For export. El análisis de obesidad, hipertensión, diabetes e hiperdislipidemia realizada en Venado, Pehuajó, Dean Funes y Oncativo, se presentó en mayo en un congreso francés. En septiembre, dichas conclusiones fueron incluidas en una revista especializada. El proyecto Detect 2, de Dinamarca, también requirió los datos venadenses.
Conociendo que no es tan común la publicación de trabajos de procedencia latinoamericana en revistas especializadas europeas, el nutricionista Carlos Cobeñas destacó con justificado orgullo la reciente inclusión -edición de septiembre de 2004-, en la prestigiosa Diabetes & Metabolism, del trabajo conjunto presentado por profesionales de Venado Tuerto, Oncativo (Córdoba), Pehuajó (Buenos Aires), Dean Funes (Córdoba). Estos trabajos, presentados en un congreso realizado en Francia en mayo último, son la síntesis de los análisis y encuestas llevados a cabo en dichas poblaciones para cuantificar la influencia de la hipertensión arterial, obesidad, diabetes e hiperdislipidemia (colesterol y triglicéridos).
En nuestra ciudad, la labor investigativa denominada “Estudio Venado Tuerto” se realizó en 1997 y parte de 1998, con el respaldo del Centro Regional para el Desarrollo del Sur de Santa Fe y Laboratorio Roche, la coordinación general del doctor Carlos Cobeñas, y la participación de prestigiosos profesionales de renombre internacional, como Jorge Braguinsky y Martha de Sereday, entre otros.
Por distintas razones, las mediciones no volvieron a practicarse en nuestra ciudad, pero luego de la “asociación” de los cuatro grupos de trabajo para presentar las conclusiones en el congreso francés, un galardón más al meritorio emprendimiento se concretó con la publicación en una revista francesa de los datos acumulados de las cuatro ciudades y de las singularidades del “Estudio Vendo Tuerto”.
Sin embargo, el reconocimiento para las instituciones promotoras y los profesionales actuantes no terminaría con la publicación del trabajo, sino que poco después, el proyecto internacional “Detect 2” (detección de diabetes “tipo 2”), solicitó la base de datos del “Estudio Venado Tuerto” para incorporar esa información, pues hasta el momento, en Latinoamérica solo cuentan con estadísticas provenientes de Brasil. “Este pedido nos enorgullece por dos motivos. Primero por surgir de los países que más seriamente estudian estas enfermedades, y segundo porque es un reconocimiento a la rigurosidad de nuestro trabajo”, dijo Cobeñas. El coordinador general agregó que los “los datos son representativos” porque muestran una radiografía de de la populosa región central de la Argentina, incluyendo áreas de las pampas húmeda y seca.
También se aportarán al “Detect 2” los datos del Centro de Atención al Diabético (CAD), inaugurado el 3 de marzo de 2001, como consecuencia de los resultados arrojados en los estudios. “Si bien el 7,9 por ciento de diabéticos medido en la población venadense se inscribe en la media nacional, detectamos que hay muchos que no respetan la medicación ni la alimentación aconsejadas, porque no saben o porque no pueden. Y otros ni siquiera saben que están enfermos”, sostuvo Cobeñas, en compañía del presidente del Centro Regional, Hernán Roma, uno de los baluartes del “Estudio Venado Tuerto”, durante su primera presidencia. De todos modos, el nutricionista advirtió que la incidencia de la diabetes en Venado (7,9 por ciento) es superior a la descubierta en Dean Funes (7,2 por ciento) y Oncativo (6,2 por ciento), en tanto que en Pehuajó no fue registrada.
Nuevo desafío
“Con esta incorporación a un proyecto internacional tan prestigioso tendremos que perfeccionarnos en algunos aspectos. En breve recibiremos la donación de un nuevo equipo de computación”, adelantó el coordinador del Centro de Atención al Diabético. Sin embargo, con aportes municipales y de cuatro empresas privadas, la entidad sufre constantes apremios económicos para cumplir con los objetivos propuestos. “En los próximos días intensificaremos las gestiones para que la Municipalidad colabore con los bolsones especiales para pacientes diabéticos de menores recursos. Y el otro gran anhelo es la inauguración del comedor, también destinado a diabéticos carecientes, que por lo general son personas solas. Si conseguimos el apoyo de la comunidad para este proyecto, el éxito será doble, pues además de proveer la alimentación adecuda, podremos efectuar los controles médicos correspondientes”, señaló Cobeñas. “La comunidad debe entender que el respaldo a estos proyectos no solo es una actitud humanitaria, sino también de racionalidad económica. Si no es atendido correctamente, el destino del diabético es la incapacidad laboral por amputación o ceguera, o las costosas diálisis, tres veces por semana”, razonó el profesional.
(Publicado el lunes 6 de diciembre de 2004 en diario El Informe)
El análisis político de la semana. Encuestas. Reflexiones. Chismes. Notas de archivo. Un espacio para pensar.
Entrevista a Sabatino Arias
Las relaciones amorosas del vino con el roble y los platos
El sábado 31 de julio y domingo 1 del corriente visitó nuestra ciudad Sabatino Arias para ofrecer charlas y degustaciones en el Instituto de Gastronomía Gourmet, Gaúcho Bar (organizado por La Viña y La Cofradía del Vino) y Babel (promovido por Bordeaux). Aun cuando el motivo de la reunión era presentar la nueva colección de variatales San Felipe Roble de la bodega fundada en 1885 por don Felipe Rutini, los conocimientos de Arias -conductor de “Y que vuelen los ángeles” en AM 590 los domingos a la medianoche- sobre la historia del vino sedujeron a la concurrencia que el sábado colmó la capacidad del bar de 25 de Mayo y San Martín y el domingo ocurrió lo propio en Babel en el marco de una cena. En la tarde del sábado, una de las aulas de Gourmet también había desbordado de alumnos ávidos de aprender con Sabatino.
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“La gran acción de marketing de Jesucristo, cuando dijo ‘beberás mi sangre’ fue posterior al nacimiento del vino. Hay historia escrita desde hace 7 mil años (...) Hace un par de años se conoció el hallazgo de tinajas de uvas en el Mar Negro que tendrían mucho más de 10 mil años de existencia”, arrancó Sabatino, entre bromista e historiador.
