Freyre podría padecer una campaña opositora de estilo scottista

En la interna más convocante de las que se disputarán el domingo 1 de julio, la del Frente Progresista, se perfilan dos estilos antagónicos: el del pueblense Roberto Meier, manso y tranquilo; y el de Lisandro Enrico, sanguíneo y beligerante. El de Meier, más afín con el sosegado precandidato oficialista José Freyre; el de Enrico, comparable con el vehemente Roberto Scott. No se trata de poses de campaña, pues ni Meier ni Enrico se alejaron de sus prácticas políticas habituales. Mientras tanto, desde hace una semana, flota en el ambiente el interrogante planteado en este mismo espacio: “… ¿se dirimirá en la interna qué estilo de oposición prefieren los venadenses para destronar al scottismo?”
Sin embargo, en una campaña donde los precandidatos a concejal parecían relegados a un segundo plano, también el viernes, el pueblense Fabián Vernetti sorprendió a propios y extraños con sus declaraciones contra la administración municipal, alineándose -en el tono combativo- con el discurso de Enrico. En principio, la mayoría interpretó que había sido una réplica aislada al ataque previo del propio Scott, que había descalificado al secretario meierista con duros términos, al tiempo que objetaba al barbado líder por no promover la reelección de Claudio Natali. Sin embargo, la novela tendría nuevos capítulos. El mismo lunes, aún con la pantalla caliente, la que reaccionó fue la concejala Bibiana Pieli, quien tal vez haya revelado, sin quererlo, cuál es el estilo de campaña que más le duele al scottismo. De otra manera, no tenía sentido que la hermana del director de Cultura se deshiciera en elogios a Meier para denostar al director de la revista cultural Lote. “Meier tiene códigos y nunca tuvo un estilo de confrontación (…) esta línea que representa Vernetti nada tiene que ver con la de sus compañeros”, reforzó Pieli, que en un súbito rapto de verticalismo meierista se introdujo en una interna ajena. Pero, ¿qué línea representa Vernetti? ¿Desde cuándo tanto temor a la confrontación? ¿Desconoce la edila que, con ese estilo, el intendente Scott gobierna desde hace más de una década?
En rigor, la precandidata a la reelección no hizo más que reproducir lo que tantas veces deslizaron en voz baja las segundas líneas del oficialismo: “La actitud de Meier es demasiado constructiva como para hacernos daño”. También desde otras expresiones de la oposición hicieron fila en su momento para recordarle al Tío sus contemplaciones con el scottismo. “Nosotros, desde el Concejo, debemos cogobernar”, respondía, dispuesto a poner la otra mejilla, el jefe pueblense, inmutable a pesar de la gravedad de las críticas.

Lo que quiere la gente
Es posible que en una campaña de estilo propositivo, el oficialismo obtenga más ventajas sobre el conjunto de la oposición, pues, propuesta por propuesta, desde el control de la estructura municipal, el scottismo está en condiciones de llevar a cabo lo que el resto apenas puede prometer. Incluso, la promesa resulta más confiable lanzada desde el poder que desde el llano. Ni hablar de los recursos para practicar un clientelismo que se exacerba en cercanías de los comicios. ¿Cómo sobresalir en la elaboración de un plan de gobierno si la mayoría de la gente no cree en sus contenidos, tantas veces olvidados, o ni siquiera los lee?
Estos fenómenos políticos los interpreta mejor que nadie nuestro conocido Roberto Scott, quien dedicó su breve incursión legislativa (1993-95) a destruir las figuras -ya desgastadas por entonces- del intendente Ernesto De Mattía y del gerente general del BID, Roberto Cataldi. Scott, que siempre despreció el Concejo -si por él fuera no existiría, como lo blanqueó su ladero Gustavo Giner-, utilizó la banca para despedazar a la Intendencia, sin importar ninguna otra consideración ética ni institucional. ¿Perverso? Tal vez. ¿Pragmático? Seguro. En campaña proselitista, como en la función pública, Scott no se apiada de nadie. Hasta convocó a “echar a patadas” de Venado a Hermes Binner, con el cual su yerno debería convivir por cuatro años a partir de diciembre, si es que ambos resultan favorecidos por la voluntad popular. Pero, tranquilidad, o resignación, porque no somos los venadenses los únicos fascinados por este formato de campañas agresivas. Un reciente análisis del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría estableció que en la última elección presidencial norteamericana “los mensajes negativos tienen un nivel de recordación de 7 a 1 respecto a los positivos”. Sin ir más lejos, nada dio tanta popularidad a la precandidata a vicegobernadora por el Frente Progresista, Griselda Tessio, como la denuncia de un posible fraude electoral por parte del gobierno obeidista. Los denominados mensajes negativos se basan en la crítica furiosa al oficialismo de turno, al más puro estilo scottista, en lugar de depositar las expectativas exclusivamente en un cúmulo de propuestas que, según los teóricos, hoy no seducen al electorado. Hasta ahora, el radical Lisandro Enrico, el lucifuercista Jorge Viano, y hasta el rossista Oscar Barotto, son los más duros con el gobierno scottista. Meier, a pesar de Vernetti, aparenta seguir fiel a su impronta gandhiana, y Delfor Hernández, en sintonía con sus correligionarios provinciales de la UCR no frentista, vive una etapa de idilio con el PJ.
Aunque Scott haya decidido el retiro, siendo el postulante a la sucesión un discípulo suyo, y número dos del gabinete, el carácter de la elección municipal podría volcarse hacia una suerte de plebiscito de la gestión. Si así fuera, más allá de las cualidades de las propuestas, en los cómputos finales influirá la valoración de los votantes sobre estos largos años de gobierno scottista. También en este terreno se disputa una batalla decisiva, pues mientras Freyre saldrá a defender con uñas y dientes las realizaciones oficialistas, los opositores tendrán que convencer a la ciudadanía de que no hay motivos para renovarle la confianza a esta administración. No está del todo establecido con qué armas lo intentarán, pero sí parece haber quedado en evidencia que el scottismo prefiere una campaña pacífica, sin confrontaciones ni denuncias altisonantes, aunque en ello niegue la propia naturaleza de su mentor.


(Publicado el viernes 11 de mayo de 2007 en diario El Informe de Venado Tuerto)

2 comentarios:

soldemayo dijo...

Exelente análisis, Juan, uno de los más lucidos, se respira política en el momento que más falta hace. Coincido con el enfoque que propone Verneti, no es confrontación, es poner blanco sobre negro, tenemos que ubicar objetivamente el debate.

Manuel dijo...

Juan, qué se hizo de la columna lateral donde chismes y etcéteras de la política vernácula quedaba retratada? Adónde voy ahora? Estoy desorientado... Quién se llevó mi patito de hule? Cuando va a parar el Ciclón? El XXI está perdido...