En el anillo de la rotonda de las rutas 8 y 33, el último miércoles se concentraron más de dos mil personas de Venado y la región, donde se destacó la heterogeneidad de la manifestación, reuniendo a representantes de todo el arco político, desde el Frente Progresista hasta el Frente para la Victoria, a la par de un generoso abanico de entidades ligadas a la industria, el comercio y los servicios. Después de un par de concurridas asambleas en el predio ruralista, la protesta venadense recién se lució en esta ocasión, a través de una convocatoria más agresiva de los organizadores, que incluyó la presencia de las cámaras de canales de noticias nacionales y el interés de radios porteñas por el Acto Federal, también cubierto esta vez por la TV local, para redondear un clima fervoroso e inusual para las conservadoras tradiciones venadenses. Las originales reverencias de tres avionetas en vuelo rasante sobre la atestada rotonda; la pegadiza “Canción del Campo” -ya suena en actos y radios de todo el país- gestada por la venadense Gimena Colombres; y las banderas patrias desplegadas sobre los fierros agrícolas que rodeaban el escenario, también contribuyeron a realzar una tarde de discursos de repudio a la escalada de las retenciones y a la ausencia de una política agropecuaria nacional. Al mismo tiempo, en sintonía con sus aliados urbanos, los oradores pidieron por el regreso a un genuino federalismo y la jerarquización del Congreso de la Nación, aunque sobresalieron otros denominadores comunes, como el respeto de la investidura presidencial, la convicción democrática y la esperanza en la reapertura del diálogo con el Gobierno para suspender el paro agropecuario.
Desde el improvisado palco, el animador Eduardo Marroquín relataba el incesante arribo de manifestantes, pero los miembros de la Comisión de Enlace Regional ya se habían dado por satisfechos con el chequeo de las autoridades participantes en el Acto Federal. No era para menos. Estaban casi todos los que tenían que estar, incluida la robusta delegación del Frente para la Victoria regional, con el senador Ricardo Spinozzi, el diputado Jorge Lagna y el intendente venadense José Freyre, como referentes más encumbrados del oficialismo.
El discurso de Mónica Polidoro -el mejor de la tarde-, de las mujeres de Federación Agraria, arrancó los más fuertes aplausos, advirtiendo sobre las medias verdades del supuesto progresismo kirchnerista, que hasta ahora no generó ni una sola estrategia para frenar el proceso de concentración y extranjerización de la tierra, ni para desactivar las zonas liberadas que ayudan a los procedimientos discrecionales de los grupos exportadores de granos que son los grandes beneficiarios de la comercialización. Con el mismo énfasis, Polidoro denunció que en otros sectores de la economía se concretan brutales entregas de los recursos naturales, ante la mirada cómplice de un Gobierno que no traslada a la práctica sus constantes apelaciones a la distribución de la riqueza y la calidad institucional. Impiadosa con el doble discurso oficialista, la dirigente alertó que la sojización es propiciada por el propio Gobierno, con su desinterés ante las advertencias agropecuarias por la caída de la rentabilidad de la ganadería y la lechería, por ejemplo, como así también por ignorar los proyectos de reformas a las leyes de arrendamiento que pretendían frenar la voracidad de los pools de siembra.
Contagiado por el entusiasta entorno, el presidente de la Sociedad Rural, Eduardo Sánchez de Bustamante, no necesitó levantar la voz para marcar que “vamos a estar en las rutas mientras haga falta”, cosechando los primeros vítores de su alocución.
A su turno, también se destacó la secretaria de Integración Regional del gobierno santafesino, María del Carmen Alarcón, y hasta el coordinador de la Comisión Plan Autopistas, Ovidio Butani, se alzó con un espontáneo reconocimiento de la multitud cuando fue mencionado por el animador, simbolizando con esa reacción una crítica a los recursos que se quitan de la región y luego no regresan, ni siquiera para financiar la indispensable autovía Rufino-Rosario que con tanta urgencia se requiere para salvar vidas humanas de siniestros fatales y facilitar el transporte de la producción de la ciudad y el campo a los puertos de embarque.
Expectativas frustradas
Pasadas las cinco de la tarde, los manifestantes de la rotonda se desconcentraron rápidamente, con la expectativa de descubrir por TV una señal favorable en el acto de asunción de Néstor Kirchner como jefe supremo del PJ. Pero el ex mandatario ni siquiera habló en el bochornoso mitín de la cancha de Almagro (un tragicómico Hugo Moyano llamaba a los ruralistas al “diálogo” mientras sus muchachos camioneros se molían a palos con los albañiles de la Uocra), y la presidenta Cristina Fernández volvió a evitar -en su inesperada intervención- el tema del campo, aun cuando destacó su voluntad de gobernar sin rencores, ni falsos antagonismos. Un día antes de completarse el segundo tramo de la protesta, resultó inquietante la ausencia de gestos desde la Casa Rosada, aunque peor hubiera sido otro discurso incendiario detrás del atril, en momentos que las pasiones se exacerban y las posiciones se radicalizan. El Gobierno no complicó las cosas, es cierto, pero tampoco las mejoró. Arrinconado por los acontecimientos, Néstor Kirchner creyó que sumergiéndose en el conflicto alimentaría los rumores de “doble comando” o, peor aún, del “golpe de estado conyugal”, y así cedió el protagonismo a una Presidenta que se cuidó de insistir con las arengas de subido tono que tanto afectaron su imagen en los últimos 60 días. En consecuencia, no se entregaron definiciones políticas, y no es un dato auspicioso que la incertidumbre se extienda, porque mientras más lejos se ubique la mesa de negociaciones, más riesgos de divisiones corremos los argentinos, además del notorio enfriamiento de la economía que se experimenta en la actualidad.
En la asunción de Kirchner se esperaban gestos -los necesitaban como el agua los líderes ruralistas para apaciguar a sus bases-, pero todo acabó en una mueca; los que se fueron apurados del Acto Federal de la rotonda, se quedaron con las ganas. Ayer, después de recoger el apoyo del gobernador santafesino Hermes Binner en la Casa Gris, las cuatro entidades del campo decidieron prolongar la medida de fuerza hasta el próximo miércoles, juntar un millón de firmas para exigir que se le restituyan al Congreso sus facultades indelegables en la fijación de impuestos a las exportaciones, y solicitaron una “urgente audiencia” a la Presidenta, en tanto que confirmaron una movilización y acto el 25 de mayo en la ciudad de Rosario.
Mientras los argentinos somos el hazmerreír del mundo por haber entrado en una espiral de dislates hasta el ridículo de chocar la calesita, el conflicto agrario posterga -sin plazos- la alianza estratégica entre el Gobierno y los sectores nacionales del campo para multiplicar la producción en función de las crecientes demandas del mundo, en un marco de políticas consensuadas en el largo plazo por un Consejo Federal Agropecuario (ampliado con los gobernadores), incluido un sistema de retenciones racional y previsible (con la participación del Parlamento), y contemplando el componente solidario y redistributivo de las mismas, pero sin deteriorar las legítimas expectativas de rentabilidad, inversión y desarrollo de los productores. No es tan difícil, bastaría con un gesto.
(Publicado el viernes 16 de mayo de 2008 en diario El Informe)
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