“Es muy bueno saber de vinos; saber es adquirir capacidad de saborear, y opinar en consecuencia. Y ese saber también incluye la moderación: hay que hablar de vinos, no hablar por el vino”, recomendó el enólogo.
Luego, describió que la Argentina, luego de largo estancamiento, recién se desarrolló en materia de vinos a partir de 1965, con la fundación de la Facultad de Enología “Don Bosco” en Rodeo del Medio (Mendoza). “Allí comienza una revolución de la vitivinicultura argentina. Empezaron a formarse profesionales terciarios”, destacó quien hoy se desempeña como docente de esa casa de altos estudios cuyana, de cuyas aulas el año pasado egresaron los dos primeros doctores en enología.
Más adelante, Sabatino explicó el origen de los varietales, vinculado al interés del gobierno estadounidense por limitar la tendencia de su población al consumo de vinos franceses e italianos. “Después de profundos estudios de mercado, inventaron el vino varietal (una sola uva), un concepto que en Francia no se usaba, pues producía vinos por región. Y esa búsqueda se adaptaba a las nuevas modas de los ’70, con mayor cuidado por la estética y el cuidado físico. A partir del varietal, se habla de vinos jóvenes, frutados, frescos, mientras que antes debían ser amaderados. Hoy se interpreta que un vino que exagera sus notas de madera, está mal hecho. Ninguna de las expresiones tiene que romper la armonía. El vino tiene que ser redondo, equilibrado. La madera debe jugar un papel importante, pero nunca no ser la protagonista. Los varietales, que son vinos más frescos y más ligeros, también nacieron para acompañar la nueva dieta. Y las mujeres también aceptaron ese nuevo vino tinto, que hasta entonces prefería los blancos”.
“Con la revolución de los varietales, comienzan a aparecer numerosas variedades de blancos y de tintos. De pronto, era necesaria una enciclopedia para elegir un vino”, volvió a bromear Sabatino.
Obra de arte
“Cuando uno está ante una copa de vino, es como si se encontrara delante de un cuadro o de una escultura o de una ópera. Si uno cuenta con la suficiente información, disfruta mucho más de ese arte. Cuando uno sabe qué hay detrás, cuando conoce cómo se gestó, cuál fue la inspiración, todo eso ayuda en la contemplación, en el saborear la obra de arte, cualquiera sea. Y con los vinos ocurre lo mismo, por eso es tan importante conocer desde el nacimento en el viñedo hasta su desarrollo posterior”, subrayó el director de cursos del Buenos Aires Sheraton Hotel.
“Cuando los vinos llegan al roble, adquieren, gracias a la porosidad de la madera, la microoxigenación necesaria para seguir evolucionando dentro de la barrica. Los vinos con un paso por roble son mejor apreciados, es como un signo de respaldo. El roble, que es hijo de la tierra, igual que la vid, aporta taninos, que se combinan con los de la uva, que son los que enriquecen y potencian las expresiones (aromas y sabores) de cada uno de los frutos. El roble y el vino son una pareja indisoluble. Es indudable que el consumidor más exigente buscará los vinos con roble, un potencializador de las características naturales”, acotó Sabatino.
Las distintas clases de roble confieren al vino características singulares, como así también cuando se encierra en un hábitat más pequeño, como una botella de 750 centímetros cúbicos. En ellas, cada vino evoluciona de manera diferente. “Ustedes, más de una vez, habrán comprado una caja de vino de la misma bodega y de la misma cosecha, pero al destapar las botellas descubren que no son iguales. Al ingresar en la botella, cada vino empieza a jugar su propio partido, mediante el proceso natural que ocurre allí dentro. Hay vinos que son guardados en la bodega uno o dos años y salen a la calle muy jóvenes. Es el caso de los varietales, pensados para ser bebidos más jóvenes, apenas salen de la ‘casa materna’, porque es cuando expresan mayor cantidad de notas frutales y florales. Si no se beben jóvenes, si se los guarda, pierden esas expresiones. Distinto es el caso de los vinos que están criados para enriquecerse en el tiempo, a través de una guarda de cuatro, cinco o seis años, por ejemplo. Y esto tiene un costo, tener que guardar un vino, se refleja en un precio mayor”, destacó Arias en la comparación de precios entre un vino de guarda y un varietal. “Hay quienes dicen que no puede justificarse que un Rutini cueste 250 pesos la botella. Pero hay que hacer ese vino para saber cuánto cuesta. Hay que afrontar los riesgos que depara una única cosecha anual, el proceso en el viñedo, una rigurosa selección de uvas, y la madera, la guarda, la botella, y tantos otros detalles. Si estoy elaborando un producto sumamente noble, de alto linaje, tengo que cobrarlo a ese precio, porque el año que me falle la cosecha, nadie vendrá a salvarme. El vino es un producto que depende de la naturaleza, es casi azaroso, por eso es que hay vinos de precios tan diferentes”, ilustró Arias.
“En las diferencias de precio entre dos vinos de Bodega La Rural, como Felipe Rutini, que cuesta más de 200 pesos, y un varietal de San Felipe Roble, influye mucho la madera que cobija a estos vinos. Un San Felipe se almacena en grandes barricas que no requieren la misma atención de un Rutini, que se guarda en barricas de 220 litros. Una de estas barricas de madera cuesta 750 dólares, y dura una cosecha y media promedio. Por eso es que los vinos aumentaron tanto a partir de la devaluación”, justificó.
Mitos y placeres
“Mi amigo, el Gato Dumas, sostenía que la gente debía comer el plato que quería con el vino que se le ocurría. Siempre nos peléabamos, porque yo pienso que cualquier vino no combina con cualquier plato. Una de las referencias está en el color de los alimentos que, en general, define el color del vino y viceversa. Aunque también es cierto que hay comidas de colores claros y suaves, pero muy condimentadas, que exigen vinos tintos”, aclaró.
