A falta de un año para las elecciones legislativas, siempre tan influyentes en el ánimo del electorado con vistas a los siguientes comicios de cargos ejecutivos, en todo el país se aceleraron los posicionamientos, sobre todo a partir de la insólita crisis que agigantó el Gobierno en su pulseada con las entidades agropecuarias. Desde entonces, hay vastos sectores apurados por ejercer un “voto castigo” contra el oficialismo. Es que después de dinamitar todos los puentes de diálogo con el afán de doblegar y humillar al adversario, los Kirchner recibieron una severa advertencia de la inmensa mayoría de los argentinos para iniciar un estilo político más conciliador y republicano. Tan intensa fue la prédica belicista del kirchnerismo, que consiguió generar inesperadas divisiones, incluso dentro del Frente para la Victoria, en distintos puntos del país. En Venado, por ejemplo, el senador reutemista Ricardo Spinozzi habría decidido componer su propia estructura política, después de que el ex intendente Roberto Scott le diera la espalda en la interna partidaria, que a la postre no se realizó en virtud del acuerdo entre la Casa Rosada y el reutemismo. La ira del Tino también alcanzó la humanidad del actual intendente José Freyre, que luego de insinuar un giro hacia el rossismo, como se lo había sugerido Scott, mostró un gesto de autonomía con la declaración de prescindencia.
Fortalecido por el efecto campo, el reutemismo asoma como un rival de cuidado para el oficialismo binnerista en Santa Fe, y también para las fuerzas K. En este sentido, los allegados al senador provincial y próximo presidente del peronismo santafesino, especulan que podría tener dos destinos políticos trascendentes: una candidatura privilegiada en la lista de diputados nacionales, o la íntimamente deseada postulación a la Intendencia local. Si esta última fuera la decisión, o así lo impusieran los acontecimientos, Spinozzi necesita disponer de su propia estructura política para ir en busca del Sillón de Aufranc -su padre lo había intentado sin éxito en el ’87-, pues ya no contará con el apoyo de un scottismo que apostará fuerte por la reelección de Freyre. En los últimos días, las fuertes críticas del diputado provincial Jorge Lagna -enrolado en el proyecto spinozzista- que hicieron blanco en el intendente Freyre por el emplazamiento del futuro hospital en Comandante Espora y Santa Fe, mostraron el deterioro de los vínculos entre ambos sectores.
Todas estas hipótesis rumbo a 2011 tendrán sus primeras manifestaciones a partir del año que viene, cuando los venadenses deban elegir una decena de diputados nacionales y cinco concejales, en reemplazo de los socialistas Roberto Meier y Oscar Pieroni, de los justicialistas Miguel Pedrola y Patricia Romero, y del radical Delfor Hernández.
En principio, el que más tranquilo debería enfrentar el próximo turno electoral es el oficialismo, que cede una sola banca -la del indescifrable Pedrola- y con sólo obtener dos, ya contaría con la mayoría de cinco ediles, que le permitiría a Poroto una gestión sin sobresaltos hasta el final de su mandato. Sin embargo, sorprendió en las últimas horas la salida del gobierno de la coordinadora de Políticas Sociales, Mónica Boladeras, una funcionaria legislativa que había obtenido una licencia para ocupar el rol que Freyre creó a su medida. Es un dato político curioso que la primera deserción del gabinete -a sólo siete meses de asumir- sea de una aguerrida porotista, y no de un sobreviviente del viejo tronco scottista, como algunos suponían, aun cuando hace pocos días el polifacético secretario Daniel Dabove estuvo con un pie adentro y el otro afuera.
En la misma línea de extrañezas se registra un resonante “ingreso” que nunca se alcanzó a concretar. Meses atrás, la ciudad asistió a un escándalo político, con recordados cruces mediáticos entre José Freyre y el edil socialista Fabián Vernetti, en la oportunidad de anunciarse la inminente incorporación del ex concejal pueblense Claudio Natali a la Intendencia. En ese entonces los scottistas sostenían que el dirigente se ocuparía de optimizar la relación de la Municipalidad con las cooperativas de Electricidad y de Obras Sanitarias, sobre todo con la primera de ellas, con los contratos de energía y alumbrado público aún pendientes. No obstante, las módicas pretensiones económicas de Natali para asumir esas responsabilidades no fueron aceptadas, según la versión más edulcorada. Más adelante, trascendió que los verdaderos motivos de la marcha atrás habrían sido las cruentas internas palaciegas, más aún desde que se divulgó la hipótesis de que Natali encabezaría el año que viene la lista de concejales de Freyre.
Otro sector que tiene las cosas más o menos definidas es el que lidera el lucifuercista Jorge Viano, que parte con la expectativa básica de retener la banca de la abogada Patricia Romero y, mientras tanto, se ilusiona con sacar una tajada de la división que podría afectar al scottismo, si es que se precipita ese fenómeno de spinozzistas con listas propias en 2009.
En el ala socialista del Frente Progresista todo es incertidumbre. Ni siquiera se conoce si Meier y Pieroni están dispuestos a pelear por la reelección. En el radicalismo las cosas tampoco están claras. Lisandro Enrico, un posible aspirante a la Intendencia en 2011, podría evaluar -como estación intermedia- un regreso al Concejo, aunque por el momento se desempeña como secretario parlamentario de la Cámara de Diputados de Santa Fe, permaneciendo la mitad de la semana en nuestra ciudad para no resentir su actividad política. Hernández, al igual que Meier, dudaría en presentarse una vez más, pues cuatro años de concejalía es poco, pero ocho años es una eternidad.
Mientras tanto, ya empezaron a sonar en los bares céntricos los retornos de encumbrados dirigentes de los años ’80. Uno de ellos es el ex concejal Carlos Gómez Tomei, que supo conducir el PDP y hoy es referente local y departamental del PRO; y el otro, vinculado históricamente a la UCR, tendría serias ambiciones de gobernar la ciudad, pero sin antes aterrizar en campos legislativos.
Desde los ’90 en adelante, era común que un año antes de las elecciones de concejales, los postulantes se adivinaran con escaso margen de error. Esta vez, el escenario electoral es un gran enigma de final abierto.
(Publicado el viernes 25 de julio de 2008 en diario El Informe)
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