En la convulsionada Intendencia municipal las internas entre sus principales dirigentes consumen la mayor parte de los días. “Halcones” y “palomas” no se dan tregua. Una encuesta conocida a finales del año pasado subió las acciones de estas últimas, pues, según esos números, la intención de voto del supersecretario José Freyre estaría apenas por debajo del intendente Roberto Scott, condición que éste había impuesto para ceder el trono. Sin embargo, los “halcones”, que apuestan a la reelección indefinida del Mago, insisten en que la verdadera medición se efectuará recién el mes entrante, en un último intento de postergar una vez más las bien ganadas ilusiones del porotismo. Si bien es cierto que la voluntad de Scott de no volver a presentarse no sería fingida, y que ahora estaría dispuesto a bendecir la postulación de su yerno para reemplazarlo en el Sillón de Aufranc, las presiones de su propio entorno, para que todo siga igual, aún subsisten, y no son pocas.
La definición del candidato oficialista también ocupa la atención de los jefes opositores, pues los ejes de la campaña electoral no serían los mismos con Freyre que con Scott. De todos modos, advierten que, uno u otro, tendrá como prioridad la defensa de los más de 11 años de gestión. “Una propuesta de gobierno realizable y creativa, ayuda, pero también hay otros factores que tener en cuenta…”, manifestó un referente opositor, generando una dosis de misterio antes del remate: “Scott convenció a mucha gente de que su gobierno es muy bueno. Eso explica que todavía conserve buena imagen y alta intención de voto. La verdad es otra… y está a la vista, está peleado con todas las instituciones, el gabinete es un caos y no puede hacer andar ni a los colectivos del pueblo; la ciudad crece a pesar de ellos, pero eso que interpretamos nosotros, tendremos que hacérselo entender a los votantes; si no…”.
La sinceridad brutal de ese comentario de café, tantas veces escuchado en los últimos tiempos, ya está resaltado en la agenda de varios jefes de campaña. Como siempre en estas épocas, las promesas abundan, desde los estrategas del propio oficialismo y, claro está, desde los que están fuera de la Intendencia. Sin embargo, después de un mandato de casi una docena de años, que ambiciona un cuarto período consecutivo, podría darse una tendencia del electorado a decidir en función de lo bueno, lo regular o lo malo que se considere a este gobierno, antes que por los aburridos paquetes de promesas. Si así fueran las cosas, Scott ya demostró largamente sus virtudes como propagandista de su propia gestión; la oposición, en cambio, pocas veces exhibió idéntica eficiencia en ese cometido, tanto sea para destacar sus labores legislativas, como para combatir las políticas equívocas de la Intendencia.
No sobran candidatos
Aunque todavía emergen dirigentes del socialismo y el ARI que apuestan a una lista única en el Frente Progresista, hay tantas chances de que ello ocurra como de que Roberto Scott y Jorge Viano decidan de común acuerdo un candidato a intendente del PJ. A estas alturas, es seguro que el pueblense Roberto Meier y el radical Lisandro Enrico se medirán en las primarias, y quizá en el marco de un acuerdo para que ninguno se beneficie por compartir la boleta con Hermes Binner. A pesar de ello, no se descarta que el dematiísmo intente perturbar a Enrico a través de una postulación alternativa a intendente, que bien podría encarnar Delfor Hernández. Estas presiones tendrían por objeto que Lisandro resigne la primera concejalía, cosa que para el Pibe es innegociable, pues al abandonar la banca en diciembre, dejaría como herencia nada menos que a dos dematiístas en el bloque radical del Concejo, siendo él, para colmo, presidente del partido. “Antes, el exilio”, habría confesado el futuro papá entre sus allegados. Asimismo, concebir un candidato a concejal de consenso también es una utopía, casi tanto como conseguir en Venado un remís en día de lluvia, porque ambos sectores presentan diferencias muy marcadas, y no se arriesgarían a ungir una figura que no les asegure fidelidad religiosa.
