Sobre el mediodía del viernes, el intendente electo José Freyre confirmó que el oficialismo no fogonearía listas para las elecciones de delegados de la Cooperativa Eléctrica convocadas para el domingo 4 de noviembre. Desde que ocupa el gobierno municipal, el scottismo nunca había estado en condiciones tan favorables para darle batalla al líder lucifuercista Jorge Viano en sus propios dominios. Después de retener la Intendencia con un triunfo categórico, y aprovechando las mayores facilidades para participar que brinda -a partir de este año- el estatuto reformado de la Eléctrica, en San Martín y Marconi muchos creyeron que había llegado el día. Pero las prioridades políticas se interpusieron a las ansias revanchistas. Con el traje de intendente en el placard, Freyre no esperó el 10 de diciembre para estrenarlo, y se lo calzó en silencio para tratar de reconstruir los puentes destruidos por el carácter rupturista del saliente Roberto Scott. Así pues, Freyre se reunió con los representantes de la Cooperativa Eléctrica y la Cooperativa de Obras Sanitarias a los efectos de reanudar las relaciones institucionales en un clima de armonía; incluso, en su entorno deslizaron que se habría encontrado también con miembros de la Sindicatura del BID en busca de restablecer las negociaciones por la millonaria deuda municipal con la masa acreedora.
Ya habíamos anticipado algunas de las prioridades de la gestión de José Freyre para el cercano 2008: conciliar el plan de obras y firmar los contratos de concesión de energía y de alumbrado público con la Eléctrica; restablecer el diálogo por el proyecto de tratamiento y disposición final de los residuos sólidos domiciliarios (paso indispensable para la erradicación del Basural) con Obras Sanitarias; y renegociar la deuda con el ex BID para rescatar a la Municipalidad de la categoría de insolvente.
Cuando el supersecretario ya había comenzado a hilvanar sus estrategias, el anuncio de las elecciones eléctricas alarmó a la comandancia scottista. Por un lado, la voluntad de concertación acordada con el presidente de los eléctricos, Carlos Pucci, se quebraría apenas confirmada la presentación de listas del gobierno municipal, y con ello se derrumbarían las pretensiones de Freyre de cerrar los contratos pendientes el año entrante; pero, al mismo tiempo, el scottismo no estaba dispuesto a un repliegue que pudiera colocarlo bajo sospecha ante la población, tanto sea de una renuencia a la confrontación, como de haber pactado con el lucifuercismo. ¿Qué hacer entonces? Planificar una retirada digna y combativa.
Así fue como se sucedieron los desembarcos scottistas en las dependencias de la Cooperativa Eléctrica en busca de planillas para presentar listas. Poco después, se descubriría que esos presuntos objetivos participativos habían sido una puesta en escena para justificar la prescindencia y los ataques a la acotada democratización de la Eléctrica, algo que en la jerga boxística se denomina retroceder pegando. Es en este punto donde comienza la sobreactuación scottista, pues ni los miembros del gobierno municipal, ni del bloque legislativo oficialista, que hoy se escandalizan por la existencia de un único padrón de asociados -no puede fotocopiarse ni retirarse de la sede administrativa-, jamás dijeron ni una sola palabra desde el poder político cuando los apoderados de Unirce hacían ese mismo reclamo años atrás. Eran los tiempos, no tan lejanos, en que el scottismo apuntalaba las listas eléctricas -basta repasar las nóminas- para evitar que pueblenses y socialistas se fortalecieran a partir de un crecimiento electoral en las asambleas de la Cooperativa. Con la concejala Bibiana Pieli como adalid, los scottistas pretendieron fundamentar su obligada abstención en las elecciones, al mismo tiempo que torpedeaban la apertura impulsada por Viano (basada en antiguas demandas de Unirce), pero dieron lugar a recordaciones de su pasado reciente, tan incómodas como irrefutables.
Mientras se meneaban las supuestas candidaturas oficialistas para las asambleas del mes entrante, hacía tiempo que Unirse se había autoexcluido. Desde algunos sectores se interpretó como una contradicción esta ausencia, justo en el debut de la reforma estatutaria tan largamente reclamada. Todo lo contrario. Con la democratización, Unirce se quedó sin sus principales banderas de oposición. Además, los militantes meieristas y socialistas, que conforman la base de la agrupación, acaban de transitar dos extenuantes campañas electorales (primarias y generales) y, según revelaron, ya no tenían fuerzas para continuar con luchas proselitistas en este año. También influyeron los conflictos internos que atraviesan dichos sectores en el orden local. Estas son las verdaderas razones del desistimiento de Unirce, relativizando el argumento de que no querían meterse en una interna justicialista, que, como ahora se sabe con certeza, nunca superó la categoría de amenaza.
(Publicado el lunes 22 de octubre de 2007 en diario El Informe)
1 comentario:
Juan, quien está a cargo de Industria y Comercio en la Muni? Romos? o Acefalia no declarada?
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