Desde hace tres años y medio, se emplaza en Moreno 678 el laboratorio del licenciado Adolfo Fox, dedicado a los análisis clínicos, la biología molecular diagnóstica (es master en la especialidad), la microbiología, los análisis con sustancias radiactivas y la genética forense (análisis de ADN), entre otros estudios de avanzada. Además, Fox había reservado la planta alta para una biblioteca, oficinas y laboratorios, pero el creciente deterioro de las instalaciones obligó a detener esos proyectos. En el marco del boom de la construcción, el vanguardista laboratorio se encontró, de pronto, asfixiado por la edificación de dos torres linderas. Poco después, los efectos tan temidos: paredes rajadas, techos agrietados, polvillo constante, filtraciones de humedad, entre otras torturas. No son las mejores condiciones para un laboratorio de película, como el de Fox, provisto de una tecnología de punta que requiere condiciones estrictas de temperatura, humedad e higiene. Con fatigosos traslados de equipos hacia el ala izquierda del laboratorio -la menos afectada por los movimientos- y la obligada suspensión de obras, el especialista, junto con sus colaboradoras, continúa trabajando, a pesar de todo, con la excelencia que se le reconoce en distintos puntos del país, pero se siente impotente y angustiado por el avasallamiento de sus poderosos vecinos.
Enterados del interés de erigir otra torre en esa misma cuadra, los residentes de calle Moreno, entre Maipú y Chacabuco, suscribieron una enérgica nota que el viernes 16 del corriente entregaron al intendente Roberto Scott y a los concejales, reclamando que no se permitan nuevas construcciones en la zona.
Inicio de la odisea
“El primer edificio se levantó a un lado del laboratorio, hacia la mitad de cuadra. En principio, la constructora fue prolija en los cimientos y había una medianera que minimizó los problemas, pero luego, con el crecimiento de la torre, empezaron los mayores inconvenientes, hasta el punto que invadió parte de mi terreno. También recuerdo que, en diciembre de 2005, cuando habían llegado al octavo o noveno piso, una furiosa tormenta tiró una pared desde allá arriba y cayó sobre nuestra planta alta, destruyendo más de 20 chapas. Pudo matarme, porque segundos antes había estado justo donde golpeó esa mampostería. Tras aquel episodio, Obras Privadas de la Municipalidad hizo una inspección, y desde entonces acumulo constataciones notariales, una tras otra, que están en poder de mi abogado”, relató el atribulado Adolfo Fox.
“Después empezaron los asentamientos sobre la medianera, ocasionando las consiguientes rajaduras, y como caían objetos a cada rato, debimos suspender los trabajos en la planta alta. Un día lanzaron una viga al vacío… tembló todo el laboratorio. Pero eso no fue lo peor… nos inundaron tres veces… por distintas roturas llegamos a tener hasta 10 centímetros de agua y se nos mojaron varios aparatos de análisis, incluso uno de ellos que aún estaba embalado”, recuerda, compungido.
Sobre llovido, mojado
Mientras acumulaba broncas y constataciones por el edificio vecino, Fox llegó al laboratorio una mañana y descubrió que otra torre estaba en marcha, también a su lado, en la esquina de Moreno y Maipú, a cargo de una constructora rosarina y administrada por un banco. Sus temores se amplificaron cuando un par de lluvias copiosas convirtió en una ciénaga el gigantesco foso cavado para darle una base firme a la torre. “Pensé que eso podía aflojar el terreno, y parece que así fue, porque enseguida surgieron las grietas, que día a día las vemos crecer. Hay rajaduras de más de 30 metros de largo, que se extienden desde el frente hasta casi el fondo del laboratorio, a través del piso y del techo, incluyendo rajaduras en el vidrio de la puerta y en el revestimiento del frente”, detalla.
“Ellos (los constructores) nos han dicho que no son los causantes de este desastre, así que estamos a la espera de una pericia judicial para establecer porqué mi laboratorio se rompe, aunque el nacimiento de los problemas coincide en el tiempo con la aparición de estos dos monstruos, uno a cada lado”, subrayó.
Consultado sobre la carta elevada a las autoridades municipales por los vecinos de la cuadra, Adolfo Fox dijo que “es un último recurso, porque hicimos muchos pedidos para que se tomen recaudos, y todos demostramos tener una gran paciencia. Esta cuestión prueba las debilidades del Estado en el ejercicio del poder de policía para hacer cumplir las normativas. Cualquier ciudadano venadense debería saber que está en serio riesgo de que le hagan un edificio al lado, le rompan la casa y le compliquen la vida. Y todo ello sin que ninguna autoridad política haga lo suyo, mientras la Justicia tiene un ritmo y la destrucción tiene otro muy distinto”, concluyó Fox.