En tanto, los pueblenses no tienen dudas de que Meier será su único candidato a intendente, pero asoman las vacilaciones cuando se les consulta sobre el primer concejal. Claudio Natali, que completa su mandato a fin de año, y es el edil que más chances tiene de presidir el Concejo a partir de marzo, no está convencido de lidiar por otro período. “La actividad legislativa es ingrata y desgastante”, suele comentar el Conejo en su entorno más íntimo. Sin embargo, las necesidades políticas podrían imponer condiciones. Si el Tío Meier fuera electo intendente, es factible que Oscar Pieroni ocupe la Jefatura de Gabinete o, en su defecto, la Secretaría de Gobierno, es decir que deberían ingresar en reemplazo de Meier y Pieroni -les quedan dos años de mandato- dos pueblenses sin ninguna experiencia parlamentaria. Solamente la reelección de Natali dejaría a Pueblo en "condiciones aceptables", dentro del ámbito legislativo, para debutar en el gobierno de la ciudad en las mismas condiciones que hoy lo ejerce el scottismo: con tres concejales propios.
Un pueblense y un radical, o un radical y un pueblense. Así quedaría encabezada, después de las primarias, la nómina de candidatos a concejal del Frente Progresista. En la UCR, la identidad de ese postulante será, desde el vamos, desequilibrante en la interna partidaria; en Pueblo, el desafío es cómo proceder para que un eventual desembarco en San Martín y Marconi no los desarticule en Sarmiento y Alem.
También en el PJ
No solamente las fuerzas opositoras desnudan inconvenientes para componer sus listas de concejales. Hasta el scottismo carece, por ahora, de candidatos de vuelo propio que puedan traccionar votos sin esperarlo todo del efecto arrastre de Scott o Freyre. Sólo el regreso de Jorge Lagna, después de un mandato como diputado provincial, podría reforzar la oferta parlamentaria oficialista, pero el propio Pito deslizó alguna vez que, de volver a la política local, sería como candidato a intendente, salvo que se dedique a hurgar en otras sectas, desde su nuevo oficio de escritor.
Cruzando a la vereda de enfrente, en la agrupación “17 de Octubre” reinaba hasta ayer un absoluto hermetismo sobre sus estrategias, tanto en el alineamiento provincial, como en las candidaturas locales. Como en el resto de las fuerzas venadenses, los vianistas tienen unas cuantas definiciones pendientes, a la espera de noticias que maduran en otros campamentos. Pero en la tarde de la víspera se filtró un rumor que dará que hablar: “Si se presenta Freyre, va Patricia (Romero); si se presenta Scott, va (Jorge) Viano”. Así como los contrincantes del Frente Progresista se dispondrían a usar un discurso o el otro, según quién sea el postulante oficialista, los lucifuercistas tienen un candidato para cada opción.
En otro orden, el encuentro previsto para hoy en nuestra ciudad con el precandidato a gobernador Agustín Rossi serviría para empezar a dilucidar cómo se presentarán los lucifuercistas en las próximas elecciones. Por estas horas, la “17 de Octubre” estaría cerca de arreglar con el Chivo y concurrir a las primarias dentro del Frente para la Victoria. Pero, por las dudas, hay un Plan B. Si el presidente Kirchner, con las súplicas de Jorge Obeid y la anuencia de Carlos Reutemann, obliga a bajarse a Rossi y Omar Perotti, y transforma a Rafael Bielsa en el candidato del consenso forzado, el vianismo apelará a la estructura del Frente Venadense (nada que ver con el Frente Progresista) para participar en las primarias y las generales por fuera del PJ, pues consideran que el barbado ex canciller no les deja margen para otra cosa, después de haberse excedido en sus piropos a los scottistas, al tiempo que ignoró a los demás sectores del peronismo venadense.
(Publicado el viernes 26 de enero de 2007 en diario El Informe de Venado Tuerto)
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