Oficialistas y macristas, los grandes ganadores de la elección general

En una pugna tan pareja como lo presagiaban los guarismos de las internas del 2 de agosto, el Partido Justicialista se impuso al Frente Progresista, Cívico y Social por menos de 200 votos en la renovación de las cinco concejalías venadenses (11.838 sobre 11.654), ratificando con esta relativa polarización la hipótesis de que había, después de las internas, cuatro bancas fuera de discusión en la ciudad: las de los oficialistas Germán Mastri y Liliana Rostom, y las de los binneristas Carlos Díaz Vélez y Roberto Meier. Al mismo tiempo, ni siquiera las encuestas de los últimos días desmentían la suposición generalizada de que la quinta banca se disputaría entre los dos grandes sectores, es decir la vianista Patricia Romero (PJ) y la socialista Rosana Bellatti (FPCyS). Pero la gran sorpresa la dieron las fuerzas debutantes de César Merino (PRO), con 4.823 votos, que conquistó la celebérrima quinta banca, y de Martín González (Proyecto Sur), con 4.183, que quedó muy cerca. Si bien se esperaba que ambos candidatos superaran el caudal de agosto -se habían presentado en sus respectivas internas con lista única-, nadie imaginaba que los macristas triplicarían su cosecha, ni que la duplicarían los referentes locales de Pino Solanas. Asimismo, estos resultados son más meritorios aún con el 63,7 por ciento de votantes, ya que las bajas concurrencias electorales suelen beneficiar a los dueños de los aparatos más robustos. Pero la campaña de Merino fue muy astuta y oportuna, no sólo por simplificar el discurso en un contexto de desinterés ciudadano, sino por el fuerte alineamiento del candidato local con las figuras nacionales de Unión-PRO, como Mauricio Macri y Francisco De Narvaez, incluyendo en la estrategia la reciente visita a la ciudad del jefe de los diputados nacionales del macrismo, Federico Pinedo. Es que, en los últimos tiempos, estos dirigentes encarnaron la más dura oposición al gobierno de Cristina Fernández, cuya imagen en Venado está por el piso desde el conflicto con el campo, y eso podría haberlos ayudado. Sin embargo, sería un error adjudicar el éxito de Merino exclusivamente a las virtudes del marketing político y a las eventuales represalias locales contra los Kirchner, porque desde el retiro de Roberto Scott la ciudad carecía de una variante de centro-derecha, y el PRO surgió como una opción para ocupar esa vacante.
Aunque es imposible dimensionar la influencia de cuestiones nacionales en elecciones locales, anoche mismo se deslizaron las primeras críticas de los radicales a sus aliados socialistas por haber apoyado en el Congreso a los Kirchner en el proyecto de ley de medios, alegando que el Frente Progresista venadense pagó un costo político por esa actitud. Sin embargo, los binneristas, que perdieron más de 4 mil adhesiones respecto de las primarias, también resignaron votos por izquierda, a manos de Proyecto Sur, que si bien en el orden nacional es muy crítico de las políticas kirchneristas, respaldó en la votación general de Diputados -como el PS- la iniciativa oficialista de ley de medios. No obstante, también hay motivos endógenos, y de peso, para justificar la merma binnerista, desde que los socialistas más radicalizados, y con menos vocación frentista, rechazaron votar una lista liderada por el boinablanca Díaz Vélez, y optaron por González, que se convirtió en mala palabra para los frenteprogresistas que aspiraban a la quinta banca. Mientras lo cuestionaban por haber sido funcional a la derecha (“Con los votos que nos sacó a nosotros dejó fuera a Bellatti y lo ayudó a Merino”, se escuchó en el centro de cómputos de Pellegrini al 800), el ex Izquierda Unida recibía felicitaciones, festejaba la gran elección de la lista joven y soñaba con una concejalía en 2011.
A la par de la celebración de los noveles macristas, la mayor algarabía la demostraron los porotistas, que además de triunfar en la elección legislativa, aunque sea por ínfimo margen, ya paladeaban el favorable escenario a estrenar en diciembre próximo, con una mayoría propia de cinco concejales, con la ausencia de la vianista Romero (montaron la campaña sin mencionar a la tercera candidata), y con una oposición próxima a dividirse en cuatro monobloques: Meier; Díaz Vélez; Vernetti y Merino, cada uno por su lado. Si el Frente Progresista ganaba la elección -y obtenía tres bancas-, las mieles de la victoria hubieran ocultado algunos viejos pleitos, pero en este escenario, es poco probable que el sector de Vernetti, por ejemplo, que no pudo retener la banca de Pieroni, esté dispuesto a compartir el bloque con Meier -lo culpan de la dispersión socialista-, obligando a Díaz Vélez a su propio aislamiento. Por eso, con tantas buenas noticias para celebrar, en las cercanías del Sillón de Aufranc casi nadie se percató de los casi 3 mil votos que resignó el conjunto del justicialismo respecto de las primarias. De todos modos, los pocos que tomaron nota de la declinación, la atribuyeron al menor entusiasmo de los grupos del PJ no porotistas y, por otro lado, subrayaron la influencia de la fidelidad del voto peronista; el protagonismo del intendente Freyre en la campaña; y el alineamiento oficialista con el senador nacional Carlos Reutemann. “Hoy por hoy, el Lole es más opositor que Binner, con el campo y con la ley de medios, y eso también juega”, resumió un conspicuo miembro de la mesa chica porotista.
Con el triunfo del PJ, aunque se trata de un virtual empate técnico, el porotismo luce consolidado y el vianismo deberá replantear su futuro político; en tanto, el binnerismo perdió una de las tres bancas que arriesgaba, y desde diciembre no solo se las verá con una mayoría oficialista, sino que también perderá la hegemonía opositora ante el desembarco del flamante PRO, como en los años ’80 supo hacerlo el entonces concejal del PDP, Carlos Gómez Tomei -hoy principal armador del macrismo en la región- ante el PJ y la UCR. Además, peronistas y binneristas, que colectaron casi siete de cada 10 votos venadenses, tendrán que revisar sus vínculos con la gente, no sólo por el bajísimo porcentaje de votantes -que no fue sólo culpa del clima-, sino también por la súbita irrupción de nuevas fuerzas que podrían interpretarse como el emergente de una embrionaria demanda de cambios en la política local.

(Publicado el lunes 28 de septiembre de 2009 en diario El Informe)

Bomberos: el Concejo alargó plazos para buscar consensos

Los concejales estaban dispuestos a considerar esta noche un mecanismo de financiamiento para los bomberos voluntarios, pero en la mañana de la víspera, tras un llamado del intendente José Freyre, el presidente del Concejo, Miguel Pedrola, adoptó la decisión más prudente, postergando el debate por una semana. Es que la sesión hubiera desembocado en una colisión de imprevisibles consecuencias entre la propuesta de los cinco concejales justicialistas y la de los cuatro del Frente Progresista; incluso, es posible que el condicionamiento político de las elecciones legislativas del domingo próximo hubiera reducido aún más el margen para la búsqueda de consensos. Pero no hay que inquietarse por la demora. Luego del fatídico fin de semana de la ciudad rodeada por incendios de campos, los venadenses estamos mejor que antes, porque se instaló el debate sobre las responsabilidades locales en el mantenimiento del servicio bomberil.
Además, como el cuartel de Italia y Chacabuco no saldrá de su empobrecida actualidad con proyectos elaborados a las apuradas, antes que demandar soluciones exprés, cabe reconocer como un sustancial progreso que el poder político municipal esté dedicado a ese tema con carácter de prioridad, aun cuando se transitan los últimos tramos de la campaña proselitista, y se amontonan asuntos pendientes que requieren la misma premura en el tratamiento.

