Freyre y Spinozzi retienen el poder, pero el éxito de Binner equilibra el mapa político

En la noche de las elecciones generales venadenses, festejaron todos. Había clima de fiesta en el bunker del Frente para la Victoria, que consiguió retener la codiciada Intendencia, a través del supersecretario José Freyre, junto con tres de las cuatro concejalías en disputa; además, el senador provincial Ricardo Spinozzi cumplió con sus propósitos reeleccionistas. Mientras tanto, en el centro de cómputos del Frente Progresista, reinaba el entusiasmo ante la histórica victoria -por casi diez puntos- en la provincia de Santa Fe del socialista Hermes Binner, después de 24 años de hegemonía justicialista. Aunque algo apesadumbrado por no haber obtenido la banca que perseguía, Jorge Viano, del Frente Venadense, se transformó en el postulante de mayor crecimiento electoral respecto de las internas. Hasta la vapuleada UCR de Delfor Hernández celebró calladamente que la enriquista Mirian Talamone quedase fuera del Concejo por unos pocos votos.
Con estos resultados, el escenario político del pago chico tiende a equilibrarse, pues a la par de la consolidación del scottismo en Venado, y de Spinozzi en General López, a partir del 10 de diciembre se establecerán representantes del Frente Progresista en delegaciones clave del gobierno provincial en nuestra región, tales como salud, cultura y educación, entre otras, junto con aquellos que sean designados por el gobernador electo para cumplir funciones en la Casa Gris de la ciudad capital. La línea directa con los despachos santafesinos de la que disfrutó Roberto Scott durante casi 12 años, y que tanto oxígeno le insufló a su gestión -como así también al desempeño del senador Spinozzi-, no la tendrá disponible Freyre, que deberá apelar al arte de la negociación política para trabar buenas relaciones con Santa Fe, y con los delegados del gobierno provincial en Venado y la región.
Como se suponía, Freyre y Spinozzi fueron los que arrastraron la figura del candidato a gobernador oficialista, Rafael Bielsa, que ni siquiera pudo ganar en nuestra ciudad, a pesar de la tracción desde abajo. Por el otro lado, además de los votantes de Roberto Meier, que apoyaron masivamente a Binner, hubo muchísimos simpatizantes del vianismo que se volcaron por el ex intendente de Rosario, y hasta del propio Poroto, que le dieron la espalda a Bielsa, cortaron la sábana y completaron la construcción del voto con el nombre del parco líder socialista.

La oposición que no fue
Mientras que Poroto conservó sin fisuras el caudal del Frente para la Victoria en las primarias, el Frente Progresista de Roberto Meier, con unos centenares de votos menos que entonces, demostró que no era una opción de poder confiable para la mayoría de los venadenses. Si bien los pueblenses conservaron la banca propia colocando a Fabián Vernetti en reemplazo del saliente Claudio Natali, la coalición no pudo alzarse con el objetivo mínimo de imponer también a Talamone para convertirse en la primera minoría legislativa, privilegio que en breve ostentará el oficialismo, con cuatro ediles, los indispensables para sostener los vetos de la Intendencia. En este sentido, es probable que en las próximas semanas se inaugure un debate interno en las filas meieristas sobre su futuro político, pues el propio líder anticipó hace unos días que, en caso de no ser electo intendente en estos comicios, declinaría postularse para renovar la banca en 2009.
La frustrada expectativa de ceder su concejalía a Talamone también es un duro revés para Lisandro Enrico en medio de la cruenta interna del radicalismo, aunque el flojo rendimiento de Hernández es un consuelo para el Pibe que, además, estaría incluido entre los predilectos del binnerismo para ocupar un cargo provincial a partir de fin de año. Otro destacado de los boinablanca frentistas de la región, junto con el imbatible firmatense Carlos Torres, es el caudillo isabelense Juan Enrique Lombardi, que no sólo dejó la comuna en manos de su discípulo Mario Kovacevic, sino que protagonizó una formidable recuperación en la batalla por la senaduría con el Tino Spinozzi.
Por su parte, el lucifuercista Jorge Viano, con casi 2 mil votos más que en las primarias, demostró ser el gestor de una fuerza respetable en su primera incursión electoral, donde, tal vez, la polémica Tarjeta Evita contribuyó a esta sensible levantada, sin descartar que el estilo frontal y vehemente del candidato haya captado a los votantes más disconformes con el gobierno scottista, que no fueron seducidos por las propuestas más pacifistas de Meier y Hernández.
Entre las numerosas anécdotas del fin de semana, sobresale la participación de la bruja Verónica el viernes último en el envío En la Tecla (Canal 12), ya que después del aviso publicado en El Informe, que revolucionó a toda la región, la tarotista se presentó en vivo y se animó a pronosticar, a pedido de los televidentes, el resultado de las elecciones en Santa Fe y en Santa Isabel. La mujer predijo, sin titubear, que triunfarían Hermes Binner y Mario Kovacevic. Las brujas no existen, pero que las hay… las hay.

¿Más de lo mismo?
Solamente José Freyre y su entorno conocen qué rumbo adoptarán una vez a cargo del gobierno municipal. Anoche, en sus primeras declaraciones como intendente electo, Poroto deslizó que una de sus prioridades será restablecer el diálogo con algunas entidades, incluyendo a las cooperativas de servicios públicos, con cuyas autoridades el intendente Scott está enemistado desde hace largo tiempo. Sin embargo, un poco más tarde, tal vez arrastrado por la excitación triunfalista de sus seguidores, el dirigente apeló al sarcasmo, y al más puro estilo scottista, para referirse a los columnistas que, según él, “todo lo intelectualizan con sus críticas desde las mesas de café”. ¿Será Freyre más de lo mismo? Más allá de la fidelidad eterna que le debe a su suegro por haberle legado el Sillón de Aufranc, el heredero debería saber que, entre sus casi 18 mil votantes, muchos de ellos -más de los que él cree- lo visualizan como una esperanza de cambio, aun cuando sea uno de los baluartes de la actual administración. Desde diciembre, apenas asuma, la ciudadanía podría empezar a reclamarle lo que a Roberto Scott, en los últimos tiempos, ya ni siquiera se le pedía. Le demandará respeto por las instituciones, por el Concejo, por la oposición, por la prensa. También le exigirá transparencia, autocrítica e independencia. La gente no votó más de lo mismo en Venado, como tampoco lo hizo en la Provincia, y en muchas otras localidades. El grito histérico y revanchista de los aduladores de la vecindad no debería confundir a los dirigentes de fuste. Venado requiere una urgente reconstrucción de la convivencia después de más de una década signada por el agravio y la intolerancia desde la cúspide del poder político municipal. En esta ocasión, la mitad de los electores se pronunció por las distintas variantes opositoras (Frente Progresista, Frente Venadense y UCR) y la otra mitad lo hizo por el oficialismo, pero ese apoyo no significa necesariamente que se haya plebiscitado el estilo de la gestión scottista. En la decisión de votar a Freyre, también puede descubrirse una voluntad de progreso, de superación, insinuada en las propias virtudes personales del candidato, dialoguista y concertador, en las antípodas de la hostilidad de Scott. Debería interpretar el intendente electo, en función de los antecedentes, que la ausencia de una oferta opositora confiable, según el juzgamiento popular, no otorga cheques en blanco, sino apenas un crédito.

(Publicado el lunes 3 de septiembre de 2007 en diario El Informe)

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