Hace pocos días el intendente José Freyre confesó que una de las prioridades para la gestión de gobierno que completará en 2011 es la erradicación del basural a cielo abierto, un objetivo que requiere como aliada imprescindible la instalación de una planta de reciclado de residuos sólidos urbanos, con el complemento del enterramiento sanitario para aquellos desperdicios no reutilizables. Estas manifestaciones de Freyre se refuerzan con la búsqueda -más intensa en las últimas semanas- de un predio adecuado para dichas necesidades. Mientras tanto, en el transcurso del año se fueron puliendo las rispideces entre la Intendencia -en tiempos de Roberto Scott- y las sucesivas autoridades de la Cooperativa de Obras Sanitarias. Más allá de la “carta de intención” firmada un lustro atrás por la Municipalidad y la COS para la gestión conjunta de los residuos sólidos, se acumulaban episodios de tensión política que postergaban cualquier acuerdo. En ese marco, Scott no sólo dejaba librada a la Cooperativa a sus propias fuerzas, sino que reiteraba por los medios, con tono apocalíptico, que la empresa estaba “cerca de fundirse”, augurando un inminente traspaso de los servicios de cloacas y agua potable a manos municipales. Es que, a pesar del indiscutible reinado scottista durante varios períodos consecutivos, Obras Sanitarias siempre conservó una elogiable independencia del poder político, hasta el punto que resistió el embate municipal para proceder al “relleno sanitario” en el predio de las lagunas de tratamiento de líquidos cloacales.
También se suscitaron otros factores que demoraron las decisiones, como la llamativa indiferencia de la población, que nunca desató ningún escándalo político -ni mucho menos- por la persistente contaminación, tanto aérea, con la descomposición del cóctel residual, como de las napas subterráneas de la laguna del Basural. Solamente algunos días, según el sentido del viento, el sector céntrico queda atrapado en esa humareda irrespirable, y entonces los indiferentes recuerdan cuán atrasados estamos en este capítulo de la obra pública. También es cierto que seguir volcando los residuos domiciliarios en el anacrónico vertedero demanda un costo mínimo para las arcas municipales pero, al mismo tiempo, el pasivo ambiental es cuantioso. Desde el punto de vista de la salud pública y de la calidad de vida de los venadenses, hace rato que todos estamos perdiendo un poco cada día, sin olvidar los peligros que genera la disminución de la visibilidad a causa del humo en una ruta nacional. En este sentido, es oportuno recordar que desde hace años, tanto los vertederos de residuos a cielo abierto, como las quemas a cielo abierto, están prohibidos por ley. Tanto es así que las reglamentaciones provinciales ya emplazaron a ciudades del tamaño de Venado Tuerto, con basurales a cielo abierto, a presentar planes de adecuación, incluyendo un plan de obras para la erradicación de estas rémoras ambientales.
La COS, en un principio, se inclinaba por la separación de los residuos sólidos en una planta de tratamiento, haciendo compostaje con los residuos orgánicos, y reciclando los inorgánicos; con ese cometido estaba dispuesta a ceder sus terrenos para albergar la planta y los lechos de compostaje, aunque se negaba al “relleno sanitario” en el predio de las 110 hectáreas, alegando que más adelante -como ahora está ocurriendo- tendrían que ampliar las lagunas de purificación de líquidos cloacales, en función de la incorporación de nuevas conexiones. Sin embargo, esas demostraciones de buena voluntad no prosperaron, en virtud de sendos dictámenes técnicos de la Secretaría de Medio Ambiente de Santa Fe y de la Universidad Nacional de Córdoba, que desaconsejaron el traslado de los residuos sólidos a esos terrenos, por los riesgos que ocasionarían a la actividad de las lagunas aledañas.
Así pues, la Intendencia habría tomado la determinación política de adquirir las hectáreas necesarias para dar el primer paso antes de fin de año, aunque las autoridades no aceptarían los precios abusivos solicitados por algunos propietarios de la zona. Una vez adquirido el predio, se trabajaría junto con la Cooperativa de Obras Sanitarias para redondear el proyecto final, que alojaría en un mismo espacio físico la planta de reciclado, los lechos de compostaje y las cavas de relleno sanitario. Más aún, se estudiaría la posibilidad de una asociación con localidades vecinas, con lo cual se requeriría una superficie mayor, y en una instancia posterior las municipalidades vinculadas estarían en condiciones de gestionar ventajosos subsidios por intermedio del Gobierno nacional.
(Publicado el viernes 12 de septiembre de 2008 en diario El Informe)
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