En pocas horas más concluirá una campaña electoral que recién se enardeció en los últimos días, después de la calma que sucedió a las internas del 1 de julio. El primero en sacudir ese reposo fue el candidato a intendente del Frente Venadense, Jorge Viano, con una solicitada que enumeró los puntos más oscuros, a su entender, de la gestión scottista. Sin embargo, el contundente escrito resultó opacado por la difusión, ese mismo día, de las características de la Tarjeta Evita, también lanzada por el vianismo, cuya repercusión superó las expectativas de sus propios impulsores, interesando hasta los mismísimos canales de televisión porteños. En ese interín, ya era notable la ausencia en la campaña del postulante oficialista José Freyre, obligado a desertar por el recrudecimiento de la enfermedad de su padre. En la mañana del sábado último, las fuerzas políticas del Frente Progresista, cohesionadas detrás de la candidatura a intendente de Roberto Meier, se aprestaban a distribuir más de 15 mil revistas en la ciudad para demostrar, según lo sugería el título de la publicación: “¿Qué esconde la candidatura de Freyre?” Sin embargo, el deceso del padre del supersecretario, en esa misma madrugada, decidió a los opositores a postergar el lanzamiento, que se llevó a cabo el domingo, causando una fuerte conmoción política, y relegando a un segundo plano al medio millar de ladrillos que la Intendencia adquirió en presunto beneficio de un candidato a concejal de la lista de Delfor Hernández. Según el edil Lisandro Enrico, quien una semana atrás presentó la denuncia en Tribunales, esos favores se enmarcan en un pacto político entre el scottismo y el delforismo, en sintonía con los acuerdos provinciales del gobierno obeidista y los radicales antifrentistas Alicia Tate y Juan Carlos Millet.
“Hicimos una fuerte autocrítica interna después de las primarias y coincidimos en que no bastaba con propuestas ingeniosas y constructivas para la ciudad. También teníamos que contarle la verdad a los venadenses sobre el verdadero rostro del scottismo y sobre lo que esconde la candidatura de (José) Freyre”, justificó uno de los redactores de la publicación que sacudió la campaña, incluyendo sugerentes títulos, tales como: “Por qué los concejales de Scott son los candidatos de Freyre”; “Terrenos, pavimento, Albarracín: Cómo fabrican honorarios”; “La lista de acomodados en la Municipalidad”; “El negocio millonario de la tercerización”; “Los que se llevan la plata afuera”; “La extorsión a los que nada tienen”; “Tenemos derecho a pensar mal”; “El otro yerno, Jefe de Compras”; “Cómo manejan la ciudad desde Esperanza”.
El intendente Roberto Scott cayó en la obviedad de amenazar con querellas a los autores, pero sin ofrecer ni una sola respuesta, como era su obligación, a las fundamentadas denuncias que se enumeran a lo largo de 16 páginas. Hasta ahora, las objeciones a su administración siempre habían aparecido dosificadas a través de la prensa, pero esta vez se presentaron todas juntas -casi todas- generando un impacto más contundente en la población. De todos modos, ni siquiera la débil reacción oficialista podría augurar un acortamiento de la ventaja casi indescontable obtenida por Freyre en el primer turno.
Si la ciudadanía no había identificado un opositor confiable para hacerse cargo de la ciudad hasta hace un par de semanas, es difícil que un golpe de efecto, por eficiente que sea, pueda alterar bruscamente el comportamiento del electorado. Sobre todo en Venado, donde ni siquiera hay indicios certeros de que la mayoría de la población esté convencida de la necesidad de un cambio en el gobierno municipal. Aun si fuera así, no habría que descartar que el propio Freyre haya conseguido expresar esas posibles expectativas de renovación, aun cuando integra el elenco oficialista desde hace una década y, además, es yerno de Scott.
