Hace nueve días, el senador provincial Ricardo Spinozzi, el diputado provincial Jorge Lagna y el intendente José Freyre, se mostraron sonrientes y distendidos en un café céntrico. No era una sorpresa para los que recordaban que en las elecciones provinciales del año pasado, los tres habían coincidido en el armado bielsista del Frente para la Victoria, derrotando a Agustín Rossi en las primarias, para luego caer en las generales ante el socialista Hermes Binner. Sin embargo, Spinozzi y Lagna fueron reelectos como legisladores, y Freyre consiguió la Intendencia venadense. En cambio, sí se extrañaron esa noche quienes los vieron juntos y sabían del encontronazo de Spinozzi y Freyre unos pocos días antes, luego de que el ex intendente Roberto Scott sentenciara que el senador -muy solidario con la protesta del campo- debía declinar la candidatura a presidente del justicialismo santafesino y que Freyre tenía que respaldar en la interna al Chivo Rossi, el candidato de la Casa Rosada, porque “Kirchner tiene un carácter muy duro y no perdona”, según Scott. “Si Freyre juega con Spinozzi, que se olvide de tener obras públicas para la ciudad”, advirtió. Contundente, agregó que “si el intendente fuera yo, optaría por Rossi. En estas condiciones, insisto que preferiría no ir a votar, pero debo reconocer que si me pronuncio por Spinozzi, le corto a la ciudad la relación con el Gobierno nacional”. Luego, aunque más mesurado y exigiendo la postergación de las internas en nombre del conflicto con el campo, Freyre se pronunció en sintonía con Scott, recibiendo enseguida fuertes críticas -sin mencionarlo con nombre y apellido- de la Comisión de Enlace Regional de las entidades agropecuarias, y también una impiadosa solicitada del sector justicialista de Jorge Viano, que entre otras cosas, denunciaba -en función de estos antecedentes- que Scott seguía controlando los hilos del poder municipal. De pronto, Freyre, que había conservado una buena relación con el campo, quedaba descolocado -con su apoyo a Rossi- ante el reclamo creciente de los ruralistas. Además, se resentía su autoridad política, pues había sido su antecesor el que se anticipó a promover el alineamiento de la tropa scottista con el rossismo.
Como resultado de este intrincado proceso que desembocó el viernes último en el cierre de listas, José Freyre -volviendo sobre sus pasos- optó por la prescindencia en la interna departamental y provincial, y al mismo tiempo, aceptó liderar una lista única local, en el cargo de secretario general, escoltado por el spinozzista Jorge Lagna como secretario adjunto y el rossista Julio Eggimann como secretario de Organización, excluyendo del acuerdo al vianismo. En el PJ de General López, la disputa del 13 de julio -con unos 20 mil empadronados- tendrá como antagonistas por la conducción partidaria a Jorge Lagna y la rossista María Cristina Gómez, actual jefa comunal de María Teresa.
En este marco, en las listas departamentales, sobresalen las presencias de los porotistas Víctor Ubalton y María del Carmen Goniel en la rossista “Unidad para la Victoria”, en tanto que el concejal Miguel Pedrola y el ex funcionario obeidista Alberto Turcato -apoyó a Freyre en la elección municipal-, ficharon en defensa de los intereses del Tino, que ofrece como máxima atracción de “Federalismo por Santa Fe” a Carlos Reutemann, en el doble rol de candidato a congresal nacional y provincial.
Una vez más, una inminente ruptura de scottistas y spinozzistas se evitó sobre la hora, pero en la mesa chica de ambos sectores admiten que el quiebre sólo se postergó por razones de conveniencia recíproca. Nada más que eso. Freyre no quería romper las óptimas relaciones con el campo y, al mismo tiempo, se encontró con una excelente ocasión para mostrarse independiente de Scott, que había reclamado un respaldo incondicional para el candidato K. Por su parte, el Tino impidió que Rossi pudiera alardear a partir de hoy con el discurso chicanero que aquél jamás hubiera querido escuchar: “Hasta en la ciudad natal de Spinozzi, la Intendencia peronista apoya mi candidatura”. Ahora, el senador reutemista no cuenta con el soporte explícito de Freyre y Scott, como en septiembre pasado, pero al menos no los tiene en contra, como apetecía el Chivo, mostrando los colmillos.
Con lista única local y prescindencia en los otros niveles, el próximo paso es dilucidar si el porotismo dejará a sus adherentes en libertad de acción, o si instruye a los siempre influyentes punteros para volcarse por alguna de las propuestas departamentales y provinciales. La misma incógnita ofrece el vianismo, cuyos referentes anticiparon que no trabajarán para ningún candidato en esta interna, aunque algunos todavía especulan que, en tiempo de descuento, podría bajar una orden a favor de uno u otro postulante.
No hay forma de que Spinozzi y Freyre no confronten entre sí, tarde o temprano, pero ambos interpretaron que aún no era el momento. Con el reciente acuerdo político, ninguno será derrotado por el otro en la elección partidaria. Además, Freyre, sin arriesgar nada -salvo que no llamará a votar por el bendecido provincial del kirchnerismo-, se convertirá en el jefe del PJ local y no debilitará el vínculo con el agro; Spinozzi, otro mimado del campo y sus aliados urbanos, que no tiene nada que perder y tiene todo para ganar en la carrera con el caballo del comisario, consiguió preservar, por un tiempo más, la inestable alianza con el oficialismo venadense.
(Publicado el lunes 9 de junio de 2008 en diario El Informe)
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