Casi como una voz clamando en el desierto, el vecino Juan Lacelli -esta vez por escrito- volvió a recordarnos a los venadenses, y en particular a las autoridades políticas, que la promocionada ley antitabaco santafesina todavía no se cumple en todos los bares, ni comercios, ni restaurantes de nuestra ciudad -salvo honrosas excepciones-, ni tampoco en las dependencias municipales, según denuncia la nota remitida al Concejo en la sesión de la semana pasada.
Reglamentada en agosto de 2006, la normativa provincial lanzada por el entonces gobernador Jorge Obeid se impuso en pocas ciudades, desde la gigantesca Rosario hasta pequeñas comunas de 1.500 habitantes, pero con el común denominador de gobiernos que adoptaron la decisión política de hacerla cumplir a rajatabla. Hace tiempo señalamos en este diario que “era previsible que los fumadores, a partir de su propia adicción, se convirtieran en los más estoicos combatientes de esta ley, como así también que los comerciantes antepusieran intereses económicos a los reclamos de aire puro, aun cuando el incumplimiento deteriorara su propia salud. Al mismo tiempo, discriminados por décadas, los no fumadores, en su mayoría, aún no están preparados para ensayar la defensa plena de sus derechos ante fumadores dispuestos a todo para seguir disfrutando, sin limitaciones, de un placer nocivo para ellos y su entorno”. En esa misma opinión, agregamos que “ante tamaña colisión de intereses, sólo las autoridades podían actuar como equilibrante social, pero con la ley provincial en la mano, y despojadas de mezquinos cálculos electorales”.
En este sentido, es llamativo que en Venado se hagan tantos alardes de “tolerancia cero” para el tránsito urbano, pero reine la vista gorda con el consumo de tabaco, incluso en las propias dependencias municipales, según los planteos de Lacelli.
La Ley 12.432, en su artículo 10, involucra a municipios y comunas, dentro de sus jurisdicciones, como “responsables de ejercer el debido cumplimiento de la presente ley”. Así como Rosario y algunas pequeñas localidades, también Rafaela se destaca por sus procedimientos pues hace dos años el Concejo de esa ciudad adhirió a la ley provincial; autorizó a la Intendencia a suscribir un convenio de colaboración con el Ministerio de Salud provincial para hacer cumplir la ley en el ámbito de su jurisdicción; y promover campañas de concientización y prevención contra el consumo del tabaco.
En Venado, todo sigue igual que antes, con la misma desaprensión, como si nada hubiera sucedido desde el punto de vista legal. En la Intendencia, el tema es despreciado, al mismo tiempo que se ufanan de sus prestaciones en la atención primaria de la salud, y desde el Concejo tampoco se vislumbra ni un atisbo de presión política, como se ejerció en Rafaela, para que la ciudad no quede contaminada por la peor de las humaredas, más aún cuando el próximo invierno acecha, y no sea tan fácil que los empedernidos fumadores opten por salir al patio o la vereda para dar rienda suelta a ese vicio tan perjudicial para la salud de todos.
(Publicado el miércoles 7 de mayo de 2008 en diario El Informe)
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