Contra estos razonamientos, desde el Frente Progresista estiman que la revista cumplió su propósito, facilitando que miles de venadenses descubrieran las peores prácticas del régimen scottista. En la misma línea, plantean que sobran los argumentos para pronosticar que Freyre jamás podría superar los condicionamientos del entorno, como lo blanqueó el mismísimo Scott, anticipando que si Poroto se convierte en su heredero político, “no hay razones para modificar el actual Gabinete”. En la página dos del informe especial, en una suerte de editorial, los binneristas afirman: “El problema es que nos quieren hacer creer que Freyre representa un cambio. Nos quieren vender gato por liebre. Otra vez. Usted podrá leer y entender, en estas páginas, porqué Freyre no representa ese cambio”, advierten.
Si la publicación -que no es un panfleto ni un anónimo- resulta útil para el meierismo desde el punto de vista electoral, se demostrará, en alguna medida, apenas concluya el escrutinio; pero desde una perspectiva institucional, ya cumplió con creces, porque divulgó masivamente las debilidades de un modelo de gobierno -refractario a los controles-, que hasta ahora sólo conocían los más politizados o, al menos, mejor informados de los asuntos públicos locales.
También merece analizarse la hipótesis de que el propio Freyre se beneficie con los efectos políticos de la revista, aprovechando para sacarse de encima las mochilas que se propone dejarle Scott como parte del legado. Si se consagra triunfador de los comicios y, al mismo tiempo, descubre que los venadenses lo eligieron como estandarte del cambio, antes que como un mero continuismo, Poroto deberá deshacerse cuanto antes de los funcionarios asociados con lo peor de esta gestión; desafiar los dictados del jefe en la selección de la primera línea de colaboradores; y mostrar en la práctica, desde el vamos, que se propone liderar un gobierno transparente y respetuoso de la oposición. Si se dieran estas circunstancias, aun cuando la revista no favoreciera en forma directa a sus ideólogos, se recordará de todos modos como un valioso aporte a la depuración de la función pública municipal.
Si se levantara Viernes
Sobre finales de la década del ’30, las increíbles historias de Viernes Scardulla competían en las primeras planas de los periódicos porteños con la incipiente Segunda Guerra Mundial. Casualmente, el viernes 5 de agosto de 1938, se presentó en la División “Defraudaciones y Estafas” del Departamento Central de la Policía Bonaerense, un hombre robusto y de baja estatura. Era Scardulla que llegaba a denunciar el robo de un tesoro compuesto por lingotes de oro, monedas y alhajas. Y ahí nomás el hombre dijo que el cofre que le habían robado era el mismo con el que huyó el virrey Sobremonte antes de la Revolución de Mayo. Según las crónicas, Viernes le contó al sorprendido sumariante que había encontrado el cofre enterrado, mientras se daba un chapuzón en las aguas de un arroyo venadense. Cuando se apoderó de él lo mantuvo en su casa por dos años, según inscribió en la denuncia. Hasta allí no había delito alguno, salvo el que puede recaer sobre un mitómano muy hábil y dispuesto a no dejar grietas en su relato. En esa oportunidad, Scardulla denunció que dos senadores nacionales por su provincia lo habían estafado cuando lo invitaron a llevarles a su despacho el cofre con las joyas de oro y piedras preciosas. “Lo hicieron abrir con un cerrajero y se llevaron todo el tesoro. A mí me dieron 22 mil pesos, que es sólo una parte de lo que me corresponde. Después no los volví a ver”, aseguró, mientras mostraba un documento firmado por los dos legisladores de apellido Monti y Gastón. Tanta presión mediática obligó a la actuación policial, dando lugar a la detención de Carlos Valdivieso, alias “Monti”, pero cuando por fin las palabras de Scardulla parecían creíbles, el sospechoso se suicidó en una celda. Y todo quedó en la nada. Con las manos vacías y la fama en retirada, Viernes regresó a Venado Tuerto, donde se dedicó al curanderismo, hasta que lo condenaron a cuatro años de prisión por “ejercicio ilegal de la medicina”. Desde entonces, en la ciudad jamás dejó de hablarse de Viernes Scardulla, tanto es así que un cantautor venadense, Juan Carlos Muñiz, le dedicó una bella canción titulada “Viernes de las mentiras”.
