Sus adversarios no lo pueden creer, ni los internos ni los externos. Pero el intendente Roberto Scott, transitando el 12º año consecutivo de gobierno, y a pesar de no contar con muchas realizaciones para exhibir, consigue sostener un fuerte liderazgo político local, que podría proyectarse en el ámbito regional, si es que el rosarino Rafael Bielsa se afirma como el candidato del PJ para las generales del 2 de septiembre por cualquiera de los dos caminos posibles: triunfando en las primarias del 1 de julio, o, como él y sus operadores lo desean, forzando la deserción de sus oponentes internos (Agustín Rossi y Omar Perotti) para erigirse cuanto antes en el adalid oficialista que tendrá la ardua misión de frenar el ascenso de Hermes Binner, cuya figura es tan fuerte que ni siquiera la mella la fatigosa discusión con los radicales por el segundo lugar de la fórmula. Como anécdota, en esta visita a nuestra ciudad, algunos se sorprendieron por la prudencia de Bielsa cuando se le consultó sobre la figura de Binner. No habría porqué extrañarse. En su etapa como canciller kirchnerista, el actual precandidato era uno de los que consideraba como una “expectativa razonable” el ingreso al Gobierno del líder socialista en el marco de la transversalidad.
De regreso al plano local, con Carlos Reutemann como candidato, Scott tendría que haber compartido cartel con el referente del Lole en el sur-sur santafesino, Ricardo Tino Spinozzi, pero ahora, tras abrochar el acuerdo con Bielsa, el intendente venadense adquirió una notable influencia política en el departamento, hasta el punto tal de tener en sus manos la definición de dos postulaciones tan influyentes como las del senador provincial y el diputado provincial que competirán para representar a General López en la Legislatura santafesina. También sobrevuelan en la cabeza de Scott otras tres candidaturas locales expectantes: el intendente y los dos primeros concejales.
Mimado por Bielsa, que lo trató de “sabio” en su larguísima visita a Venado -ya prometió retornar antes de fin de mes-, Scott devuelve los piropos y les confiesa a sus íntimos que “está en su mejor momento”, aunque al mismo tiempo sorprende admitiendo el crecimiento del supersecretario José Freyre como candidato a su sucesión en el Sillón de Aufranc. Nadie termina de creerle, ni el propio Freyre, que se siente amenazado en sus aspiraciones por un entorno de halcones scottistas refractario a cualquier cambio. En tanto, la fracción de las palomas -compuesta por el porotismo que el psicólogo edificó con paciencia de orfebre y una parte del tercer sector peronista que lo visualiza como más permeable a las negociaciones que su suegro- considera que es el momento de reciclar la gestión municipal con un nuevo perfil.
No obstante, una de las espadas más confiables del intendente suele pontificar que “Roberto no se va a ir a la casa”, agregando enseguida que “es un político de territorio y no de superestructura. Su fuerte es el contacto con la gente, en un cargo ejecutivo. A él no le cuadran ni una banca legislativa ni un despacho provincial, por importante que sean…”, añade con lujo de detalles, abriendo entonces un inmenso interrogante: ¿Dónde iría Scott si no se postula para un cuarto mandato, ni tampoco se refugia en su casa de calle Maipú ni en su quinta del Parque Cumelén? ¿Supondrá el veterano líder que el joven Freyre, en caso de ser electo, gobernará mansamente según sus dictados?
Mientras tanto, hay dos factores que se empecinan en jaquear los más optimistas cálculos de Scott, quien se apresta a partir de vacaciones a la bella Patagonia: las indomables internas de su propio sector y la persistente acechanza lucifuercista. En este sentido, cabe señalar el juego a dos puntas de Bielsa, que ya tentó a la agrupación “17 de Octubre-Lealtad” liderada por Jorge Viano -antaño cercana al Chivo Rossi- para incorporarse a sus filas, pese al conocido antagonismo con el oficialismo municipal. Es que el bielsismo pretende dejar a Rossi sin referentes de fuste en los principales distritos de la provincia, como Venado, para obligarlo a desertar de las internas, y conformarse como premio consuelo con algunas diputaciones provinciales, en una lista del PJ que no será de consenso, aunque así fuera bautizada. Consultados por la notoria ausencia en el acto donde Bielsa se mostró flanqueado por Scott y Freyre, en el salón de la Asociación Española, los vianistas fueron lapidarios: “No vamos a ningún lugar donde haya scottistas”.
Esperando la bendición del presidente Kirchner y la aceptación del Kily González -un futbolista fetiche en las selecciones nacionales de su hermano Marcelo- de una candidatura en Rosario en busca de atenuar con un matiz canalla su pronunciado perfil leproso, Rafael Bielsa agradece el espaldarazo territorial brindado por un Scott que, con el Lole fuera de carrera, codo a codo con Bielsa y Obeid, se mantiene en el cenit de las decisiones de la política local y regional.
(Publicado el miércoles 10 de enero de 2007 en diario El Informe de Venado Tuerto)
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