-La Provincia está
casi a la defensiva por la delicada situación económica, con opositores que
culpan de la crisis a la gestión de Hermes Binner, ¿ustedes cómo evalúan este
presente?
-
Hay que ser justos y reconocer que el gobierno del Frente Progresista hizo una
gran recomposición salarial a más de 120 mil agentes públicos, cuyos ingresos
entre 2007 y 2011 crecieron más de 10 puntos por sobre la inflación; se pagaron
juicios históricos a bancarios y policías; y se emprendió obra pública en todo
el territorio. Asimismo, Santa Fe es la
única provincia que no está endeudada con
- La emisión de
letras y la reforma tributaria son herramientas que ya están en marcha…
-
Sí. Ya se aprobó en Senadores la emisión de letras por 556 millones de pesos
para afrontar obligaciones en el corto plazo y salir del ahogo. Además, el
mensaje del Ejecutivo por la reforma tributaria ya está en Senadores, y su
mayor virtud es propiciar una mayor equidad en la base contributiva de los
santafesinos. El concepto clave es que debe
que pagar más el que más tiene, y los que se dicen progresistas tienen que
manifestarlo en sus posiciones en
- ¿Qué opina sobre la
tensión que se vive en Firmat entre el gobierno del Frente Progresista que
lidera Leonel Maximino y la mayoría opositora del PJ en el Concejo?
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Yo siento que hay mucha ignorancia política de los cuatro concejales del
justicialismo, que si bien pertenecen a tres sectores internos distintos, en los temas fundamentales se comportan de
la misma manera. En primer lugar, caen en el error conceptual de creer que
porque ganaron una elección legislativa por 200 votos, que les dio un concejal
más a ellos y uno menos a nosotros, tienen facultades para gobernar, cuando es
obvio que la misma sociedad firmatense honró con esa responsabilidad a Leonel
Maximino. Ellos mismos admiten que su
estrategia es erosionar la figura del intendente. Y la ciudadanía condenará
esas mezquindades en las elecciones de 2013.
- ¿Se desbordó la
cuestión de la inseguridad?
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Acepto que están faltando hechos políticos concretos del gobierno provincial, pero
no hay que olvidar que durante más de 20 años hubo una política de dejar hacer y dejar pasar en el área de
seguridad, supliendo malos sueldos
policiales con libertades para pactar con el narcotráfico y la prostitución.
Por eso creo que, más allá de la mejor formación del personal policial o de una
adecuada provisión de móviles, armamento y pertrechos, hace falta una férrea conducción política de la fuerza, porque si
no, se incentiva la connivencia entre los que tienen que controlar y los mercaderes
de estupefacientes, con mucho dinero de por medio. A estas alturas, considero
que la sociedad debe pensar seriamente en avanzar hacia la despenalización del consumo y, tal vez, la liberalización de la venta,
como lo trataron los presidentes en la Cumbre de las Américas. Quizá sea el único camino, luego de tantos
fracasos, para cortar el vínculo de la droga con las mafias. El que tenía
el dinero para proveerse, lo seguirá teniendo, y del resto, sobre todo de los
menores, se tendrá que ocupar atentamente el Estado, para darle una contención
y evitar que se asocie al pequeño delito para financiar su adicción.
- En el plano
nacional, ¿cómo se para el PDP ante la expropiación de las acciones de Repsol
en YPF?
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El proyecto oficialista resume el
estruendoso fracaso de la política energética nacional, que ya se presumía
con la creación de Enarsa, que sirvió para pagar suculentos honorarios a sus
directores y hacer negocios de importación de combustibles. Yo entiendo que la
mayoría de los argentinos celebre esta decisión, como resultó doloroso para la
mayoría cuando se privatizó YPF, pero no se puede dejar de observar que los actores
de hoy son los mismos que en los ’90, incluyendo a los Kirchner en Santa Cruz,
festejaron la privatización; los mismos que en este gobierno convalidaron el
vaciamiento de la petrolera; y los mismos que ahora le expropian a Repsol y
salvaguardan a sus amigos, los Eskenazi (Grupo Petersen). Así que la evaluación
final habría que hacerla en seis meses, o un año, porque las formas utilizadas
y los personajes involucrados (como el interventor Julio De Vido), despiertan
más sospechas que ilusiones.