Los episodios que se suscitan en el Jardín Nucleado Nº 110, por la falta de un cargo de portera, muestran a las claras la profunda reforma que deberá encarar el próximo gobierno provincial en el área de la infraestructura educativa. La ineptitud de las actuales autoridades para resolver un tema tan sencillo es alarmante, hasta el punto que una directiva convocó a los propios padres a ejercer “tareas comunitarias” a través de “guardias permanentes” para que la institución no deba cerrar sus puertas. Meses atrás, el debate en la ciudad se había instalado porque, supuestamente, algunos establecimientos educativos imponían la obligatoriedad de abonar la cuota de la Cooperadora, pero en esta oportunidad los padres fueron invitados a prestar servicios de limpieza en la escuela, desafiando todos los límites imaginables.
Como se sabe, después de la traumática jubilación de una empleada, las actividades del concurrido Jardín entraron en crisis. Mientras se consigue una reemplazante para la portería o, al menos, la colaboración de un beneficiario de planes asistenciales, resignado por la desidia de las autoridades y, al mismo tiempo, impulsado por el amor a sus hijos, un grupo de padres tomó la iniciativa de prestar las “tareas comunitarias” (¿no suena a castigo?) en turnos rotativos. “Todos tratamos de colaborar, porque nadie espera milagros de parte del Estado”, dijo una de las madres. ¿Será un milagro que el gobierno de turno cumpla con sus responsabilidades? No será fácil para Hermes Binner desarticular tanta burocracia ineficiente e insensible, pero tendrá que sacarse de encima cuanto antes esa pesada herencia, para poder gobernar y satisfacer las expectativas de los cientos de miles de santafesinos que pedían un cambio a gritos en áreas tan sensibles como la educación, la salud y la justicia.
Más allá de valorar la contribución temporaria de los padres, como también la multiplicación de esfuerzos de la mayoría de los docentes, se requiere de una vez por todas que desde la Casa Gris se privilegie a la educación pública. Tal vez no se entere de este patético episodio ningún canal de TV capitalino, y nos salvemos de caer en el ridículo ante los ojos de todo el país, pero debería alcanzarnos con comprender la gravedad de la situación. Madres rotando en guardias permanentes para tareas comunitarias en un jardín de infantes, ¿no es escandaloso para la poderosa provincia de Santa Fe, el “corazón de la pampa húmeda”, el “paraíso de la soja”? Seguro que sí, pero desde el poder político se hacen los distraídos, ningún funcionario renuncia a su cargo y todo sigue su curso en la Argentina de las grandes contradicciones.
(Publicado el martes 9 de octubre de 2007 en diario El Informe)
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