El Estudio Venado Tuerto ya recorre el mundo; ahora falta que la ciudad lo haga suyo

A un mes de su presentación oficial, el Estudio Venado Tuerto 2 está proyectando sus categóricas conclusiones hacia todo el país y el exterior, colocando a la ciudad y la región en una situación de privilegio, en parte por las virtudes del trabajo científico, y en parte porque Argentina no se caracteriza por disponer de estadísticas confiables. Tanto es así que el coordinador general del trabajo, Jorge Vilariño, auguró que en un breve lapso la comunidad científica internacional adoptará el Estudio Venado Tuerto como la radiografía más representativa de la realidad de toda el área central de nuestro país. Asimismo, cabe destacar que, respecto del primer estudio -realizado en el ’98-, en esta ocasión se incorporaron prácticas más avanzadas, aprovechando el progreso tecnológico, como estudios de la edad de las arterias y del envejecimiento de la población en función de los factores de riesgo, a través de un examen genético. Sin embargo, la comparación no es tan alentadora desde el punto de vista de los resultados, como lo muestra el incremento cercano al 40 por ciento de la diabetes (8 por ciento a 10,8 por ciento), en línea con la evolución de la epidemia en todo el mundo. También la obesidad ascendió más de 35 por ciento (27 al 33 por ciento), y la hipertensión arterial, que del 35 por ciento trepó -en poco más de una década- a un alarmante 43 por ciento de la población. Asimismo, Vilariño aclaró que estos porcentajes reflejan fielmente la realidad del conjunto del departamento General López, y más aún, porque una vasta región geográfica con epicentro en Venado exhibe denominadores comunes en su estilo de vida, como alimentación rica en grasas y escasa actividad física, entre otros hábitos culturales perjudiciales.
Sobre la proyección internacional del Estudio Venado Tuerto 2, ya se elaboró una publicación inicial que viajará al Congreso Europeo de Diabetes, en Alemania, y en breve, un resumen del trabajo será enviado al Congreso de la Sociedad Americana de Cardiología, a realizarse en noviembre próximo en Los Angeles (Estados Unidos). Además, las conclusiones completas serán publicadas por la prestigiosa revista norteamericana American Journal of Medicine, que “sólo tiene en cuenta los trabajos que cumplen con los estándares internacionales de calidad, tanto en exámenes médicos a pacientes voluntarios, como en la metodología de confección de los datos estadísticos”, subrayó el cardiólogo. Además, el estudio podría competir por el premio “Pedro Cossio” de la Sociedad Argentina de Cardiología, en virtud de cualidades que, desde el vamos, lo proyectan como un modelo a imitar en otros puntos de la Argentina, con el objetivo de cotejar periódicamente las distintas problemáticas regionales.
Hasta hace poco tiempo se estimaba que el explosivo crecimiento de la “epidemia melliza” (diabetes y obesidad) era patrimonio de los países desarrollados (Europa y Estados Unidos), pero el contundente Estudio Venado Tuerto 2 demuestra que en los países emergentes latinoamericanos se vislumbra esa misma tendencia global, que se suma, desde otros orígenes, al inusitado fenómeno de China, donde la adopción de hábitos del sistema capitalista están haciendo estragos en la población, con sus efectos de escandaloso aumento de los niveles de obesidad y diabetes. “No había en países latinoamericanos ningún estudio promovido con tanta seriedad científica y, más aún, con la posibilidad de comparación; por eso el Estudio Venado Tuerto causó tan favorable impresión”, aseguró Vilariño.
Junto con la propagación nacional e internacional del Estudio Venado Tuerto 2, un orgullo para todo el sur santafesino, asoman dos desafíos para los promotores del trabajo y las autoridades de salud pública. Por un lado, como lo propuso el bioquímico Adolfo Fox, se requiere la institucionalización del proyecto, para que sobreviva a sus mentores originales, garantizando su continuidad en el tiempo. Ese planteo fue tomado por el intendente José Freyre, y hasta se insinuó la posibilidad de crear una Fundación (con intervención estatal y de organismos privados) para que, con independencia del político de turno, el Estudio Venado Tuerto se convierta en una referencia nacional acerca de la evolución de los factores de riesgo cardiovascular, como se soñaba en los albores del programa, con el recordado Carlos Cobeñas como coordinador general, bajo la presidencia de Hernán Roma en el Centro Regional para el Desarrollo del Sur de Santa Fe. Por otro lado, es urgente diseñar una estrategia de cambio, como lo definió Vilariño, que abarque a toda la población: a los niños y adolescentes, para que adopten hábitos saludables desde temprana edad, y a los adultos y ancianos para que concurran a controles médicos y modifiquen sus rutinas, incorporando una alimentación saludable y abandonando el sedentarismo. Además, el coordinador destacó la construcción de algunas bicisendas y pistas de caminata en Venado (aunque falta mucho por hacer), y planteó que una medida indispensable es el lanzamiento de campañas masivas de divulgación para enseñar a comer mejor e incentivar la actividad física. Y valorizó el ejemplo de Ferrara, una localidad de más de 100 mil habitantes del norte de Italia, que hizo un trabajo similar hace unos 10 años, y en función de sus conclusiones, diseñó un modelo de “ciudad saludable”, a partir del acuerdo de todos los sectores, y cuyos beneficios -en extensión y calidad de vida- ya están a la vista.









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