Después de los festejos y "pases de factura", surgen tentativas de reconciliación

En apenas siete semanas estará concluyendo la campaña proselitista -próxima a lanzarse- con motivo de las elecciones generales del 27 de septiembre, donde cinco listas se disputarán las cinco concejalías que se renuevan en diciembre: el Partido Justicialista; el Frente Progresista; Proyecto Sur; PRO y el fantasmal Partido de Participación Popular, cuyos postulantes aún no dieron la cara en la ciudad.
Tras los bulliciosos festejos del porotismo y el radicalismo por sus holgados triunfos en las internas, los referentes partidarios de todos los sectores se dedicaron a reflexionar sobre el veredicto de las urnas; en este sentido, justicialistas y binneristas tienen las mayores responsabilidades, tanto por ser los más votados (se repartieron casi el 90 por ciento de los sufragios y tienen aseguradas dos bancas cada grupo), sino porque, en cada caso, sus antagónicas corrientes internas ya comparten una única lista por imperio del sistema electoral, pero, al menos hasta ahora, no por la voluntad coincidente de unir fuerzas. Cómo olvidar que en la noche del domingo, entre gritos y saltos, en cercanías de Chacabuco y Belgrano, había porotistas que, irónicamente, celebraban por adelantado el ingreso al Concejo de la socialista Rosana Bellatti, precisamente la candidata que podría pelear mano a mano la quinta banca con la vianista Patricia Romero (ambas ocupan el tercer puesto en sus listas). Eran momentos de desborde triunfalista, como también se dieron esos excesos en el bunker del radicalismo luego de la gran victoria de Carlos Díaz Vélez, con unos cuantos que hacían cola para tirar a la parrilla al socialista Roberto Meier, aunque el Tío sea indigesto para los boinablanca, desde que les arrebató el liderazgo opositor en los últimos ocho años.
En la apertura de un período de recomposiciones internas, previo a la nueva campaña, en el espacio peronista, el secretario general partidario, y a la vez intendente municipal, José Freyre, ofrendó el primer gesto con la promesa de convocar a todos los sectores para trabajar juntos rumbo a los comicios generales, en un llamado que incluía al vianismo. Es que, más allá de los viejos pleitos sin saldar, Freyre, tal vez, interprete que los casi 4 mil votos que controla el lucifuercismo, podrían -en el futuro- resultar decisivos para la continuidad del PJ en el poder municipal. Más aún después de haber perdido por más de mil votos el 2 de agosto. Y de la considerable merma de votos porotistas respecto de las primarias legislativas de 2007, que tiene atenuantes, pues en ese entonces Freyre traccionaba desde su candidatura, aunque también es cierto que en la reciente elección, el intendente venadense se metió de lleno en la campaña y salió a plebiscitar su gestión. En este marco, los fundamentalistas del porotismo dan la vida por sacar al vianismo del Concejo, en tanto que los más mesurados advierten sobre los eventuales costos políticos de la operación. Es que así como era posible estar con un pie en el reutemismo y otro en el rossismo K, el oficialismo no tiene margen para jugar a dos puntas en las generales. O juega fuerte, con tanto despliegue como en las primarias, para garantizar el triunfo del PJ y ayudar a la reelección de Romero; o trabaja a reglamento, como algunos internamente fogonean, para perjudicar a la vianista y favorecer a la socialista.
En principio, Patricia Romero, aun cuando se ocupó de subrayar sus discrepancias con el oficialismo -más allá del despegue de Freyre, quedó muy dolida por los mails difamatorios disparados desde las oficinas de la Intendencia-, admitió que “todos nos debemos una charla”, en coincidencia con la insinuación porotista. Sin embargo, el siempre influyente concejal Miguel Pedrola -¿será el próximo jefe del gabinete de Freyre?-, que pocas horas antes de la votación deslizó que la Cooperativa Eléctrica estaba frenando un aumento tarifario para no salpicar a la lista del vianismo, volvió a la carga con los resultados puestos, rescatando la figura de Romero y cuestionando al líder del sector, Jorge Viano, con el propósito de agrietar la mesa chica lucifuercista. Así como estas pesadas declaraciones del presidente del Concejo, y los citados correos electrónicos, conspiran contra cualquier acercamiento, otra cuestión que deberá definir José Freyre es si bendice o neutraliza las intenciones de una parte de su militancia de presentar listas en las próximas elecciones de delegados de la Cooperativa Eléctrica, cuya asamblea general controla el lucifuercismo.
Muchas son las decisiones a tomar en San Martín y Marconi en los próximos días, no sólo en función de los comicios de septiembre y la relación con el vianismo, sino también en orden al futuro de la administración municipal, pues el Frente Progresista demostró una recuperación en las internas, y eso obligará a José Freyre a cambiar el ritmo de la gestión. La casi segura asunción como concejales -en diciembre- de los actuales secretarios Germán Mastri y Liliana Rostom, impondrá esos reemplazos, pero los replanteos deberán ser más profundos, si es que el intendente aspira a una reelección sin sobresaltos, aun cuando una mayoría legislativa propia debería bastarle para tener todo bajo control.