Enterados del interés de erigir otra torre en esa misma cuadra, los residentes de calle Moreno, entre Maipú y Chacabuco, suscribieron una enérgica nota que el viernes 16 del corriente entregaron al intendente Roberto Scott y a los concejales, reclamando que no se permitan nuevas construcciones en la zona.
Inicio de la odisea
“El primer edificio se levantó a un lado del laboratorio, hacia la mitad de cuadra. En principio, la constructora fue prolija en los cimientos y había una medianera que minimizó los problemas, pero luego, con el crecimiento de la torre, empezaron los mayores inconvenientes, hasta el punto que invadió parte de mi terreno. También recuerdo que, en diciembre de 2005, cuando habían llegado al octavo o noveno piso, una furiosa tormenta tiró una pared desde allá arriba y cayó sobre nuestra planta alta, destruyendo más de 20 chapas. Pudo matarme, porque segundos antes había estado justo donde golpeó esa mampostería. Tras aquel episodio, Obras Privadas de la Municipalidad hizo una inspección, y desde entonces acumulo constataciones notariales, una tras otra, que están en poder de mi abogado”, relató el atribulado Adolfo Fox.
“Después empezaron los asentamientos sobre la medianera, ocasionando las consiguientes rajaduras, y como caían objetos a cada rato, debimos suspender los trabajos en la planta alta. Un día lanzaron una viga al vacío… tembló todo el laboratorio. Pero eso no fue lo peor… nos inundaron tres veces… por distintas roturas llegamos a tener hasta 10 centímetros de agua y se nos mojaron varios aparatos de análisis, incluso uno de ellos que aún estaba embalado”, recuerda, compungido.
Sobre llovido, mojado
Mientras acumulaba broncas y constataciones por el edificio vecino, Fox llegó al laboratorio una mañana y descubrió que otra torre estaba en marcha, también a su lado, en la esquina de Moreno y Maipú, a cargo de una constructora rosarina y administrada por un banco. Sus temores se amplificaron cuando un par de lluvias copiosas convirtió en una ciénaga el gigantesco foso cavado para darle una base firme a la torre. “Pensé que eso podía aflojar el terreno, y parece que así fue, porque enseguida surgieron las grietas, que día a día las vemos crecer. Hay rajaduras de más de 30 metros de largo, que se extienden desde el frente hasta casi el fondo del laboratorio, a través del piso y del techo, incluyendo rajaduras en el vidrio de la puerta y en el revestimiento del frente”, detalla.
“Ellos (los constructores) nos han dicho que no son los causantes de este desastre, así que estamos a la espera de una pericia judicial para establecer porqué mi laboratorio se rompe, aunque el nacimiento de los problemas coincide en el tiempo con la aparición de estos dos monstruos, uno a cada lado”, subrayó.
Consultado sobre la carta elevada a las autoridades municipales por los vecinos de la cuadra, Adolfo Fox dijo que “es un último recurso, porque hicimos muchos pedidos para que se tomen recaudos, y todos demostramos tener una gran paciencia. Esta cuestión prueba las debilidades del Estado en el ejercicio del poder de policía para hacer cumplir las normativas. Cualquier ciudadano venadense debería saber que está en serio riesgo de que le hagan un edificio al lado, le rompan la casa y le compliquen la vida. Y todo ello sin que ninguna autoridad política haga lo suyo, mientras la Justicia tiene un ritmo y la destrucción tiene otro muy distinto”, concluyó Fox.
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Edificios torre que agrietan la paciencia de los vecinos (*)
Quienes suscriben la presente, vecinos residentes de calle Moreno entre Maipú y Chacabuco de esta ciudad, nos dirigimos a usted con todo respeto, a los efectos de hacerle saber y solicitarle lo siguiente: Somos propietarios de inmuebles (casas de familias), donde tenemos el asiento de nuestro hogar, y donde transcurre la mayor parte de nuestros días y los de todos los integrantes que conforman nuestro núcleo familiar.
Como es público, y de su entero conocimiento, en nuestra manzana se encuentran construyendo dos (2) edificios torres, y en la manzana de enfrente ya hay construidos tres (3). Dos de ellos, cuentan con más de diez (10) pisos.
Desde el comienzo de estas obras, nuestro vecindario se ha visto totalmente modificado en su calidad de vida, y lo que es aún más dramático, creemos que en el futuro se va a seguir modificando, y no justamente para mejor.
Nadie en el vecindario se opone al progreso de la ciudad, solo que nos preguntamos a modo de risa: “¿Cuál es el motivo de que todas las obras de edificios torres las realizan en estas dos manzanas?”
