Desde el comienzo del mandato, el intendente José Freyre se planteó entre sus prioridades la recomposición de las relaciones con las dos cooperativas de servicios públicos, y así lo ratificó en el discurso de apertura del período ordinario de sesiones legislativas. Por esos días se habían cumplido cinco años de la última convocatoria malograda a la formación de la Comisión Redactora de los contratos de concesión de energía eléctrica y alumbrado público. Un mes atrás, en la edición del viernes 7 de marzo, anticipamos que “para no volver a tropezar con la misma piedra, la primera estrategia porotista sería designar un negociador, con buenas aptitudes diplomáticas (…), y según se comentó en los corrillos previos al acto de apertura de las sesiones, el hombre en cuestión se erigiría en el delegado de la Municipalidad ante el Consejo de Administración de la Cooperativa Eléctrica”. En rigor, no fue una sorpresa el ofrecimiento de Freyre al ex concejal pueblense, Claudio Natali, para oficiar de puente entre la Intendencia y la Cooperativa Eléctrica y/o la Cooperativa de Obras Sanitarias. Durante el período que concluyó hace cuatro meses, una de sus mayores virtudes había sido precisamente la cintura política para negociar con las otras fuerzas legislativas, como el scottismo, el radicalismo (en sus dos vertientes) y el vianismo. En ese entonces, el líder de Pueblo, Roberto Meier, más reacio a dichas prácticas, admitía off the reccord que su compañero de bloque ejecutaba con eficiencia ese delicado rol, hasta el punto tal que lo hubiera preferido en lugar de Fabián Vernetti liderando la lista de ediles en las recientes elecciones.
Natali también era valorado por los referentes de otros sectores, como este lunes lo hicieron Miguel Pedrola y Gustavo Giner. Sin embargo, el grueso de la dirigencia pueblense no opinaba lo mismo, y poco a poco lo fue aislando. Lejos de combatir esa actitud, el concejal se automarginaba y exhibía una relación más aceitada con el oficialismo y los radicales, que con su propio partido. Sobre el epílogo del año pasado, en un pico de desconfianza, los pueblenses se resistieron a respaldar a Natali en sus ambiciones de presidir el Concejo e, incluso, al mismo tiempo que ellos saltaban masivamente al socialismo, extinguieron el Movimiento Pueblo para prevenirse de que el susodicho intentara resucitarlo en presunto acuerdo con el oficialismo.
Adelantando su desvinculación de Pueblo y tomando distancia del enrolamiento de sus antiguos compañeros en las filas del partido de la rosa, Natali gritó a los cuatro vientos la frase de despedida: “No me gusta estar donde no me quieren”. Así de mal terminaron las relaciones entre los otrora inquebrantables meieristas, que siguen dando que hablar, aunque la agrupación haya dejado de existir: el mismo día que Claudio Natali era anunciado extraoficialmente como el flamante canciller municipal, trascendía que otra ex pueblense, Roxana Bellatti, se había convertido en única candidata a la jefatura del binnerismo venadense para las internas del 8 de junio.
Con una o con las dos
Si bien la designación de Natali está prácticamente abrochada, hasta la tarde noche de ayer la única certeza era que su función sería la de un articulador entre la Intendencia y, al menos, una de las dos cooperativas de servicios públicos. Contra todos los pronósticos, el ex concejal optaría por desempeñarse en Obras Sanitarias, donde ya cumplió funciones, y las relaciones marchan viento en popa después de los fructíferos acercamientos entre las autoridades municipales y la cúpula cooperativista. En cambio, atento a la evolución de las reuniones de los concejales con la comitiva eléctrica, Natali temería quedar estancado en una eterna pugna por la propiedad de los bienes del servicio eléctrico, y fracasar en el debate de fondo por la concesión. Sin embargo, estaría dispuesto a aceptar el desafío igualmente, si Freyre le plantea hacerse cargo del vínculo con las dos cooperativas, o sólo con la Eléctrica. Mientras tanto, en la Intendencia restaban definirse más detalles, entre otros, si el canciller ocuparía los roles de delegado ante sendos consejos de administración, o se enviarían otros representantes a las reuniones ordinarias, y la figura de Natali se reservaría para las negociaciones más trascendentes, como la concesión eléctrica, por ejemplo.
Hasta ahora, el scottismo había incurrido una y otra vez en el mismo error, mandando a las cooperativas a secretarios de Hacienda, o de Obras Públicas, que ya estaban sobrepasados en sus funciones específicas, y mal podían responder con eficiencia y agilidad ante tamaña acumulación de actividades. Con la designación de un funcionario para dedicarse por entero a esas responsabilidades, se supone que el poder político estará en óptimas condiciones de vincularse con ambas concesionarias. No obstante, más allá de la bienvenida diplomacia, la Intendencia debería impulsar en el corto plazo la creación de un organismo regulador de los servicios públicos municipales, dotado de los equipos técnicos pertinentes.
Con futuro legislativo
La incorporación de Claudio Natali al porotismo no se limitará a perfeccionar la relación del poder político con la Eléctrica y Obras Sanitarias; por el contrario, es probable que este ejercicio de relaciones exteriores con las cooperativas sólo dure unos cuantos meses y luego el próximo canciller sea catapultado a un puesto influyente del gabinete municipal, que hoy dista de funcionar como Freyre había idealizado meses atrás. Pero el futuro político del empresario ligado a las computadoras, impresoras y fotocopiadoras, ni siquiera culminaría en el Departamento Ejecutivo, sino que podría desembocar en su regreso al Concejo desde la lista de candidatos del porotismo. Si se confirmaran las versiones de que los socialistas Roberto Meier y Oscar Pieroni no irán por la reelección en 2009, el eventual liderazgo de Natali en la boleta oficialista, según especulan en San Martín y Marconi, podría fortalecer el fenómeno de captación de votos meieristas que el actual intendente consumó en los comicios del año pasado. Mientras tanto, el radical binnerista Lisandro Enrico estará obligado a revisar sus planes en la húmeda ciudad capital de la provincia, donde se desempeña como secretario parlamentario en Diputados. Aunque el objetivo que lo desvela es enfrentar la candidatura a la reelección de Freyre en 2011, tal vez necesite reinstalarse antes en el plano local, con un retorno al Concejo. Con este escenario bajo sus pies, los hombres de Binner en la ciudad, sean del socialismo, la UCR, el ARI o el PDP, deberán extremar la creatividad y los esfuerzos, ya que, desde el peronismo, se perfila la postulación por cuatro años más de la indomable Romero, y, desde ya, un porotismo todavía rozagante, y quizá con refuerzos extrapartidarios, se dispondrá a obtener la preciada mayoría en el Concejo, en busca de garantizar una plácida gobernabilidad hasta el momento de pelear la reelección.
(Publicado el miércoles 9 de abril de 2008 en diario El Informe)
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