Bloques inéditos
Entre las mayores sorpresas de este debate aún inconcluso sobresale la formación de dos bloques casi inéditos en el Concejo: el del cuarteto porotista (Miguel Pedrola, Gustavo Giner, Norma Orlanda y Bibiana Pieli) y la vianista Patricia Romero, y el del Frente Progresista, que reunió a los socialistas Roberto Meier, Oscar Pieroni y Fabián Vernetti, con el radical Delfor Hernández, sin pasar por alto el detalle de la unificación -al menos en este asunto- del trío binnerista.
Los cuatro ediles oficialistas, con la bendición del intendente José Freyre, anticiparon su intención de acompañar la iniciativa de Romero, que propicia la incorporación de un adicional a la tarifa eléctrica, de entre 25 centavos y dos pesos bimestrales. El pago sería opcional -mediante un troquelado- y la experiencia se implementaría durante un año, para luego evaluar sus resultados. Para algunos opositores, el oficialismo apela a la estrategia de tercerización para evitar que se sobrecarguen las tasas urbanas y rurales, y se resienta el ya flojo porcentaje de cobranza, sobre todo en la denominada tasa por hectárea. Otros, más suspicaces, la vinculan con un ardid electoralista destinado a mostrar la homogeneidad de la oferta peronista para la renovación legislativa.
Por su parte, el cuarteto del Frente Progresista, que no quiere crear cargos extra a la población, insistiría en afectar un 20 por ciento de la recaudación de la tasa rural al financiamiento de los bomberos, aclarando que el éxito de la fórmula estaría atado a que los productores agropecuarios perfeccionen su conducta tributaria y la Municipalidad cumpla con mayor eficiencia su rol de cobranza. Esta iniciativa se emparienta, en la orientación, con la ley provincial de bomberos -a punto de reglamentarse, según consignó el secretario parlamentario Lisandro Enrico-, que afectará el dos por ciento del impuesto inmobiliario urbano y rural que corresponde al Poder Ejecutivo, entre otros recursos, y a partir de 2010 será otra fuente de ingresos para los cuarteles santafesinos, en función de sus áreas de cobertura. Sin embargo, la propuesta en la que terció el candidato a concejal Carlos Díaz Vélez, disgustó al intendente Freyre y al presidente del Concejo, Miguel Pedrola, que cuestionaron a la oposición por sus posiciones “demagógicas, especulativas e inaplicables”. También el presidente de la institución bomberil, Sergio Gamberoni, se sumó a las críticas, abandonando el rol prescindente que debería conservar en orden a las usinas de financiamiento.

Lejos del consenso
Con esas acusaciones cruzadas entre los dos sectores que el domingo dirimirán la apetecida quinta banca, se arribó a las vísperas de la sesión decisiva, lejos de las condiciones ideales para establecer acuerdos políticos, sobre todo porque la cuestión en debate exige, si no la unanimidad de criterios, una amplia base de consenso para garantizar la masiva adhesión ciudadana a la normativa. En consecuencia, así como hubiera merecido repudios el binnerismo si aprovechaba la semana pasada la ausencia de Pedrola para aprobar su proyecto, también habría sido un error que la alianza de los cinco justicialistas apelara a la circunstancial mayoría simple para imponer el suyo, si hoy se llevaba a cabo la sesión. Es que no se trata de imponer el nombre a una nueva calle venadense, ni de un habitual pedido de informes a la Intendencia, sino de fijar una contribución económica para decenas de miles de asociados, aunque sea optativa y con destino a sostener un servicio público esencial.
Si hoy se realizaba la reunión de Concejo, cada bloque, además de defender su propuesta, hubiera agotado epítetos para descalificar al rival. El PJ alegaría que, aun con una cobrabilidad óptima, la recaudación en concepto de tasa por hectárea tendría que afectarse en un ciento por ciento al mantenimiento de los caminos rurales, como lo demandan los productores agropecuarios del distrito. Y el Frente Progresista insistiría, en sintonía con la Liga de Consumidores (Lideco), sobre la inconveniencia de anexar pagos adicionales, aunque sean troquelados opcionales, a las tarifas de cualquiera de los servicios públicos concesionados.
Sin embargo, en virtud de la sabia postergación, ahora se cuenta con un precioso plazo para obtener acuerdos, y en este sentido es indispensable que ninguna de las partes se atrinchere en defensa de planteos fundamentalistas. Una vez aplacadas las pasiones electorales, quizás exista el margen necesario para entablar una negociación generosa, en cuyo transcurso podrían caerse las propuestas que hoy se conocen, y en su lugar, irrumpir otras. Hoy mismo, aun antes de los comicios, habría puentes tendidos entre concejales justicialistas y binneristas para que grandes actores económicos locales, a través de un ajuste tributario, generen los aportes -se depositarían en una cuenta específica- para financiar a los bomberos en forma sustentable.
Si no hay vocación de consenso, hasta la más brillante iniciativa estará condenada al fracaso, y los perjuicios alcanzarán a todos: al poder político, desde ya, pero también a la comunidad y a los propios bomberos.

