Una de las conclusiones sobresalientes de la politizada elección de la víspera en la Cooperativa de Obras Sanitarias es que se acabó el tiempo de las hegemonías. Pese a ganar los comicios en la sumatoria de los 11 distritos, cosechando 17 de los 38 delegados en juego, la lista Unidad no consiguió la pretendida mayoría propia (20 delegados). Y ahora deberá negociar con otros sectores para imponer sus criterios en la asamblea general del mes entrante, donde se renovarán los dos tercios del Consejo de Administración (seis consejeros) y el síndico.
Más unidos por el espanto que por el amor -odian visceralmente a los referentes de los Vecinos-, el scottismo puso otra vez, y sin disimulos, el aparato municipal en marcha, en sociedad con dos grupos vinculados a la empresa: los históricos, desplazados en 2002 por los Veveú, y la corriente del resucitado Julio Eggimann, entusiasta fogonero de la agremiación de los empleados en el Sindicato de Obras Sanitarias de Rosario, cuyo secretario general Oscar Barrionuevo participó anoche de los festejos.
También redondeó un buen rendimiento electoral el lucifuercismo, que con sus propias fuerzas, en esta segunda incursión en Obras Sanitarias, consiguió el control de una valiosa docena de delegados.
“En un hipotético escenario de escasos votantes, scottistas y lucifuercistas estarán en mejores condiciones, no sólo por sus vigorosos ‘aparatos electorales’, sino también porque tienen listas en mayor cantidad de distritos”, habíamos anticipado el viernes. Y así fue nomás. Votaron 1.259 personas, una cifra apenas superior a la de candidatos y avales de las cuatro listas participantes. Otra vez el grueso de los asociados optó por la abstención, aun cuando el estatuto brinda la facilidad de sufragar con la sola presentación del DNI.
Tampoco es sorpresa que, pese a su condición de oficialistas, los Vecinos hayan resignado el poder en Obras Sanitarias después de retener apenas cinco delegados. No solo por haberse presentado en 7 de los 11 distritos, sino también porque su pequeña y agrietada estructura había perdido en los últimos tiempos todos los respaldos, tanto de la mayoría del personal de la concesionaria, como del conjunto del arco político.
Por su parte, la coalición de pueblenses y socialistas (lista Renovación), que en otro momento hubiera apoyado a los Vecinos, prefirió concurrir con sus propias candidaturas, pero terminó sufriendo los efectos de la apatía generalizada de los asociados y de la improvisación en el armado de las listas, tanto es así que fue la que compitió con menor cantidad de postulantes (27 de los 38).
Cada sector hará, a partir de hoy, su propia evaluación interna sobre los resultados de ayer. Sin embargo, nadie podrá soslayar que aún es temprano para hablar de vencedores y vencidos. Sin ir más lejos, si se reeditara en la asamblea de delegados de octubre la unidad de criterios demostrada la semana pasada por los referentes de Vecinos, Renovación y Luz y Fuerza, para contraatacar los reclamos de Unidad, sumarían 21 delegados. En ese hipotético escenario, estos tres sectores podrían acordar una lista para la elección de los seis consejeros y dejar afuera a los ganadores de Unidad. También podría suceder que Renovación vuelque sus cuatro delegados en apoyo de los 17 de Unidad, con lo cual sería esta nueva sociedad la que obtendría los 21 delegados.
Aunque hasta hace un tiempo las relaciones eran pésimas entre los Vecinos y el lucifuercismo, hoy habrían restablecido el diálogo, y no debería extrañar que los cinco delegados de los primeros se alíen con los 12 eléctricos para equiparar los 17 de la unión de justicialistas e históricos. Así pues, esa igualdad en 17 delegados la desequilibraría necesariamente la lista Renovación de Roberto Meier y Juan Moscoso. ¿Se inclinará este sector binnerista por la alianza que contiene a scottistas o por la que incluye a lucifuercistas? ¿Contribuirán los progresistas Meier y Moscoso a fortalecer el poder político scottista? ¿Pueblo cometerá el mismo error que en el Samco?
Al fin llegó el día. Hoy tendrá que comenzar una etapa de diálogo entre todas las partes, aunque la sensación es agridulce, por los pocos votantes que ratifican una tendencia inquietante: la gente se despreocupa cuando la elección no es obligatoria. También es cierto que en este abstencionismo hay responsabilidad dirigencial. Tal vez ahora, en un marco de pluralismo y transparencia impuesto por el estatuto, se encuentren mejores rumbos para optimizar la gestión en nuestra Cooperativa de Obras Sanitarias.
(Publicado el lunes 11 de septiembre en diario El Informe de Venado Tuerto)
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