Otro de los mitos atacados por Sabatino es el de los vinos intensos para el asado. "Si el vino tiene mucho carácter, le resta expresión al asado, porque satura el paladar e impide apreciar el vedadero sabor de la carne. Tiene que haber un matrimonio entre el vino y el plato. Si no hay equilibrio, uno u otro saturan. Y, en todos los casos, el agua en la mesa, ese otro regalo de Dios, es fundamental. En cualquier reunión donde uno come y bebe, después de tres o cuatro bocados, el paladar empieza a saturarse, por las características de los alimentos, el condimento o la alta temperatura. Y llega un momento en que uno disfruta del alimento porque recuerda de qué se trata, pero ya no porque sienta las expresiones en boca y nariz. Cuando uno se detiene para enjuagar la boca, para pasear el agua en la boca, el paladar se refresca y se puede continuar como si recién se empezara, tanto con el plato, como con el vino. Así es como renace el placer por lo que se come y lo que se bebe. Y otro detalle importante es que, así, uno bebe menos y bebe mejor. A la sed hay que apagarla con el agua y no con el vino. Hay que acostumbrarse a esa interrupción para darle lugar al agua”, reforzó Sabatino. “Cuando se come y se bebe placenteramente, no hay que olvidar que hay un aparato digestivo en funcionamiento, al cual también hay que respetar para la continuidad de la vida en un armónico equilibrio”, alertó.
Primera línea. “Entre los grandes productores de vino, se sitúan, en ese orden: Italia, Francia, España, Estados Unidos y Argentina. Y no hay un sexto, porque el otro pelotón viene muy lejos. Y medido desde el consumo, el primero es Francia, el segundo es Italia, y el tercer escalón del podio lo ocupan, alternativamente, Argentina y España”.
Whisky en vino. “Los mejores whiskies escoceses, tan venerados por su aroma, color y sabor, se terminan de elaborar con la misma madera que antes guardó vino en sus entrañas. Hasta ese nivel llega la magia del vino, es capaz de perfeccionar las cualidades de los mejores whiskies”.
“Es muy bueno saber de vinos; saber es adquirir capacidad de saborear, y opinar en consecuencia. Y ese saber también incluye la moderación: hay que hablar de vinos, no hablar por el vino”, recomendó el enólogo.
Luego, describió que la Argentina, luego de largo estancamiento, recién se desarrolló en materia de vinos a partir de 1965, con la fundación de la Facultad de Enología “Don Bosco” en Rodeo del Medio (Mendoza). “Allí comienza una revolución de la vitivinicultura argentina. Empezaron a formarse profesionales terciarios”, destacó quien hoy se desempeña como docente de esa casa de altos estudios cuyana, de cuyas aulas el año pasado egresaron los dos primeros doctores en enología.
Más adelante, Sabatino explicó el origen de los varietales, vinculado al interés del gobierno estadounidense por limitar la tendencia de su población al consumo de vinos franceses e italianos. “Después de profundos estudios de mercado, inventaron el vino varietal (una sola uva), un concepto que en Francia no se usaba, pues producía vinos por región. Y esa búsqueda se adaptaba a las nuevas modas de los ’70, con mayor cuidado por la estética y el cuidado físico. A partir del varietal, se habla de vinos jóvenes, frutados, frescos, mientras que antes debían ser amaderados. Hoy se interpreta que un vino que exagera sus notas de madera, está mal hecho. Ninguna de las expresiones tiene que romper la armonía. El vino tiene que ser redondo, equilibrado. La madera debe jugar un papel importante, pero nunca no ser la protagonista. Los varietales, que son vinos más frescos y más ligeros, también nacieron para acompañar la nueva dieta. Y las mujeres también aceptaron ese nuevo vino tinto, que hasta entonces prefería los blancos”.
“Con la revolución de los varietales, comienzan a aparecer numerosas variedades de blancos y de tintos. De pronto, era necesaria una enciclopedia para elegir un vino”, volvió a bromear Sabatino.
Obra de arte
“Cuando uno está ante una copa de vino, es como si se encontrara delante de un cuadro o de una escultura o de una ópera. Si uno cuenta con la suficiente información, disfruta mucho más de ese arte. Cuando uno sabe qué hay detrás, cuando conoce cómo se gestó, cuál fue la inspiración, todo eso ayuda en la contemplación, en el saborear la obra de arte, cualquiera sea. Y con los vinos ocurre lo mismo, por eso es tan importante conocer desde el nacimento en el viñedo hasta su desarrollo posterior”, subrayó el director de cursos del Buenos Aires Sheraton Hotel.
“Cuando los vinos llegan al roble, adquieren, gracias a la porosidad de la madera, la microoxigenación necesaria para seguir evolucionando dentro de la barrica. Los vinos con un paso por roble son mejor apreciados, es como un signo de respaldo. El roble, que es hijo de la tierra, igual que la vid, aporta taninos, que se combinan con los de la uva, que son los que enriquecen y potencian las expresiones (aromas y sabores) de cada uno de los frutos. El roble y el vino son una pareja indisoluble. Es indudable que el consumidor más exigente buscará los vinos con roble, un potencializador de las características naturales”, acotó Sabatino.
Las distintas clases de roble confieren al vino características singulares, como así también cuando se encierra en un hábitat más pequeño, como una botella de 750 centímetros cúbicos. En ellas, cada vino evoluciona de manera diferente. “Ustedes, más de una vez, habrán comprado una caja de vino de la misma bodega y de la misma cosecha, pero al destapar las botellas descubren que no son iguales. Al ingresar en la botella, cada vino empieza a jugar su propio partido, mediante el proceso natural que ocurre allí dentro. Hay vinos que son guardados en la bodega uno o dos años y salen a la calle muy jóvenes. Es el caso de los varietales, pensados para ser bebidos más jóvenes, apenas salen de la ‘casa materna’, porque es cuando expresan mayor cantidad de notas frutales y florales. Si no se beben jóvenes, si se los guarda, pierden esas expresiones. Distinto es el caso de los vinos que están criados para enriquecerse en el tiempo, a través de una guarda de cuatro, cinco o seis años, por ejemplo. Y esto tiene un costo, tener que guardar un vino, se refleja en un precio mayor”, destacó Arias en la comparación de precios entre un vino de guarda y un varietal. “Hay quienes dicen que no puede justificarse que un Rutini cueste 250 pesos la botella. Pero hay que hacer ese vino para saber cuánto cuesta. Hay que afrontar los riesgos que depara una única cosecha anual, el proceso en el viñedo, una rigurosa selección de uvas, y la madera, la guarda, la botella, y tantos otros detalles. Si estoy elaborando un producto sumamente noble, de alto linaje, tengo que cobrarlo a ese precio, porque el año que me falle la cosecha, nadie vendrá a salvarme. El vino es un producto que depende de la naturaleza, es casi azaroso, por eso es que hay vinos de precios tan diferentes”, ilustró Arias.