(Publicado el miércoles 23 de septiembre de 2009 en diario El Informe)

Generales con la misma frialdad que las internas

En un escenario de marcada apatía ciudadana, los candidatos de las cinco fuerzas políticas en pugna por las cinco bancas que se renuevan en el Concejo, ingresarán hoy en la última semana de una campaña breve e insulsa. Con este ritmo, los venadenses arribarán a las urnas con tanta frialdad como en las internas del 2 de agosto, aunque en esa oportunidad se había intercalado una veda de un mes. Tal vez las furiosas legislativas nacionales del 28 de junio, con Néstor Kirchner convocando a plebiscitar el gobierno de su esposa, y las referidas primarias de agosto, colmaron la voluntad electoral de la gente, o bien los postulantes no generan las expectativas necesarias, o la fuerte polarización entre el PJ y el Frente Progresista le quitó interés a la contienda. Las hipótesis son variadas, pero lo cierto es que, a nueve días del domingo 27, no hay clima de elecciones. Ni siquiera se hizo mención a los concejales-candidatos que en las primarias se tomaron licencia por algunas semanas y ahora, en la antesala de las generales, siguen en actividad. Tampoco se cuestionó que los secretarios-candidatos continúen en funciones, ni que aparezcan en todos los medios inaugurando obras, de la mano del intendente José Freyre, como la plazoleta "Gobernadores de Santa Fe".
Entre tanta abulia, porotistas y vianistas confirmaron con el correr de las semanas lo que este diario anticipó poco después de las internas. Aunque sin fotos ni arrumacos, se establecería un pacto de no agresión, pues ambos sectores tienen una necesidad en común: Freyre, en su carácter de intendente y secretario general del PJ venadense, se impuso el desafío de ganar la porfía ante los mismos binneristas que intentarán impedirle la reelección en 2011; y el lucifuercista Jorge Viano también precisa una victoria justicialista, aunque sea por un voto, para obtener la reelección de su espada legislativa Patricia Romero, tercera en la lista.
A principio de semana, el primer candidato del PJ, Germán Mastri, lo resumió sin disimulos: “No vamos a hacer campaña juntos ni vamos a hacer fotos. Los dos (el vianismo y el oficialismo) tenemos la necesidad de ganar y vamos a trabajar para eso, pero cada uno por su lado”. En esos términos amigables, el porotismo respondía a una solicitada, también conciliadora, rubricada por Viano, en su rol de secretario general de la agrupación 17 de Octubre “Lealtad”, el jueves 10 del corriente, en la que convocó a votar por la lista del justicialismo, aclarando que “como verdaderos militantes de la doctrina peronista que somos, jamás dejaremos que las pasiones personales se antepongan a la integridad del partido ni a la felicidad de nuestro pueblo”. Luego, en un tiro por elevación, y a domicilio, el dirigente consideró que “el merecido bienestar de los venadenses no se construye con dirigentes que representan un modelo fuertemente vinculado al empresariado local y a la alta sociedad, cuya característica principal nunca fue la solidaridad con los menos pudientes, dándole la espalda a los trabajadores y a las necesidades de los desprotegidos”.