Bien sabemos que en países de avanzada, donde todo se hace con un estudio previo que contempla y respeta escalas de valores y principios (el bien común de las personas, sobre todas las cosas), ya no pueden construirse más de dos (2) torres en una manzana, e incluso hay sectores residenciales (de casas de familias bajas), donde no se permiten este tipo de construcciones. Y ello no surge de un simple antojo, sino de estudios pormenorizados realizados por profesionales que aman el progreso, pero siempre privilegian a las muchas personas que habitan en una ciudad y no a los pocos que se enriquecen con estas construcciones de alto valor económico, y muy bajo sentido social.
Señor intendente, estas construcciones no contribuyen en nada al déficit habitacional que existe en Venado Tuerto. No están dirigidas a la gente carenciada.
Señor intendente, estas construcciones no contribuyen en nada al déficit laboral que existe en Venado Tuerto. La mayoría del personal utilizado ni siquiera son ciudadanos argentinos.
Sólo se trata de pooles de inversionistas que hacen un negocio financiero, y usted, como nuestro representante que debe velar por el bienestar general, no puede permitir que ese negocio de pocos perjudique a muchos ciudadanos.
Estas manzanas de residencias bajas que conviven con edificios torre, o de altura, sufren un impacto ambiental que agravado por la cantidad de edificios en una misma manzana, terminan afectando las condiciones de vida y como tal, violando los derechos humanos de quienes elegimos un lugar residencial de la ciudad para vivir y desarrollar nuestros proyectos personales y familiares.
Nos preguntamos y le preguntamos, señor intendente, ¿es justo afectar el bienestar general (bien común) de una comunidad en aras de no detener el progreso?... ¿es justo estar al borde de un colapso en los servicios de cloacas, luz, gas, etc., en aras de intereses netamente financieros?… ¿es justo poner en riesgo la vida de nuestros hijos por las complicaciones del tránsito que generan estos emprendimientos en aras de no detener la industria de la construcción?… ¿es justo que nuestro patrimonio se vea totalmente desvalorizado porque nos levantaron una torre en un terreno lindero?… ¿es justo que no podamos sentir más el calor del sol en nuestra piel porque una muralla de ladrillos nos lo impide?
Nosotros humildemente le podemos dar nuestra respuesta a todos estos interrogantes: planificar y reglamentar priorizando el bien común sobre los intereses particulares o sectoriales.
Planifiquemos una ciudad donde haya edificios construidos en lugares donde no existan residencias familiares, o sea, lugares destinados a comercios y/u oficinas, donde estos “negocios financieros” no afecten el bienestar y la dignidad de los habitantes de Venado Tuerto.
Por supuesto que las empresas constructoras cumplen con las normativas vigentes, “es el gobierno de la ciudad quien incumple su función en el cuidado y planificación urbana”. ¿Dónde está el renombrado Plan Regulador?
Se han presentado pedidos de estudio de impacto ambiental en junio de 2006 y, hasta hoy, están sin respuesta.
Creemos que usted nos entiende. Somos ciudadanos que vivimos en casas bajas, que invertimos en un barrio céntrico de una ciudad extensa, tranquila, y que pensábamos, estaba organizada para que sus habitantes vivan y convivan en armonía, y hoy nos vemos ante esta realidad, nunca imaginada:
avasallamiento de la propiedad; durante la construcción, suciedad y riesgo por caída de elementos varios durante más de dos años (tierra, escombros, arena, ladrillos, maderas, herramientas y hasta ventanas); cortes reiterados de calles para hormigonear; roturas de medianeras con graves deterioros (filtraciones de aguas, movimiento de la construcción); roturas de veredas (e incluso pavimento) por el asentamiento de terrenos; potenciales colapsos en servicios cloacales (la red de esta zona es muy antigua y calculada para otro nivel de uso); potenciales problemas en el abastecimiento de agua y gas; imprevisión respecto al parque automotor por colapso de las capacidades de estacionamiento de las cocheras de los edificios de propiedad horizontal y de la cuadra. Este factor tiene gran riesgo para las personas, específicamente los niños, por la dificultad de ambulación y visión que genera la cantidad de autos estacionados (su estatura no les permite ver para cruzar una calle); problemas respiratorios debido al aumento en la polución de monóxido de carbono por los gases de escape y auditivos por exceso de ruido; incremento de los delitos (robos, hurtos, etc.) por la gran cantidad de foráneos (empleados en estas obras) viviendo ocasionalmente entre nosotros; la desvalorización de todas las propiedades linderas… Y así podríamos seguir con un sinfín de dificultades y perjuicios que estas construcciones desordenadas, desorganizadas, y no planificadas provocan en la sociedad.
