Los infractores a las normas de tránsito también aplican la "tolerancia cero"

Los venadenses aún no salen de su asombro por los hechos ocurridos en calle 9 de Julio, entre Belgrano y Estrugamou, en los últimos minutos del domingo pasado, demostrando que la “tolerancia cero”, antes incluso que de parte de las autoridades de Tránsito, fue puesta en práctica por un grupo de aprendices de delincuentes, cuyas actitudes patoteriles frente al accionar de inspectores municipales y agentes del orden, merecen el más enérgico repudio de toda la comunidad.
Los “damnificados” por el secuestro de motocicletas estacionadas en el carril interior de plaza San Martín ocasionaron un episodio de violencia inédita, aunque ya se habían detectado algunos signos elocuentes de intolerancia e irracionalidad, con frecuentes agresiones verbales, escupitajos y empujones en perjuicio de los inspectores de tránsito, llegándose a tirar vehículos encima de los mismos, en algunos casos con graves consecuencias. Hasta ahí, algunos opinaban que se trataba de “hechos aislados”, hasta que el vandálico ataque del pasado fin de semana ratificó que también en nuestra ciudad se están perdiendo los límites, según se desprende de las costumbres de ciertos sujetos que no se conforman con ignorar las normas, sino que además están dispuestos a la agresión física contra los individuos que la propia comunidad, a través de sus representantes, delega a los efectos de preservar el equilibrio y la convivencia social.
El reventón de uno de los neumáticos del vehículo municipal, con un arma blanca, y la pedrada contra la sede del gobierno municipal y el domicilio particular del director de Tránsito, Daniel Virelaude, en una espiral de violencia incontenible, sugiere que estos hechos no obedecieron a un arrebato de furia, sino que había una marcada premeditación de los acontecimientos, como también lo insinúa la participación de decenas de personas en la insólita agresión.
Mientras se esclarece la patoteada -¿o quedará impune?-, cuyas consecuencias pudieron ser mucho más graves aún, en función de estos antecedentes, la Intendencia deberá replantear la metodología de los operativos de tránsito, aunque sin perder la compostura. En este sentido, la reacción del intendente José Freyre fue oportuna, señalando que “vamos a seguir haciendo los controles porque no sólo queremos que se cumpla le ley, sino generar buenos hábitos. Nosotros planteamos firmeza, equidad y constancia”, concluyó, resumiendo los tres ejes que se requieren para no morir en el intento: firmeza, para imponer el cambio de hábitos; equidad, para que la campaña se desarrolle con autoridad moral; y constancia, para que los transgresores, como suele suceder, no ganen por cansancio.

(Publicado el jueves 21 de febrero de 2008 en diario El Informe)

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