No era Unirce
Luego de estos gestos diplomáticos recíprocos, el empresario Martín Bonadeo, quien oficia de asesor del intendente José Freyre, generó un inesperado revuelo en la mañana del último martes en las oficinas de la Cooperativa Eléctrica. Al estilo de la hoy aletargada Unión por la Recuperación de la Cooperativa Eléctrica (Unirce), el barbado dirigente se apersonó en la sede de Mitre y Belgrano, y sobre la expiración de los plazos, pidió el padrón de asociados y las planillas para confeccionar las listas de candidatos, con motivo de la convocatoria eléctrica a las asambleas electorales de distrito del domingo 4 de octubre. Después de permanecer casi tres horas en la empresa y protagonizar fuertes discusiones con funcionarios y miembros del Consejo de Administración, Bonadeo se retiró con las planillas y la amenaza de presentar las listas -presuntamente afines al porotismo- antes de esa misma medianoche, cuando vencía el plazo para esos fines, pero todos esperaron en vano, pues sólo ingresaron las listas del oficialismo, como viene sucediendo, paradójicamente, desde que la Eléctrica impuso la democratización de su régimen de elecciones, con junta electoral, sin acreditaciones previas y con representación de las minorías en la asamblea general de delegados.
Apenas trascendió el singular episodio hizo recordar los sobresaltos previos a las internas de agosto, cuando después de un tiempo de convivencia pacífica con el vianismo, el oficialista Miguel Pedrola insinuó que la Cooperativa Eléctrica demoraría un aumento tarifario ya resuelto, hasta después de las elecciones, para no perjudicar la candidatura de Patricia Romero, de conocida raigambre lucifuercista. En esos mismos días, mails agraviantes contra Viano y Romero, disparados por militantes y funcionarias allegadas a la Intendencia, terminaron de complicar las relaciones. Otro tembladeral semejante ocasionó el presunto intento municipal de intervenir en las elecciones eléctricas, pues no se sabe si se trató del arrebato personal de un encumbrado militante oficialista, o de una estrategia política montada en las cercanías del Sillón de Aufranc. Sea como fuere, el hecho exacerbó la desconfianza mutua, aunque, a pesar de todo, el PJ tiene motivos para ser optimista, como la certeza de que contendrá el ciento por ciento de los votos reunidos en las internas.