¿Esto es lo que usted quiere para los habitantes de Venado Tuerto?
Ya la Justicia se ha expedido (haciendo lugar a recursos de amparos) frente a este tipo de reclamo ciudadano. Usted, como hombre del derecho no lo puede ignorar, y mucho menos, desestimar. También ya existen muchos estudios realizados al respecto y, reiteramos, creemos que usted los conoce, es por ello que le peticionamos arbitre las medidas necesarias, a través de los organismos y/o secretarías pertinentes, para que no se confieran más autorizaciones a este tipo de construcciones en las manzanas referidas (ni en ningún otro lugar de residencias bajas), donde el número de edificios construidos y en construcción, excede con creces los parámetros urbanísticos mundialmente estipulados.
Esta petición se hace teniendo conocimiento de que se ha presentado un nuevo plano (anteproyecto) para la construcción de otro edificio de propiedad horizontal en calle Moreno entre Maipú y Chacabuco. Concretamente, como ciudadanos, y amparados por nuestra Constitución, le peticionamos “no permita más construcciones de propiedades horizontales en la zona descripta”.
Estando usted y el Municipio notificados de nuestra petición, hacemos reservas de demandar a quien correspondiere, y por la vía pertinente, la reparación integral de todos los daños y perjuicios sufridos (presentes y futuros) por actos (de acción u omisión) administrativos, políticos o legislativos, que vayan en sentido contrario a nuestro reclamo.
Atentamente.
Vecinos de calle Moreno entre Maipú y Chacabuco
(*) Esta carta fue remitida el viernes 16 del corriente al intendente de Venado Tuerto, Roberto Scott, y al Concejo Municipal)
Quienes suscriben la presente, vecinos residentes de calle Moreno entre Maipú y Chacabuco de esta ciudad, nos dirigimos a usted con todo respeto, a los efectos de hacerle saber y solicitarle lo siguiente: Somos propietarios de inmuebles (casas de familias), donde tenemos el asiento de nuestro hogar, y donde transcurre la mayor parte de nuestros días y los de todos los integrantes que conforman nuestro núcleo familiar.
Como es público, y de su entero conocimiento, en nuestra manzana se encuentran construyendo dos (2) edificios torres, y en la manzana de enfrente ya hay construidos tres (3). Dos de ellos, cuentan con más de diez (10) pisos.
Desde el comienzo de estas obras, nuestro vecindario se ha visto totalmente modificado en su calidad de vida, y lo que es aún más dramático, creemos que en el futuro se va a seguir modificando, y no justamente para mejor.
Nadie en el vecindario se opone al progreso de la ciudad, solo que nos preguntamos a modo de risa: “¿Cuál es el motivo de que todas las obras de edificios torres las realizan en estas dos manzanas?”
Bien sabemos que en países de avanzada, donde todo se hace con un estudio previo que contempla y respeta escalas de valores y principios (el bien común de las personas, sobre todas las cosas), ya no pueden construirse más de dos (2) torres en una manzana, e incluso hay sectores residenciales (de casas de familias bajas), donde no se permiten este tipo de construcciones. Y ello no surge de un simple antojo, sino de estudios pormenorizados realizados por profesionales que aman el progreso, pero siempre privilegian a las muchas personas que habitan en una ciudad y no a los pocos que se enriquecen con estas construcciones de alto valor económico, y muy bajo sentido social.
Señor intendente, estas construcciones no contribuyen en nada al déficit habitacional que existe en Venado Tuerto. No están dirigidas a la gente carenciada.
Señor intendente, estas construcciones no contribuyen en nada al déficit laboral que existe en Venado Tuerto. La mayoría del personal utilizado ni siquiera son ciudadanos argentinos.
Sólo se trata de pooles de inversionistas que hacen un negocio financiero, y usted, como nuestro representante que debe velar por el bienestar general, no puede permitir que ese negocio de pocos perjudique a muchos ciudadanos.
Estas manzanas de residencias bajas que conviven con edificios torre, o de altura, sufren un impacto ambiental que agravado por la cantidad de edificios en una misma manzana, terminan afectando las condiciones de vida y como tal, violando los derechos humanos de quienes elegimos un lugar residencial de la ciudad para vivir y desarrollar nuestros proyectos personales y familiares.
