La semana política se había inaugurado con los primeros escarceos por la presidencia del Concejo, promediando la misma se precipitaron todas las postulaciones y, sobre el cierre, puede anticiparse que Miguel Pedrola retomará el cargo en la sesión a realizarse el miércoles 10 de diciembre, una jornada histórica en la que los argentinos festejaremos los 25 años de la restauración democrática. En busca de recuperar el protagonismo cedido durante un año y medio al aliado radical Delfor Hernández, los cuatro concejales justicialistas acudieron a la Intendencia para plantearle al intendente José Freyre que había llegado el momento de volver a la Presidencia, pero esta vez no lo hicieron desde la dispersión y a la espera de una bajada de línea, sino que antes habían conciliado defender la postulación de Pedrola. Casi en la misma época, después de largo tiempo de mutua indiferencia, Freyre consultó sobre el tema al senador provincial y presidente del PJ santafesino, Ricardo Spinozzi, quien se mostró complacido con la nominación de Pedrola para presidir el Concejo, aunque lo más trascendente haya sido el acercamiento entre los dos jóvenes referentes del peronismo venadense.
Aun cuando en la Intendencia consideran “inviable” que la oposición coincida -con sus cinco votos- en un candidato alternativo, la decisión es ir un poco más allá de los cuatro ediles propios para consagrar a Pedrola, y así es que arrancaron las negociaciones con el socialista Roberto Meier y el boinablanca Delfor Hernández, a la vez que habrían descartado cualquier relación con los socialistas Oscar Pieroni y Fabián Vernetti y la lucifuercista Patricia Romero, precisamente los tres ediles más distantes del universo oficialista.
En este marco, uno de los más fuertes cimbronazos políticos del 10 de diciembre lo podría protagonizar el Tío, tal vez no por inesperado, pero sí por consumar una escandalosa ruptura en las entrañas del socialismo. Orgánico, reservado y disciplinado, el partido de la rosa no generaba estas rispideces, hasta que desembarcaron los pasionales pueblenses, con sus internas a cuesta.
Hasta ahora, todo indica que Meier desacatará la decisión de apoyar la candidatura presidencial de Pieroni impulsada por el PS; y, por el contrario, optaría por acompañar la designación de Pedrola, como lo hizo siempre que el scottismo promovió candidatos propios, tales como Jorge Lagna y el mismo Pedrola. Cabe recordar que en las dos elecciones de presidente del Concejo realizadas el año pasado, el Tío votó en abril (las postergadas desde diciembre de 2006) a Claudio Natali -se desempató por sorteo- y en diciembre último lo hizo por Pieroni, pero en ambas ocasiones el candidato del oficialismo era el radical Hernández. Esta vez, con un peronista bendecido desde la Intendencia, Meier retomaría la tradición y, según cuentan en los corrillos parlamentarios, hasta podría adueñarse de la vicepresidencia 1ª, a cambio de dicho respaldo. En tanto, Delfor, ya resignado a volver a la banca, aspiraría a ese mismo cargo con el que tentarían a Meier, aunque también podría abrocharse un acuerdo global con el radical como vice 2º, con lo cual Pedrola asumiría fortalecido con una mayoría de seis votos.
Entre otras especulaciones, también se contempló la alternativa -con la presunta venia de Meier- de que en el marco de un arreglo político aún más amplio, el cargo de vice 1º sea para Pieroni, otorgándole ocho votos al candidato a presidente del oficialismo (con la suma de las voluntades de Vernetti y el propio Pieroni), aunque esta versión luce bastante enclenque, porque el socialismo ya se expresó públicamente, y en duros términos, acerca de las gestiones de Pedrola y Hernández al comando del Concejo, y de ningún modo aceptaría volver sobre sus pasos para sostener a Pedrola, aun cuando se lo recompense con la vicepresidencia 1ª para uno de los suyos. Además, se conoce que el sub-bloque integrado por Pieroni y Vernetti deplora las estrategias de co-gobierno del Tío Meier, más allá de admitir -en voz baja- que el intendente Freyre está a punto de superar el primer año de mandato sin un ápice de desgaste; por el contrario, algunas encuestas recientes lo ubican mejor aún que cuando resultó electo para gobernar la ciudad. Sin embargo, como en las elecciones legislativas se registra una mayor dispersión del voto, el ala dura del socialismo pretendería marcar la cancha y no ceder más terreno ante otros grupos partidarios de marcado perfil opositor, como el que lidera la vianista Romero, o el espacio que recrearía el año venidero el radical binnerista Lisandro Enrico, en su regreso al escenario político local.
El oficialismo ya tomó la decisión de recuperar la Presidencia del Concejo, y para ello cuenta con los cuatro votos que, en este contexto, serían suficientes, pero de todos modos se propone tejer acuerdos con los opositores más afines, Meier y Hernández, que ya no es tan dócil como tiempo atrás, aunque en la Intendencia se jactan de que “en los grandes temas” podrían contar con su voto. Para ellos dos serían las vicepresidencias en danza, y también se los abastecería de una línea directa con Freyre, porque el objetivo es tenerlos cerca para encarar futuras negociaciones. En tanto, Pieroni, Romero -ambos irían por la reelección- y Vernetti, se repartirían el ancho callejón opositor, un poco por decisión propia, otro poco por deserciones ajenas.
En síntesis, el porotismo no desconocerá al Concejo como lo hacía el scottismo, pero intentará controlarlo con astutas alianzas, al menos hasta diciembre del año próximo, cuando pueda reunir la mayoría legislativa propia y ya no necesite depender de terceros.
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