Cómo contenerlos
La capacidad de contención de votos, de la que se ufana el PJ, está por verse en el Frente Progresista, donde solamente el radicalismo, que lidera la nómina con Carlos Díaz Vélez, está en condiciones de asegurar tantas o más adhesiones que en las internas, no sólo porque los boinablanca volvieron a ganar una elección -el triunfo siempre fideliza-, sino también porque otro éxito los colocaría en un sitial más auspicioso rumbo a 2011. Mucho más suelto que en las primarias, el candidato binnerista calentó la campaña en sintonía con Mastri. El abogado le pegó duro al peronismo por presentar una lista que apoyan, al mismo tiempo, referentes irreconciliables como Freyre y Viano; y el secretario municipal retrucó evocando las históricas discrepancias de radicales y socialistas locales.
Mientras tanto, el mayor problema de contención lo padece el partido de la rosa, que aun hoy sigue pagando el alto costo político de su escandalosa fragmentación. Asegurada la re-reelección de Roberto Meier -segundo en la lista-, es Rosana Bellatti -tercera-, del grupo de Oscar Pieroni y Fabián Vernetti, la que ocupa la posición más incómoda, pues en el mano a mano con Romero por la quinta banca, está obligada a contener todos los votos socialistas de las primarias, incluso aquellos más distantes de los radicales desde el punto de vista ideológico. Concientes de este riesgo, el sector lanzó una formidable cadena de mails bajo el título: “Si votaste a Oscar Pieroni, no dejes de votar a Rosana Bellatti”. Tras anticipar una nueva polarización entre las dos grandes fuerzas, observan que Díaz Vélez, Meier, Mastri y Rostom “ya tienen las concejalías aseguradas” y “es la quinta banca la que está en juego”. Sin rodeos, los socialistas manifiestan que “si el Frente Progresista vuelve a sacar los votos que sumó en las primarias, la quinta banca es para Rosana Bellatti (…) todo el esfuerzo realizado hasta ahora se juega en la elección que se avecina”. Más explícito, imposible.
Por su parte, Martín González (Proyecto Sur), después de una meritoria primaria, diseñó una propuesta y un discurso con el propósito de capturar votos progresistas, y no solo entre los independientes, sino también en el socialismo -donde tiene el mayor campo de acción- y hasta en el porotismo. Sin embargo, el ex CEJ, que tanto alarma a los socialistas, encuentra en la polarización a su mayor enemigo en las generales.
El otro sector que intenta erigirse en tercera fuerza es el ProVenado, con César Merino a la cabeza, que sobresalió por su generoso despliegue de campaña, y una táctica dirigida a captar votos del centro, los que usualmente se reparten los partidos mayoritarios. Apelando a las consignas clásicas de esa fracción del espectro político, y a los rostros sonrientes de Mauricio Macri y Francisco De Narvaez, los seguidores del ex concejal Carlos Gómez Tomei se ilusionan con un aceptable debut electoral, como punto de partida para un 2011 donde lanzarían un candidato a intendente.

(Publicado el viernes 18 de septiembre de 2009 en El Informe)

