Nadie lo acepta en público, pero una gran interna radical venadense se disputará, indirectamente, en el marco de la primaria del Frente Progresista, Cívico y Social, entre el precandidato a senador provincial Lisandro Enrico, por la confluencia de socialistas y radicales del sector El cambio continúa, con Antonio Bonfatti por la Gobernación, y el precandidato a intendente de Venado Tuerto, Carlos Díaz Vélez, que se presenta por la oferta puramente boinablanca que lidera el precandidato a gobernador Mario Barletta y también tiene al intendente firmatense Carlos Torres en competencia directa con el secretario parlamentario. Aun cuando Enrico y Díaz Vélez no disputan el mismo cargo, el futuro del radicalismo local y regional quedará marcado por el resultado de esta interna que se avecina. En su plan de campaña, Torres priorizó un insistente desembarco en Venado, timbreando casa por casa, en busca de descontar la evidente adversidad de enfrentar a rivales oriundos de la ciudad que cuenta con el 40 por ciento de los electores del departamento General López (no sólo Enrico, sino también el socialista Roberto Meier y el demoprogresista Juan José Angelini). Y en esta perseverante recorrida, Torres desanda las calles junto que incluye, entre otros, al precandidato a diputado provincial hughense Maximiliano Pullaro, y a los aspirantes al Concejo local, Daniel Di Lena y Chano Puyrredón. Por su parte, Enrico, con un alto nivel de conocimiento en Venado Tuerto, en virtud de ocho años de concejalía y el posterior salto a la Provincia a fines de 2007 para desempeñarse en la Secretaría Parlamentaria de la Cámara baja, está recorriendo, una por una, la treintena de localidades del interminable General López, en varias de las cuales cuenta con influyentes caudillos comunales.
Como fue planteado, en esta primaria que enfrenta a Enrico y Torres, subyace la reabierta interna del radicalismo venadense, y así como Barletta se beneficia con la división de votos entre los socialistas Bonfatti y Rubén Giustiniani, los del partido de la rosa venadense, que en 2009, dispersos en tres listas, debieron resignarse al número dos de la lista luego de caer en las primarias legislativas ante la UCR, creen estar en condiciones en esta oportunidad de arrebatarle la candidatura a intendente a Díaz Vélez. Es que este último perdió la condición de síntesis de la UCR, no sólo por su respaldo explícito a Torres y el inmediato acuerdo del Movimiento de Acción Radical (MAR), en el que milita Enrico, con el binnerismo, sino también porque su oferta legislativa despliega un inocultable perfil dematiísta. Hasta poco antes del cierre de listas se sucedieron intentos para darle una impronta más pluralista a la nómina, y casi arriban a un entendimiento con la agrupación del ex concejal Esteban Stiepovich, a través del abogado Miguel Murtagh, que por un rato se erigió en el líder de la lista, hasta que el veto de arriba volteó la operación. Más tarde surgió como alternativa la también stiepovichista Miriam Carabajal, pero como escolta de Di Lena. Y esa escuálida oferta no solo no interesó, sino que indignó a los referentes del sector, que dieron el portazo, al mismo tiempo que rechazaban una invitación del socialismo pieronista para que Carabajal -a esas alturas la morocha más codiciada- fuese la número dos de Fabián Vernetti. Aun así, esos acercamientos derribaron viejos prejuicios entre dichos sectores del PS y la UCR, y despejaron el camino para futuras conversaciones.
En este escenario, el candidato a intendente Carlos Díaz Vélez deberá urdir una estrategia salvadora para evitar que su caudal electoral se limite a los nostálgicos simpatizantes del ex intendente Ernesto De Mattía, porque hoy las fuerzas de Enrico tienen más sintonía con los postulantes del PS, Oscar Pieroni, a intendente, y Vernetti, a concejal, como también se estaría dando con el grupo de Stiepovich y Carabajal, que en el programa radial que conducen en las mañanas sabatinas de FM Nostalgia ungieron al Fito como el mejor concejal de 2010. También hay otras fracciones radicales que no saltarían la cerca radical a la vista de todos, pero sí en el secreto de las urnas, en una suerte de voto castigo, y eso encierra otro enorme riesgo para Díaz Vélez. Sin embargo, el socialismo no está en el mejor momento para aprovechar las fisuras radicales porque también luce dividido, aunque no en tres, sino en dos. En este sentido, el coordinador del Nodo V asoma con buenas perspectivas para erigirse en el candidato al Sillón de Aufranc de todo el Frente Progresista, porque enfrente no estará Meier, el gran elector del sector de la última década, como en 2009, sino Manuel Herbas, un ex compañero de ruta de Pieroni en las luchas universitarias, y que con poco rodaje en la política grande tendrá la ardua misión de retener los votos a intendente del Tío, que esta vez va por la senaduría en la línea de Rubén Giustiniani, en la que nunca militó, y que hoy lo ubica en las antípodas de un binnerismo que semana tras semana estaría descontando la notoria diferencia que le había sacado el senador nacional rosarino en la provincia.
(Publicado el miércoles 9 de marzo de 2011 en El Informe de Venado Tuerto)
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