Nos preguntamos y le preguntamos, señor intendente, ¿es justo afectar el bienestar general (bien común) de una comunidad en aras de no detener el progreso?... ¿es justo estar al borde de un colapso en los servicios de cloacas, luz, gas, etc., en aras de intereses netamente financieros?… ¿es justo poner en riesgo la vida de nuestros hijos por las complicaciones del tránsito que generan estos emprendimientos en aras de no detener la industria de la construcción?… ¿es justo que nuestro patrimonio se vea totalmente desvalorizado porque nos levantaron una torre en un terreno lindero?… ¿es justo que no podamos sentir más el calor del sol en nuestra piel porque una muralla de ladrillos nos lo impide?
Nosotros humildemente le podemos dar nuestra respuesta a todos estos interrogantes: planificar y reglamentar priorizando el bien común sobre los intereses particulares o sectoriales.
Planifiquemos una ciudad donde haya edificios construidos en lugares donde no existan residencias familiares, o sea, lugares destinados a comercios y/u oficinas, donde estos “negocios financieros” no afecten el bienestar y la dignidad de los habitantes de Venado Tuerto.
Por supuesto que las empresas constructoras cumplen con las normativas vigentes, “es el gobierno de la ciudad quien incumple su función en el cuidado y planificación urbana”. ¿Dónde está el renombrado Plan Regulador?
Se han presentado pedidos de estudio de impacto ambiental en junio de 2006 y, hasta hoy, están sin respuesta.
Creemos que usted nos entiende. Somos ciudadanos que vivimos en casas bajas, que invertimos en un barrio céntrico de una ciudad extensa, tranquila, y que pensábamos, estaba organizada para que sus habitantes vivan y convivan en armonía, y hoy nos vemos ante esta realidad, nunca imaginada:
avasallamiento de la propiedad; durante la construcción, suciedad y riesgo por caída de elementos varios durante más de dos años (tierra, escombros, arena, ladrillos, maderas, herramientas y hasta ventanas); cortes reiterados de calles para hormigonear; roturas de medianeras con graves deterioros (filtraciones de aguas, movimiento de la construcción); roturas de veredas (e incluso pavimento) por el asentamiento de terrenos; potenciales colapsos en servicios cloacales (la red de esta zona es muy antigua y calculada para otro nivel de uso); potenciales problemas en el abastecimiento de agua y gas; imprevisión respecto al parque automotor por colapso de las capacidades de estacionamiento de las cocheras de los edificios de propiedad horizontal y de la cuadra. Este factor tiene gran riesgo para las personas, específicamente los niños, por la dificultad de ambulación y visión que genera la cantidad de autos estacionados (su estatura no les permite ver para cruzar una calle); problemas respiratorios debido al aumento en la polución de monóxido de carbono por los gases de escape y auditivos por exceso de ruido; incremento de los delitos (robos, hurtos, etc.) por la gran cantidad de foráneos (empleados en estas obras) viviendo ocasionalmente entre nosotros; la desvalorización de todas las propiedades linderas… Y así podríamos seguir con un sinfín de dificultades y perjuicios que estas construcciones desordenadas, desorganizadas, y no planificadas provocan en la sociedad.
¿Esto es lo que usted quiere para los habitantes de Venado Tuerto?
Ya la Justicia se ha expedido (haciendo lugar a recursos de amparos) frente a este tipo de reclamo ciudadano. Usted, como hombre del derecho no lo puede ignorar, y mucho menos, desestimar. También ya existen muchos estudios realizados al respecto y, reiteramos, creemos que usted los conoce, es por ello que le peticionamos arbitre las medidas necesarias, a través de los organismos y/o secretarías pertinentes, para que no se confieran más autorizaciones a este tipo de construcciones en las manzanas referidas (ni en ningún otro lugar de residencias bajas), donde el número de edificios construidos y en construcción, excede con creces los parámetros urbanísticos mundialmente estipulados.
Esta petición se hace teniendo conocimiento de que se ha presentado un nuevo plano (anteproyecto) para la construcción de otro edificio de propiedad horizontal en calle Moreno entre Maipú y Chacabuco. Concretamente, como ciudadanos, y amparados por nuestra Constitución, le peticionamos “no permita más construcciones de propiedades horizontales en la zona descripta”.
Estando usted y el Municipio notificados de nuestra petición, hacemos reservas de demandar a quien correspondiere, y por la vía pertinente, la reparación integral de todos los daños y perjuicios sufridos (presentes y futuros) por actos (de acción u omisión) administrativos, políticos o legislativos, que vayan en sentido contrario a nuestro reclamo.
Atentamente.
Vecinos de calle Moreno entre Maipú y Chacabuco
(*) Esta carta fue remitida el viernes 16 del corriente al intendente de Venado Tuerto, Roberto Scott, y al Concejo Municipal)
(Publicado el miércoles 28 de marzo de 2007 en diario El Informe de Venado Tuerto)
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