Descubierto en su desmedido afán por aparecer en la foto junto a Rafael Bielsa en la clausura del reciente Congreso de la Producción, un scottista se justificó: “¡Muerto el rey, viva el rey!”, sintetizando el triple salto mortal de la comandancia municipal, devenida súbitamente bielsista apenas el Lole confirmó que no largará la carrera por el regreso a la Casa Gris. Aunque en su fugaz visita a Venado se abstuvo de dar definiciones sobre su futuro político, Rafael (en las antípodas de su hermano Marcelo, que rechaza todas las ofertas) se mostró entusiasmado en dar pelea por la sucesión de Jorge Obeid, sobre todo si se convierte en el candidato del consenso o, mejor aún, en el bendecido por el omnipotente dedo kirchnerista.
El mismo viernes que el rosarino Bielsa desembarcaba en nuestra ciudad, el venadense Roberto Meier aparecía en el diario La Capital adhiriendo a un texto reivindicatorio de la presencia del presidente Néstor Kirchner en Rosario para inaugurar obras junto al intendente socialista Miguel Lifschitz. Los días posteriores confirmarían que una firma estampada sin demasiadas pretensiones, además de desatar ataques de histeria en la Intendencia, contribuyó a recomponer la imagen del líder pueblense, desteñida por gruesos yerros políticos en la Batalla del Samco, donde diluyó su rol opositor, refrendó tácitamente las sospechosas acreditaciones de la Comisión de Poderes Interventora y, como consecuencia, propició el fortalecimiento de un probable adversario en las generales del año próximo. Es cierto también que, con esa rúbrica pro-kirchnerista, Meier se distanció de los documentos suscriptos por socialistas y radicales, más afines -sobre todo estos últimos- a la postulación presidencial de Roberto Lavagna, pero está claro que el Tío acepta como único referente a Hermes Binner, quien sostiene contra viento y marea una astuta posición de apoyo crítico al Gobierno nacional, con la secreta esperanza de que el Pingüino Mayor se mantenga, en cuanto le sea posible, prescindente en la elección santafesina.
Quizá con la pretensión de manifestarse ante la sociedad como un político confiable para el recambio en el gobierno municipal, Meier se muestra contemplativo con la gestión del intendente y hasta ensaya algunos acercamientos (como en la Batalla del Samco), pero al altísimo costo de resentir su perfil opositor y dejar resquicios para que los ideólogos oficialistas insistan en caracterizarlo como un candidato más devoto a oficiar de furgón de cola del tren scottista que a liderar una experiencia política renovadora. En esa misma línea, el intendente atacó el kirchnerismo del Tío con irónicas declaraciones a un medio gráfico local: “El (Roberto Meier) va a ser peronista, creo que ya lo es. Yo creo que en algún momento se sumará a colaborar con nosotros; de ser así lo recibiremos y lo sumaremos a nuestro equipo de trabajo”. Ese mismo día (miércoles 9), en El Informe, un filoso Meier los golpeó donde más les duele: “El justicialismo venadense está muy atado al reutemismo y el menemismo, que representa las ideas privatistas (…) estamos más cerca nosotros (de Kirchner) que ellos (el PJ local)”.
Un Tío… como en el ‘73
La declaración del concejal Meier fue bienvenida en los agrupamientos progresistas del denominado Tercer Sector del peronismo local (ni scottistas ni lucifuercistas), que observan con inquietud los nuevos bríos reeleccionistas de Roberto Scott. Con expresiones rayanas al mesianismo, el actual intendente volvió a insinuar que se postulará para otro período, pese al protagonismo cedido últimamente al supersecretario José “Poroto” Freyre, considerado por aquellos sectores como la esperanza blanca del scottismo.
“Si José no lanza su propia agrupación, está perdido”, deslizó anoche un conocido empresario en el cóctel servido en el Parque Industrial. Tanto es así que en las últimas horas trascendió que Oscar Barotto -coprotagonista del recordado cara a cara con Scott a la salida de LT29- y el vecinalista Eduardo Pintos, estarían decididos a presentar una agrupación propia, despegándose del proyecto porotista que, paradójicamente, alberga sus principales enemigos dentro del propio scottismo. ¿Por qué? Numerosos personajes del coro estable de San Martín y Marconi verían amenazada su estabilidad en la carrera política con Freyre sentado en el Sillón de Aufranc, y es así que prefieren el abrigo de un Scott más conservador y previsible. Para ellos, salvando las distancias, es tan inviable una Cuba sin Fidel, como un scottismo sin Scott. “Nadie más que un Mago puede encuadrar este aquelarre que no tiene ideología ni estructura”, razonó un apóstol oficialista, con la mirada clavada en el horizonte, por encima de sus anteojos.
El mensaje de Barotto, Pintos y el mismísimo pingüino Julio Eggimann, ya está en la calle. Sin ley de lemas que los conserve unidos a la fuerza, algunos ni siquiera descartan una negociación con Meier, si éste se impone en las primarias. “Si vuelve a presentarse Scott, no cuenten con nosotros”, alertan. Y refuerzan: “Si arman una lista de concejales puramente scottista, nos tendrán en la vereda de enfrente (…) Se van a quedar más solos que María del Carmen Alarcón en el Congreso de la Producción del otro día”, bromeó el encanecido militante, en alusión al vacío que le hicieron sentir a la otrora figura reutemista.
Enterado de estos sucesos en las entrañas justicialistas, cuentan que Meier habría dicho, asomado al jardín de su caserón de avenida Jujuy: “Suena como música en mis oídos”, parafraseando al General. No es para menos. Los pueblenses siempre temieron que el Frente Progresista sea refractario a los peronistas progre que no se identifican con las expresiones locales del PJ, volcadas a la centro-derecha del espectro político. Pero ahora, a partir de una adhesión fortuita arrancada telefónicamente por el secretario de Cultura rosarino, Juan José Gianni, y la sospecha de otra postergación del porotismo, el concejal Roberto Meier se ilusiona con robustecer su ejército mediante la incorporación de una pata kirchnerista, algo así como la contracara de la clásica cooptación peronista.
Por su parte, los referentes del Tercer Sector, coqueteando con el Tío, cuentan con un nuevo factor de presión para que el scottismo les ceda el segundo puesto de la lista de concejales. La amenaza es brava: sin aliados internos, el scottismo perderá la Intendencia y reducirá su capital político a dos bancas legislativas. ¿Se animará el intendente a liderar una inmolación colectiva?
En tanto, la prioridad para pueblenses, radicales y socialistas es acordar cuanto antes un programa de coincidencias básicas y un pacto de no agresión que consolide al Frente Progresista como una alternativa política creíble en la ciudad. En este sentido, así como Meier debe entender que se le estrecha el margen para vincularse con el intendente, el radical Delfor Hernández tendrá que comprender que sus ataques al jefe pueblense por la adhesión a un documento kirchnerista son funcionales al scottismo que tanto condena.
Anoche, los referentes de las tres fuerzas se reunieron para evaluar estas cuestiones, y también habrían progresado en la consideración de un respaldo político frentista a venadenses interesados en participar (por fuera de las fracciones del PJ) en las próximas elecciones de comisiones vecinales y cooperativas de servicios públicos.
(Publicado el viernes 11 de agosto en diario El Informe de Venado Tuerto)
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