Suele decirse que uno de los dramas de la política argentina es que los gobernantes no tienen tiempo para ejercer sus funciones, pues en los dos primeros años solamente se dedican a insultar a su antecesor, y en los dos siguientes a pergeñar la reelección. No es el caso de José Freyre en nuestra ciudad, que está imposibilitado de echar culpas a la larga gestión scottista, y que ni siquiera tendrá necesidad de invertir energías en especulaciones reeleccionistas, pues, salvo que medie una catástrofe, los venadenses acostumbran a designar jefes de gobierno, como mínimo, por dos o tres períodos consecutivos. Asimismo, este fenómeno, que hoy beneficia a Freyre, se potencia con las evidentes dificultades de la oposición para encontrar un discurso coherente y, además, un candidato atractivo para futuras porfías electorales.
La composición del gabinete, con un ensanchamiento de la estructura al estilo Binner, muestra a las claras cómo se las ingenió el flamante intendente para que el condicionamiento de mantener referentes del viejo tronco scottista, no obstaculizara el proyecto de afianzar a los debutantes Poroto ‘Boys, entre los que descuellan en la primera línea Hernán Roma, José Luis Aguirre, Germán Mastri, Raúl Debonis y Pedro Bustos, todos ellos próximos a los 40 años, a los que se incorporaría en breve el periodista Roberto Cassane, la figura más destacada de la mañana de FM 100, que esta vez daría el sí, después de haber rechazado otras ofertas.
Más allá de los nombres, el primer gran acierto de Freyre en la gestión fue el establecimiento de un gabinete social en el marco de la Supersecretaría de Promoción Comunitaria. En su momento, Poroto había sufrido como nadie las internas scottistas entre Acción Social y Salud, por ejemplo, y no estaba dispuesto a reiterar el mismo padecimiento, ahora que puede desarticular el organigrama burocrático e ineficiente que reinó en los sucesivos gobiernos de Roberto Scott. Además, colocó al frente de Promoción Comunitaria a un dirigente de bajo perfil, como Mastri, que jamás vacilará en cumplir al pie de la letra las instrucciones de Freyre. Se trata de una Supersecretaría, sí, pero sin un supersecretario consagrado, sino oficiando como nexo de las direcciones y subsecretarías, con el nuevo ocupante del Sillón de Aufranc, que desde la cúspide del poder municipal continuará manejando en forma personal las áreas clave de la gestión, a la usanza de los Kirchner con la economía nacional.
Hombres de prosapia porotista y de origen scottista convivirán, al menos, en el primer tramo de la administración, pero no les fue nada bien en este sentido a otros dirigentes venadenses de peso político, como el jefe del bloque de senadores provinciales del PJ, Ricardo Spinozzi; el diputado provincial Jorge Lagna; el referente rossista Julio Eggimann y el ex director de Comunas del gobierno obeidista, Alberto Turcato, que no recibieron ninguna contención en el gobierno local, salvo alguna excepción que confirma la regla.
Con bombero y todo
En las comparaciones obligadas con el arranque del gobierno de Scott, en el ’95, Freyre no sólo colocó a un Aguirre (en aquel entonces había sido Fanny) en el comando de Acción Social, sino que también apeló a los bomberos para apagar el incendio. En ese momento, los hombres de Romos dictaminaron que había que cerrar el Centro Cultural, asestando un golpe de gracia más sobre la humanidad del dematiísmo. Hoy, Poroto transita en el mismo sentido, apostando a una figura destacada de la corporación bomberil, Daniel Virelaude, para hacerse cargo de la brasa caliente que significa el descontrolado tránsito vehicular en la ciudad. Más aún, como es tan fuerte la identidad de los bomberos venadenses, adquirida a fuerza de eficiencia y profesionalismo, es difícil que sus voluntarios se desprendan de la condición de tales, en cualquier función que desempeñen. Así pues, si, como se supone, la Dirección de Tránsito instrumenta una campaña de concientización que desemboque en la indispensable “mano dura”, no sufrirá tantos costos políticos el gobierno de Freyre, pues las anchas espaldas bomberiles amortiguarán el disgusto de los que se sientan damnificados por la decisión de hacer cumplir, sin concesiones, las normas de tránsito. Sin llegar al extremo de la tercerización, la medida, en la práctica, podría derivar en un fenómeno semejante, pero que podría resultar más auspicioso para los venadenses que la otra tercerización, la de Hacienda, que el propio Freyre, en un gesto digno de elogio, se comprometió a rescindir prontamente. No obstante, se enfrentará con la exigencia de abonar la cifra millonaria que demanda la empresa prestataria del servicio, con el agravante de que el Concejo no autorizó ese impresentable contrato que el scottismo suscribió mediante un decreto. Estas cuestiones serán las más incómodas para Freyre en el futuro inmediato, pues entrará en tensión el nuevo gobierno que lidera con el viejo gobierno que integró.
¿De qué juega Delfor?
En esta primera semana de actividades, también merece un párrafo laudatorio la reivindicación porotista de la función legislativa, tantas veces denostada por el mandatario saliente, aunque la decisión oficialista de respaldar al radical antibinnerista Delfor Hernández para la Presidencia del Concejo fortaleció las sospechas del mentado pacto scottista-dematiísta. Sabiendo que contaba con siete votos para imponer el presidente del cuerpo (los cuatro propios y los tres pueblenses), fue llamativa la resolución de apoyar a un opositor como Delfor, sobre todo porque el PJ siempre pugnó por ese espacio de privilegio, y solamente lo resignó por los votos o por el azar. Ahora, directamente entregaron sus votos, y alimentaron la desconfianza. Por un lado, se alude a la falta de consenso entre Giner y Pieli para definir internamente el postulante; por otro lado, crece la teoría del pacto. Dentro de unos meses, se sabrá si Delfor se transforma en el quinto voto de una hipotética mayoría automática oficialista en el Concejo, o si apenas se trató de una mera sumatoria de coincidencias. De consumarse la primera alternativa, enseguida perderá credibilidad el discurso parlamentarista de Freyre porque, más allá de la saludable apertura prometida, a la hora de los votos, siempre se impondrá la mayoría automática.
Estos sacudones también conmovieron el bloque pueblense, donde en estos días sobresalió un combativo Fabián Vernetti que, como el mismísimo Scott en el ’93, debutó en la banca con filosas definiciones, de esas que no resultan indiferentes para nadie, y ofrecen varios títulos tentadores para el periodismo gráfico. Mientras la inestable agrupación opositora, a pesar de todo, tiende puentes con el oficialismo, anticipando la compañía en determinados temas, la que asoma como una opositora implacable, también en este período, es la vianista Patricia Romero, que promete no dar tregua, ni al oficialismo, ni al resto de la oposición.
(Publicado el viernes 14 de diciembre de 2007 en diario El Informe)
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