Desafíos para la oposición
Las desavenencias internas en el Frente Progresista no son menos cruentas que en el PJ, tanto es así que mientras la coalición gobierna la provincia de Santa Fe con Hermes Binner, y también, en General López, la vecina ciudad de Firmat -con el liderazgo del radical Carlos Torres-, en Venado ni siquiera pudieron constituir una mesa ejecutiva para coordinar las acciones.
Sin embargo, si pretende despertar credibilidad entre el electorado, esta concertación que reúne a la UCR, el PS, el PDP, el ARI y el SI, más temprano que tarde, deberá acordar un núcleo de coincidencias y, como sugiere el secretario parlamentario Lisandro Enrico, conciliar discursos y metodologías que “contengan a todos los sectores”.
Deberían, todos, registrar los fenómenos políticos del domingo 2 de agosto: mientras los radicales mandaron al freezer sus sangrientas internas para ganar la elección, los socialistas, dispersos en tres fracciones, rifaron el liderazgo de la coalición y favorecieron la resurrección de la UCR, que de estar en riesgo de quedarse sin representación legislativa después de 26 años, ya baraja candidatos para sentar en el Sillón de Aufranc, e incluso para sustituir al jefe del PJ santafesino, Ricardo Spinozzi, que en 2011 no volvería a postularse para la senaduría provincial.
Es cierto que existen rivalidades históricas entre los radicales y el Tío Meier, y que los tres grupos socialistas están más distanciados ahora que antes de las primarias, culpándose unos a otros por las consecuencias de la derrota, que se vuelve más dolorosa cuando se les ocurre sumar los votos de Meier y Oscar Pieroni, cuyo resultado supera con creces la sorprendente cosecha de Díaz Vélez.
Como esos porotistas del domingo a la noche, también había meieristas que proyectaban moverse a media máquina -dando por descontada la re-reelección del Tío- para evitar el ingreso de Bellatti. Asimismo, algunos simpatizantes del meierismo y, sobre todo, del pieronismo, se preguntaban cómo hacían para militar el voto a una lista que si bien ellos mismos integran en distintos puestos, ofrece como máximo referente a un candidato que venían calificando como de “centro-derecha”, o representante del “capital”. Sobre estas vacilaciones podría cabalgar Martín González, postulante del debutante Proyecto Sur, el otro que sueña con la quinta banca, siempre que pueda quebrar la polarización. Para ello, el discípulo de Pino Solanas considera que su base electoral se ensanchará con votantes afines que en las primarias intervinieron en las internas del PJ o el FP, dado que Proyecto Sur concurrió con lista única. El joven huertero -ex Mate e Izquierda Unida- también se ilusiona con recibir el apoyo de muchos que ya no se sienten contenidos, en función de la composición definitiva de las listas mayoritarias.
Otro factor que influirá en septiembre, y desvela a los referentes políticos, es el incremento del caudal de electores, que crecería entre 10 y 13 puntos, respecto del 67 por ciento de las primarias.
Con estos antecedentes, el Frente Progresista necesitará elaborar las bases de un acuerdo político que priorice las coincidencias en las cuestiones locales -sin entrar en inoportunas honduras ideológicas-, no sólo para triunfar en la próxima elección, sino para encaramarse como una fuerza con vocación de poder, dispuesta a pelear por la Intendencia en 2011, sin resignarse a oficiar de partenaire de las expectativas políticas de José Freyre.

(Publicado el viernes 7 de agosto de 2009 en diario El Informe)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido con tu certero comentario. Venís a La Casita ?

Charlie Boyle dijo...

Está bien tu análisis, lo que faltaría analizar es la cierta posibilidad de la formación de un nuevo sector de centro izquierda, en cuyo caso el radicalismo dematiista está mucho mas cerca que el sector que representa Enrico

Anónimo dijo...

Juan:
Como integrante de lo que vos llamas la mesa chica del meierismo, me llama la atención, las especulaciones que haces y afirmas sobre supuestas especulaciones muy alejadas de lo que decidimos en la reunión de nuestro espacio el martes próximo pasado

-Convocar ha todos los sectores del PS ha trabajar en conjunto para lograr el ingreso de nuestra compañera Rosana bellati al concejo

A pesar del posicionamiento interno, tenemos bien en claro que las diferencias con Roxana son mínimas, en relación a las que podríamos tener con Romero o el propio Martin Gonzalez.

La desiciòn era de esperar a que la secretaria general del centro socialista convocara de no hacerlo hoy o mañana a mas tardar tomaríamos la iniciativa.


Dario Rivero