Hoy el intendente Roberto Scott puede jactarse de ser el referente indiscutido del sur-sur para el poder justicialista santafesino, mal que le pese a muchos de sus delfines locales. Poco después de que Rafael Bielsa escogiera sus dominios políticos, con motivo del Congreso de la Producción, para el estreno de la precandidatura a gobernador, Scott demostró que tiene una línea directa con los despachos obeidistas. Tanto era el conocimiento de las estrategias provinciales para recuperar, como sea, la administración del Hospital Gutiérrez, que las anticipó el lunes último en El Informe. Tras un diálogo con el jefe del Departamento Ejecutivo, el cronista resumió: “… el intendente evaluó que seguramente el juez no había sido informado sobre la caducidad del mandato de la anterior Junta (Ejecutiva) y que la única solución que atemperaría los ánimos sería una intervención del Ministerio de Salud provincial…”.
Apenas un par de días después, se supo que la ministra Silvia Simoncini había ordenado la intervención del Samco por 90 días, interpretando que la Junta Ejecutiva integrada por Luis Cuicchi, Pablo Longoni y Raúl Murat había concluido su mandato el 27 de julio, es decir cuatro días antes de la asamblea del 31 que ungió al triunvirato femenino liderado por Noemí Azcona, y cuyos efectos fueron suspendidos por el juez Víctor Pautasso admitiendo una medida cautelar solicitada por el jefe cegetista Jorge Viano, quien cuestionó esas designaciones por considerarlas resultantes de violaciones a la Ley Samco, sus modificatorias y garantías constitucionales.
El magistrado rufinense no sólo hizo lugar a las pretensiones de Viano, sino que dictaminó la continuidad de Cuicchi, Longoni y Murat “hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, esto es la nulificación o no de la asamblea celebrada el 31 de julio de 2006”. Sin embargo, de esta intervención provincial se desprende, en primer término, una evidente transgresión a la medida de no innovar del juez, quien habría interpretado que las renuncias de la Comisión Ejecutiva presidida por Cuicchi no se consumaron, pues ni siquiera fueron tratadas por el Consejo de Administración. En rigor, el Ministerio de Salud podría haber intervenido el Samco con absoluta autoridad apenas renunciaron los miembros de la Comisión Ejecutiva y la Comisión de Poderes. Ahora, con una resolución política extemporánea, quedó enfrentado con la Justicia.
Además, el nombramiento como interventor del jefe de la Zona VII de Salud, Tomás Tibaldi, quien había sido militante scottista en la Batalla del Samco, significa una violenta presión política sobre el juez Pautasso, que hoy tiene en estudio la cuestión de fondo. En lugar de colocar un funcionario imparcial con el objetivo de acercar a las partes, el gobierno provincial prefirió dejar la administración del Gutiérrez en manos de uno de los promotores de la postulación de las chicas. Estas presiones habían comenzado apenas trascendió el fallo, contemplando desde un jury de enjuiciamiento a Pautasso hasta el copamiento scottista del Colegio de Abogados que lidera Arsenio Domínguez, el patrocinante de Viano en esta causa.
En la noche del martes, poco antes de conceder una entrevista televisiva, Domínguez deslizó una premonitoria reflexión: “Legalmente (los scottistas) están perdidos, pero las presiones políticas son terribles”. Ya en el escrito presentado por Viano ante el juzgado, el abogado había redactado: “El desarrollo jurídico que expondré demostrará que estamos en presencia de un proceso irregular, viciado de nulidad, producto de un obrar arbitrario y de ilegalidad manifiesta, y con un claro mensaje: “El que tiene el poder político, resuelve la cuestión, como le plazca”. Penalista y adivino.
En estas condiciones, la situación del Samco podría derivar en un conflicto de poderes, pues en la mañana de ayer, cuando Tibaldi se apersonó para hacerse cargo de la administración hospitalaria munido de la resolución ministerial, Luis Cuicchi lo habría enfrentado con el fallo judicial en la mano. “Si quiere puede instalarse en la oficina de (Carlos) Trongé, pero en el Samco, usted no tiene nada que hacer”, cuentan que le advirtió al interventor el presidente de la Comisión Ejecutiva cuyo mandato extendió Pautasso.
Dispuesto a devolver gentilezas, el intendente Scott aprovechó en la víspera la presencia en nuestra ciudad del gobernador Jorge Obeid para agradecerle la oportuna intervención del Samco. ¿De qué manera? Alentándolo, pese a su súbito bielsismo, a reformar prontamente la Constitución provincial para posibilitar su candidatura a la reelección.
¿Un Tío kichnerista?
El otro tema resonante de la semana política fue el desembarco en el local partidario pueblense del diputado nacional ultra-kirchnerista Edgardo Depetris, vinculado a la ATE y la CTA, y referente del sindicalismo pingüino. Dolidos por el desplante del destacado visitante -aunque también se reunió con dirigentes del PJ-, los teóricos scottistas intentaron subestimar un vínculo que, en principio, posiciona al concejal y precandidato a intendente pueblense con preferencias semejantes a las que el kirchnerismo dispensa a nivel provincial al socialista Hermes Binner.
Semanas atrás, la adhesión de Meier a un documento K, laudatorio de la visita a Rosario del Presidente para compartir la inauguración de obras con el intendente Miguel Lifschitz, había generado un impensado escándalo político en Venado. Los scottistas, junto con el radical Delfor Hernández, sacaban turno para pegarle. Desde “arribista” hasta “incoherente”, el Tío recibió los mandobles sonriendo por debajo de la frondosa barba. “Mi referente provincial es Hermes Binner, y él siempre habla del apoyo crítico al Gobierno, de que la política hay que hacerla en celeste y blanco, y no en blanco y negro…”, suele justificarse, parafraseando al aventajado postulante a gobernador por el Frente Progresista.
¿Improvisación? ¿Premeditación? Sólo el entorno meierista conoce el secreto. De todos modos, los efectos políticos inmediatos de estos contactos conformaron a la base pueblense por tres motivos: 1) Interrumpieron los arrumacos con el scottismo que Meier ensayó en la Batalla del Samco y amenazaba reforzar en las elecciones vecinales; 2) Se despegan del mote de gorilas que se les suele asignar a las coaliciones opositoras al peronismo; y 3) En el mejor de los casos, se aproximan a la incorporación de una pata peronista progre en un territorio dominado por un caudillo derechista como Roberto Scott. “Nosotros estamos mucho más cerca del kirchnerismo que ellos”, es otra de las frases de cabecera del Tío.
(Publicado el viernes 18 de agosto en diario El Informe de Venado Tuerto)
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