Apenas regresado de su reunión en la ciudad capital de la provincia con el gobernador Hermes Binner por cuestiones vinculadas a la seguridad, el intendente José Freyre no solo divulgó las demandas planteadas en la Casa Gris, sino que también formuló duras apreciaciones sobre la tarea de las fuerzas policiales, deslizando que proceden con cierta pasividad, sin involucrarse en la prevención del delito y la disuasión de transgresiones menores, que sin alcanzar la categoría del ilícito, ocasionan malestar en el resto de la sociedad. En esa misma línea de pensamiento, Freyre insinuó la próxima implementación de una “ley seca”, aunque por ahora se asemeja más a un globo de ensayo, a los efectos de medir en la ciudadanía cuál es el verdadero interés de la gente en la aplicación de dicha norma, vigente en varios lugares de la Argentina, aunque con muchos matices en el grado de severidad.
En principio, el intendente esbozó la posibilidad de acotar aún más los horarios de venta de alcohol en kioscos, maxikioscos y almacenes. Por eso, convendría ser más cuidadosos en los conceptos, porque los títulos ampulosos generan fuertes expectativas y, con el tiempo, suelen volverse en contra. Así como el calificativo de “dream team” condiciona a un equipo de básquet o de fútbol en formación, las promesas de “tolerancia cero” en el tránsito vehicular, o de “ley seca” en el expendio de bebidas alcohólicas, puede complicar a las autoridades políticas de turno. Más aún con los antecedentes recientes del scottismo, que no hizo nada para aplicar en la ciudad la ley provincial antitabaco, a pesar de que el cigarrillo es tan nocivo para la salud como el alcohol. ¿Cómo se haría cumplir la “ley seca”? ¿Como hoy se hace con la ley antitabaco en la mayoría de los bares y otros espacios públicos cerrados?
En este sentido, cabe recordar que el concepto de “ley seca” remite a la aprobación por parte del Congreso de EEUU de la Enmienda 18 a la Constitución, prohibiendo la elaboración, transporte y venta de bebidas alcohólicas. Esa medida se extendió entre 1920 y 1933 y aún hoy se recuerdan las andanzas mafiosas para desafiar esa ley. Sin embargo, en Venado, solo se plantearía que el horario de prohibición (hoy es de 0 a 8) se adelante en algunas horas, incluyendo a todas las bebidas alcohólicas. Otras experiencias fueron bastante más duras, como en Capital Federal, vedando la venta de bebidas alcohólicas en los kioscos, maxikioscos y estaciones de servicio durante las 24 horas del día, incluso bajo la modalidad de delivery, y al mismo tiempo, se imponían severas multas a los comerciantes infractores, llegando hasta la inhabilitación para los reincidentes.
Con el debate inaugurado, habrá que cuidarse de caer en medidas aisladas, efectistas y meramente prohibitivas, porque Venado necesita un plan integral de adicciones, que contemple medidas preventivas en busca de resguardar a los chicos del mercado del alcohol y el tabaco, antes que contraatacar exclusivamente con acciones represivas.
(Publicado el martes 26 de febrero de 2008 en diario El Informe)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario