El secretario parlamentario Lisandro Enrico fue uno de los dirigentes del radicalismo local con más protagonismo en las negociaciones que desembocaron en la lista de unidad denominada “Diálogo por Venado”. Admitió que el “efecto Alfonsín” contribuyó al consenso y definió que Carlos Díaz Vélez es la figura adecuada para encarnar la “transición”. El ex concejal subrayó que en las primarias le disputarán al socialista Roberto Meier el liderazgo de la oposición. “Hace falta una actitud más crítica”, dijo Enrico, augurando que las generales podrían confirmar que el gobierno de José Freyre “está perdiendo la confianza de la gente”.
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- ¿Se cumplieron las expectativas en esta primera etapa?
- Estoy muy satisfecho con esta lista única en el esquema del Frente Progresista. Fueron necesarios innumerables diálogos entre las distintas corrientes internas para conciliar una nómina de candidatos que contuviera a todos. Por eso hoy, después de tanto esfuerzo, valorizamos este consenso, reforzado con la presencia del Partido Demócrata Progresista.
- ¿Carlos Díaz Vélez era el candidato apropiado para el consenso?
- Sí, las circunstancias exigían, en primer lugar, que el partido fuera unido a las primarias, y luego, que el primer postulante representara a todas las líneas internas por igual, a partir de un perfil de neutralidad y amplitud. Díaz Vélez, que fue concejal entre el ’83 y el ’85, cumple con esos requisitos.
- ¿Cuánto influyó el fenómeno popular desatado a partir del fallecimiento de Raúl Alfonsín?
- Contribuyó mucho en el ánimo de los radicales, porque la demanda de unidad existía desde hacía tiempo, pero siempre surgían intereses grupales que la postergaban. Sin embargo, con el mensaje que entregó el pueblo argentino tras el fallecimiento de Alfonsín, todos los dirigentes de la UCR recapacitamos y nos dispusimos a hacer un último esfuerzo, muy cerca del cierre de los plazos. Así fue como el viernes 3 se restableció la precandidatura de Díaz Vélez y el lunes 6 Delfor Hernández resignó su postulación para propiciar el consenso.
- ¿Esta unidad puede ser el punto de partida para recobrar la jefatura de la oposición?
- En los últimos años esa responsabilidad la ejerció el concejal Roberto Meier, primero desde Pueblo y luego desde el socialismo, pero las cosas no funcionaron. Quizás el electorado no visualizó a Meier como una alternativa al grupo gobernante, y hasta se lo identificó con un excesivo acercamiento a (Roberto) Scott y (José) Freyre. Ahora, desde este marco de unidad, la UCR asume el desafío de liderar un armado político opositor, pero jamás desde una perspectiva hegemónica, sino con un espíritu frentista. Y para esto es indispensable instrumentar en breve una instancia institucional de debate y acuerdo entre todos los sectores del Frente Progresista en Venado.
- Las expresiones de Oscar Pieroni, en referencia a un pacto de la UCR con Meier para “proscribirlo” de una alianza, ¿afectarán el objetivo de mejorar esas relaciones internas?
- Yo entiendo el disgusto de Oscar, pero el único compromiso que asumimos con Meier -cuando se desarmó la negociación entre su sector y el nuestro- es que ninguno interferiría en las internas del otro partido, dado que las primarias servirán para ordenar la lista del Frente Progresista y luego, entre todos, tendremos que enfrentar al oficialismo en septiembre. Se trató de un acuerdo para transitar una primaria en paz, pero sin imaginar que podría despertar esa reacción en el grupo de Pieroni. Tal vez unos días antes podría haberse contenido ese sector en la alianza UCR-PDP, pero tan cerca del cierre ya no teníamos margen.
- Recuperar el liderazgo opositor implica derrotar a Meier en las primarias, ¿están en condiciones de producir ese suceso político?
- Insisto en que el ciclo de Meier como conductor de la oposición está en discusión, y en breve podría ocurrir que ese rol lo recupere el radicalismo, aunque eso no significa que deba excluirse a Roberto del Frente Progresista. Es posible que, así como nosotros lo apoyamos en la elección de intendente de 2007, en las próximas generales sea la UCR quien encabece la lista. Pero Meier no es el enemigo a destruir, sino un adversario interno más, al que intentaremos superar en las urnas para modificar el perfil opositor, y luego reunirnos, con él y los restantes sectores, para ganar las generales.
- Antes aludió a cierta complacencia de Meier respecto del oficialismo, ¿esa valoración significa que un radicalismo al mando de la oposición adoptaría un perfil más crítico?
- Sí, sin dudas. Por el bien de la ciudad tienen que irrumpir concejales que actúen como rigurosos fiscalizadores. Es el disenso el que enriquece las políticas públicas, y no el sí fácil a las propuestas de la Intendencia. El opositor no tiene que dedicarse a cogobernar, porque esa función le impide tomar la distancia necesaria para controlar la gestión y confrontar proyectos. A mayor equilibrio de poderes, mayor profundidad en el debate y mayor calidad democrática.
- ¿Sorprendió el oficialismo con una lista compuesta por secretarios municipales?
- Está claro que el intendente prescindió de la ayuda de otros sectores y decidió impulsar una lista auténticamente porotista, aun a riesgo de que la ausencia de figuras de renombre pueda resentir su caudal electoral, más aún cuando ya se percibe que el período de encantamiento con Freyre está dejando paso a la demanda ciudadana de respuestas concretas. Además, la gente interpreta que no transitamos el primer mandato de José, sino el cuarto del scottismo, y esa lectura puede acelerar el reclamo y el desgaste. Hasta hace un tiempo, pocos dudaban de la reelección de Freyre en 2011, pero hoy es notoria la pérdida de confianza en este gobierno, y esa necesidad de renovación podría demostrarse en esta próxima elección.
(Publicado el lunes 13 de abril de 2009 en diario El Informe)
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