“En las diferencias de precio entre dos vinos de Bodega La Rural, como Felipe Rutini, que cuesta más de 200 pesos, y un varietal de San Felipe Roble, influye mucho la madera que cobija a estos vinos. Un San Felipe se almacena en grandes barricas que no requieren la misma atención de un Rutini, que se guarda en barricas de 220 litros. Una de estas barricas de madera cuesta 750 dólares, y dura una cosecha y media promedio. Por eso es que los vinos aumentaron tanto a partir de la devaluación”, justificó.
Mitos y placeres
“Mi amigo, el Gato Dumas, sostenía que la gente debía comer el plato que quería con el vino que se le ocurría. Siempre nos peléabamos, porque yo pienso que cualquier vino no combina con cualquier plato. Una de las referencias está en el color de los alimentos que, en general, define el color del vino y viceversa. Aunque también es cierto que hay comidas de colores claros y suaves, pero muy condimentadas, que exigen vinos tintos”, aclaró.
Otro de los mitos atacados por Sabatino es el de los vinos intensos para el asado. "Si el vino tiene mucho carácter, le resta expresión al asado, porque satura el paladar e impide apreciar el vedadero sabor de la carne. Tiene que haber un matrimonio entre el vino y el plato. Si no hay equilibrio, uno u otro saturan. Y, en todos los casos, el agua en la mesa, ese otro regalo de Dios, es fundamental. En cualquier reunión donde uno come y bebe, después de tres o cuatro bocados, el paladar empieza a saturarse, por las características de los alimentos, el condimento o la alta temperatura. Y llega un momento en que uno disfruta del alimento porque recuerda de qué se trata, pero ya no porque sienta las expresiones en boca y nariz. Cuando uno se detiene para enjuagar la boca, para pasear el agua en la boca, el paladar se refresca y se puede continuar como si recién se empezara, tanto con el plato, como con el vino. Así es como renace el placer por lo que se come y lo que se bebe. Y otro detalle importante es que, así, uno bebe menos y bebe mejor. A la sed hay que apagarla con el agua y no con el vino. Hay que acostumbrarse a esa interrupción para darle lugar al agua”, reforzó Sabatino. “Cuando se come y se bebe placenteramente, no hay que olvidar que hay un aparato digestivo en funcionamiento, al cual también hay que respetar para la continuidad de la vida en un armónico equilibrio”, alertó.
Primera línea. “Entre los grandes productores de vino, se sitúan, en ese orden: Italia, Francia, España, Estados Unidos y Argentina. Y no hay un sexto, porque el otro pelotón viene muy lejos. Y medido desde el consumo, el primero es Francia, el segundo es Italia, y el tercer escalón del podio lo ocupan, alternativamente, Argentina y España”.
Whisky en vino. “Los mejores whiskies escoceses, tan venerados por su aroma, color y sabor, se terminan de elaborar con la misma madera que antes guardó vino en sus entrañas. Hasta ese nivel llega la magia del vino, es capaz de perfeccionar las cualidades de los mejores whiskies”.
(Publicado el 11 de agosto de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
Freyre se fue para reforzar el Gabinete y Pieli prometió fidelidad al scottismo
Como lo había anticipado el intendente Scott el 9 del corriente, José Luis Freyre abandonó el Concejo para regresar al Departamento Ejecutivo, donde se había desempeñado como subsecretario de Acción Social. Ayer, a poco más de seis meses de asumir el mandato, Freyre confirmó a los venadenses su renuncia a la banca y la inminente ocupación de la Secretaría de Coordinación de Gabinete. Aunque poco se conoce aún sobre las características de sus nuevas responsabilidades, se supone que Freyre hará las veces de “superministro” de Scott y estará bien lejos del oscuro rol de “coordinador de secretarías” que el burocrático nombre del cargo sugiere.
No es el objetivo tecnocrático de conformar un Gabinete más prolijo y mejor articulado el que apuró en San Martín y Marconi el “Operativo Retorno” de Freyre, sino las acuciantes necesidades políticas de Scott. A partir del cercano 2005, el intendente comenzará a sufrir los efectos del temido “síndrome del último mandato”, caracterizado por una incipiente dispersión de fuerzas ante la posibilidad de cambios de signo político en la administración municipal. Esta tendencia al desgobierno y el “sálvese quien pueda” de las últimas etapas, agravada en este caso por la creciente interna scottista, solamente puede neutralizarse con la promesa de una sucesión segura y confiable, como la que podría representar Freyre.
Así como el regreso del yerno pródigo contempla esta especulación defensiva, la estrategia también reconoce una versión ofensiva, pues la salida de Freyre dejará a Scott el camino expedito para intensificar una de sus prácticas políticas favoritas: bombardear “sin culpas” al Concejo, y mejor aún si en él habita Roberto Meier, considerado el adversario más inquietante por el propio Scott y su entorno.
Como se observa, el intendente contaba con motivos políticos para justificar esta movida, aun cuando la misma pueda afectar, más adelante, la confianza de los votantes en próximas candidaturas oficialistas. Y también los tenía Freyre, que nunca consiguió destacarse en el Concejo como lo hacía en Acción Social, tal vez porque nunca se desprendió de sus funciones ejecutivas. En estas condiciones, la dimisión de “Poroto” parece razonable, sobre todo si no forma parte de sus ambiciones inmediatas una proyección política propia, en cuyo caso una concejalía habría sido un inmejorable trampolín, como lo hicieron otros jóvenes peronistas (Juan Manzini, Ricardo Spinozzi y Jorge Lagna). En su análisis político, el psicólogo habrá advertido que, hoy, su lugar en el mundo es bien cercano a Scott, como así también que en el Concejo le esperaban malos momentos ante una oposición que es mayoritaria y suele estar muy enfrentada con el intendente. Sin ir más lejos, en la última sesión -con Freyre ausente- los otros tres ediles oficialistas rechazaron el reclamo opositor de la publicación del Boletín Oficial. Una y otra vez, los concejales de Scott son obligados a defender lo indefendible. Y ellos soportan las consecuencias políticas de los dislates ejecutivos sin chistar, porque fue el propio intendente el que los seleccionó y a él deben obediencia ciega, pero el caso de “Poroto” es distinto, pues el candidato scottista para la sucesión en el sillón de Aufranc debe ser preservado en cuanto sea posible.
El fuerte efecto político del salto de Freyre opacó, injustamente, el arribo al Concejo de Bibiana Pieli -asume en la sesión de mañana-, una docente con antecedentes combativos y progresistas, que ocupó el tercer escalón (cupo femenino) de la lista de Scott en las elecciones de septiembre pasado. Sin embargo, en la misma conferencia de prensa donde se confirmaron la renuncia de uno y la asunción de otra, Pieli adquirió trascendencia en sus primeras declaraciones despegándose tanto de su relación política con Roberto Meier como de su actual afiliación a la agrupación Pueblo. Este primer posicionamiento político podría vincularse con aquel anuncio de Scott del 9 de junio, donde mencionó a Federico Longobardi como eventual reemplazante de Freyre (cuarto en la lista) y poco menos que descartó a la sucesora natural. Con mesura y contundencia, Bibiana Pieli cuestionó las metodologías de trabajo de Meier, elogió las de Freyre y así disipó las dudas subsistentes en el universo scottista -temeroso del “efecto Turcato”- sobre su futuro alineamento político en el Concejo.
(Publicado el lunes 28 de junio de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
No es el objetivo tecnocrático de conformar un Gabinete más prolijo y mejor articulado el que apuró en San Martín y Marconi el “Operativo Retorno” de Freyre, sino las acuciantes necesidades políticas de Scott. A partir del cercano 2005, el intendente comenzará a sufrir los efectos del temido “síndrome del último mandato”, caracterizado por una incipiente dispersión de fuerzas ante la posibilidad de cambios de signo político en la administración municipal. Esta tendencia al desgobierno y el “sálvese quien pueda” de las últimas etapas, agravada en este caso por la creciente interna scottista, solamente puede neutralizarse con la promesa de una sucesión segura y confiable, como la que podría representar Freyre.
Así como el regreso del yerno pródigo contempla esta especulación defensiva, la estrategia también reconoce una versión ofensiva, pues la salida de Freyre dejará a Scott el camino expedito para intensificar una de sus prácticas políticas favoritas: bombardear “sin culpas” al Concejo, y mejor aún si en él habita Roberto Meier, considerado el adversario más inquietante por el propio Scott y su entorno.
Como se observa, el intendente contaba con motivos políticos para justificar esta movida, aun cuando la misma pueda afectar, más adelante, la confianza de los votantes en próximas candidaturas oficialistas. Y también los tenía Freyre, que nunca consiguió destacarse en el Concejo como lo hacía en Acción Social, tal vez porque nunca se desprendió de sus funciones ejecutivas. En estas condiciones, la dimisión de “Poroto” parece razonable, sobre todo si no forma parte de sus ambiciones inmediatas una proyección política propia, en cuyo caso una concejalía habría sido un inmejorable trampolín, como lo hicieron otros jóvenes peronistas (Juan Manzini, Ricardo Spinozzi y Jorge Lagna). En su análisis político, el psicólogo habrá advertido que, hoy, su lugar en el mundo es bien cercano a Scott, como así también que en el Concejo le esperaban malos momentos ante una oposición que es mayoritaria y suele estar muy enfrentada con el intendente. Sin ir más lejos, en la última sesión -con Freyre ausente- los otros tres ediles oficialistas rechazaron el reclamo opositor de la publicación del Boletín Oficial. Una y otra vez, los concejales de Scott son obligados a defender lo indefendible. Y ellos soportan las consecuencias políticas de los dislates ejecutivos sin chistar, porque fue el propio intendente el que los seleccionó y a él deben obediencia ciega, pero el caso de “Poroto” es distinto, pues el candidato scottista para la sucesión en el sillón de Aufranc debe ser preservado en cuanto sea posible.
El fuerte efecto político del salto de Freyre opacó, injustamente, el arribo al Concejo de Bibiana Pieli -asume en la sesión de mañana-, una docente con antecedentes combativos y progresistas, que ocupó el tercer escalón (cupo femenino) de la lista de Scott en las elecciones de septiembre pasado. Sin embargo, en la misma conferencia de prensa donde se confirmaron la renuncia de uno y la asunción de otra, Pieli adquirió trascendencia en sus primeras declaraciones despegándose tanto de su relación política con Roberto Meier como de su actual afiliación a la agrupación Pueblo. Este primer posicionamiento político podría vincularse con aquel anuncio de Scott del 9 de junio, donde mencionó a Federico Longobardi como eventual reemplazante de Freyre (cuarto en la lista) y poco menos que descartó a la sucesora natural. Con mesura y contundencia, Bibiana Pieli cuestionó las metodologías de trabajo de Meier, elogió las de Freyre y así disipó las dudas subsistentes en el universo scottista -temeroso del “efecto Turcato”- sobre su futuro alineamento político en el Concejo.
(Publicado el lunes 28 de junio de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
Entrevista a Miguel Angel Santos Guerra
Evaluar para incluir, no para excluir
El Centro Educativo “Nicolás Avellaneda” (Alejo Ledesma) organizó el sábado último una “Jornada de Reflexión sobre Evaluación Institucional”, coordinada por el experto español Miguel Angel Santos Guerra. Asistieron docentes, directivos, padres y estudiantes de toda la región. El disertante fue declarado “Huésped de Honor” por el intendente de la ciudad.
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En la apertura, Santos Guerra fue declarado “Huésped de Honor” por el intendente Oscar Regñícoli, y distinguido por la Asociación de Escritores Ledesmenses.
La didáctica disertación -basada en la evaluación del alumnado, de las escuelas y del sistema- contó con la presencia de más de 150 personas, entre docentes, directivos, estudiantes y padres.
El autor de “Evaluar es comprender” destacó, ante el calificado auditorio, que la evaluación debe ser concebida como “un medio para conocer, compartir y cambiar”, y no solo para “comprobar, medir y controlar”. Con el mismo énfasis, sentenció que “nunca debe ser usada para discriminar y excluir”.
Cuestionador de los enfoques tradicionales, Santos Guerra alertó sobre los perjuicios que ocasiona “una perspectiva hegemónica de la inquietud evaluadora”, según la cual “sólo es evaluable el alumno”. Para el catedrático, deberían estar sujetos a la evaluación todos los componentes del sistema.
“Dime lo que piensas de la evaluación y te diré qué tipo de profesional eres, e incluso, qué tipo de persona”, afirmó el doctor en Ciencias de la Educación. Y subrayó en otro tramo: “Me preocupa muchísimo que de instituciones que estamos para enseñar a amar el conocimiento, salgan personas que acaban odiándolo por la forma que tenemos de enseñar”.
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- Miguel, ¿usted cree que los docentes pueden despojarse de los modelos tradicionales de evaluación en que fueron formados? A pesar del perfeccionamiento y la voluntad, ¿es posible quebrar esa inercia para innovar?
- Uno de los peligros más graves para la práctica docente es la rutina, pues las demandas sobre la escuela, las situaciones de los escolares, las funciones que tienen que desempeñar los docentes, son cambiantes, no son eternas. Entonces es muy importante que haya mecanismos que, en forma continua, incorporen en el sistema la reflexión para la comprensión y la mejora. Uno de mis últimos libros se denomina “La escuela que aprende”, no solo que enseña, sino que aprende. Si no se hacen replanteos, la escuela perpetuará los errores, seguirá repitiendo algunas falsedades a causa de no analizar sus propias prácticas, de no atender a las demandas, de no medir los resultados. Es indispensable preguntarse cómo haremos las cosas este año en la escuela en lugar de repetir lo que hicimos el año pasado. A veces los diagnósticos institucionales son muy poco rigurosos y muy interesados.
- También los docentes caen en la misma rutina de las instituciones...
- Exactamente. El mismo análisis cabe para el docente individualmente, que a veces cae en la rutina por comodidad. La alternativa superadora es encarar procesos de reflexión rigurosos: unos, nacidos de la propia entraña de la escuela, y otros, de las exigencias democráticas de la sociedad respecto a la escuela. Suponga usted que de un quirófano sale un cadáver tras otro... aunque los cirujanos se resistieran, la sociedad exigiría cambios, el control democrático de la sociedad tendría que intervenir para impedir la continuidad del desastre. Este control democrático puede establecerse a través de los responsables políticos y de la presencia comprometida de la familia en las instituciones.
Así como señalo que uno de los peligros que acecha a la escuela es la rutina, también advierto sobre los riesgos de la burocratización de las innovaciones. Este fenómeno se origina cuando se introducen cambios que no son fruto de la reflexión de todos los miembros de la comunidad. Como no inspiran nada, se convierten en documentos inertes, en leyes escritas que nadie cumple.
- Nuestro país estableció una nueva Ley Federal de Educación que adoptó entre sus referentes el “modelo español”. ¿Está conforme con los resultados de la implementación en su país?
- Yo disiento con los que hablan de un fracaso de la reforma educativa en España. La ley ha mostrado logros incontrovertibles, como la ampliación en dos años de la escolaridad, esto es un éxito para un país tan grande. Es cierto que, con esta mayor integración, se evidencian problemas que antes no se percibían. Pero el sistema se ha democratizado con una mayor atención a la evaluación cualitativa, a la dimensión de educación en valores, a la diversidad. Se trata de una ley de extraordinario potencial pedagógico, aun cuando conservo mis dudas de que los cambios profundos en el sistema educativo puedan hacerse con eficiencia a través de leyes. No puedo, por una ley, garantizar que los profesores sean más participativos, más sensibles, más democráticos. Puedo decirlo en la ley, otra cosa es que se haga.
- A veces hace falta un poco más que la sanción de una ley.
- Ni lo dude. Hay cambios cualitativos en la educación que solamente pueden producirse mejorando la formación de los docentes, optimizando las condiciones de trabajo en la escuela, liberando más recursos a la educación. Las sociedades no cambian por decreto, las leyes son necesarias, pero por sí solas no llegan al corazón de muchas prácticas, pues no modifican lo sustancial, no cambian las actitudes, ni las voluntades ni las concepciones.
- En la Argentina es muy común que se impongan leyes sin los recursos económicos para desarrollarlas.
- La puesta en marcha de una ley exige la liberación de recursos adecuados para llevarla a cabo. Y, a veces, una buena disposición legal se queda en letra muerta por obstáculos económicos para concretarla. Si se pretende aumentar la atención a la diversidad de los alumnos, el principio es muy pertinente, pero si no se liberan los recursos, y el profesor sigue con 30 alumnos en el aula, no es posible hacerlo, aunque la legislación lo determine.
Muchas veces los cambios mediante la legislación tranquilizan la conciencia de los políticos porque ya han dicho a los profesores cómo tienen que hacer las cosas. Pero ellos han dejado sin hacer lo que tenían que hacer: liberar recursos para la formación de los alumnos, la organización de las instituciones y la remuneración de los docentes.
- Otro de los males históricos de nuestro país es designar improvisados en la administración de las políticas educativas. El presidente Kirchner corrigió esa tendencia con el nombramiento de Daniel Filmus en el Ministerio de Educación, ¿qué opinión le merece esa situación?
- Esos hábitos irracionales que usted denuncia son muy usuales en muchos lugares del mundo. Yo no pondría un poeta a dirigir el aeropuerto de Ezeiza ni a un literato al mando de un hospital. Tampoco quiero contadores ni ingenieros en la conducción de políticas educativas. Para administrar determinadas áreas, tan estratégicas, no solo hay que conocer, sino que también hay que ser sensible. Hay que sentir la influencia decisiva de la educación en la sociedad. La verdad es que celebré el nombramiento de Filmus porque conozco sus antecedentes en la educación. Si bien su única experiencia áulica la desarrolló en el ámbito universitario, su sensibilidad le permitirá compensarla rodeándose de personas conocedoras de los demás niveles. Si es capaz de hacerlo, los argentinos están en un muy buen punto de partida.
María Silvana Fantasía (Profesora en Ciencias de la Educación)
(Publicada el viernes 25 de junio de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
El Centro Educativo “Nicolás Avellaneda” (Alejo Ledesma) organizó el sábado último una “Jornada de Reflexión sobre Evaluación Institucional”, coordinada por el experto español Miguel Angel Santos Guerra. Asistieron docentes, directivos, padres y estudiantes de toda la región. El disertante fue declarado “Huésped de Honor” por el intendente de la ciudad.
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En la apertura, Santos Guerra fue declarado “Huésped de Honor” por el intendente Oscar Regñícoli, y distinguido por la Asociación de Escritores Ledesmenses.
