En el marco del Pre-Congreso de Economía Provincial Santa Fe 2015 “Federalismo y Desarrollo”, con la organización de Fundación Libertad y Cooperación Seguros, el martes último se dictaron sendas conferencias en el salón de actos del Jockey Club de nuestra ciudad, con la participación del economista, consultor y periodista económico, Roberto Cachanosky, y el consultor de empresas y director académico de la Escuela de Negocios de la Fundación Libertad, Walter Castro. Las actividades desembocarán el 18 y 19 del corriente con las deliberaciones del 4º Congreso de Economía Provincial Santa Fe 2015, en la Bolsa de Comercio de Rosario. En el comienzo de su exposición, Cachanosky criticó el reciente pago de deuda pública al Club de París, pues el Banco Central puede hacer uso de las reservas de libre disponibilidad sólo para pagarle a los organismos internacionales, que no es el caso del Club de París. Además, dijo que las reservas de libre disponibilidad son las que exceden las necesarias para respaldar la base monetaria, y en nuestro país ese margen de maniobra no existe. “Pero en la Argentina, donde no hay respeto por las normas, se transgrede sistemáticamente la Carta Orgánica del Banco Central, algo que jamás ocurriría en la Reserva Federal de los EEUU”, comparó.
Más adelante, el economista adjudicó el crecimiento inflacionario a la expansión monetaria desatada por la urgencia de comprar dólares a los efectos de sostener el modelo de tipo de cambio competitivo. “Como no existía el superávit fiscal necesario, se recurría a la emisión para adquirir los dólares, y esa emisión genera inflación, que se refleja en las expectativas. Mientras el Gobierno insiste en una tasa inflacionaria anual del 8 o 9 por ciento, la encuesta de la Universidad Torcuato Di Tella la calcula en más del 30 por ciento desde principio de año. Más allá de la sensible diferencia entre tales mediciones, consideró que ambas cifras son relevantes: la oficial porque el 40 por ciento del stock de deuda pública argentina (180 mil millones de pesos) está en bonos ajustables por el CER, y cada punto menos de inflación que se dibuje significan 1.800 millones recortados del ajuste mensual de capital, y 22 mil millones de pesos anuales, equivalente al superávit fiscal”, relató Cachanosky. “Con el sinceramiento del Indec, estallaría la deuda ajustable por CER y se haría impagable, y además descubriríamos que la pobreza supera el 30 por ciento. Por otra parte, el índice de inflación divulgado por la Universidad Torcuato Di Tella es muy significativo porque manifiesta las expectativas de la población.
En otro pasaje, el conferencista demostró que el declamado tipo de cambio competitivo no existe más, y para ello cotejó, entre diciembre de 2001 (fin de la convertibilidad) y mediados del corriente año, la evolución del dólar y el índice de precios mayoristas, resultando que este último superó el tipo de cambio, y la misma conclusión se desprende de la comparación en idéntico período del dólar con el costo de la construcción. Según el propio Indec, construir un metro cubierto, tiene hoy el mismo costo que en 2001. Volvimos al punto de partida”, reflexionó.
Luego especificó que “los subsidios al sector energético en 2007 fueron de 8.330 millones de pesos, y en 2006 habían sido de 4 mil millones, con lo cual se otorgó un aumento del 107 por ciento. En el sistema de transporte, entre esos mismos años, los subsidios para congelar los boletos de trenes, subtes y colectivos subieron de 1.800 millones a 4.200 millones, es decir, un 125 por ciento. Pero ahora, sólo en el primer semestre de 2008, se subsidió al sector energético en 8.157 millones, casi lo mismo que en todo 2007. Luego, la proyección para el resto del año vislumbra entre 25 mil y 30 mil millones de pesos. “O se pagan estos colosales subsidios o se corrigen las tarifas de los servicios públicos”, alertó, añadiendo que este cuello de botella, junto con los próximos vencimientos de deuda, están dando lugar a un creciente ajuste sobre las provincias.
La inestabilidad de las reglas de juego fue evaluada por Cachanosky como una de las causas de desaliento de las inversiones, y para ello enumeró las crisis económicas de las últimas décadas. “Los empresarios extranjeros observan estos episodios y antes de invertir diseñan tasas de rentabilidad que compensen los riesgos que asumen, sobre todo cuando existen otros países que intentan atraer a esos mismos inversores ofreciendo mayores garantías”, opinó. “No puede ser que el gobernante se arrogue el derecho de hacer lo que le venga en gana porque sacó más votos. Las inversiones son hijas de la calidad institucional de los países”, sentenció.
Sin embargo, auguró tiempos de mayor racionalidad económica y política. “No hay más plata para fiestas”, aseguró, y preguntó: ¿Por qué se le pagó al contado al Club de París? Porque para refinanciar, había que presentar un diseño del flujo de fondos, y el auditor sería el FMI. Eso no se aceptaría de ninguna manera, tanto es así que los 9 mil millones de dólares que se le pagaron al FMI en su momento fueron para sacarnos de encima al auditor. La Argentina no quiere auditores porque no está en condiciones de sincerar sus cuentas públicas (…) A estas alturas, se requieren reformas estructurales que superen este populismo distributivo, y eso es posible, porque, aunque sea por obligación, se está entendiendo la necesidad de dialogar en lugar de agredir y, además, de volvernos más racionales en términos económicos”.
Santa Fe, modelo a imitar
Walter Castro cerró la alocución de apertura con elogiosas referencias a Santa Fe, hasta el punto que la proyectó como un modelo a imitar por el conjunto de la Argentina. En este sentido, destacó que mientras en el orden nacional explotó el sistema de partidos políticos, en nuestra provincia sobrevive una suerte de bipartidismo que equilibra el sistema, si en este concepto se contempla a la alianza gobernante, integrada por socialistas, radicales, demoprogresistas y aristas. Castro recordó que el peronismo santafesino es prudente y moderado, nunca intentó perpetuarse en el poder a través de mecanismos reeleccionarios; no se sumó al festival de bonos, construyó obra pública y el último gobierno obeidista hasta dejó en caja un fondo anti-cíclico. Asimismo, evaluó que se trata de una provincia levemente endeudada y exaltó el liderazgo santafesino en materia de exportaciones.
Mientras tanto, del Frente Progresista liderado por Hermes Binner, destacó su carácter de una coalición de sectores politicos que arribó al gobierno provincial demostrando una “vocación de poder” que aún no se descubre en la oposición a nivel nacional.
(Publicado el jueves 11 de septiembre de 2008 en diario El Informe)
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