Como en un juego de espejos, cada uno de los precandidatos a intendente de nuestra ciudad intentó colocar al frente de la lista de concejales un miembro calificado de su propio entorno, priorizándose los valores de lealtad política y afinidad personal por sobre otros, a veces más demandados por los electores. La misma tendencia se verificó cuando fue indispensable reclutar, a las apuradas, figuras de recambio ante el súbito desplome de algunos postulantes. Así pues, José Freyre colocó a la cabeza de la lista a Bibiana Pieli; Roberto Meier a Fabián Vernetti; Lisandro Enrico a Miriam Talamone; Jorge Viano a Oscar Yakas; Delfor Hernández a Horacio Puyrredón y Oscar Barotto a Fabián Daix. Nadie rompió los moldes con sus ofertas legislativas. Tal vez fue Freyre el que estuvo más cerca de hacerlo, con la comentada candidatura de Hernán Roma, quien a pesar de su condición de extrapartidario, habría tomado en cuenta una frase inmortalizada por el General Perón para rechazar la propuesta, en acuerdo con la plana mayor del scottismo, de su amigo Poroto: “Entrar en política es tirarle la honra a los chanchos”. Si de frases célebres se trata, merece una mención la del escolta de Pieli, el ortodoxo Gustavo Giner, quien esta misma semana, en su primera declaración como flamante precandidato a la reelección, sorprendió opinando que las municipalidades como Venado “no deberían tener al Concejo como un órgano aparte del Ejecutivo”, sugiriendo como opción el esquema perimido y hegemónico de las comisiones comunales.
En la zaga de alineamientos más o menos predecibles, la excepción que confirma la regla podría establecerla Daniel Bertoni, con su precandidatura a intendente -¿será así nomás?- por el Frente Social para la Victoria de la reutemista Rosana Latorre. Al estilo de los años ’90, un empresario de la noche, asociado con un deportista, Oscar Martiarena como precandidato a concejal, debutaron con un discurso apolítico de pretensiones asépticas, aunque sostenidos por las estructuras tradicionales del peronismo. En medio del escándalo por la clausura del boliche de Bertoni -tras la salvaje agresión a un joven de Villa Cañás-, el lanzamiento político no fue de lo más oportuno, aunque a juzgar por la discusión televisada con la jueza municipal de Faltas, en la puerta de Francis, quedó claro que el hombre tiene recursos suficientes para defender sus convicciones. De todos modos, enceguecido en la defensa de sus intereses económicos y el ataque a la sospechosa sanción municipal, tal vez no mostró la sensibilidad que el caso requería, aun cuando él no tuviera ninguna culpa.
¿Jefe de campaña?
En la edición de La Capital de la víspera se planteó que el intendente Roberto Scott es el virtual jefe de campaña del precandidato Rafael Bielsa, tal como había trascendido semanas atrás en la Cumbre del Cumelén, realizada en la quinta del propio Scott, como anfitrión de Bielsa y de casi todos los intendentes santafesinos del PJ. En esa ocasión, los mandatarios le habrían arrancado al ex canciller la promesa de incluirlos en el control de la campaña -por lo común monopolizada por rosarinos y santafesinos-, siendo Scott el presunto elegido por sus pares, con la anuencia de Bielsa, para coordinar la estratégica función. El intendente no mintió cuando dijo que no volvería por el Sillón de Aufranc si uno de los suyos tenía posibilidades de retener el gobierno, ni tampoco cuando aseguró que no integraría la lista de diputados provinciales. Hoy se desconoce cuánto hay de cierto en esta nueva versión, pero no sería un trabajo insalubre comandar la millonaria campaña electoral del bielsismo, apuntalada por el gobierno obeidista, contra el rebelde Agustín Rossi, devenido muchachito de la película, con todo el aparato de la provincia, las municipalidades y las comunas detrás del poderoso Rafael Bielsa. En este sentido, el precandidato a senador por el rossismo, Julio Eggimann, dispuesto a sacar fuerzas de flaquezas, enarboló desde el vamos un encendido discurso contra la superestructura del PJ, en busca de captar las voluntades de los cuantiosos excluidos de los oficialismos justicialistas de la región.
