Oficialistas y macristas, los grandes ganadores de la elección general

En una pugna tan pareja como lo presagiaban los guarismos de las internas del 2 de agosto, el Partido Justicialista se impuso al Frente Progresista, Cívico y Social por menos de 200 votos en la renovación de las cinco concejalías venadenses (11.838 sobre 11.654), ratificando con esta relativa polarización la hipótesis de que había, después de las internas, cuatro bancas fuera de discusión en la ciudad: las de los oficialistas Germán Mastri y Liliana Rostom, y las de los binneristas Carlos Díaz Vélez y Roberto Meier. Al mismo tiempo, ni siquiera las encuestas de los últimos días desmentían la suposición generalizada de que la quinta banca se disputaría entre los dos grandes sectores, es decir la vianista Patricia Romero (PJ) y la socialista Rosana Bellatti (FPCyS). Pero la gran sorpresa la dieron las fuerzas debutantes de César Merino (PRO), con 4.823 votos, que conquistó la celebérrima quinta banca, y de Martín González (Proyecto Sur), con 4.183, que quedó muy cerca. Si bien se esperaba que ambos candidatos superaran el caudal de agosto -se habían presentado en sus respectivas internas con lista única-, nadie imaginaba que los macristas triplicarían su cosecha, ni que la duplicarían los referentes locales de Pino Solanas. Asimismo, estos resultados son más meritorios aún con el 63,7 por ciento de votantes, ya que las bajas concurrencias electorales suelen beneficiar a los dueños de los aparatos más robustos. Pero la campaña de Merino fue muy astuta y oportuna, no sólo por simplificar el discurso en un contexto de desinterés ciudadano, sino por el fuerte alineamiento del candidato local con las figuras nacionales de Unión-PRO, como Mauricio Macri y Francisco De Narvaez, incluyendo en la estrategia la reciente visita a la ciudad del jefe de los diputados nacionales del macrismo, Federico Pinedo. Es que, en los últimos tiempos, estos dirigentes encarnaron la más dura oposición al gobierno de Cristina Fernández, cuya imagen en Venado está por el piso desde el conflicto con el campo, y eso podría haberlos ayudado. Sin embargo, sería un error adjudicar el éxito de Merino exclusivamente a las virtudes del marketing político y a las eventuales represalias locales contra los Kirchner, porque desde el retiro de Roberto Scott la ciudad carecía de una variante de centro-derecha, y el PRO surgió como una opción para ocupar esa vacante.
Aunque es imposible dimensionar la influencia de cuestiones nacionales en elecciones locales, anoche mismo se deslizaron las primeras críticas de los radicales a sus aliados socialistas por haber apoyado en el Congreso a los Kirchner en el proyecto de ley de medios, alegando que el Frente Progresista venadense pagó un costo político por esa actitud. Sin embargo, los binneristas, que perdieron más de 4 mil adhesiones respecto de las primarias, también resignaron votos por izquierda, a manos de Proyecto Sur, que si bien en el orden nacional es muy crítico de las políticas kirchneristas, respaldó en la votación general de Diputados -como el PS- la iniciativa oficialista de ley de medios. No obstante, también hay motivos endógenos, y de peso, para justificar la merma binnerista, desde que los socialistas más radicalizados, y con menos vocación frentista, rechazaron votar una lista liderada por el boinablanca Díaz Vélez, y optaron por González, que se convirtió en mala palabra para los frenteprogresistas que aspiraban a la quinta banca. Mientras lo cuestionaban por haber sido funcional a la derecha (“Con los votos que nos sacó a nosotros dejó fuera a Bellatti y lo ayudó a Merino”, se escuchó en el centro de cómputos de Pellegrini al 800), el ex Izquierda Unida recibía felicitaciones, festejaba la gran elección de la lista joven y soñaba con una concejalía en 2011.
A la par de la celebración de los noveles macristas, la mayor algarabía la demostraron los porotistas, que además de triunfar en la elección legislativa, aunque sea por ínfimo margen, ya paladeaban el favorable escenario a estrenar en diciembre próximo, con una mayoría propia de cinco concejales, con la ausencia de la vianista Romero (montaron la campaña sin mencionar a la tercera candidata), y con una oposición próxima a dividirse en cuatro monobloques: Meier; Díaz Vélez; Vernetti y Merino, cada uno por su lado. Si el Frente Progresista ganaba la elección -y obtenía tres bancas-, las mieles de la victoria hubieran ocultado algunos viejos pleitos, pero en este escenario, es poco probable que el sector de Vernetti, por ejemplo, que no pudo retener la banca de Pieroni, esté dispuesto a compartir el bloque con Meier -lo culpan de la dispersión socialista-, obligando a Díaz Vélez a su propio aislamiento. Por eso, con tantas buenas noticias para celebrar, en las cercanías del Sillón de Aufranc casi nadie se percató de los casi 3 mil votos que resignó el conjunto del justicialismo respecto de las primarias. De todos modos, los pocos que tomaron nota de la declinación, la atribuyeron al menor entusiasmo de los grupos del PJ no porotistas y, por otro lado, subrayaron la influencia de la fidelidad del voto peronista; el protagonismo del intendente Freyre en la campaña; y el alineamiento oficialista con el senador nacional Carlos Reutemann. “Hoy por hoy, el Lole es más opositor que Binner, con el campo y con la ley de medios, y eso también juega”, resumió un conspicuo miembro de la mesa chica porotista.
Con el triunfo del PJ, aunque se trata de un virtual empate técnico, el porotismo luce consolidado y el vianismo deberá replantear su futuro político; en tanto, el binnerismo perdió una de las tres bancas que arriesgaba, y desde diciembre no solo se las verá con una mayoría oficialista, sino que también perderá la hegemonía opositora ante el desembarco del flamante PRO, como en los años ’80 supo hacerlo el entonces concejal del PDP, Carlos Gómez Tomei -hoy principal armador del macrismo en la región- ante el PJ y la UCR. Además, peronistas y binneristas, que colectaron casi siete de cada 10 votos venadenses, tendrán que revisar sus vínculos con la gente, no sólo por el bajísimo porcentaje de votantes -que no fue sólo culpa del clima-, sino también por la súbita irrupción de nuevas fuerzas que podrían interpretarse como el emergente de una embrionaria demanda de cambios en la política local.

(Publicado el lunes 28 de septiembre de 2009 en diario El Informe)

3 comentarios:

Manuel dijo...

Estimado Juan:
Siempre claro con los análisis.
La derecha que volcó al triunfo de Diaz Vélez es la misma que ahora colocó a Merino en el parlamento local. Suma y saldo.
Por lo demás, el sector del socialismo que perdió las internas, terminó perdiendo todo. Pero bueno, son estrategias.
Sigue siendo oportuno participar. Siempre es oportuno.
Del lado del radicalismo era lógico y razonable que no hicieran el gasto. Para qué? Para llevar dos socialistas al Concejo? Vamos. Seamos razonables. Sin con solo presentarse ya entraba Carlitos.
Ya es historia.
Se vienen buenos tiempos.
Un abrazo

lelo dijo...

Juancito,mañana cumplís el mensuario sin derramar una idea aquí...¿estás parcticando con los pañales?
lelo

Anónimo dijo...

Felíz cumpleaños Juan.

El torro.