Peretti y el Swift: No es cierto que se solucione todo cambiando de firma

El viernes último visitó fugazmente la ciudad el director de Relaciones Internacionales de Federación Agraria Argentina (FAA), Pedro Peretti, que arribó a la región para impulsar la formación de una filial de la entidad en San Eduardo. En primer lugar, argumentó sus reparos al incremento del impuesto inmobiliario rural que impulsa el gobierno santafesino. “Nosotros decimos que aumenten, pero que segmenten, que diferencien. Si es cierto el discurso del Frente Progresista, Cívico y Social, y el del Frente para la Victoria, en el sentido de que el pequeño productor es el sujeto agrario de esta etapa, entonces que no toquen a los más débiles y, por el contrario, que carguen impositivamente a las grandes explotaciones”, definió Peretti. En este sentido, el productor agropecuario de Máximo Paz recordó que el Partido Demócrata Progresista, que integra la coalición gobernante, acredita una extensa tradición de establecer impuestos al latifundio, tanto es así que ese tributo tenía rango constitucional en virtud de la reforma impulsada por Luciano Molinas en 1930, bajo la inspiración de Lisandro de la Torre; luego recordó que el Partido Socialista, desde Juan B. Justo, siempre se embanderó con la reforma agraria y la condena al latifundio; y completó destacando la posición histórica de la UCR a favor de los pequeños productores. Enseguida hizo la misma evaluación con los distintos sectores enrolados en el PJ santafesino, que apelan a discursos progresistas, y estableció: “Demuestren todo eso en la práctica, tengan el coraje político de usar el sistema impositivo para ponerle límites a la propiedad rural y así ayudar a distribuir la riqueza”. Luego de la aclaración del ministro de Gobierno, Rubén Galassi (“se van a tener en cuenta las distintas realidades del campo”, declaró), Peretti espera que los distintos sectores internos del justicialismo se pronuncien en el mismo sentido.

A segmentar

Ante una consulta, el dirigente desmintió que el presidente de la FAA, Eduardo Buzzi, hubiera pedido la suspensión de las retenciones por 180 días con motivo de la sequía, y ratificó que la entidad -próxima a cumplir 100 años- reclama la segmentación de las retenciones. “Sin dudas que en condiciones de sequía, como de otras catástrofes propias del cambio climático que nos atraviesa, quitar retenciones a los grandes productores agropecuarios implica otorgarles mayor liquidez para que salgan a alquilar los campos en perjuicio de chicos y medianos. Después de cada emergencia climática, quedan muchos menos pequeños y medianos productores, en tanto que algunos grandes se vuelven más grandes aún”, alertó. “Más allá de sequías o inundaciones, nosotros insistimos con la segmentación de las retenciones: hasta 7 mil quintales, cero retenciones; arriba de eso, retenciones escalonadas, porque eso moviliza la economía agraria de nuestros pueblos; no olvidemos cuánto aumentaron los costos agrarios en dólares, que en los últimos tiempos le restaron mucha rentabilidad a los pequeños y medianos productores”, planteó. Sobre este punto consideró que el crecimiento económico nacional no fue acompañado por una “superestructura jurídica” que imponga límites a los desequilibrios, como leyes antimonopolio, leyes de defensa de la competencia, leyes de defensa del consumidor, y con idéntico énfasis cuestionó al Gobierno nacional por postergar una y otra vez la reforma de la ley de entidades financieras, a los efectos de orientar el crédito hacia la producción. Y le recordó a la Casa Rosada que la inflación, que carcome salarios, jubilaciones y planes sociales, también se origina en parte por la cartelización que domina la mayoría de los rubros de la economía.

No hay vacas

Por último, requerido por la crisis de la ganadería, y el fuerte impacto sobre los frigoríficos, Peretti dijo que “el problema de la ganadería argentina no es ideológico, como lo planteó el Gobierno, sino biológico. Para completar el ciclo se necesitan tres años, y acá el problema es que nos quedamos sin materia prima, después de seis o siete años comiéndonos las vacas. De 72 kilos por habitante que se consumían en 2008 o 2009, hoy estamos en 52 kilos, como consecuencia de las malas políticas. Con las exportaciones restringidas y el consumo interno deprimido, la salida para muchos fue liquidar los stocks y sembrar soja”, admitió el federado. “Y en la ganadería no es tan fácil empezar de nuevo”, añadió.
"Si JBS, que es número uno en el mundo, deja el negocio en Venado Tuerto, es porque no hay más materia prima. No se le puede decir a la gente que las cosas se solucionan cambiando de firma”, sentenció. No obstante, señaló que las empresas del sector tienen que dar una solución a los obreros, porque en otro momento “la juntaron con la pala”. Y como alternativa indicó que “se necesita una fuerte inversión pública para reconvertir los frigoríficos y estimular a los productores a volcarse a la chacra mixta, alentando la producción de cerdos, que tiene gran futuro, su ciclo es más rápido y genera puestos de trabajo, aunque no debe ocurrir lo mismo que con el pollo, que registró un enorme crecimiento, pero con un 70 por ciento de la producción concentrada en cinco empresas”.


(Publicado en diario El Informe el lunes 13 de febrero de 2012)












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