Freyre bajó el perfil del "efecto depuración"

El anuncio de las modificaciones parciales en el gabinete venadense llegó justo sobre la hora, cuando no se podía esperar más, porque la oposición hincaba los dientes y ya se hacía sentir. Poco antes de iniciar su veraneo, el intendente José Freyre ratificó a la mayoría de sus colaboradores de la primera línea del gobierno municipal, comprendiendo que el tiempo comenzaba a jugarle en contra, porque, como lo denunciaron los radicales, se deterioraba la imagen y la autoridad, incluso de aquellos que él sabía que continuarían en funciones. Además, Freyre no tenía mucho margen de maniobra, porque en su grupo de trabajo no sobraban los candidatos para el “plan recambio”. Tanto es así que las tres caras nuevas, no lo son tanto, pues Ricardo Repetto se desempeñaba como delegado municipal ante la Cooperativa de Obras Sanitarias, Duilio Martini trabajaba en el tema viviendas y Esteban Monje hacía lo suyo en Obras Públicas. Pero así como es reprochable el espacio que suelen ganarse los paracaidistas de turno, en esta ocasión recibe un justo reconocimiento el porotista de la primera hora Ricardo Repetto, que siempre quedaba fuera de la distribución de cargos jerarquizados o candidaturas expectantes, pero pese a todo mantenía la lealtad a Freyre. Además, accede a una función pública -aún no especificada- después de largos años de militancia en entidades solidarias y del ámbito gremial empresario, como la vicepresidencia que ejerce en la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe).
Tal vez para no exponer en exceso a los desplazados, Freyre mencionó solamente a los que seguirán actuando en la Intendencia, pero esa contemplación le quitó intensidad a la medida, pues ni siquiera se habló hasta el momento de los 10 o 12 funcionarios a los que les habría sido aceptada la renuncia.
Tampoco fueron salidas ruidosas, en la primera línea del gabinete, las del secretario de Obras Públicas, Daniel Dabove, y el secretario de Servicios Públicos, Raúl Debonis, que abandonarán sus funciones, pero desembarcarán en otras áreas. Más aún, Dabove, uno de los funcionarios más conocedores de los temas de la ciudad, iría al mismo rol de gestión y planificación -se desconoce con qué jerarquía- que Freyre había creado “a su medida” y que nunca pudo asumir por falta de reemplazante en Obras Públicas.
En uno de los tramos sobresalientes de la conferencia de prensa, el intendente reveló que la aceptación de las renuncias había sido para demostrar que “nadie tiene el sillón comprado”, en un gesto político que abarca a todos, a los desplazados, pero también a los ratificados. En consecuencia, cabe esperar, desde el mes entrante, en el inicio concreto de la segunda mitad del mandato, que todos los miembros del gabinete interpreten el requerimiento de más estrecho contacto con los vecinos, mayor compromiso con la función y creatividad suficiente “para generar cosas nuevas”. En suma, el intendente Freyre reconoció, sin ponerlo en palabras, un relajamiento en la gestión y una distracción de energías en asuntos menores (¿internas palaciegas?), que ya habían empezado a hacer mella en su propia imagen. Por estas causas se apuró a relanzar, con algunos cambios, esta segunda etapa, al mismo tiempo que disfruta de los primeros favores concedidos por la Casa Rosada tras su -poco creíble- conversión al kirchnerismo.
Si había sorprendido a propios y extraños con la aceptación de todas las renuncias, Freyre volvió a dejar estupefactos a unos cuantos con su exasperada reacción contra el concejal radical Carlos Díaz Vélez, al que sólo le faltó calificar de “conspirador y destituyente”. Con una “mayoría automática” propia, lo peor que puede hacerse es dar lugar al lucimiento gratuito de una figura opositora, y así lo posibilitó el porotismo con una descarga tan encarnizada sobre Díaz Vélez, que ya les había sacado ventaja, sin demasiado esfuerzo, en la polémica de los decks, obligando al oficialismo a reconocer el grueso error de autorizar su instalación sin la autorización del Concejo, quien más tarde debió avalar el hecho consumado. Al regreso de Freyre se supone que se terminará de armar este inédito rompecabezas de verano, aún con muchas piezas sueltas, pues quedaron en el aire numerosos reparticiones importantes, como Legal y Técnica, Cultura y Vecinales, cuyo futuro se dilucidará en las próximas semanas. Y nombres que se confirmaron, pero sin saber dónde recalarán. También hay varios que se fueron, pero aún son un misterio. Y uno que entraba seguro, el spinozzista Miguel Pedrola, habría quedado fuera del gabinete, generando otro factor de discordia con un reutemismo regional que aún no digiere la kirchnerización porotista y, por lo bajo, promete venganza.

(Publicado el viernes 29 de enero de 2010 en diario El Informe)

1 comentario:

Mani dijo...

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