Más fondos para bomberos, pero con control público y sin dependencias políticas

Cara a cara con la prensa, el intendente José Freyre se descargó la semana pasada con reflexiones sobre el financiamiento del servicio de los bomberos voluntarios, luego de la escalada de incendios de campos que, incluso, ocasionó averías en una de las unidades móviles del cuerpo activo. Así como la típica reacción localista ante las frecuentes olas delictivas es la cita de urgencia a la Junta de Seguridad Urbana, era previsible que después de tantas hogueras y humaredas rodeando la manzana, las autoridades políticas -Intendencia y Concejo- reinstalaran en la agenda pública la recurrente problemática de los bomberos. Como lo dijo Freyre, en sintonía con casi todo el espectro político, a estas alturas, no basta con bomberos meramente voluntarios, como tampoco podría admitirse esa condición en un maestro o en un médico hospitalario, salvo en sus tiempos de practicantes. Así como una escuela o un hospital, la comunidad comprende que el servicio bomberil es indispensable y, en consecuencia, no debería depender exclusivamente de la solidaridad de sus asociados, o de bonos de colaboración que, a veces, tienen que vender los mismísimos bomberos.
Más allá de los recursos provenientes de la Nación y la Provincia para estos fines (que no se caracterizan por su abundancia), un servicio eficiente sólo podrá garantizarse desde la propia ciudad, y para eso es preciso reforzar la contribución comunitaria y, en paralelo, implementar un riguroso control de las cuentas -alimentadas con fondos públicos- mediante delegados de la Intendencia y el Concejo.
Hasta ahora, asistimos a una suerte de maridaje entre el gobierno municipal y los bomberos, con cargos jerárquicos rentados para algunos oficiales, como el jefe Daniel Romos, y el director de Tránsito, Daniel Virelaude, otro oficial procedente de Italia y Chacabuco. Además, otra docena de miembros del servicio revistan como empleados municipales, en una ayuda oficial (orilla los 600 mil pesos anuales) que, además de resultar insuficiente, genera riesgos de dependencia política. En cambio, el nuevo orden debería institucionalizar el vínculo, a los efectos de que los bomberos cuenten con los recursos necesarios en función de una política de Estado venadense, y queden liberados de comprometedoras “beneficencias” municipales, cualquiera sea el gobierno de turno.
Si bien en el largo plazo habría que desembocar en la profesionalización (¿cómo los zapadores de Rosario o Santa Fe?) del servicio, la prioridad debe ser el equipamiento, mantenimiento y actualización del cuartel (también ampliación, a través de un destacamento en el Parque Industrial, por ejemplo). En tal sentido, es oportuna la discusión sobre estrategias recaudatorias e injerencia estatal en la administración de los recursos, recordando, en principio, que nada hay más desigual que el aporte igualitario de cada uno de los ciudadanos, y por eso mismo deberán estudiarse a fondo las distintas propuestas, sin apuros ni presiones.
La primera metodología barajada fue la de las sobretasas, tanto sea la urbana o la rural. Más rápido que un bombero, el concejal Roberto Meier recicló un proyecto de su autoría, y para justificar el esfuerzo solicitado a los productores agropecuarios, estimó que casi la tercera parte del costo de las salidas bomberiles la ocasionan los incendios en zonas rurales. Pero, en este punto, el intendente descolocó al Tío, y puso en evidencia al grueso de los chacareros, revelando que de la tasa rural (por hectárea), a pesar de su módico costo, se cobró el 70 por ciento en 2007; el 50 por ciento en 2008 y apenas el 35 por ciento este año. “Algunos productores no podrán pagar, pero otros no tienen voluntad”, reprochó José Freyre. Después de ese planteo, se anuncian inminentes reuniones de las autoridades municipales con las entidades ruralistas en busca de regularizar esta situación, pues con tan magros porcentajes de pago, poco influirían las sobretasas que se impusieran por ese concepto. De todos modos, ante la baja cobrabilidad (temen que caiga más aún si se engrosan las tasas municipales con adicionales), el mandatario venadense habría entreabierto las puertas para cobrar el aporte para bomberos junto con los servicios prestados por la Cooperativa Eléctrica, o por la Cooperativa de Obras Sanitarias. Sin vacilar, la concejala vianista Patricia Romero impulsó en la sesión del último miércoles un proyecto para que los socios de la Eléctrica abonen una suma fija (entre 25 centavos y dos pesos) en función de las escalas de consumo. Además, la iniciativa contempla la presentación de balances y planes de inversión que deberá refrendar el poder político. Por su parte, el socialista Oscar Pieroni, considera que la prioridad es elaborar un presupuesto anual de necesidades por parte de los bomberos, que luego tendría que contar con la autorización del poder político, aclarando que “deberá respetarse la suma fija convenida”, es decir que no simpatiza con el proyecto meierista de sobretasas de recaudación variable, ni tampoco con la tercerización para la percepción de los recursos que impulsa Romero. Según Pieroni, las partidas para sostener a los bomberos deben surgir de las rentas generales, con el refuerzo de contribuciones específicas del campo y la industria. “Y una vez definido ese aporte comunitario, se establecerá el monitoreo municipal de los fondos, como no puede ser de otra manera”, dijo el concejal, en tanto que el radical Delfor Hernández ya adelantó su rechazo a cualquier tipo de sobretasa.
Intencionales o accidentales, los incendios que cercaron a la ciudad y la sumieron en el pánico, podrían quedar en el recuerdo como el principio del fin del voluntarismo, si es que por fin se concilia un criterio ecuánime de recaudación y se garantizan las prestaciones de los bomberos, en un marco de relación exclusivamente institucional con el gobierno venadense, y con un férreo control municipal y comunitario de los recursos.

(Publicado el lunes 7 de septiembre de 2009 en diario El Informe)