Casi todos los análisis previos auguraban que el nuevo presidente del Concejo sería un oficialista, incluso así lo había deslizado el propio José Freyre semanas atrás. Descartado Miguel Pedrola por su distancia del entorno porotista, el nombre que más ruido hacía era el del scottista ortodoxo Gustavo Giner, a pesar de que no encajaba de ningún modo con el promocionado estilo Freyre. Un Giner auténtico en la presidencia del cuerpo legislativo hubiera sido una imitación del ex intendente Roberto Scott en el Sillón de Aufranc. Sin chances la recién llegada Norma Orlanda, durante el fin de semana habían crecido las posibilidades de la reelecta Bibiana Pieli. En este sentido, una versión que circuló en la mañana de la víspera, al mismo tiempo que se desarrollaba el plenario de concejales, fue que, a la postre, en San Martín y Marconi no hubo acuerdo en el nombre del presidente, y entonces optaron por transferirle la responsabilidad a los miembros del bloque para que diriman entre Giner y Pieli. Pero entre ellos tampoco hallaron el consenso tan deseado. En consecuencia, ante esta serie de desencuentros, decidieron confirmar la continuidad en el cargo del radical antibinnerista Delfor Hernández. Esta es la historia oficial, o la interpretación más edulcorada de las que circularon en el día de las asunciones, pero la versión no autorizada sentencia que, en rigor, se escribió un nuevo capítulo del pacto entre el scottismo y el dematiísmo -aunque suene extraño-, iniciado meses atrás con el apoyo oficialista a las ambiciones presidenciales de Delfor. Con esta ratificación, se consuma la paradoja de que un concejal supuestamente opositor retiene el cargo con el respaldo de la suma de los votos oficialistas.
En una determinación realista, el bloque pueblense había resuelto acompañar con el voto al postulante oficialista, cualquiera sea, dando por descontado que se trataría de un scottista; pero la comunicación al resto de los ediles, por parte de Pedrola, del sostén a Hernández, cayó como un mazazo, ante la perplejidad de Roberto Meier, Oscar Pieroni y el debutante Fabián Vernetti. Con ese planteo, el scottismo ofrecía dos definiciones políticas al mismo tiempo: 1) El pacto con Delfor goza de buena salud (¿será el quinto voto de la mayoría automática?); y 2) La decisión fortalece al más exacerbado dirigente antibinnerista de Venado que, a la vez, es el mayor enemigo del ahora secretario parlamentario de la Cámara Baja santafesina, Lisandro Enrico, un aliado de los pueblenses en los últimos comicios.
Sin embargo, indiferente a todas las prevenciones, Meier amenazó con votar a Delfor, en una actitud neutralizada a tiempo por sus pares Vernetti y Pieroni. Candidateado este último para guardar las formas, reunió los tres votos pueblenses; la vianista Patricia Romero se quedó con el suyo, y el opositor Delfor Hernández fue reelecto con la ayuda del cuarteto oficialista, que esta vez sí se puso de acuerdo. Según dicen las malas lenguas, en los próximos días, la mayoría automática intentará consagrar al delforista Daniel Lena en reemplazo de la ex funcionaria del Concejo y actual coordinadora porotista de Políticas Sociales, Mónica Boladeras, aunque ello demandaría una mayoría especial de dos tercios, es decir seis votos.
El resultado de la votación no solo desnudó la vigencia del pacto entre el oficialismo y el radical Hernández, sino también un episodio más de la crisis de identidad de Pueblo, que si bien no estaría tan cerca de romperse como predicen fuentes ligadas al gobierno municipal, ya no hay dudas de que Meier perdió el liderazgo del partido y comenzó a gestarse una etapa de transición. En este sentido, el suceso de ayer sirvió para reflejar ante la opinión pública una situación interna que estalló después de las elecciones generales del 2 de septiembre. No obstante, salvo que el gobernador Hermes Binner condene a Meier por estos gruesos errores políticos, se conservan las posibilidades de que el barbado legislador -con dos años más de mandato- sea promovido a un cargo provincial, en el marco de la regionalización, y en su lugar asuma a principios del año próximo, Daniel Sacco, un dirigente combativo -referente de Unirce- que tiene muchas afinidades con Vernetti y Pieroni.
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