Pocos hablan de candidaturas, pero las conversaciones y sondeos electorales son cada día más intensos. El PJ podría presentar dos grandes sublemas. Y la Alianza no menos de cinco. A los tres radicales se suman los dos del Frepaso. El vecinalismo de Widmer, el PDP y los cavallistas, completarían una oferta que no presenta candidatos sorprendentes a menos de cuatro meses del domingo comicial. Pero aún no está todo dicho en la política local.
Concientes de que la mayoría de los venadenses está más preocupada en otras urgencias, a menos de cuatro meses de la convocatoria a las urnas del 14 octubre, las fuerzas políticas comprenden también que no hay espacios para presentaciones ampulosas y no dudan en reducir las campañas y postergar el lanzamiento público de las candidaturas municipales. Hay muchos personajes importantes de la ciudad que fueron tentados con candidaturas expectantes, pero sistemáticamente se negaron. Es que la política está mal vista y el que ingresa a ella automáticamente está obligado a situarse en una actitud defensiva de las agresiones -justas e injustas- a las que se exponen diariamente los dirigentes.
La expresa exigencia de purificación de la política por parte de casi toda la ciudadanía contrasta con la irresponsabilidad de algunos dirigentes, como los que componen mayoritariamente el Parlamento santafesino y acaban de resolver la confección boletas electorales con los tres cuerpos unidos, pese a que las líneas de puntos inviten discretamente al corte. La poco sutil maniobra permitiría al oficialismo que la "sábana" que contendría los nueve candidatos a diputados nacionales, los dos candidatos a senadores nacionales y los candidatos a concejales (o autoridades comunales), sea decorada con la presencia de Carlos Reutemann en letras de molde como candidato a senador suplente.
Aun cuando el propio gobernador no merece quedar absolutamente inmaculado por la cuestionable estrategia de sus seguidores -desde el momento que aceptó la candidatura para una función que no está en sus planes-, hay que valorar el cambio de idea del propio Reutemann, que en los actos rosarinos del Día de la Bandera adelantó la determinación de no promulgar una ley cuya esencia es sembrar la confusión a partir de una candidatura engañosa. Si el gobernador pensaba de una manera meses atrás y ahora no dudó en descolocar a sus espadas legislativas, no hay dudas de que muchó influyó en su decisión la menor tolerancia social a las tretas de la clase política para eternizarse en sus puestos, especialmente cuando se intenta hacerlo como polizones agazapados tras un mascarón de proa.
En Venado Tuerto, la creación de un fondo solidario para la creación de empleos temporarios entre concejales y funcionarios ejecutivos fue la más resonante señal que la clase política ofreció por su carácter conjunto e institucional. Demasiado poco para el malhumor reinante. Para colmo, no tardaron en producirse diferencias entre ambos poderes políticos por el monto aportado. Concejales acusan al Ejecutivo de ofrecer “muy poca plata” en relación a la cantidad de funcionarios políticos que mantiene. Y desde el scottismo admiten ahora que los mil pesos generosamente donados por los ediles no representan más que el blanqueo de una suma que hace varios meses no perciben y difícilmente fueran a cobrar en el futuro.
Gran disputa por cinco bancas legislativas
Las ciudades santafesinas renovarán por mitades sus concejos municipales y las comunas cambiarán completamente sus comisiones, siempre bajo la tutela de la controvertida Ley de Lemas.
También estamos obligados a elegir nueve diputados nacionales y tres senadores nacionales, en este último caso mediante la primera elección por voto directo en lugar de las tradicionales designaciones que eran potestad de las legislaturas provinciales.
En nuestra ciudad permanecerán en sus bancas los peronistas Jorge Lagna y Alberto Turcato y los radicales Esteban Stiepovich y Lisandro Enrico, con la particularidad de que las duplas pertenecientes a un mismo partido corresponden a líneas internas diferentes.
En tanto, los cinco ediles que completan su mandato son los dematiistas Carlos Rosenzvaig y Celia Bazet (reemplazante de Ernesto De Mattía), el usandizaguista Domingo Savino, y los scottistas Noemí Rasello de Enrico (reemplazante de Ricardo Spinozzi) y Víctor Barbieri.
Muy a pesar del generalizado desinterés, la importancia de esta elección es enorme para la dirigencia política pues de sus resultados dependerá en gran medida el armado de las estrategias rumbo a los decisivos comicios de 2001, donde otra vez estará en juego la Municipalidad de Venado Tuerto, nada menos que el espacio de poder político más apetecido y tentador del sur santafesino.
El más empinado desafío de octubre tendrán que afrontarlo casualmente los dos líderes políticos más importantes de la ciudad desde la reapertura democrática. Roberto Scott debe renovar nada menos que dos bancas (Víctor Barbieri y Noemí de Enrico), si pretende arribar con cierta comodidad a una candidatura para la re-reelección en 2003. Ernesto De Mattía, aunque jamás vuelva a presentarse como candidato, siempre influye en la política venadense. Y en esta oportunidad renueva también dos bancas: la propia (en manos de Chelín Giovanetti) y la del actual presidente del Concejo, Carlos Rosenzvaig.
Menos comprometida es la situación de Domingo Savino, otro virtual candidato a intendente que encabezará el sublema de “Convergencia” para ratificar sus pretensiones políticas mediante la reelección tras un decoroso traspié en la interna radical.
¿Dos grandes sublemas en el PJ?
Dentro del justicialismo, la estructura oficialista sigue exhibiendo escasas realizaciones, frecuentes bloopers e internas neutralizantes. Disminuido el "efecto caliza" tan significativo en la elección de intendente, tal vez el gran golpe que prepare el scottismo para el próximo turno sea el anuncio formal de la demoradísima obra de agua potable, a juzgar por las sugestivas negociaciones que mantiene con la Cooperativa de Obras Sanitarias en los últimos tiempos, tras largo tiempo de relaciones distantes y concesión cloacal caída. Sin embargo, a Scott lo complica el mismo fenómeno que a sus competidores: la ausencia de candidatos seductores. Por distintos motivos, varias de las figuras que mejor rendimiento electoral asegurarían a Roberto no serán de la partida en esta oportunidad: Jorge Lagna sigue como concejal hasta 2003; Ricardo Spinozzi no se despega del entorno del Lole; y Noemí Azcona sigue arrinconada en Salud por un scottismo que teme la proyección política descontrolada de la carismática nefróloga.
Sin estos nombres en danza, hasta ahora solamente suenan las alternativas de Víctor Barbieri para la reelección y, corriendo desde atrás, el subsecretario de Acción Social, José Luis Freyre, de buena llegada en los sectores medios y óptima relación con todo el arco político opositor y las entidades intermedias. Pese a sus públicos rechazos a la postulación (y los números acompañan), no habría que descartar a “Poroto” como el primero de la lista apadrinada por el abuelo de su futuro hijo (quizá con Barbieri en el segundo escalón). En tal caso se consumaría la enésima postergación para los secretarios José Mariné y Gustavo Giner, dos de los íntimos del entorno scottista.
A río revuelto, la resucitada "12 de Junio" trata de aprovechar la sequía de candidatos para recuperar los espacios perdidos. En este sentido, el ex concejal Julio Eggimann se perfila entre los candidatos a encabezar un sublema, siempre y cuando prosperen las negociaciones abiertas para nuclear a todo el justicialismo desvinculado de Scott (nadie quiere hablar de “anti-scottismo”, por las dudas). Con este objetivo, Julio intenta acordar con el senador José Chipoloni para jugar juntos en la elección de concejales. El dirigente firmatense no habría conseguido seducir candidatos de fuste para competir con Roberto Scott -su gran adversario en General López- en las municipales venadenses, pero igualmente no olvida que Eggimann se alió con Scott para favorecer a su contricante Spinozzi en las últimas elecciones de senador provincial. Aunque estos antecedentes próximos dificultan el matrimonio de Chipoloni con Eggimann, ambos reconocen que, separados, otorgarían demasiada ventaja al aceitado aparato scottista. Con la misma premisa unificadora, trabajarían para que dirigentes díscolos no se tienten con las facilidades que ofrece la Ley de Lemas y en lugar de dispersarse se incorporen al “gran sublema” que -dentro del lema- competirá con el scottismo.
Este sector del peronismo opuesto al scottismo cuenta con varios candidatos a intendente -algunos con importantes responsabilidades en entidades intermedias-, pero ninguno aceptó el riesgo de lanzarse a disputar una concejalía en esta oportunidad. Así pues, muy a pesar de Chipoloni, si no surge otro candidato con posibilidades, sería Julio Eggimann -divorciado de Scott por complacer las travesuras de Turcato- el que se calce nuevamente la camiseta de candidato en su último gran intento por saltar desde el llano a la función pública.
Cinco sublemas en la Alianza
En el radicalismo están prácticamente definidas las primeras candidaturas de los tres sublemas: Delfor Hernández por el dematiísmo; Domingo Savino por el usandizaguismo y Miguel Murtagh por la línea Apertura que orienta Esteban Stiepovich.
Tampoco hay dudas respecto de los líderes de los sectores frepasistas que, junto con los sublemas mencionados de la UCR, concurrirán a la elección en el lema de la Alianza. Por el Frente Grande será candidato el actual delegado santafesino del Programa para el Saneamiento (Propasa), Roberto Meier, en tanto que por el socialismo popular intentará desembarcar en el Concejo el pediatra Juan Moscoso, ansioso por tutearse de una buena vez con "conflictos de los grandes" luego de tantos años de convivir con "problemas de los chicos".
El más disciplinado socialismo de Moscoso contrasta con el caos nacional y provincial del Frente Grande que representa Meier en Venado Tuerto. La encarnizada interna en las esferas superiores aportó lo suyo para provocar una división local que podría acentuarse a partir de los próximos días, si se confirma una insistente versión que circuló en los pasillos del bloque legislativo radical. Según estos trascendidos, el hábil Ernesto De Mattía, de vieja enemistad con Roberto Meier, intenta colocar detrás de la candidatura de Hernández a un frepasista reconocido en acuerdo con los adversarios locales del Tío. Así pues, sería la oposición interna de Meier la que deberá evaluar el riesgo de contribuir a una buena elección del cardiólogo Hernández a cambio de torpedear las aspiraciones legislativas de Meier y, además, complicar seriamente el futuro político del referente más encumbrado del sector.
Los lemas alternativos
Por fuera de los dos grandes lemas, el único candidato que se lanzó al ruedo desde una agrupación vecinalista es el presidente del barrio "Alejandro Gutiérrez", Miguel Widmer.
El temperamental profesor de Educación Física, sin estructura partidaria y apenas sustento de algunos vecinalistas afines, saldrá a la cancha con su tradicional discurso de cuestionamiento al "establishment" polìtico que en esta ocasión podría resultar beneficioso para sus aspiraciones electorales.
Los demócratas progresistas continúan sufriendo las consecuencias de una vida interna muy agitada en los últimos tiempos y no sería extraño que concurran a las elecciones con dos sublemas dentro de un lema propio (fuera de la Alianza Santafesina). Juan Carlos Zapata y Juan Carlos Capozucca asoman como posibles candidatos a concejales por el natalismo, en tanto que los opositores no habrían designado aún los principales nombres. Sin embargo, el dirigente juvenil Javier Salas, integrante de la lista de candidatos a diputados nacionales en la reciente interna del PDP, podría asumir alguna nominación expectante en las municipales de octubre.
Los cavallistas de Acción por la República podrían ser de la partida en esta convocatoria electoral. Sin una dirigencia conocida en la ciudad, están demasiado atados a la suerte que corra su líder político en la conducción de la economía nacional. En tal sentido, la confianza de Cavallo en que los próximos meses confirmarán el éxito de sus medidas, sumadas a las aspiraciones presidenciales que nunca desmintió, seguramente obligarán a sus seguidores de cada rincón del país a presentar candidatos y vertebrar estructuras partidarias para sostener el gran envión que Domingo Cavallo intentará dar en 2003 rumbo al sillón que hoy ocupa Fernando De la Rúa.
(Publicado el viernes 22 de junio de 2001 en diario El Informe de Venado Tuerto)