Por su parte, Jorge Viano, precandidato a intendente por fuera y con lista única, a través del Frente Venadense, sorprendió a los que aguardaban declaraciones furiosas contra la comandancia rossista, después de las frustradas negociaciones por la unidad del peronismo no scottista en Venado. Por el contrario, el jefe lucifuercista alabó la lealtad de Rossi con el jefe comunal de Teodelina, Martín Labbé (cerró en un esperanzador 8º puesto en la lista de diputados), y ratificó que junto con su boleta y la de Yakas, repartirá la del Chivo, Eggimann y el propio Labbé. De tal modo, busca amortiguar los efectos de la diáspora y, al mismo tiempo, pese a concurrir a las primarias por afuera, refuerza su pertenencia partidaria para evitar que votos que considera propios emigren a la interna del Frente para la Victoria entre José Freyre y Oscar Barotto.
Además de Labbé, el justicialismo de General López consiguió el décimo lugar en la lista de Bielsa, a través de Jorge Lagna, otra vez bendecido por Scott, asegurándose otros cuatro años de mandato entre los 50 diputados provinciales santafesinos.
Altas y bajas
En el armado del binnerismo, sobresale por lejos el cuarto puesto del firmatense Gabriel Real en la lista de diputados, confirmando que, poco a poco, traslada su liderazgo regional en el Partido Demócrata Progresista al competitivo escenario provincial. La ciudad de Firmat también podría colocar en la Cámara baja al actual secretario de Gobierno, Alfredo Menna (22º), impulsado por el intendente y precandidato a la reelección, Carlos Torres, quien, más allá de estas satisfacciones, deberá lidiar contra una lista de la UCR presentada por fuera del Frente Progresista. En cambio, después de 16 años consecutivos en una banca, para sorpresa de muchos, quedó afuera de la partida el socialista firmatense Alfredo Cecchi.
Un fenómeno similar al de Torres sufre Lisandro Enrico en Venado, ya que por fuera de la coalición opositora podría perder preciosos votos -en la interna con el pueblense Roberto Meier- ante la empecinada postulación a intendente de Delfor Hernández, con Horacio Puyrredón y Matías Savino para el Concejo. Junto con esta mala noticia, Enrico recibió fuertes reprimendas de parte de la dirigencia del PDP, disconforme con la distribución de cargos en la lista de concejales, donde el ARI, a través de Jorge Egea, se adueñó del número dos. Como compensación, el Pibe recibió con los brazos abiertos a un grupo de militantes socialistas que no se sienten contenidos en el acuerdo de Juan Moscoso con el Tío Meier, en cuyo marco el PS incluyó a Darío Rivero (2º) y Miriam Perna (4º) en la nómina pueblense. En tanto, los integrantes del Movimiento por el Arte, la Tierra y la Emancipación (MATE), no cuentan con candidatos propios, pero serán los responsables de una Secretaría de Promoción Social en un hipotético gobierno meierista, apuntando a la inclusión social, en contraposición a las políticas asistencialistas de la gestión scottista, según afirmaron mediante un comunicado.
Tras el cierre de listas, también es destacable que Juan Enrique Lombardi y Juan Moscoso se hayan mantenido firmes en sus precandidaturas a senador, luego de soportar feroces presiones para bajarse de las mismas. Sin embargo, las complicaciones se suscitaron hasta la medianoche del lunes último, en torno a las suplencias, quedando Carlos Boyle (ARI) como escolta del jefe comunal isabelense, y Betino Masson, por un partido vecinal (Rufino en Movimiento) y afín a Pueblo, secundando a Moscoso.
(Publicado el viernes 6 de abril de 2007 en diario El Informe de Venado Tuerto)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario