Si el Gobierno supuso que los productores agropecuarios se quedarían cruzados de brazos esperando la conclusión de las fatigosas negociaciones con los dirigentes de las cuatro entidades del sector, se equivocó tanto como en el aumento de las retenciones que hoy se empecina en sostener para no mostrar signos de debilitamiento, pero que en unas pocas semanas le ocasionó más costos políticos al kirchnerismo que en sus cinco años de gestión. En la Casa Rosada jamás imaginaron que la mayoría de los argentinos reprobaría el impuestazo, y que se instalarían en la agenda pública debates tan incómodos para el oficialismo como la ausencia de una política agropecuaria nacional; el sistema de gobierno cada vez más centralista y unitario; la omisión del Congreso para la fijación de los derechos a las exportaciones; la permanencia de los abusivos “superpoderes”; la reforma pendiente de la Ley de Coparticipación Federal; la baja calidad institucional; y el incierto destino de la recaudación por las retenciones, que no regresan a las provincias de origen ni siquiera en mínimas proporciones, ni en obras de infraestructura ni en la promoción de actividades como la ganadería y la lechería, que se deterioran como consecuencia de un Gobierno que no interviene -con una parte de los recursos que obtiene del agro- para protegerlas, pese a que son tan necesarias a los fines de atenuar los efectos negativos de la sojización y el desarraigo de la población rural, con sus consecuencias devastadoras para las economías de las poblaciones dependientes de la actividad del campo y la agroindustria vinculada.
Reproches y caricias
Lejos de entrar en una etapa de desgaste y amansamiento, en la asamblea regional -con la asistencia de más de un centenar de productores- llevada a cabo el lunes por la noche en la Sociedad Rural, se demostró con elocuencia que el estado de alerta y movilización no era una consigna vacía para presentar la tregua de 30 días con más elegancia, sino que es muy marcada la incredulidad de las bases con esta reciente apertura del diálogo, aun en la misma jornada en que el superministro Alberto Fernández recibía al conjunto de la dirigencia ruralista. Largos años de indiferencia e incumplimientos, mantienen al sector en una tensa vigilia, hasta el punto que muchos productores están convencidos de que en mayo deberán volver a las rutas.
Aunque en el nutrido panel de invitados había políticos que apoyaron el grito agropecuario desde la primera hora, los productores más duros se mostraron descreídos, insinuando que algunos dirigentes juegan a dos puntas. “Mientras nosotros estábamos cortando la ruta, algunos de ustedes mandaban colectivos para el acto de Cristina en plaza de Mayo”, espetó un ruralista, sin destinatario fijo, ni nadie que se diera por aludido. “Dónde está la Intendencia de Venado Tuerto…”, interrogó otro productor, obligando al secretario de la Producción, Darío Mascioli, a justificar la ausencia del intendente José Freyre y recordar la presencia municipal en el piquete local. “Me gustaría saber si todos están acá por convencimiento, o si tuvieron que pedir permiso para venir”, ironizó un autoconvocado rufinense, que en el epílogo de un encendido discurso alertó: “Todos nos vamos a acordar muy bien de cómo actuó cada uno de nuestros representantes en esta lucha”. Sin embargo, pese al clima irascible que reinó por momentos, se impuso el sentido común y la mayoría de los anfitriones rescató los apoyos explícitos del diputado nacional santafesino Fabián Peralta (Coalición Cívica); la secretaria de Integración Regional de Santa Fe, María del Carmen Alarcón; el senador provincial Ricardo Spinozzi; los diputados provinciales Gabriel Real, Jorge Lagna y Alfredo Menna; el delegado regional del Ministerio de la Producción, Juan Enrique Lombardi; el secretario parlamentario de la Cámara de Diputados, Lisandro Enrico; el intendente cañaseño Jorge Sesnich y el presidente del Concejo venadense, Delfor Hernández, junto con una decena de jefes comunales de la región.