Tal vez dentro de un tiempo, un tal Roberto Scott, también sea recordado por sus mentiras, aunque no tan inocentes. Esta misma semana acudió al uso y abuso de falsedades y bravuconadas en el intento de disimular su malestar por la osada publicación. En declaraciones a Canal 12, el lunes último dijo Scott que “(El Informe) sabía de esta revista porque hace la crónica antes de que la revista salga. Entonces ellos son parte… se publicó… se imprimió en El Informe… algo hay con ellos, porque si sale la revista y al mismo tiempo sale el artículo, es porque ellos sabían todo (…) Esta revista se hizo con la plata de (Jorge) Viano, porque salió más de 30 mil pesos”.
En 60 palabras, cuatro mentiras a los venadenses, todo un récord, a saber:
- Mentira Nº 1: La revista se distribuyó el domingo 26 y la crónica se publicó en este diario el lunes 27, es decir que cualquier periodista gráfico (todos la deben haber recibido en su casa), si consideraba noticiable el tema, disponía del tiempo suficiente para redactar la nota y publicarla al día siguiente.
- Mentira Nº 2: No se imprimió en los talleres gráficos de El Informe, sino en la ciudad de Santa Fe, según lo testimonió el concejal Roberto Meier,
- Mentira Nº 3: El propio candidato a intendente opositor aseguró que el trabajo se solventó con el aporte de las fuerzas políticas que integran el Frente Progresista, y no con una ayuda del lucifuercista Jorge Viano que, por otra parte, acaba de enviarle una carta documento al líder pueblense con intenciones de querellarlo por sus recientes manifestaciones en El Informe, probando que el pacto entre ellos -según denuncia Scott- es otra mentira.
- Mentira Nº 4: La publicación no costó 30 mil pesos, sino 5 mil (seis veces menos), como lo estableció el candidato a concejal Fabián Vernetti. Para más datos, los directivos de este diario, una vez que recibieron la revista, ratificaron que esta última cifra es la que se cobra por un pedido de esas características.
La hora de la verdad
Basta de mentiras. Se avecina la hora de la verdad. Scott inicia la retirada. Hoy a los ocho concluirán las campañas y dos días después comenzará la votación. El scottismo confía que el holgado triunfo en las primarias es irreversible, y hasta augura que se quedará con tres de las cuatro concejalías en disputa. Meier se ilusiona con el arrastre de Hermes Binner y los efectos de la revista. Viano presume que la conmoción causada con la Tarjeta Evita alimentará las chances de colocar, al menos, a Oscar Yakas en el Concejo. Delfor, que más que una general, librará otra interna contra los radicales binneristas, se esperanza en que Mirian Talamone quede afuera.
Además de la porfía localista, que incluye al intendente y los concejales, la elección del gobernador santafesino es la más atrayente para la mayoría de los electores, sobre todo ante la previsible polarización entre el candidato del gobierno provincial, Rafael Bielsa, y el opositor Hermes Binner, el más votado en las primarias. En este sentido, las estrategias de uno y otro sector son dispares en Venado. Y a veces no hace falta ni siquiera que los candidatos se pronuncien para poder descubrirlas. Basta con observar cómo doblan los votos que luego reparten, ensobrados, a domicilio. En el Frente Progresista, el doblez de las cinco categorías de la sábana presenta a Binner y Meier; en cambio, en el Frente para la Victoria, de un lado está Freyre y del otro el candidato a senador provincial Ricardo Spinozzi, ocultando a Rafael Bielsa. Unos se ilusionan con la tracción que les pueda ejercer Binner desde el extremo izquierdo de la boleta; otros son concientes de que tienen que arrastrar, desde abajo, al ex canciller.
Pero, si en algo coinciden binneristas y bielsistas venadenses, es en la influencia del resultado de la elección de gobernador en los ánimos del domingo a la tardecita. La euforia será incomparable si el paquete triunfal contempla la ciudad, el departamento y la provincia, pero no será lo mismo si se quiebra ese escenario de hegemonía. El político, por su propia naturaleza, desea controlar el mayor poder posible, pero desde el punto de vista de la construcción de ciudadanía, tal vez sea más conveniente propiciar el equilibrio político, a los efectos de garantizar los controles institucionales y mantener apaciguadas las tendencias autoritarias.
(Publicado el viernes 31 de agosto de 2007 en diario El Informe)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario