Hugo Moyano, la única "herencia" de Kirchner que Cristina rechazó

Con motivo de la presentación del libro “La mirada implacable del Gato Smith”, de Juan Carlos Rodríguez, el viernes último visitó la ciudad el periodista, escritor e historiador Santiago Senén González, que integró el panel en la sala Castalia de la Biblioteca Ameghino, junto al periodista venadense Gustavo Brandoni.
Senén González es una referencia nacional ineludible en el periodismo especializado en la temática sindical, a la que abrazó en agosto de 1957, cubriendo para un medio gráfico el desarrollo del congreso normalizador de la CGT. Autor de una docena de libros, incluyendo el reciente “La lucha continúa - Dos siglos de historia gremial”, y creador y compilador del Archivo del Sindicalismo Argentino en la Universidad Torcuato Di Tella, Senén prologó el libro de Rodríguez, colaboró con la investigación del autor y no dudó en viajar a Venado para asistir a la presentación.  
“Me cautivó el entusiasmo con que Juan Carlos (Rodríguez) tomó el compromiso de ahondar en la personalidad de ese dirigente gremial que la dictadura arrancó del Sindicato de Luz y Fuerza que tanto quería, con toda esa mística que demostraba que el sindicalismo es mucho más que una lucha salarial o un convenio colectivo de trabajo, que fue precisamente uno de los motivos del secuestro y desaparición de Oscar Smith. Recuerdo que Luz y Fuerza tenía la revista Dinamis, y la Federación publicaba otra que se llamaba Contacto, y a través de ellas empecé a conocer el pensamiento del Gato, al que luego conocí personalmente, al igual que a otras figuras sindicales influyentes de la época, que constituían la Resistencia Peronista, en tiempos de exilio del General Perón y prohibición de la actividad política”, reflexionó Senén González. “Smith, junto a otros dirigentes como Félix Pérez y Juan José Taccone, le dieron a Luz y Fuerza una impronta que trascendía la cuestión sindical y calaba hondo en lo social y lo político”, valorizó el destacado visitante.

División política
Sobre la fractura en la CGT nacional entre el moyanismo y la alianza de “gordos” e independientes -más afín a la Casa Rosada-, analizó que los antimoyanistas superan en cantidad a los alineados con el líder camionero, pero advirtió que este último cuenta con una tropa alineada y homogénea, y entre los primeros, que el 3 de octubre conformarán “la otra CGT”, reinan las discrepancias y queda al desnudo la usencia de un liderazgo indiscutible, más allá del precario acuerdo para impulsar una lista única con el metalúrgico Antonio Caló a la cabeza.
Si bien el veterano periodista no descartó que en el futuro próximo la central obrera vuelva a unificarse, como sucedió luego de otras recordadas divisiones (CGT de Augusto Vandor y CGT de los Argentinos, o CGT Brasil y CGT Azopardo), admitió que el respaldo de Hugo Moyano a las aspiraciones presidenciales del gobernador bonaerense Daniel Scioli podrían dificultar seriamente su convivencia con el sindicalismo más ligado a Cristina Kirchner. De todos modos, Senén subrayó que el camionero no le adelantó su respaldo a un socialista ni a un radical, sino “a un peronista que está vinculado desde los inicios a este proyecto político, hoy como gobernador y antes como vicepresidente de la Nación”. Más adelante, el autor de “El sindicalismo en tiempos de Menem” consideró que durante la presidencia de Néstor Kirchner y el primer tramo del gobierno de Cristina, Moyano resultó “muy útil” para el proyecto K, y en ese contexto, así como otrora fueron los ferroviarios o los metalúrgicos, los camioneros se erigieron en amos y señores del trono sindical. “El poder de Moyano comenzó a vertebrarse en las negociaciones con (Alfredo) Yabrán por los camiones del Correo y con los Macri por la recolección de residuos, además de sus vínculos con los intendentes del conurbano bonaerense. Este creciente poder del gremio camionero terminó de consolidarse con el kirchnerismo, y a cambio, Moyano levantó el cartelito ‘Clarín miente’, y salió a la calle con su gente para enfrentar la protesta del campo. Era un socio privilegiado que estaba presente cuando el presidente Kirchner lo necesitaba, y tenía licencia para aplicar métodos patoteriles, sea para bloquear empresas, o para cooptar afiliados de otros gremios”, señaló.
“Pero un escenario con Cristina como presidente y con Néstor fallecido, significó el principio del fin de un largo idilio. Ella no aceptó las exigencias del moyanismo para ocupar cargos en listas legislativas, y mucho menos para la vicepresidencia. Por el contrario, lo marginó totalmente, otorgando todos los espacios a jóvenes de La Cámpora y Moyano terminó renunciando a sus cargos en el PJ”, puntualizó Senén. Y agregó: “Salvo que se acelere un proyecto de reforma constitucional que incluya la re-reelección, Scioli ya está anotado como candidato presidencial y, llegada esa instancia, la Presidente podrá tener más simpatías por uno u otro postulante, pero deberá dar lugar a las mayorías en el marco de las internas abiertas partidarias”.


(Publicado el miércoles 1 de agosto de 2012 en diario El Informe)