La didáctica disertación -basada en la evaluación del alumnado, de las escuelas y del sistema- contó con la presencia de más de 150 personas, entre docentes, directivos, estudiantes y padres.
El autor de “Evaluar es comprender” destacó, ante el calificado auditorio, que la evaluación debe ser concebida como “un medio para conocer, compartir y cambiar”, y no solo para “comprobar, medir y controlar”. Con el mismo énfasis, sentenció que “nunca debe ser usada para discriminar y excluir”.
Cuestionador de los enfoques tradicionales, Santos Guerra alertó sobre los perjuicios que ocasiona “una perspectiva hegemónica de la inquietud evaluadora”, según la cual “sólo es evaluable el alumno”. Para el catedrático, deberían estar sujetos a la evaluación todos los componentes del sistema.
“Dime lo que piensas de la evaluación y te diré qué tipo de profesional eres, e incluso, qué tipo de persona”, afirmó el doctor en Ciencias de la Educación. Y subrayó en otro tramo: “Me preocupa muchísimo que de instituciones que estamos para enseñar a amar el conocimiento, salgan personas que acaban odiándolo por la forma que tenemos de enseñar”.
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- Miguel, ¿usted cree que los docentes pueden despojarse de los modelos tradicionales de evaluación en que fueron formados? A pesar del perfeccionamiento y la voluntad, ¿es posible quebrar esa inercia para innovar?
- Uno de los peligros más graves para la práctica docente es la rutina, pues las demandas sobre la escuela, las situaciones de los escolares, las funciones que tienen que desempeñar los docentes, son cambiantes, no son eternas. Entonces es muy importante que haya mecanismos que, en forma continua, incorporen en el sistema la reflexión para la comprensión y la mejora. Uno de mis últimos libros se denomina “La escuela que aprende”, no solo que enseña, sino que aprende. Si no se hacen replanteos, la escuela perpetuará los errores, seguirá repitiendo algunas falsedades a causa de no analizar sus propias prácticas, de no atender a las demandas, de no medir los resultados. Es indispensable preguntarse cómo haremos las cosas este año en la escuela en lugar de repetir lo que hicimos el año pasado. A veces los diagnósticos institucionales son muy poco rigurosos y muy interesados.
- También los docentes caen en la misma rutina de las instituciones...
- Exactamente. El mismo análisis cabe para el docente individualmente, que a veces cae en la rutina por comodidad. La alternativa superadora es encarar procesos de reflexión rigurosos: unos, nacidos de la propia entraña de la escuela, y otros, de las exigencias democráticas de la sociedad respecto a la escuela. Suponga usted que de un quirófano sale un cadáver tras otro... aunque los cirujanos se resistieran, la sociedad exigiría cambios, el control democrático de la sociedad tendría que intervenir para impedir la continuidad del desastre. Este control democrático puede establecerse a través de los responsables políticos y de la presencia comprometida de la familia en las instituciones.
Así como señalo que uno de los peligros que acecha a la escuela es la rutina, también advierto sobre los riesgos de la burocratización de las innovaciones. Este fenómeno se origina cuando se introducen cambios que no son fruto de la reflexión de todos los miembros de la comunidad. Como no inspiran nada, se convierten en documentos inertes, en leyes escritas que nadie cumple.
- Nuestro país estableció una nueva Ley Federal de Educación que adoptó entre sus referentes el “modelo español”. ¿Está conforme con los resultados de la implementación en su país?
- Yo disiento con los que hablan de un fracaso de la reforma educativa en España. La ley ha mostrado logros incontrovertibles, como la ampliación en dos años de la escolaridad, esto es un éxito para un país tan grande. Es cierto que, con esta mayor integración, se evidencian problemas que antes no se percibían. Pero el sistema se ha democratizado con una mayor atención a la evaluación cualitativa, a la dimensión de educación en valores, a la diversidad. Se trata de una ley de extraordinario potencial pedagógico, aun cuando conservo mis dudas de que los cambios profundos en el sistema educativo puedan hacerse con eficiencia a través de leyes. No puedo, por una ley, garantizar que los profesores sean más participativos, más sensibles, más democráticos. Puedo decirlo en la ley, otra cosa es que se haga.
- A veces hace falta un poco más que la sanción de una ley.
- Ni lo dude. Hay cambios cualitativos en la educación que solamente pueden producirse mejorando la formación de los docentes, optimizando las condiciones de trabajo en la escuela, liberando más recursos a la educación. Las sociedades no cambian por decreto, las leyes son necesarias, pero por sí solas no llegan al corazón de muchas prácticas, pues no modifican lo sustancial, no cambian las actitudes, ni las voluntades ni las concepciones.
- En la Argentina es muy común que se impongan leyes sin los recursos económicos para desarrollarlas.
- La puesta en marcha de una ley exige la liberación de recursos adecuados para llevarla a cabo. Y, a veces, una buena disposición legal se queda en letra muerta por obstáculos económicos para concretarla. Si se pretende aumentar la atención a la diversidad de los alumnos, el principio es muy pertinente, pero si no se liberan los recursos, y el profesor sigue con 30 alumnos en el aula, no es posible hacerlo, aunque la legislación lo determine.
Muchas veces los cambios mediante la legislación tranquilizan la conciencia de los políticos porque ya han dicho a los profesores cómo tienen que hacer las cosas. Pero ellos han dejado sin hacer lo que tenían que hacer: liberar recursos para la formación de los alumnos, la organización de las instituciones y la remuneración de los docentes.
- Otro de los males históricos de nuestro país es designar improvisados en la administración de las políticas educativas. El presidente Kirchner corrigió esa tendencia con el nombramiento de Daniel Filmus en el Ministerio de Educación, ¿qué opinión le merece esa situación?
- Esos hábitos irracionales que usted denuncia son muy usuales en muchos lugares del mundo. Yo no pondría un poeta a dirigir el aeropuerto de Ezeiza ni a un literato al mando de un hospital. Tampoco quiero contadores ni ingenieros en la conducción de políticas educativas. Para administrar determinadas áreas, tan estratégicas, no solo hay que conocer, sino que también hay que ser sensible. Hay que sentir la influencia decisiva de la educación en la sociedad. La verdad es que celebré el nombramiento de Filmus porque conozco sus antecedentes en la educación. Si bien su única experiencia áulica la desarrolló en el ámbito universitario, su sensibilidad le permitirá compensarla rodeándose de personas conocedoras de los demás niveles. Si es capaz de hacerlo, los argentinos están en un muy buen punto de partida.
María Silvana Fantasía (Profesora en Ciencias de la Educación)
(Publicada el viernes 25 de junio de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
Scott puso en marcha el Operativo Retorno
El intendente Roberto Scott lanzó a mediados de esta semana otro de sus acostumbrados “globos de ensayo” a los efectos de medir la repercusión de un importante anuncio, en la ciudad y en la interna del gobierno municipal, como lo es el presunto retorno al Departamento Ejecutivo de José Freyre para desempeñarse en la vacante Jefatura de Gabinete, renuncia al Concejo mediante. El propio Freyre, aunque sorprendido por la osada maniobra mediática del intendente, en una salida elegante admitió -a los seis meses de comenzar el mandato- que le agradan más las tareas ejecutivas que las legislativas.
Desde la semana pasada se insinuaba en los corrillos parlamentarios el pronto retiro de Freyre, sobre todo a partir de la llamativa presencia en las sesiones de los miércoles de Federico Longobardi, el cuarto postulante scottista en las elecciones de septiembre último, detrás del citado Freyre, Gustavo Giner y Bibiana Pieli. Incluso, cuando Scott anunció el posible regreso, también dijo que Pieli podría correrse para facilitar el ingreso de Longobardi, nada menos que el candidato interesado, de un momento a otro, en interiorizarse del funcionamiento del cuerpo legislativo.
Antes de que Freyre asumiera como concejal, el intendente, más de una vez, señaló que al mismo tiempo sería jefe de Acción Social, hasta que el propio Freyre reconoció púbicamente que no incurriría en esa incompatibilidad funcional. Más aún, hasta se aventuró que jamás asumiría, y que solo había encabezado la lista de concejales por tratarse de “la única figura digerible del oficialismo”. Contra estas especulaciones, Freyre ocupó la banca, pero sin desvincularse totalmente del área de Acción Social que depende del Departamento Ejecutivo y es considerada “estratégica” para los intereses scottistas. En estas condiciones, Freyre está lejos del “estrellato ejecutivista” de otros tiempos y su perfil dialoguista tampoco se luce en el Concejo, donde habita una mayoría opositora atrincherada para resistir la ira o la indiferencia del intendente.
Sin protagonismo en ninguno de los dos poderes políticos de la ciudad, las usinas oficialistas temen que se resientan las chances de Freyre como candidato a la sucesión en 2007.
Por otra parte, en San Martín y Marconi no solo aceptan que el delfín perdió la exposición de antaño, sino que la interna municipal se habría desbalanceado seriamente con su ausencia, hasta el punto de poner en riesgo la continuidad del secretario de Obras Públicas, Daniel Dabove, otrora uno de los “hombres fuertes” de la administración y de afinada sintonía con el ex subsecretario.
Así pues, Freyre es tironeado por las necesidades políticas de Scott (internas en el corto plazo y electorales en el largo plazo) y por sus propios escrúpulos. En este sentido, por más disfraces que le busquen, el actual concejal podría quedar involucrado en una típica maniobra electoralista, propia de la vieja política, y contraria a la voluntad popular que lo sentó en el Concejo por cuatro años.
En tanto, Scott hace dos días que evalúa las consecuencias políticas de su anuncio, en el seno del gobierno que lidera, en la opinión pública, y en los medios de comunicación. Según las impresiones que recoja, y más allá de la decisión personal de Freyre, desde la semana próxima impulsará con más énfasis el “Operativo Retorno”, o dejará las cosas como están.
(Publicado el viernes 11 de junio de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
Desde la semana pasada se insinuaba en los corrillos parlamentarios el pronto retiro de Freyre, sobre todo a partir de la llamativa presencia en las sesiones de los miércoles de Federico Longobardi, el cuarto postulante scottista en las elecciones de septiembre último, detrás del citado Freyre, Gustavo Giner y Bibiana Pieli. Incluso, cuando Scott anunció el posible regreso, también dijo que Pieli podría correrse para facilitar el ingreso de Longobardi, nada menos que el candidato interesado, de un momento a otro, en interiorizarse del funcionamiento del cuerpo legislativo.
Antes de que Freyre asumiera como concejal, el intendente, más de una vez, señaló que al mismo tiempo sería jefe de Acción Social, hasta que el propio Freyre reconoció púbicamente que no incurriría en esa incompatibilidad funcional. Más aún, hasta se aventuró que jamás asumiría, y que solo había encabezado la lista de concejales por tratarse de “la única figura digerible del oficialismo”. Contra estas especulaciones, Freyre ocupó la banca, pero sin desvincularse totalmente del área de Acción Social que depende del Departamento Ejecutivo y es considerada “estratégica” para los intereses scottistas. En estas condiciones, Freyre está lejos del “estrellato ejecutivista” de otros tiempos y su perfil dialoguista tampoco se luce en el Concejo, donde habita una mayoría opositora atrincherada para resistir la ira o la indiferencia del intendente.
Sin protagonismo en ninguno de los dos poderes políticos de la ciudad, las usinas oficialistas temen que se resientan las chances de Freyre como candidato a la sucesión en 2007.
Por otra parte, en San Martín y Marconi no solo aceptan que el delfín perdió la exposición de antaño, sino que la interna municipal se habría desbalanceado seriamente con su ausencia, hasta el punto de poner en riesgo la continuidad del secretario de Obras Públicas, Daniel Dabove, otrora uno de los “hombres fuertes” de la administración y de afinada sintonía con el ex subsecretario.
Así pues, Freyre es tironeado por las necesidades políticas de Scott (internas en el corto plazo y electorales en el largo plazo) y por sus propios escrúpulos. En este sentido, por más disfraces que le busquen, el actual concejal podría quedar involucrado en una típica maniobra electoralista, propia de la vieja política, y contraria a la voluntad popular que lo sentó en el Concejo por cuatro años.
En tanto, Scott hace dos días que evalúa las consecuencias políticas de su anuncio, en el seno del gobierno que lidera, en la opinión pública, y en los medios de comunicación. Según las impresiones que recoja, y más allá de la decisión personal de Freyre, desde la semana próxima impulsará con más énfasis el “Operativo Retorno”, o dejará las cosas como están.
(Publicado el viernes 11 de junio de 2004 en diario El Informe de Venado Tuerto)
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