Un embargo político, 35 votos cantados y tres indecisos bajo fuertes presiones

El Concejo había mostrado rapidez de reflejos la semana pasada rechazando la judicialización iniciada por el Departamento Ejecutivo con el embargo a las cuentas de la Cooperativa de Obras Sanitarias. Pero, en la última sesión, los ediles opositores no obraron con idéntica convicción para forzar la convocatoria al tribunal de conciliación que el contrato de concesión contempla para zanjar las controversias entre las partes. Ahora se aguardan sendos informes, tanto de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad como de la Cooperativa, al tiempo que se programa una reunión con la Comisión Auditora del “Fondo de previsión para la cancelación de deudas de la obra de agua potable”, que integran los oficialistas Gustavo Giner, Daniel Dabove y José Freyre. Mientras tanto, si bien se sustituyó el objeto del embargo -ahora son los depósitos a plazo fijo y no los fondos disponibles-, la causa judicial impulsada por la Intendencia sigue abierta. En este sentido, el scottismo se salió con la suya, consiguiendo llegar a la asamblea general de delegados del martes próximo con fuertes presiones sobre los Vecinos. “Si ganara Unidad, el embargo se levanta al otro día”, observó un edil opositor, graficando el trasfondo político de la medida. Es cierto que las autoridades sanitaristas demoraron excesivamente el pago de la tercera y última cuota del adelanto global de 2,1 millones comprometido para cancelar deudas, pero hay otras realidades que atender cuando se trata de una cooperativa de servicios públicos que está haciendo esfuerzos enormes para consolidar -con recursos propios- el complejo sistema de agua potable. Este ensañamiento del Departamento Ejecutivo, demostrado en la pretensión de triplicar la deuda de capital con intereses y punitorios (a pagar por los socios de la COS), contrasta con el estilo almibarado que el intendente Scott suele dispensar a empresas y profesionales foráneos que desembarcan para prestar servicios vinculados al gobierno municipal.
Esta embestida con tufillo electoralista complica aún más los preliminares de la asamblea del próximo martes, donde el flamante cuerpo de delegados designará por lista completa las autoridades de la empresa para el próximo período.
La lista Unidad, que había obtenido 17 delegados en las asambleas electorales, ahora suma 18, como consecuencia de la renuncia por razones personales de un delegado de los Vecinos, que en el acto fue reemplazado en su distrito (según lo establece el sistema D’Hont) por el scottista José Mariné, de Unidad. Por su parte, la alianza de Vecinos y Luz y Fuerza, que originalmente acumulaba 17, si bien perdió un soldado por la citada renuncia, lo recuperó con la incorporación de Guillermo Morel, el único de los cuatro delegados de la lista Renovación (socialistas y pueblenses) que ya confirmó su adhesión a la impensada concertación. Tanto es así que el abogado se candidatea para síndico titular. De este modo, son tres los delegados renovadores aún indecisos: Juan Moscoso, Martín Lüders y Violeta Alvarez. Esta última sería la más afligida por las fuertes presiones desatadas en los últimos días. Se trata de una mujer bastante mayor, tal vez incluida en la lista sin imaginar que ese voto, en virtud del sistema proporcional, adquiriría semejante tasación en el mercado electoral. La señora Alvarez estaría sufriendo tironeos desde todos los sectores, para que vote, para que falte, para que se abstenga, para que renuncie. “Está muy asustada, superada por las circunstancias”, reveló uno de los referentes renovadores, desconfiando de su asistencia a la asamblea del martes.
El delegado de mayores responsabilidades políticas del trío es, sin dudas, el ex concejal Juan Moscoso, que dudaría entre apoyar a los Vecinos y Luz y Fuerza (alianza donde milita el también socialista Morel) o reforzar el abstencionismo que pregona Roberto Meier, tentado desde el vamos a facilitar el triunfo de Unidad. No obstante, la decisión orgánica pueblense se definirá en la reunión partidaria de mañana. Tanto Moscoso como Martín Lüders, el delegado más afín a los meieristas, aguardarán esa resolución, pero no necesariamente se atarían a ella. Con el supuesto 18 a 17 a favor de la coalición de scottistas, “12 de Junio”, históricos y empleados sindicalizados en Obras Sanitarias, sumado a la previsible abstención de Alvarez, Moscoso y Lüders saben que, para ellos, abstención o voto en blanco, equivale a otorgarle el poder a la lista de consejeros liderada por Oscar Demarchi y Vicente Vivas. En tanto, desde la perspectiva de la militancia socialista y pueblense, se avistan dos elementos que habrían aumentado las chances de los devaluados Vecinos: 1) El salvaje embargo scottista a las cuentas de la COS; y 2) La decisión lucifuercista de apoyar la continuidad sin pedir consejeros a cambio.
También estaría influyendo el presidente del radicalismo, Lisandro Enrico, socio de Moscoso en el Frente Progresista, Cívico y Social, y ferviente defensor del acuerdo de Vecinos y Luz y Fuerza, aunque ese súbito interés colisiona con su renuncia pública a intervenir activamente en las elecciones de delegados.
De la resolución de todas estas cuestiones depende el resultado final de la asamblea, que por ahora es incierto. Cualquiera de las listas está en condiciones de imponerse, sin descartar una emotiva paridad en número de delegados.
Que el martes cada uno vote según sus íntimas convicciones, que no haya más apretadas, que no se judicialice la asamblea, que los delegados sepan convivir en la diversidad, que los perdedores no se juramenten hacerle la vida imposible a los vencedores. Que después de tantos ruegos y plegarias… se hagan los milagros.

(Publicado el viernes 20 de octubre en diario El Informe de Venado Tuerto)

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