y disposición final. Si bien Obras Sanitarias es la depositaria natural de una eventual concesión, la decisión política deben tomarla la Intendencia y el Concejo, dirimiendo, en primer lugar, la metodología de trabajo, pues ya se sabe que, además de la cooperativa, hay ediles que se oponen con firmeza al “enterramiento sanitario”. También existen propuestas intermedias, que aceptan el enterramiento en una primera etapa -será difícil encontrar el espacio físico para ello-, pero con la condición de impulsar, paralelamente, un arduo proceso de concientización comunitaria para sentar las bases de una planta de tratamiento y reciclado.
Así como la responsabilidad en el agua potable y las cloacas es hoy de Obras Sanitarias, por tratarse de la concesionaria de dichos servicios, la erradicación del basural a cielo abierto y la generación del nuevo sistema, es una cuestión inherente al poder político local, que cuanto antes tendrá que ponerse en línea con los requerimientos ambientales de las leyes santafesinas.
(Publicado el miércoles 5 de marzo de 2008 en diario El Informe)
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