La apuesta scottista a una campaña bicéfala

A poco menos de dos meses de las elecciones primarias, abiertas, obligatorias y simultáneas del 1 de julio, casi todos los precandidatos a intendente se cuidan de apresurarse en el lanzamiento de las campañas, aunque en esta supuesta pasividad también interviene un ingrediente económico, pues el que comience ahora tendría que sostener el desembolso por cuatro largos meses, al menos los que estén decididos a involucrarse hasta el mismísimo 2 de septiembre de las elecciones generales.
En esta carrera, que aún no desembocó en la recta final, el oficialista José Freyre les sacó cierta ventaja a sus competidores, cabalgando a la par de Roberto Scott en una suerte de campaña bicéfala, con un doble protagonismo que pretende contener a todo el scottismo y sus alrededores y, al mismo tiempo, absorber una porción del electorado independiente, más aún desde que trascendió el rumor de un reagrupamiento del peronismo no scottista después de las primarias, a través del presunto apoyo de los rossistas Oscar Barotto y Julio Eggimann, al también rossista Jorge Viano, que se despegó en forma temporaria del PJ para postularse al Sillón de Aufranc por el debutante Frente Venadense.
¿Cuál sería el sentido estratégico de la campaña bicéfala? Scott y Freyre saben que, individualmente, no contienen todo el caudal de votantes que necesitan para retener el poder político municipal. Tampoco puede asegurarse que, juntos, lo consigan, pero al menos habrán de intentarlo. En este sentido, contrastan dos teorías en el oficialismo: la triunfalista, que descansa en la supuesta infalibilidad de Scott (“… lo que el Mago toca con la varita se convierte en oro”, se entusiasma su corte de adulones); y la racional, que elucubra cada uno de los pasos a partir del peor de los escenarios posibles: un Frente Progresista abroquelado en las generales, situación que obligaría al scottismo a superar una línea de cerca de 15 mil votos. He aquí los promotores de la campaña con dos cabezas. Por un lado, la del propio Scott, convocando a plebiscistar la gestión y dispuesto a bendecir la continuidad de la mayoría de sus colaboradores en un hipotético gobierno porotista, junto con el consecuente refuerzo de su figura mediante incomprobables ofrecimientos de candidaturas provinciales que luego terminan esfumándose. Inteligente la operación, de todos modos. Nadie más debilitado que quien está a punto de ceder el Sillón y la lapicera. Por eso, el intendente Scott intercala las promesas de retirarse de la política para cuidar los nietos, con oportunas demostraciones de poder ante los suyos.
Por otro lado, junto con la de Scott, asoma la cabeza de Freyre, intentando desactivar con su sola presencia, dialoguista y afable, las innumerables hipótesis de conflicto abiertas por su suegro en la ciudad, sobre todo con el Concejo y las cooperativas de servicios públicos. Claro que, a pesar de sus virtudes personales, sin margen para ejercicios autocríticos, Poroto corre el serio riesgo de acabar justificando las peores prácticas del scottismo -incluso las reñidas con la transparencia en la función pública- cuando la evolución de la campaña lo coloque en la incómoda situación de enfrentar las críticas opositoras en nombre del gobierno municipal.

Enrico, al ataque
La complementariedad entre Scott y Freyre no se visualiza en la formación del Frente Progresista, donde el pueblense Roberto Meier y el radical Lisandro Enrico, sólo coinciden en cumplir el pacto tácito de no agresión, al que también suscribieron los referentes de las otras cuatro fuerzas integrantes de la coalición opositora.
Al igual que Freyre, Meier dejará la función legislativa durante junio en manos de Marta Salas para dedicarse por entero a la campaña electoral. En cambio, Enrico dijo que privilegiará la tarea legislativa, continuando al mismo tiempo con su tarea proselitista, aun cuando sus allegados admiten que el Pibe se resiste a la licencia para no dejarle la banca a Miriam Carabajal, su escolta en las legislativas municipales de 2003, que no pertenece a su sector. En tanto, sigue adelante con sus afiches y ahora también con jingles, en contraste con la absoluta calma reinante en las filas pueblenses. No satisfecho con el alto perfil propagandístico, Lisandro insiste en promover un debate público con Freyre como contrincante, salteando la interna y mostrándose en este arranque con más poder de fuego que Meier. Como corolario de la semana a punto de culminar, el radical frentista reclamó al supersecretario que, además de tomarse licencia del cargo en junio, se tome licencia también en el uso de los dineros públicos para la campaña. Durísimo. Tan duro en la denuncia que se desprende una pregunta: ¿Se mantendrá en el curso de la campaña semejante diferencia de criterios entre el belicoso Enrico y el imperturbable Meier? En principio, no sería prudente tanta disparidad entre dos referentes que, ya en la noche del domingo 1 de julio, deberían mostrarse juntos ante los venadenses para emprender desde la mañana siguiente, cualquiera sea el ganador de la interna, la batalla final por la Intendencia.
Es cierto que Lisandro tendría que descontar la ventaja que se le atribuye al Tío Meier en algunas encuestas, y para ello está poco menos que obligado a este despegue precoz y combativo. Pero, incluso así, los binneristas vernáculos estarán en problemas si no coinciden en la estrategia de confrontación con el oficialismo y, en particular, con su empinado postulante. Desde el vamos, habría un acuerdo en ciernes para desarrollar una interna donde el adversario de Meier no sea Enrico y el de éste no sea aquél, sino que el rival de ambos sea, desde ahora nomás, el precandidato scottista. En este sentido, y de conservarse las tendencias de ambos líderes, ¿se dirimirá en la interna qué estilo de oposición prefieren los venadenses para destronar al scottismo?
Tanto Meier como Enrico ya sufrieron dolores de cabeza con la reciente elección del presidente del Concejo, y debieron resignarse al capricho del azar, que les fue esquivo. En este próximo turno, donde es un intendente el que se elige, ya deberían saber que a la suerte hay que ayudarla.

(Publicado el viernes 4 de mayo de 2007 en diario El Informe de Venado Tuerto)

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