La cercanía de las elecciones sensibiliza a los políticos hasta límites insospechados. La inminencia de la disputa del poder exacerba las pasiones. Hasta que, a veces, se pierden los límites, y aquello que se tomaba como de quien viene, debe observarse con otros ojos. Estas reflexiones se desprenden de las inquietantes actitudes del intendente Roberto Scott, a pesar del alentador rendimiento de su candidato, José Freyre, en las primarias justicialistas. Basta con repasar sus forzadas interpretaciones de la realidad para justificar la preocupación ciudadana. Entre las anécdotas más desopilantes de la política vernácula se conservará, por ejemplo, la de la supuesta alianza entre pueblenses y lucifuercistas que Scott ensaya cada vez que tiene la oportunidad, como la semana pasada, cuando intentó hacerlo mediante un ingenioso atajo, vinculando a dos directivos -actuales dirigentes de Pueblo- de las recordadas revistas Lote y El Entuerto, con el Sindicato de Luz y Fuerza, bajo el único argumento de que una de ellas recibía la publicidad de dicho gremio. Una verdad parcial, pues el mandatario, que debería dar ejemplo de cordura, ecuanimidad y rectitud cada vez que se pronuncia, olvidó mencionar las otras decenas de publicidades locales que respaldaban a la revista de cultura más exitosa de la historia de la ciudad. ¿Qué concepto de publicidad tiene el intendente? ¿Supondrá que importa, lisa y llanamente, una compra de voluntades? ¿Con qué criterios maneja él la pauta oficial?
De todos modos, esta última invención es la más racional de los últimos tiempos, porque en otra ocasión había manifestado que los servicios de luz, telefonía e Internet del local partidario meierista, eran financiados por el lucifuercista Jorge Viano, tan compinche del barbado concejal como podría serlo Lilita Carrió del ministro De Vido. Sin perder la línea, fue tragicómica la reacción de Scott ante la ácida publicación gráfica del Frente Progresista distribuida el domingo último, pues, lejos de ofrecer alguna respuesta, se limitó a informar que trasladará el tema a los Tribunales, junto con la solicitada que divulgó Viano, también con gruesas imputaciones a la gestión municipal. Modificando caprichosamente el discurso según transcurrían las horas, Scott se atrevió a ponerle un precio descabellado a la impresión de la revista y, en otra actitud previsible, incluyó a periodistas críticos de su gobierno entre los creadores de los textos y al candidato a intendente por el Frente Venadense como el soporte económico.
En lugar de apelar a vulgares amenazas y vergonzosos golpes bajos, el intendente Scott y sus concejales deberían contestar las imputaciones formuladas en la publicación, que por ignorarlas en reiteradas oportunidades, les explotaron en las manos en medio de esta campaña electoral. Tampoco dicen ni una sola palabra sobre los 500 ladrillos que habría autorizado la Intendencia en beneficio de un presunto aliado político. Por ahora, se suceden, una tras otra, las sobreactuaciones de los oficialistas, haciendo las veces de indignados, pero no asoma ni una sola respuesta creíble para demostrar que la oposición miente en sus denuncias ante la prensa y los tribunales.
(Publicado el martes 28 de agosto de 2007 en diario El Informe)
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