Cita con las bases
Así como los chacareros entrerrianos convocaron a su docena de legisladores nacionales a una reunión el próximo viernes en Paraná, esa misma propuesta fue lanzada por la binnerista María del Carmen Alarcón, una de las más aplaudidas en la asamblea venadense. Con la unanimidad de los presentes, la invitación a los 22 legisladores nacionales se aprobó para el lunes próximo, a las 20, en la Sociedad Rural. En este sentido, la funcionaria destacó la importancia de que los 19 diputados y los tres senadores que representan a Santa Fe participen de una asamblea con los productores del campo y se comprometan con las más urgentes necesidades de la provincia, porque en las cámaras legislativas, si antes no reciben la presión de las bases, la mayoría siempre vota acatando los verticalismos partidarios, advirtió. Entre los diputados santafesinos que deberían concurrir a la asamblea venadense -ya hay varios confirmados-, la combativa dirigente mencionó a uno de los más fervorosos defensores de las retenciones kirchneristas, el presidente del bloque oficialista, Agustín Rossi, que hace un par de años impulsó su destitución como presidenta y como miembro de la Comisión de Agricultura de la Cámara baja por sus disidencias con la política ganadera K, cuyos pésimos resultados ahora están a la vista de todos. Ese recordado episodio significó la salida de la legisladora del Frente para la Victoria y la formación del monobloque Pampa Sur hasta el final de su mandato. Por esas paradojas del destino, hoy, enrolada en el binnerismo, coincide en la defensa del campo con el senador nacional Carlos Reutemann, su ex jefe político, que no se había solidarizado con ella cuando el kirchnerismo la crucificó. Del mismo lado de la tranquera en esta porfía, el senador provincial Ricardo Spinozzi se esforzó para no soltar una sonrisa de halago cuando su antigua compañera reutemista destrozaba, ante la aprobación de la concurrencia, al Chivo Rossi (“Está contra el campo”, denunció), su próximo adversario en las internas peronistas santafesinas, salvo que el milagro de la lista única reprima las notorias discrepancias. Después de detallar su inmediato alineamiento con la protesta del campo, desde el Senado santafesino y el bloque del Frente para la Victoria que preside, el Tino Spinozzi sentenció: “Yo trabajé, como justicialista, para el triunfo de Cristina Kirchner, pero la lealtad no es lo mismo que la obsecuencia”, se despegó, arrancando el reconocimiento de los asambleístas.
Documento sin letra chica
La reunión de más de tres horas, que comenzó con un video ilustrativo de las abismales diferencias entre las contribuciones del departamento General López por retenciones agropecuarias y las mínimas devoluciones en obras y servicios, se clausuró con la invitación a todos los dirigentes a suscribir un paquete de propuestas redactado por los ruralistas en las áreas de agricultura (incluyendo la quita de las retenciones móviles), ganadería, lechería y porcinos, que todos firmaron de buena gana con el compromiso de elevarlo a sus áreas de influencia, aunque algunos lo hicieron manifestando la plena adhesión a todos los puntos, como el demoprogresista Gabriel Real -pidió la palabra para ello-, y otros, más cautos, como Spinozzi y Lagna, prefirieron darse por notificados, alegando que no estaban en condiciones de avalar una larga lista de iniciativas -algunas de cierta complejidad técnica- de las que recién tomaban conocimiento, como había admitido momentos antes el presidente de la Sociedad Rural, Eduardo Sánchez de Bustamante.
En esta asamblea regional no sólo se manifestó el estado de alerta y movilización de los productores, sino también que la lucha excede largamente el reclamo por la suspensión de las retenciones móviles (nadie confía en las compensaciones), como se verificó en las reiteradas apelaciones a la urgencia de elaborar una política agropecuaria de largo plazo, que brinde previsibilidad y favorezca las inversiones. No sólo eso, sino que se valorizó que la demanda sectorial del campo oficiara como despertador para que otros grupos políticos y sociales apuraran demandas de mayor protagonismo a los gobernadores y el Congreso, hasta ahora anestesiados por un Gobierno que, cuando se equivoca o comete excesos, no tiene nadie que pueda equilibrarlo. O no tenía. Ahora, las presiones surgen desde abajo, y las demandas se extienden mucho más allá de las retenciones que obraron como detonante. Tanto es así que el lunes próximo, la región recibirá la visita de la mayoría de sus 22 legisladores nacionales, como nunca antes había sucedido.
(Publicado el miércoles 16 de abril de 2008 en diario El Informe)
2 comentarios:
Juan te felicito, creo que es el mejor post desde que te leo por acá
Juan me gustó tanto post que te dediqué
uno para vos solito. Casi
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